domingo, 30 de noviembre de 2014

GWHC15 La gran ceremonia


Quedaba ya poco para que se celebrase la ceremonia. El grupo había llegado a Nuevo Vegeta. Eran los invitados de honor. Curiosamente el pueblo de los guerreros del espacio, generalmente belicoso y reacio a tratar con extranjeros, cuando no directamente hostil, les recibió con grandes muestras de amabilidad. Desde luego ayudó el que Lornd y Setsuna le indicaran al canciller Dariel que diera órdenes de que se honraran a esos recién llegados como si de príncipes del planeta se tratasen. También Seria y Calix se mostraban muy amables con ellos y eso no pasó desapercibido para el resto de los saiyajin. Cualquiera que fuese objeto de semejantes muestras de respeto por parte de la hermana del Canciller debía de ser, a buen seguro, alguien muy poderoso. Y a Seira se la encomendó la honrosa tarea de escoltar y guiar por la ciudad a los invitados. De modo que, paseando por las calles de la ciudad principal y capital, Nueva Vegeta, la guardiana de la futura reina de los saiyajin, les comentaba al grupo de mujeres a las que guiaba hacia el palacio para que viesen a su compañera antes de la boda y la coronación.

 

-Nuestro mundo es austero, pero tiene lugares hermosos. Os gustará.

-Sí, estoy deseando poder pintar algunos paisajes.- Dijo Michiru, quién, junto con Haruka, no perdían detalle de aquellas sobrias construcciones.- Algunos son realmente muy bonitos.

 

            Pudieron ver algunas extensiones de bosques cuando aterrizaban con las cápsulas. Ahora recorrían la capital, era la Ciudad del Atardecer, como sus anfitriones la llamaban. Aunque no demasiado grande desde luego para los estándares terrestres ni en número de habitantes ni en altura de las edificaciones. Tanto era así que la mayor parte de los edificios eran de poca altura, cuando no casas unifamiliares. Más parecían unas chozas hechas de ladrillo y piedra que auténticas construcciones. Aunque los saiyajin no concedían demasiada importancia a sus moradas. De hecho, los guerreros del espacio no solían permanecer mucho tiempo dentro de las mismas. Les encantaba moverse y hacer ejercicio físico, sobre todo entrenar para la lucha. Seira les contó que en sus casas poco menos que dormían, comían o se reunían de vez en cuando con sus familias. No obstante, las apariencias engañaban, no eran hogares tan frágiles como pudiera parecer. La guardiana y consejera real incluso les brindó la oportunidad de entrar en una de esas casas y no estaba tan mal por dentro. Un salón algo más amplio que el resto de los cuartos, un par de habitaciones, un baño y una cocina. La decoración era, eso sí, muy sobria. Aunque podría pasar por un domicilio promedio de cualquier país de la Tierra.

 

-¡Si hasta es más grande que mi piso! - Comentó divertida Ami.-

-Es una vivienda para tres, dos saiyajin y su hijo pequeño.- Les desveló Seira que asintió en agradecimiento a la joven pareja que esperaba fuera, y que eran los propietarios para decirles. – Gracias por permitirnos pasar.

-El honor es nuestro, Noble Guardiana Real. - Pudo decir el joven, visiblemente impresionado tras hacer una reverencia.-

 

            La mujer saiyajin sostenía a un pequeño de aproximadamente un año y medio en brazos. Todas las chicas les hicieron una leve inclinación en agradecimiento por haber podido visitar aquella morada. Después continuaron caminando.

 

-Sois un pueblo austero, de eso no cabe duda. Pero no vivís tan mal como pensaba.- Comentó Petz.-

-Además, los niños y niñas saiyajin sí que precisan dormir y pasar más tiempo siendo cuidados, al menos hasta que cumplían los seis o siete años. Que es cuando su adiestramiento básico debe comenzar.- Les contó la guardiana de Setsuna.-

-Es algo que jamás comprenderé. – Pudo decir Ami en tanto observaba ahora en la calle a unos cuantos de esos críos correteando y jugando ya a imitar los combates de los adultos.-

-¿El qué, Señora? - Le preguntó la saiyajin que las guiaba.-

-Tanta violencia, en especial me preocupan los niños. - Replicó la guerrera Mercurio.-

-Así es.- Convino Minako.- A mí aún se me hace más raro, siendo la guerrera del Amor.

-Seréis muy poderosa entonces, alteza. -Concluyó Seira afirmando no sin admiración.- La reina siempre dice que el amor es un poder enorme. El mayor que existe.

-Bueno, lo cierto es que no me puedo quejar. – Se sonrió Sailor Venus algo colorada.-

-Lo que no entendemos es porqué hacéis que estos niños deban luchar desde tan corta edad.- Le comentó Makoto, volviendo al tema anterior.-

-Es la costumbre en nuestro pueblo. Al principio nuestra soberana pensaba igual que vosotras, pero luego lo comprendió. Nosotros somos una raza de guerreros. Somos educados para eso casi desde que nacemos.

-¿Y no os parece algo un poco exagerado? - Intervino una perpleja Cooan.-

-No, ¡qué va! Ahora incluso nos hemos suavizado bastante. – Sonrió adustamente Seira para contarles.- En los tiempos antiguos, antes incluso de nuestro gran Rey Vegeta, a los más débiles de los saiyajin se les enviaba siendo bebés a conquistar otros planetas.

 

            Aquello las dejó perplejas a todas. Fue Bertie la que pudo decir, casi sin poderlo creer.

 

-Pero...si estáis hablando de recién nacidos. ¡No puede ser!

-Eso sucedía en los tiempos antiguos, ahora no. - Le recordó su interlocutora agregando a su vez con curiosidad.- Dime una cosa, Alteza ¿acaso el príncipe Asthel no llegó a la Tierra de ese modo?

 

            Beruche le dedicó un sorprendido gesto y movió la cabeza para responder algo dubitativa.

 

-No, al menos que yo sepa. Bueno…lo cierto es que no he hablado con él de ello.- Admitió para añadir de un modo algo más jovial.- Y Seira, no hace falta que me llames alteza, puedes llamarme Bertie.

 

            Su interlocutora asintió y prosiguieron con el paseo. Fue Hotaru la que, tras meditar por unos instantes, comentó.

 

-¡Vaya!, vuestros ancestros debían de ser terriblemente poderosos, si eran capaces de eso al nacer, no quiero ni pensar en que podrían hacer cuando crecieran.

-Algún día os lo contaré con más detalle. Ahora no tenemos demasiado tiempo.- Le contestó la saiyajin, remachando.- Por eso os digo que nos gusta la acción. La lucha y la batalla están en nuestra naturaleza.

-Lleváis una vida muy activa, eso no se puede negar.- Declaró Haruka impresionada también pero tratando de que no se le notase demasiado. -

-¿Y no tenéis tiendas por aquí?- Se interesó Minako.-

-No demasiadas. – Replicó Seira añadiendo.- Lo básico para comer, y otras necesidades primordiales.

-Bueno, para mí los zapatos y los vestidos pertenecen a ese tipo de necesidades.- Terció Esmeralda en un tono más desenfadado.-

-Seguro que Setsuna hará los cambios oportunos cuando la coronen.- Comentó Makoto de idéntica forma. -

-Sí, y espero que tengáis muchas pastelerías. ¡Voy a comer muchísimo!- Dijo Usagi, que hasta ese instante se había mantenido muy callada,  con patente entusiasmo en su voz.-

-Pues te pondrás como una vaca…- Se sonrió maliciosamente Rei, interviniendo por vez primera también.-

-No estaba hablando contigo, así que no sé para qué tienes que meterte en las cosas ajenas. ¡Como siempre! Está visto que si no sacas tu bífida lengua a pasear no te quedas contenta. - Denunció la aludida.-

- Sí….mira…mira como la saco… -le replicó la interpelada haciéndolo literalmente en la cara de su interlocutora.- Blurlrlrlrl…

 

            Usagi respondió de idéntica manera. Aquello por supuesto causó visible apuro al resto de las chicas. Salvo a Seira y a alguna que otra saiyajin que observaban la escena con extrañeza.

 

-¿Es alguna clase de ritual?...- Quiso saber la guardiana de Setsuna.-

-Sí…-replicó resignadamente Ami para añadir en tanto bajaba la cabeza avergonzada.- Uno que practican de continuo….

-Muy curioso. Ya me explicaréis su significado. - Valoró Seira que siguió caminando sin prestar más atención a aquello.-

-Chicas, ¡por favor!- Les pidió Makoto visiblemente sonrojada.- Estáis haciéndonos quedar como  unas tontas…

-Sí…ya sois mayorcitas, ¿es que no os da vergüenza? –Las regañó Minako.-

 

            Por fortuna las aludidas se percataron de las miradas de los saiyajin y enrojecieron a su vez dejando aparcada su enésima disputa. Ya más calmadas prosiguieron con el paseo.

 

-Esta ciudad está más avanzada de lo que creía.- Comentó Bertie en tanto observaba algunas amplias avenidas y otros edificios de mayor porte, mientras se aproximaban al palacio.-

-Nuestro pueblo no es muy experto en construcciones como los terrestres, pero sabemos cómo hacer algunas cosas.- Replicó Seira no sin satisfacción.-

-Podríais incorporar algunas técnicas de la Tierra.- Le propuso Cooan.-

-Lo mío no es ocuparme de tales asuntos. Aunque supongo que, cuando sus majestades el rey y la reina sean coronados y comiencen oficialmente su gobierno, podréis comentarles esos temas.- Afirmó su interlocutora.-

-Quizás Zafiro podría ayudaros, él es ingeniero y muy bueno.- Sonrió Petz.-

 

La saiyajin asintió agradeciendo la sugerencia con una inclinación de cabeza. Al cabo de unos instantes, fue Minako quien comentó.

 

-Oye Seira, no le hemos organizado a nuestra amiga una despedida de soltera.

-¿Una qué?- Inquirió la aludida sin comprender.-

-Bueno, es una costumbre de la Tierra.- le explicó Rei.- Antes de la boda, las amigas de la novia por un lado, y los amigos del novio por otro, se los llevan a celebrar el fin de la soltería.

-Sus majestades no me dieron orden a ese respecto.- Comentó la atónita guardiana.-

-No te preocupes.- Suspiró Cooan, para decir entre divertida y aliviada.- Por mí no es necesario, todavía recuerdo la resaca que tuve el día de mi boda.

-¡Y que lo digas!- Se rio Bertie.-

-Tampoco tengo yo muy buenos recuerdos de beber en exceso.- Admitió Petz.-

-Yo me acuerdo de cómo estaba la pobre Cooan.- Añadió Esmeralda.-

-¡Jo! Pues a mí me hubiera gustado celebrarlo. No pudimos acompañaros entonces al ser menores de edad en los Estados Unidos.- Dijo Usagi.-

-Mejor así. No quiero ni imaginar que hubiese pasado si llegas a ir y a beber.- Comentó Makoto.-

-Pues no sé porqué lo dices.- Le respondió Usagi mirándola con los ojos entornados.-

-Yo sí, recordemos cierta fiesta en casa de cierto caballero inglés en la que una de nosotras dijo haber bebido zumo...- Se sonrió Rei.-

-¡Vale, vale! No hace falta que continúes.- Se apresuró a pedir la ahora azorada Usagi.-

 

            Sus amigas se rieron, en tanto Seira las observaba con una mezcla de extrañeza y afabilidad. Esas terrestres eran realmente divertidas. Pero ella tenía más obligaciones y así se lo hizo saber.

 

-Con vuestro permiso, debo ausentarme. Mis tareas me reclaman. Os dejaré al cuidado de algunas mujeres de mi pueblo para que os procuren alojamiento.

-Por supuesto. Muchas gracias por hacernos de guía.- Le dijo una reconocida Haruka.-

 

En efecto, Seira las dejó al cuidado de otras saiyajin que las ayudaron a instalarse con gran deferencia. Una vez dejaron sus equipajes y se pusieron cómodas descansando un rato fueron al encuentro de sus parejas que no habían ido con ellas. Los hombres, por su parte, habían estado entrenando algo. Lornd y su hermano practicaron un poco de combate con sus amigos. Fue entonces cuando las chicas llegaron al gran campo de adiestramiento. Allí, unos cuantos guerreros del espacio observaban las evoluciones del grupo e incluso peleaban de forma “amistosa” con los invitados.

 

-No sé qué pensarán de nosotros.- Pudo decir un agotado Diamante cuando terminó su ronda y se reunió con su pareja.- Algunos son mucho más fuertes que yo o cualquiera de nuestro equipo. Exceptuando a Roy.

-Bueno...la fuerza bruta no lo es todo.- Replicó Esmeralda pasándole un brazo por la cintura a su interlocutor.-

-No sé si los saiyajin pensarán lo mismo.- Valoró un también exhausto Zafiro que, a su vez, se reunió con Petz.-

 

            No obstante ahora, el resto de los allí presentes, además de los hermanos de Némesis y sus parejas, se fijaron en que Dariel, el canciller real, había desafiado a Roy nada menos que a un combate, aunque de índole amistosa.

 

-Siendo el hermano de nuestro rey, tu fuerza debe ser muy grande. Sería un honor para mí el medirme contigo.- Le pidió con suma cortesía.-

-Claro.- Asintió el aludido retornando la amabilidad según declaraba.- Creo que eres el hermano de Seira, a la que respeto mucho. Es una mujer increíble y una gran luchadora. Si además eres el canciller debes de ser muy poderoso. El honor será mío.

 

            Su rival replicó con un reconocido asentimiento. Y sin pérdida de tiempo ambos se pusieron en guardia. Fue Blinz, el hermano de Calix, quién arbitró la lucha. A su señal, los guerreros comenzaron a acumular energía. El nivel de los dos subía de forma enorme. Muy pronto la mayoría de los saiyajin, atraídos por aquello, formaron un gran círculo a su alrededor. La propia Seira se aproximó al detectar tal cantidad de fuerza. Enseguida se sentó junto a Beruche y le dijo con tono lleno de respeto.

 

-Tu esposo posee una fuerza de combate tremenda. Es casi tan fuerte como nuestro soberano.

-Sí, no está nada mal. - Sonrió Bertie sin disimular su orgullo.-

 

            Y mientras los contendientes comenzaban a intercambiar golpes a una velocidad imposible de seguir para la mayoría de los presentes, la saiyajin adoptó una expresión seria y declaró dejando heladas a las chicas y a Bertie en particular.

 

-Estoy considerando seriamente el desafiarte por él.

           

La aludida puso unos ojos como platos. Tanto Cooan como Petz que estaban junto a  ella palidecieron. Aunque fue la propia Beruche la que se rehízo, y aseveró decididamente, jugueteando con su piedra de justiciera.

 

-Desde luego que no te lo iba a entregar sin lucha…

 

            Ahora fue la saiyajin quién miró fijamente a su rival con expresión adusta que, a los pocos instantes, suavizó con una leve sonrisa para responder.

 

-Era una broma, Señora. Yo ya tengo a mi pretendiente Calix, que me venció en combate.

-¡Pues menos mal para tu hermana que fue así!- Suspiró una aliviada Esmeralda cuchicheándoselo a Petz que asintió solidariamente.- No me gustaría tener que vérmelas contra Seira…

 

            Desde luego, ¡cualquier se atrevía a retar a esa mujer! Habían tenido ocasión de verla pelear en la Tierra y no tenía nada que envidiar a sus colegas masculinos. Incluso parecía ser más fuerte que Diamante, Zafiro, Ail o Nephrite. En ese momento, aquellos pensamientos quedaron interrumpidos. La propia Setsuna se personó allí. Seira enseguida dobló una rodilla saludando…

 

-Mi señora. Bienvenida. Llegáis a tiempo de disfrutar de un buen combate.

-¿Ha ido todo bien?- Quiso saber ésta dirigiéndose a su guardiana.-

-Mostré a nuestras distinguidas invitadas algunos lugares de la ciudad tal y como el rey y tú me ordenasteis.- Replicó la aludida.-

 

            Setsuna asintió con aprobación en tanto Seira se ponía en pie de nuevo. La ahora futura reina de los saiyajin lucía un traje similar al de su guardiana, un peto ceremonial con una corona marcada en su parte derecha. Una larga capa verde y un faldellín. Bajo él unas mallas y unas botas oscuras por encima de las rodillas. Saludó a todas sonriente y declarando con tintes de disculpa.

 

-Lamento mucho no haber estado para recibiros. Tenía cosas que preparar de cara a la ceremonia de mañana. Por eso le indiqué a Seira que os acompañase.

-¡Ha estado genial! La ciudad nos ha gustado mucho. - Afirmó Usagi.-

-Sí, es un sitio mucho más tranquilo de lo que parece. Lo único que le faltaría sería un santuario.- Convino en esta ocasión Rei.-

 

            Las otras vinieron a expresar observaciones muy similares. Aunque fue Haruka la que  dedicando una buena mirada de arriba abajo a su amiga la halagó, tanto que la hizo ruborizarse.

 

-Vaya, estás muy guapa…

-Gracias…- Pudo decir ésta.-

-Te queda muy bien la ropa de los saiyajin. - Convino Michiru con una media sonrisa.-

-Sí… esos trajes de los guerreros del espacio tienen su encanto.- Valoró Esmeralda que ya parecía estar tomando notas mentales para algunos diseños.- Algo primario y salvaje…

-No están mal, pero prefiero nuestros uniformes. - Afirmó Minako.-

-Lo cierto es que aquí la moda no parece demasiado exigente. Pero me gusta porque es muy funcional. - Afirmó Amanda no queriendo parecer descortés. -

- Bueno, para una vez que vengo dispuesta a variar de vestuario. Lo cierto es que no me importaría probarme una de esas armaduras. Parecen cómodas y funcionales. – Valoró una risueña Haruka, haciendo que las demás la imitasen divertidas.-

 

            Y para hacer más explícito su comentario la guerrera Urano estaba quitándose la chaqueta de sport que  llevaba cuando se interrumpió al ver a un saiyajin alto y moreno que se aproximaba hasta ellas. Justo tras haber intercambiado unos amistosos golpes con Nephrite. Éste último también se acercó saludando a las chicas y abrazando a Amanda.

 

-Mis señoras.- Las saludó ese guerrero que no era otro sino Blinz. Que había dejado por unos momentos de arbitrar el combate. - Sed bienvenidas a Nuevo Vegeta. Ahora vendrá su Majestad. Me ruega que os transmita sus saludos. Si me dais la venia, mi Señora, debo seguir el combate.

 

             Remachó aquellas palabras dedicando una mirada respetuosa a todas ellas, particularmente a Haruka, que chaqueta en mano, ahora marcaba sus atributos femeninos tras esa camiseta que le había quedado por toda prenda, junto a sus pantalones y zapatos.

 

-Muchas gracias. Puedes retirarte, Blinz.- Le respondió Setsuna.-

 

            Por respuesta el saiyajin le hizo una sentida inclinación a su soberana y volvió a ocuparse de ver cómo iban los contendientes. Aunque poco después le encargó a otro guerrero que se encargase de arbitrar en la lucha. Por su parte las mujeres se alejaron y Urano le devolvió la mirada a ese tipo, pero no de modo desafiante como solía cuando alguien se paraba a observarla, más bien fue con un tinte de sorpresa. Lo cierto es que no estaba acostumbrada a que un hombre la mirase de esa forma. Ahora además tenía el pelo un poco más largo y eso contribuía a feminizarla. Fue Michiru, la que, cuando estaban ya a una prudencial distancia, le comentó con sorna.

 

-¡Vaya!, como te miraba.

-¿Es que estás celosa?- Se sonrió su compañera ante los resignados suspiros de las demás, que ya sabían cómo iba a terminar todo aquello.-

-¿De veras te lo parezco? - Se sonrió la interpelada.-

-Da esa impresión.- Contestó una divertida Haruka.-

-Podría ser.- Replicó Michiru del mismo modo.-

 

            Por su parte Blinz las observó alejarse y le hizo un gesto a Seira, la aludida se acercó a él y el saiyajin le preguntó.

 

-Dime. Sabes si esa dama tiene algún compromiso.

-¿Cuál?- Quiso saber su interlocutora.-

 

            Cuando el hermano de su prometido le indicó desde lejos a esa mujer alta y rubia, Seira movió la cabeza declarando.

 

-No me consta que tenga ningún hombre tras de ella. Pero mantiene una extraña relación con su compañera.- Completó mirando a Michiru.-

-Bueno, eso no sería ningún impedimento.- Repuso el muchacho.-

-No me irás a decir…- la saiyajin se sonrió, moviendo la cabeza para agregar.- Es una princesa de su mundo. Buena guerrera. Al menos para los cánones humanos. Debo decir que ella y sus compañeras se han ganado mis respetos, son valerosas y leales.

- Tratándose de ti, eso significa mucho. Eso es justo lo que estoy buscando. Quizás te pida que me hagas el favor de hablar con ella. - Aseveró su interlocutor.-

-¿Hablar con ella? - Repitió la guardiana con estupor.- ¿Yo?

 

Y sin mediar más palabras Blinz se alejó de allí para retomar sus ocupaciones dejando a Seira visiblemente sorprendida.

 

-¡Vaya!, hay que reconocer que estas humanas tiene una poderosa aura.- Se dijo entre perpleja y divertida.- Son capaces de atraer a nuestros hombres con tremenda facilidad…Aunque dudo que esto le vaya a gustar a Elua.

 

            Y es que esa saiyajin, la más poderosa de Nuevo Vegeta tras ella misma, parecía tener a ese guerrero en su punto de mira.

 

-Todo sea que no tengamos que presenciar otro combate por el derecho a desposar un pretendiente.- Se sonrió Seira.-

 

En eso que Roy y Dariel estaban intercambiando más golpes, se esquivaban mutuamente y desaparecían reapareciendo a gran velocidad. Ambos luchaban ahora convertidos en súper guerreros de segundo nivel y el combate estaba muy equilibrado. Tras unos minutos más, los dos se detuvieron y volvieron a su estado normal. Hubo bastantes aplausos y aclamaciones de los espectadores. El Canciller sonrió de forma amplia y su contrincante hizo lo mismo. Luego se dieron la mano.

 

-Ha sido una buena pelea. - Valoró Dariel que parecía muy satisfecho.-

-¡Desde luego, amigo!- Convino Roy.-

 

            Tras eso, se dirigieron hacia los miembros del grupo de invitados. Lornd en persona hizo su aparición, besó en los labios a su prometida y se dirigió a los presentes.

 

-Amigos, nos honra teneros aquí. Enseguida celebraremos un banquete de bienvenida.

-Esa es la parte que más nos gusta.- Replicó Nephrite haciendo que casi todos se sonrieran.-

 

            El rey de los saiyajin hizo lo propio. Los amigos de su hermano eran unos tipos estupendos. Honorables y leales. Personas en las que se podía confiar. Sin embargo, fue Mamoru el que se aproximó a él y le comentó algo más serio, haciendo un aparte.

 

-Si tienes un momento, me gustaría hablar contigo.

 

            Lornd le dedicó una mirada de sorpresa. Aunque asintió pareciendo comprender. De inmediato le ordenó a Dariel.

 

-Ocúpate de guiar a nuestros huéspedes al gran salón, una vez los que han participado en los combates se hayan refrescado y cambiado.

-Sí, Majestad. – Replicó éste con una reverencia.-

 

Al momento siguió a su invitado. Una vez al margen del resto el saiyajin le miró de forma inquisitiva.

 

-Ha llegado la hora.- Afirmó Endimión sonriendo.- Espero que Setsuna y tú seáis muy felices.

-Ese es mi mayor deseo.- Replicó su interlocutor, que, tras una breve pausa, agregó.- Sé que ella te tiene en una gran estima, y tampoco ignoro que, en el pasado, existió algo más entre vosotros.

-Créeme. No por mi parte.- Le rebatió el aludido, añadiendo con tono pesaroso.- Verás. Ella siempre fue una guardiana leal y valiente. Como digna heredera de su estirpe protegió la puerta espacio- tiempo sucediendo a sus mayores en esa tarea. Ahora bien. Antes de eso fue una de mis guardianas personales. Junto a mis generales. Uno de ellos, le tienes aquí…Nephrite. El príncipe de los Cuatro Cielos.

-¿Y qué pasó exactamente?, Setsuna nunca me ha hablado demasiado sobre eso.- Quiso saber el rey de los saiyajin con patente interés.-

-Por eso he querido tener estas palabras contigo. Dado que cuando viniste a visitarnos a nuestra corte, para solicitar nuestra venia para liberar a Setsuna de sus votos, no pudimos hablar a solas tú y yo. – Respondió su interlocutor.- Deseaba tranquilizarte a ese respecto. Tu prometida es y ha sido siempre una mujer de honor. Nunca me dijo lo que sentía por mí. Aunque pude notarlo. No te mentiré. Siempre ha sido muy hermosa y tiene grandes cualidades, cualquier hombre se sentiría atraído por ella. Pero entonces conocí a la princesa Selene, la que ahora es mi prometida…

-¿Selene?- Se sorprendió Lornd, desde luego juraría que su nombre no era ese.-

-Sí- sonrió su contertulio explicándole.- En la Luna había una tradición, la princesa heredera era llamada Selene. Y la reina era Serenity… Cuando el reino del Milenario de Plata fue destruido Usagi, bueno, su encarnación, pasó a ser la legítima soberana. Su nombre por tanto, cambió.

-Extraña costumbre. – Valoró su interlocutor.-

 

Aunque eso realmente le traía sin cuidado, de modo que puso interés en retornar al tema de la conversación. Endimión se dio cuenta de ello y prosiguió con su explicación.

 

-El caso es que Serenity y yo nos enamoramos, incluso cuando ella era todavía Selene. Después volvimos a reencarnarnos en la Tierra, como Usagi y Mamoru. Entonces nuestro amor resurgió. Setsuna lo sabía y nunca hizo nada por tratar de meterse entre nosotros. Era y es muy consciente del destino que tenemos cada uno. Y por esa misma razón, estará muy feliz de ser tu esposa.

-Pero únicamente nos casaremos si realmente me ama tanto como yo a ella. - Objetó Lornd, sentenciando.- No quisiera obligarla a algo que no deseé. Y mi propio orgullo no lo soportaría.- Confesó con visible desasosiego. –

 

            Por respuesta, Mamoru posó una de sus manos sobre el hombro del saiyajin y al instante sonrió declarando…

 

-Tú sabes bien cuáles son sus sentimientos hacia ti. Y creo que te ha dado sobradas pruebas de su amor.

 

            Endimión recordaba ahora su llegada al planeta. Junto con Usagi había venido hacía un par de días. Después de una semana para recuperarse de la última (al menos de momento) batalla para defender la Tierra. Cuando al fin alcanzaron su destino fueron recibidos con todos los honores. Los saiyajin les dispensaron una cálida acogida, como aliados y amigos. Las princesas planetarias, como se titulaban el resto de las guerreras, fueron alojadas en los mejores aposentos del palacio Real. Y por supuesto, tanto a él como a Usagi les dieron los más lujosos. Pese a que los saiyajin eran bastante sobrios en general, las habitaciones eran cómodas. Aunque eso a ellos no les importase demasiado. Lo que sí quisieron fue ir a ver a la pareja Real. Lornd y Setsuna les recibieron y departieron con ellos. Al poco tiempo el rey de los saiyajin se excusó alegando que debía supervisar unos preparativos de la ceremonia. Eso les dejó a él, a Usagi y a Setsuna, tiempo para conversar. Junto a ellos se hallaban un par de damas saiyajin, Nilia y Moena, que atendían a su futura soberana, y por supuesto Seira. Esa alta y escultural guerrera morena, de corto pelo y salvajes ojos azabache. Escoltada por ella, la ex guerrera Plutón, se estaba probando su traje de novia. Un hermoso vestido blanco, que iba rematado por un cinturón de rubíes con pequeñas llaves colgando. Homenaje sin duda, a su antigua labor de guardiana del portal temporal.

 

-Estás preciosa, Setsuna. - La halagó Usagi quién inquirió a su novio.- ¿No lo crees tú, Mamo-chan?

-Claro, vas a ser una novia hermosísima. - Pudo decir éste haciendo que la portadora de tal vestido se sonrojase.-

-Siento mucha responsabilidad y algo de miedo.- Sonrió la joven.-

-¿Miedo, Señora?- Se sorprendió Seira asegurándole.- No debéis temer nada. Estaré a vuestro lado en todo momento para protegeros. Y os aseguro que nadie se atrevería a atacaros…

 

            Los demás se sonrieron. Fue Usagi la que le comentó a la guardiana con tinte afable.

 

-No creo que se refiera a ese tipo de miedo…

-¿Cuántos tipos de miedo hay? Se tiene miedo o no se tiene. - Quiso saber Seira que no parecía comprender.-

- Éste no es un temor producido por una batalla. - Le comentó Setsuna con una media sonrisa. Para agregar.- Mi zozobra es debida a que deseo estar a la altura de mi esposo. Amarle y serle siempre fiel y leal. Y procurar la felicidad de mis súbditos. Quiero ser digna de la labor que voy a desempeñar.

-En ese caso no debéis temer nada. – Afirmó la saiyajin con rotundidad, declarando.- Por lo que he visto estoy convencida de que lo haréis muy bien, Señora.

-Gracias. – Le respondió con voz queda la aludida, quién, dirigiéndose ahora a su guardiana y a las damas les pidió.- Si nos excusáis por un momento, desearía tener unas palabras con mis amigos en privado.

 

            Seira asintió, y tras hacer un gesto con las manos a las damas las tres salieron tras inclinarse ante su soberana. Setsuna entonces suspiró largamente mirando a sus amigos.

 

-Me pregunto.- Pudo decir con tintes llenos de melancolía.- Si este es mi destino… ¿por qué me siento así?

 

            Entonces notó sobre su hombro la mano de Usagi. No, era Serenity en esta ocasión la que hablaba. Su rostro estaba más serio y al tiempo mostraba una expresión dulce cuando le respondió.

 

-Seira tiene razón. No debes temer. Serás una magnífica reina, y una valiosísima aliada. Mucho de lo que suceda en el futuro dependerá de ti.  ¡Setsuna, te necesitamos! ¡Lornd te necesita! Y además, sé que tú le quieres, tanto como él a ti.

-Muchas gracias, Majestad.- Replicó la aludida.-

 

            Serenity la observaba ahora casi de forma maternal y con una mirada que dejaba translucir cierta preocupación. Al fin le dijo a su amiga.

 

-Sabemos perfectamente lo que te costó dar el paso. Y no ignoramos que tu abnegación y tu sentido del deber a la hora de cumplir con tus tareas siempre fueron intachables. Pero Setsuna, esto no es un deber… solamente te pedimos que lograses una alianza. De por sí era una tarea muy complicada y la has culminado con éxito. Esta unión tan personal tiene que ser algo que tú libremente hayas elegido.

 

            La novia le devolvió una mirada profunda desde sus ojos bermellón y tardó unos instantes en responder. Con un tono que trataba de sonar resuelto.

 

-Estoy aquí por mi libre albedrío. Deseando ser digna de esta responsabilidad y también ser dichosa en mi nueva vida…

-Vas a ser muy feliz. Tu futuro esposo es un hombre valiente, honorable y de buen corazón. Te ama y será un gran rey con tu ayuda. Te lo aseguro. - Terció Mamoru, ahora hablando también como Endimión, en tanto le ofrecía una rosa roja.-

 

            Entonces Serenity, o quizás ahora Usagi, sacó un teléfono móvil y les pidió a ambos con un tinte de voz mucho más desenfadado.

 

-Mirad hacia aquí. Voy a haceros una foto. Chibiusa me trajo este aparato del futuro.

-¿Del Siglo  treinta? - Se sorprendió Setsuna, mirando aquel artefacto.-

-¡No desde tan lejos!…- Se rio su interlocutora que matizó.- De dos mil quince, creo que me dijo. ¡Tiene una cámara buenísima!…Ahora sonreír y estaos quietos…Venga Mamo-chan…acércate un poco más a P - Remachó jovialmente, pues así la llamaban a Plutón a veces en la intimidad. Con ese cariñoso apelativo que le pusiera Chibiusa.-

 

            El muchacho asintió, estaba de pie, tras la novia que estaba sentada y sostenía aquella rosa roja tan bonita entre sus manos. Él lucía también un inmaculado traje con una chaqueta que tenía los bordes en ribetes dorados. Puso las manos sobre los hombros de ella y así quedaron en la fotografía. Usagi se la mostró complacida, añadiendo…

 

-Bueno, voy a enseñársela a las demás. Les va a encantar…

-Preferiría que no lo hicieras.- Objetó Setsuna con algo de envaramiento, para justificarse de inmediato.- Me gustaría que no vieran el vestido hasta la ceremonia.

-¡Claro!, ¡Qué tonta soy!- Sonrió su contertulia llevándose una mano al cogote.-  Bueno, voy a enseñársela a Seira. ¿A esa sí que puedo, verdad?...

 

            Su interlocutora asintió sonriendo divertida. ¡Esta Usagi!, lo cierto es que a veces Setsuna no sabía con quién estaba hablando, si con esa alocada muchachita, o con la futura soberana de Cristal Tokio. Ahora debía de ser Usagi dado que la vio salir de la habitación deseosa de encontrar a la guardiana y mostrarle aquella imagen. Era algo digno de verse, la ruda Seira y la cándida y divertida chiquilla del colegio…Usagi hablaba y hablaba gesticulando en tanto le mostraba aquella imagen elevando su brazo para que su interlocutora no tuviera que agacharse mucho.

 

-Mira, está preciosa. Y también tengo estas fotos mías y de las chicas. Aquí estábamos en el barrio de Juban…

 

A su vez, la recia guardiana se limitaba a sonreír levemente asintiendo con franciscana paciencia. Plutón suspiró nuevamente y entonces se percató de que era observada con atención por Mamoru, él le sonrió tomando una mano de ella entre las suyas y afirmando.

 

-Sé lo que esto significa para ti. Y nunca podré agradecértelo lo suficiente.

-No os preocupéis, Señor. Soy muy feliz. De veras. - Aseguró la joven, quien no pudo evitar ruborizarse de nuevo.-

- Pues acostúmbrate a no llamarme Señor. Como reina de los saiyajin, solamente tu rey estará por encima de ti en autoridad. – Le recordó su interlocutor.-

 

            La muchacha asintió, lo sabía demasiado bien. Tras esas palabras Seira y Usagi entraron. La guardiana expresó su admiración por la elegante fotografía. En eso que los invitados se disculparon dejando ya a la novia que debía ultimar algunas cosas más…

 

-Y eso fue lo que pasó.- Concluyó Endimión.-

 

            Ahora el futuro rey terrestre miraba a los ojos a su contertulio. Éste le devolvía la mirada y asintió declarando…

 

-Sé que ella me quiere, pero también sé que su corazón no ha olvidado tan fácilmente. Lo entiendo y comparto eso. Puedes creerme, amigo. No todos los guerreros del espacio somos tan insensibles y brutos como parecemos.

 

            Y dicho esto Lornd se alejó para retornar con los otros invitados…dejando a un pensativo Endimión…

 

-Vaya, espero que ahora no haya ningún problema.- Pensó ahora como Mamoru.-

 

            A su vez, el soberano de los guerreros del espacio recordaba aquel comentario que hiciera a Serenity. Fue a los pocos días de que retornasen de Nuevo Vegeta a la Tierra y de que Setsuna renunciase a su puesto como guardiana de los soberanos terrestres. Pese a todo lo ocurrido y el ejemplo de valor y de amor que su prometida le ofreciera él no era tonto y no estaba ciego. Había sospechado algo extraño desde que comenzase a estrechar lazos con su ahora futura esposa. Ella le contó cosas de su vida lo mismo que hiciera él con la suya. Tras eso, tuvo ocasión de ver a la soberana de la Tierra y la Luna. Es más, pudieron departir un día, estando de visita en el santuario Hikawa, junto a todas las guerreras, su hermano Asthel y Lorein, la mujer de éste. Como era costumbre la guerrera Mercurio estaba jugando con su amiga Bertie al ajedrez. Era una disputada partida. El resto estaba hablando de temas intrascendentes y ellas dos se mantenían algo apartadas. Lornd se paseaba entonces por la zona y se acercó. La propia Usagi se unió a él, y viendo a ambas muchachas enfrascadas en ese juego le confesó divertida.

 

-¡La verdad es que son dos genios! Yo soy malísima jugando al ajedrez, casi ni sé mover las piezas. ¡Si hasta me ganaba Chibiusa cuando solamente era una cría!

 

            Su contertulio la escuchaba en silencio. Y no dejó de hacerlo cuando la muchacha agregó…

 

-Supongo que para un guerrero del espacio como tú, lo más sencillo sería desintegrar las piezas enemigas, ¡ja, ja!…

 

            Pero su oyente se limitó a esbozar una leve sonrisa, y para estupor de las jóvenes se aproximó a Bertie y comentó…

 

-Lorein, tienes jaque mate en unos cuatro o cinco movimientos…

-¿Qué? - Se sorprendió la interpelada confesando sin pudor.- No sé dónde ves eso…

-Yo creo que sí lo sé.- Comentó Ami con tintes algo enigmáticos.-

-Sería digno de ver a alguien capaz de ganar a Ami-chan al ajedrez.- Terció Usagi con patente interés.-

-Por favor, Lornd.- Le ofreció entonces Beruche levantándose del sitio.- Continúa tú.

-No, no quisiera interrumpir- Repuso el saiyajin, que se disculpó de inmediato.- No he debido molestaros.

-No es ninguna molestia.- Insistió Bertie, que estaba genuinamente picada en la curiosidad.- Vamos, no creo que a Ami-chan le importe.- Remachó observando a su amiga que sonrió.-

-Todo lo contrario. Será un placer para mí.- Confirmó la muchacha.-

 

            Finalmente Lornd aceptó. Quedaron los dos cara a cara ante el tablero. Ami movió colocando al saiyajin en una posición incómoda. Sin embargo, él supo defenderse y contraatacar. Tanto Usagi, como sobre todo Bertie, estaban impresionadas. Y fue tras seis movimientos cuando el guerrero del espacio movió pieza y declaró.

 

-¡Jaque mate!

 

            La misma Ami no lo podía creer, ese tipo era realmente inteligente y muy bueno jugando.

 

-Ya echaremos una partida desde el principio.- Dijo ella.-

-Será un honor para mí. Alteza. - Afirmó su interlocutor que se levantó e hizo una leve inclinación de cabeza para alejarse.-

 

            Usagi le siguió en tanto sus amigas recolocaban las piezas, listas para empezar un nuevo reto.

 

-¡Vaya!, me has dejado realmente impresionada. – Afirmó la muchacha con tono afable.-  Espero que perdones mi comentario de antes… pero no parecía que supieras jugar tan bien al ajedrez….

-Las apariencias engañan, Majestad. Lo sabéis muy bien. - Sonrió el guerrero, que afirmó sin recato.- Aunque desde luego, sigo sin ser un jugador tan diestro como vos.

-¿Yo?- Se rio la chica señalándose a sí misma con una mano al pecho.- Ya te he dicho que no tengo ni idea…

-Será por eso entonces que me ofrecéis una reina a cambio aparentemente de nada.- Replicó Lornd dejándola atónita para explicar.- Solamente hay dos tipos de jugadores que harían algo así. Los que de veras desconocen por completo como se juega. O los que son unos consumados jugadores y tienen calculada una estrategia a largo plazo para dominar la partida. Y vos, Majestad, perdonadme, pero no me parece que pertenezcáis al primer grupo.

 

            Ahora su interlocutora le dedicó una mirada grave. Esa ya no era Usagi. Estaba claro que la joven había captado el mensaje. Durante unos momentos ninguno habló, hasta que fue finalmente ella quien musitó.

 

-Entiendo…crees que estamos sacrificando a una de las nuestras como si fuera un peón en algún tipo de partida.

-No dije un peón.- La corrigió él, recalcando con un tono levemente acusatorio.- Sino una reina…una que podríais mover a vuestro antojo en el tablero contrario.

-Comprendo tus recelos.- Suspiró resignadamente Serenity para agregar.- Aunque te aseguro que no es lo que tú crees.

-¿Y qué es lo que piensas que yo creo?- Inquirió agudamente el saiyajin.-

 

            La muchacha no respondió de inmediato, se limitó a caminar un poco más en tanto él paseaba a su lado. Al fin, Serenity se detuvo observando a cierta distancia a sus amigos, entre ellos, al grupo que formaban Setsuna, con Haruka, Michiru y Hotaru. Parecían conversar animadamente de algo. Fue cuando la joven declaró.

 

-Posiblemente imaginas que estamos jugando algún tipo de partida contigo. Y piensas que todo esto ha sido una especie de añagaza para atraerte. ¿Voy bien hasta ahí?...-Le preguntó no sin un tinte de absoluta confianza en que así era.-

-No te lo puedo negar.- Admitió su interlocutor enfrentando su intensa mirada de color castaño con la profunda y celeste de ella.-

-Bueno.- Se sonrió Serenity para seguir mirándole directamente a los ojos y afirmar.- En parte tienes razón. Queríamos atraerte… pero te equivocas en lo otro. No se trata de jugar una partida contra ti. Al contrario, podríamos decir que, tanto tú como nosotros, estamos en el mismo lado del tablero. Jugando con las piezas blancas.

-¿Y quién maneja las negras entonces?- Inquirió  agudamente el saiyajin.-

-¡Ojalá lo supiéramos! – Suspiró su interlocutora que ahora incluso endureció algo su tono para sentenciar con autoridad.- Y otra cosa, Lornd. Yo nunca sacrificaría a una de mis amigas de ese modo. Por ningún motivo. Si así lo crees, entonces no me conoces tanto como imaginas. ¡Jamás olvides eso!

 

            Ahora fue él quien tardó unos instantes en pronunciar palabra. Cuando lo hizo aseveró con patente tono de respeto.

 

-Eres una gran reina en verdad. Te ruego que me disculpes si te he ofendido, no fue mi intención.

 

            Y dicho esto se alejó, dejándola allí, sumida en sus reflexiones. El resto del día transcurrió de modo normal. Cuando Serenity se reunió nuevamente con los demás actuaba otra vez como aquella alocada Usagi. El propio Lornd no alcanzaba a comprender el porqué de esos cambios de personalidad. ¿Qué pretendía fingiendo ser una jovencita ingenua?... Volvía a recordar y a meditar sobre eso en tanto caminaba por el corredor de su palacio. Presto a reunirse con su hermano y los otros…

 

-Seguramente obedecerá a una estrategia suya. De todas formas no importa, sé que puedo confiar en ella.- Se decía el saiyajin.-

 

Por otro lado, Setsuna estaba charlando con sus amigos tras el combate protagonizado por Roy y Dariel. Formaba un animado corrillo junto con Seira, Beruche, Esmeralda, Cooan y Petz. Estaban recordando algunas vivencias. En eso que Haruka y Michiru se unieron a ellas.

 

-Bueno. Os veo muy entretenidas. ¿De qué estabais hablado? Si no es indiscreción. – Quiso saber la Guerrera Urano, que lucía su clásico traje de pantalón y chaqueta blanco con florituras en la pechera.-

-Recordábamos la última vez que Setsuna se pasó a visitarnos.- Respondió Bertie.-

-Eso suena interesante…- Comentó Neptuno, con un vaporoso vestido de falda larga color azul turquesa.-

-Sí. Sobre todo cuando fuimos a ese restaurante.- Les comentó su antigua compañera mirando de reojo a Seira y sonriendo.-

 

Y como las recién llegadas y el resto parecían ansiosas por saber de qué iba aquello Setsuna les relató…

 

-Veréis, íbamos las tres…

 

            Paseaba con su futura cuñada y la guardiana de ésta, Seira, por una concurrida calle de Nueva York, se disponían a ir de tiendas. Ya le habían dicho a Bertie que ella y Roy estaban invitados a la ceremonia de coronación. Lornd había ido a ver a su hermano y se lo había contado. Para celebrarlo, Beruche las quiso llevar a dar un paseo por la ciudad. Entre ella y Setsuna eligieron para Seira un completo vestuario. La saiyajin no salía de su asombro al observar esas extrañas costumbres humanas. Cuando por fin terminaron, pertrechadas con bastantes bolsas y paquetes, se fueron a un restaurante bastante caro. Al llegar el maître les sonrió de forma muy educada, conocía a Beruche que, al ser cliente habitual, había hecho la reserva.

 

-¡Oh bienvenue! Pasen, Madame… - saludó a Bertie con un marcado acento francés besándole una mano. – Et vous, mademoiselle - inclinó la cabeza de forma muy educada a Setsuna y Seira al tiempo que les informaba. - Su reserva está dispuesta,- hizo una leve inclinación más y señaló con una de sus manos a una mesa situada en una esquina. -

-¿Qué ha dicho?- Preguntó Seira con expresión de sorpresa a su soberana. - Madmoa… ¿qué?...

-Madeimoselle, significa señoritas, es en francés, en estos sitios se usan esas expresiones porque son más refinadas...- le explicó Setsuna mientras unos camareros les apartaban las sillas para que se sentaran. -

-¡Ya puedo hacerlo yo! - Les dijo la saiyajin de una forma algo ruda a los atónitos camareros, - estos tipos se han creído que no tenemos fuerzas para mover estas sillas, es absurdo...

-No Seira, - sonrió Beruche divertida. - Es una muestra de cortesía hacia los clientes...no te enfades, tú déjales hacer y no te preocupes por nada...

-Vale, lo único que me interesa es que traigan ya la comida, ¡me muero de hambre!...- replicó la saiyajin cruzada de brazos y mirando con impaciencia su plato vacío. -

-Ahora mismo la traen, no te preocupes.- Contestó Setsuna tratando a duras penas de no reírse -...

 

            Efectivamente el solícito maître se acercó a ellas con tres ejemplares de la carta del restaurante, los distribuyó en la mesa y les dijo...

 

-¿Puedo permitirme recomendarles una Creme du Orange, Paté de Crevillón o ensalada Cesar?...Eso como primer plato, como segundo. Cabeza de jabalí con salsa verde, pato a la naranja o besugo al horno...

-Gracias, ahora lo pensamos y se lo decimos...- contestó Bertie sonriendo ante la expresión de Seira al escuchar a ese tipo. -

-Como guste usted, Madame....mientras tanto permita que las obsequiemos con unos aperitivos de la casa…- batió palmas y dos camareros se llegaron a la mesa con unas fuentes de canapés variados. – Garçon s´il vous plait

-¡Oye tú!,- espetó  Seira al Maître que la observó algo perplejo. - Trae ya la comida, eso que has dicho antes...

-Sí madeimoselle, pero antes debe usted decidir el primer plato...- objetó algo confuso -…

-¿Qué más da cual sea el primero? Tráelos todos, que tenemos hambre.- Le urgió, el maître la observaba con los ojos como platos, Setsuna y Beruche no podían reprimirse ya la risa. - ¡Vamos…que no disponemos de todo el día!

-Descuide, tráigalos,- le indicó Bertie sin poder parar de reír. - ¡Ji, ji, ji!..

 

            El atónito maître asintió y así se lo ordenó a los camareros, estos se dirigieron prestos hacia la cocina. Seira mientras tanto daba buena cuenta de los canapés ante las condescendientes miradas de Setsuna y Bertie...

 

-Señora esto está muy bueno,- aseguró mientras masticaba a dos carrillos en tanto tomaba la bandeja con una mano y la acercaba su soberana, ofreciéndole, - come alguno...

 

Y sin más ceremonias  le pasó aquello a la interpelada que se desternillaba de la risa mientras otros clientes miraban a la mujer saiyajin asombrados.

 

-Seira, come más despacio que aún quedan por llegar los platos principales. - Aconsejó Setsuna cuando pudo controlarse un poco de su hilaridad -...

-No os preocupéis…esto no es nada.- Afirmó la guardiana.-

 

            Cuando los susodichos platos llegaron la saiyajin hizo honor a sus palabras y se trasegó, uno detrás de otro, la ensalada, el pate, y la crema. Los camareros la miraban con la boca abierta mientras ella repetía de forma constante.

 

-Más, por favor, más por favor, de esto que está muy bueno y eso otro, que no sé cómo se llama...- señalaba a los restos de las fuentes casi de forma compulsiva mientras parecía hacer un esfuerzo por masticar más deprisa atizándose golpes en el pecho para bajar la comida. -

-Oui...madeimoselle. - Pudo musitar el atónito maître que estaba pálido al verla.-

 

            Los segundos platos corrieron igual suerte. Beruche ahora había dejado de reír y observaba completamente alucinada, y eso que conocía el apetito de Lornd y Roy, pero no creía que una mujer saiyajin pudiese tragar así. Ella y Setsuna comieron más discretamente, bastante azoradas a su vez, mientras contemplaban el espectáculo. Cuando el maître, absolutamente anonadado, se acercó a la mesa, Seira se colocó las manos tras la nuca y repantigándose lo más posible en la silla esbozó una amplia sonrisa para sonrojo de sus compañeras.

 

-Esto está muy bueno, aunque tenga esos nombres tan raros, ¡qué bien me he quedado!...- declaró la saiyajin en tanto se palpaba la tripa con satisfacción.-

-Lo celebro, señorita.- Repuso el estupefacto maître olvidando su pretendido acento francés para atreverse a preguntar. - Entonces, ¿no desea usted postre? claro.

-¿Postre?- Repitió Seira queriendo saber con súbito interés. - ¿Te refieres a frutas y demás cosas dulces que saben aún mejor que esto?

 

Ya sabía lo que eran postres, lo había aprendido el día anterior que había comido en casa de Esmeralda, quién todavía estaba haciendo cuentas con el servicio de catering. ¡Y eso que allí dijo no tener demasiada hambre! Así que, con patente interés y expectación, preguntó.

 

-¿Cuántos tienes de esos?

-Pu, pues… - acertó a decir el desconcertado individuo.- Arroz con leche, flan, helado de tres gustos, mousse de chocolate, natillas, frutas variadas, escarchadas...

-Tráelos...- le pidió Seira sonriente en tanto se palpaba su ahora abultado vientre para afirmar.- Creo que aún me queda un hueco en el estómago.

-Oui, ¿pero cuál desea la señorita?

-¿Cómo que cual?- Inquirió a su vez la guerrera, para ordenarle.- ¡Tráelos todos!

-¿Todos?...- Gimió el maître con voz alarmada y atónita. –

-Pues claro,- repuso ella de modo apremiante. - ¡Vamos!, antes de que se me pasen las ganas....

 

Aquel tipo solo pudo asentir saliendo raudo para encargarlos. Tanto Setsuna como Bertie miraban ahora a su compañera de mesa con ojos desmesuradamente abiertos…

 

-¿No te irán a sentar mal, Seira?,- le advirtió su soberana algo preocupada- ....supongo que hasta un guerrero del espacio se empachará si come tanto...

-Es cierto, Señora. Recuerdo que cuando era niña me comí varias raciones seguidas de Gual. Parecidas a eso que llaman aquí natillas, aunque son mucho más espesas. Bueno, comí tanto que estuve un par de días casi sin poder moverme, ¡ja, ja!…claro que no sabía controlarme entonces, tenía cinco años.

 

            Sus interlocutoras asintieron con gestos evidentes de asombro. ¿A qué llamaría controlarse? Finalmente los postres llegaron y la saiyajin se los fue comiendo uno tras otro entre muestras de deleite.

 

-¡Uuhh… que rico!... éste tampoco está nada mal… ¡Ah! qué bueno… ¡Oh! éste me encanta…

-Desde luego, parece que estuviera haciendo otra cosa que comer. - Le susurró Bertie a su futura cuñada, haciendo que ésta no pudiera parar de reírse, más cuando añadió.- Gime como…ya sabes…

-¡No me la quiero imaginar en ese otro momento! - Le cuchicheó la divertida Setsuna.-

 

Al oír eso a Bertie también le dio por desternillarse mientras Seira seguía engullendo. Al fin terminaron de comer y tras pagar una astronómica cuenta salieron del restaurante. Ahora Beruche estaba mirando la factura con los ojos hechos puntitos, sin reírse. Sin embargo, Setsuna la animó, al darle un vistazo a aquella prueba del dispendio.

 

-No te preocupes, te pagaremos lo que hayamos comido...

-No, por favor,- replicó ésta algo envarada.- Yo os invito, es lo justo, ya que habéis venido a invitarnos a Roy y  a mí a la coronación...

-Os lo agradezco princesa. Sois muy gentil. Ahora solamente necesito hacer algo de ejercicio. - Dijo Seira que seguía palpándose el estómago, - así digeriré esto mejor...

 

            Caminaban por una calle estrecha y algo apartada del jolgorio, Beruche algo preocupada, se percató de que, sin apenas darse cuenta, habían salido de la zona más elegante y concurrida de la ciudad y se habían internado en el territorio de las bandas callejeras. El radical cambio en la decoración lo confirmaba, el mobiliario urbano estaba bastante deteriorado y podían verse pintadas y basura esparcidas por todas partes. Sus acompañantes se dieron cuenta de eso y  su guía les advirtió con apuro.

 

-Me he distraído con la conversación y os he sacado de la zona segura, será mejor que nos volvamos, por estos sitios se debe tener cuidado.

 

            Tanto Seira como Setsuna se sonrieron, Beruche enseguida se dio cuenta de lo absurdo de su prevención. Para hacer buenas sus palabras, un grupo de tipos vestidos con camisetas cortas que llevaban un dibujo de la cara de un diablo cornudo y rojo en el pecho, pronto rodearon a las tres y el que parecía su líder les dijo de una forma bastante chulesca.

 

-¡Hey!, Santa Klaus se debe haber equivocado, mirad que tres nenas nos ha dejado, ¡guau!…

-A lo mejor es que hemos sido buenos.- Comentó otro con sorna.-

-Sí. - Secundó uno más de ellos. - Podemos repartírnoslas...

 

            El que parecía el líder se acercó hacia Seira que le miraba indiferente sin demostrar ningún temor, el tipo en cuestión era bastante más bajo que ella, pero eso no parecía importarle al matón aquel. Más cuando  ese individuo le dijo con expresión sonriente.

 

-Eres muy alta, muñeca, pero eso no tiene importancia cuando se está tumbado. Además, yo tengo algo muy grande...

-¿La estupidez?- Inquirió desapasionadamente la interpelada haciendo que tanto Bertie como Setsuna se sonrieran con visible regocijo.-

-Vaya... tienes carácter. Eso me gusta. – Replicó aquel tipo añadiendo con tono lascivo.- Pero cuando veas mi herramienta te quedarás impresionada.

-Lo dudo mucho - rebatió la aludida mirándole de arriba a abajo divertida.- Aunque me gustaría comprobar si eso es verdad…y logras impresionarme algo.

-Pues enseguida lo verás,- dijo sonriéndose el líder aquel-...

-Oye Seira - Intervino Setsuna en voz baja- si te intentan hacer algo defiéndete flojito eh, solamente empújale. No quiero que mates a nadie, ni manches nuestras ropas de sangre ni nada parecido. Ten en cuenta que son modelos de la colección de Esmeralda. Y no les desintegres con rayos…

-Como tú digas, Señora,...- asintió ésta.- Tendré cuidado.

 

Entre tanto y, ajeno a esas palabras, el líder de la banda se acercó y le tocó una pierna a Seira, subiendo con la mano hasta más arriba del muslo, la saiyajin no se inmutó.

 

-Parece que te gusta... ¡ja, ja! – Jadeó el tipo que miró al resto de su pandilla con satisfacción añadiendo de forma presuntuosa.- Chicos, sigo teniendo mi toque mágico con las mujeres...

           

Animado por aquella demostración de su jefe otro de esos individuos se acercó hacia Setsuna y trató de tocarla con idénticos fines. Entonces sí que reaccionó Seira. Agarrando el brazo de éste y partiéndoselo sin esfuerzo ante el asombro de los demás pandilleros.

 

-A su Majestad no se la toca. - Advirtió  mientras soltaba al individuo que aullaba de dolor sujetándose el brazo.-

-Vaya. ¿Habéis oído, chicos?- Terció el jefe. - La otra es una reina, deben ser de esas tías masoquistas que les va hacérselo entre ellas. ¡Pues vamos a destronarla!, así seremos nosotros los reyes.

 

Y a su señal todos se acercaron con muy siniestras intenciones, pero Setsuna no se inmutó, sólo les avisó con un tono indiferente e incluso algo resignado en su voz.

 

-Me parece que os vais a buscar problemas, yo de vosotros me iría ahora que aun podéis andar.

 

            Ignorando aquella advertencia uno de ellos trató de agarrar a Beruche que le arreó una rápida y contundente patada en sus partes por toda respuesta. Lo que enfureció al resto de aquellos tipejos.

 

-Venga, ¡a por ellas! - Ordenó el líder indicando a sus hombres.- Hacer lo que queráis con las otras dos, pero la más alta es para mí...

 

            Todos atacaron a las chicas con la intención de abusar de ellas, pero más bien fue al revés. Según se acercaban Setsuna y Beruche les esquivaban y rechazaban con potentes patadas y puñetazos que derribaban a los agresores. Sin tener que recurrir ni tan siquiera a invocar sus poderes. Los pandilleros no podían creérselo. Entonces Seira intervino de forma indolente, lanzando por el aire a varios metros a todo el que agarraba. En pocos segundos todos estaban inconscientes excepto el líder. Éste miraba con ojos como platos la increíble escena. Estaba ya bastante amedrentado y esas sensación aumentó cuando la guerrera del espacio se acercó hacia él con pasos lentos y cierta apariencia de desgana.

 

-Oye, tranquila tía, era una broma... ¿no iras a molestarte por una tontería como ésta, verdad?...- balbuceó completamente paralizado por el miedo.-

 

            Setsuna le indicó a su guardiana cuando la saiyajin llegó junto al asustado individuo y le levantó por el cuello con una sola mano.

 

-Recuérdalo, flojito...

 

 Asintiendo con una maliciosa sonrisa Seira repuso.

 

-Sí, Señora, pero no sé si podré controlarme lo suficiente. Los humanos son muy débiles…

-¡Por favor, por favor!, déjame en el suelo, me largaré y no os volveré a molestar.- Suplicó el líder de los diezmados pandilleros, temblando y sudando visiblemente. -

-Menudo cobarde.- Respondió Seira a desgana - no mereces ni que me manche las manos contigo...- el gamberro asintió aliviado aunque quizás eso fue prematuro, dado que su interlocutora declaró con indiferencia.- Así que ahí vas.- Y sin más ceremonial le lanzó contra unos cubos de basura que debían de estar a unos veinte metros haciéndole aterrizar de cabeza dentro de uno de ellos.- Bueno, ya podemos irnos si lo deseáis, Majestad, Alteza, - declaró sacudiéndose las manos con una sonrisa de satisfacción.-

-Sí, será mejor que nos volvamos ya.- Intervino Beruche divertida por la escena que había presenciado.- Se nos va a hacer tarde.

 

            Las tres se alejaron de allí, con los quejidos de fondo de aquellos tipos y el sonido de una voz ahogada dentro del cubo, que reclamaba que le sacaran de éste…

 

-¿Y esos son los individuos que imponen su ley en este lugar?- Se sonrió despectivamente Seira.-

-Bueno, está claro que no sabían contra quienes se la estaban jugando.- Se rio Bertie.-

-Bueno, mejor será que no llamemos más la atención.- Indicó Setsuna.-


            Seira asintió obedientemente y las tres se volvieron a casa de Beruche. Los chicos mientras tanto tampoco habían perdido el tiempo. Calix, acompañando a Lornd, había ido junto con Roy y Diamante a un bar y allí tomaban un ligero aperitivo. Bueno, para unos saiyajin era ligero, para el resto de los que estaban en la barra contemplándoles  era algo increíble. Entre los tres guerreros del espacio casi habían terminado con las existencias. Diamante tampoco podía creerlo. Pero tuvo que hacerlo cuando a él y a Roy les presentaron la cuenta. Al terminar se volvieron para la casa de los Malden, allí charlaron un rato mientras veían la televisión.

 

-Así que tú y Seira os habéis prometido,- dijo Roy dirigiéndose a Calix. - Me alegro mucho, chico…

-Gracias Alteza, - replicó este sin poder ocultar su alegría para contarles. -El rey me sometió a un duro entrenamiento pero ha merecido la pena.

-Ya te lo dije. - Intervino Lornd con tono de satisfacción -, sólo hacía falta un pequeño esfuerzo por tu parte.

-Esa Seira es de armas tomar,- terció Diamante afirmando. - Para dominar a una mujer como esa se debe de ser muy fuerte.

-Ella no es como parece, - replicó Calix, quién, por su tono evidenciaba estar muy enamorado al relatar. - Únicamente actúa así para defender sus principios y a su pueblo. En el fondo es muy buena chica y tiene sentimientos como cualquiera, lo que ocurre es que no le gusta demostrarlos.

-Eso es verdad, las mujeres saiyajin sólo muestran lo que sienten en la intimidad. Pero muy raramente en público, al igual que los hombres, estos con mayor motivo y solamente en ocasiones  importantes o especiales. - Añadió Lornd. -

-Pues yo también soy un saiyajin y en cambio me gusta demostrar mis sentimientos, sobre todo agarrar a Bertie y...- se sonrió y los demás le miraron con complicidad haciendo lo propio. -

-Aquí lleváis una vida muy relajada. Os podéis permitir esos lujos. - Repuso Lornd entre sonrisas-...

-No te creas, hermanito, -rebatió su interlocutor, recordándole.- También nos las hemos visto moradas en muchas ocasiones…

 

            Lornd tuvo que concederle eso a su hermano menor y todos sonrieron. Cuando escucharon un pitido que provenía de Diamante. Éste se disculpó y sacó un teléfono portátil…

 

-¿Sí?...

 

            Paralelamente a todos estos acontecimientos, en uno de los observatorios de la Masters Corporation se habían  detectado numerosos puntos en la pantalla del radar. Por su distancia debían de situarse más allá de la órbita de la Luna. Pero se acercaban de forma muy rápida y en formación regular, eso descartaba la hipótesis de que fueran meteoritos. Mimette y Daniel estaban de guardia en la estación meteorológica. Ella se apercibió de algo muy extraño, un grupo de esos presuntos meteoros se separó del resto y se dirigió con rumbo directo hacia la ciudad de Nueva York. Inmediatamente llamaron por teléfono a los chicos…

 

-Sí, dígame, Diamante Lassart al aparato.- Su cara se relajó y sonrió.- Hola Mimette, dime ¿qué ocurre? -  No obstante, al escuchar durante unos momentos su expresión se tornó ahora muy seria. - Comprendido, no te preocupes, nos encargaremos de investigarlo.-

 

Al ver la cara de curiosidad del resto, les explicó lo que ésta le había contado.

 

-Ya decía yo que la tranquilidad no nos iba a durar mucho. - Suspiró Roy resignado.- Es que no falla…

-Habrá que comprobar eso,- intervino Lornd.- Por desgracia me parece bastante familiar…

 

            Los cuatro se dirigieron a la sede de la Masters Corporation, desde donde se seguían las evoluciones de esos puntos. Allí, Mimette trataba de establecer el número de objetos que se dirigían hacia la ciudad. En su calidad de experta en tecnología, se acercó hasta la posición de Kaori para preguntarle.

 

-Parece que son muchos, ¿tienes idea de lo que puedan ser?...

-Ni idea,- contestó la interpelada suspirando.- Desde aquí sólo se pueden ver puntitos. Podrías poner en funcionamiento ese invento tuyo, la cámara digitalizada.

-Sí, creo que podría ser de gran ayuda,- sonrió Mimette. - Espera,  voy a pedirle a Daniel que nos ayude,- corrió a buscarle mientras Kaori se esforzada en depurar la señal de interferencias. -

 

            Roy se transportó junto a ella en ese momento, con él aparecieron Diamante y Zafiro, al que los muchachos habían ido antes a buscar. Lornd y Calix reaparecieron poco después. Por su parte habían ido a por Bertie, Seira y Setsuna. Transportándose junto a ellas, las habían localizado en casa de Beruche y Roy, tras explicarles lo que pasaba ellas accedieron de inmediato a acompañarles.

 

-¿Qué está ocurriendo?,- preguntó Setsuna bastante interesada. -

-Por lo que veo objetos extraños están invadiendo el espacio aéreo, - contestó Zafiro.-

-Un momento, ahora mismo lo sabremos. - Les respondió Mimette que había vuelto con Kaori. - Enseguida conecto mi cámara…

 

Tras hacer unos ajustes con una especie de cuadrado que tenía unos paneles que se iluminaban en varios colores y conectarlo a la pantalla del radar, los puntos de ésta se hicieron mayores y comenzaron a dibujar unas siluetas. Parecían seres vivos que avanzaban a gran velocidad. Al verlos Lornd soltó una exclamación de disgusto.

 

-¡Maldita sea!, lo imaginaba. Son mercenarios de Gralas, me temo que vamos a tener problemas...

-¿Qué buscarán aquí?,- preguntó Diamante de forma bastante ingenua.-

-Nada bueno,- replicó Roy aseverando.- Esos solamente pueden buscar pelea.

-Muy bien, entonces han venido al lugar apropiado. Mi señor. ¡Con tu permiso vamos a darles una paliza! - Arengó Seira dirigiéndose a su soberano con una media sonrisa.-

-Debemos tomarnos las cosas con calma,- sugirió Calix.-

-Es cierto.- Acordó Setsuna que objetó de modo más analítico. -No sabemos cuántos puedan ser ni su potencial de combate. Y lo principal es evitar daños graves en la Tierra. Es un mundo aliado. Como tal debemos protegerlo.

 

Desde luego que ya hablaba como una saiyajin más, todos excepto Seira, Lornd y Calix la miraban sorprendidos. Al fin, la prometida del soberano de los guerreros del espacio, les comentó.

 

-Creo que debemos llamar a mis compañeras, querrán saber lo que está pasando.

-Me ocuparé de ello,- respondió Kaori. –

-Marcan rumbo hacia Nueva York.- Indicó Mimette.-

-¡Cómo no!- Suspiró resignadamente Roy elevando los brazos para remachar con sarcasmo.- habrán pedido hora, y tendrán el turno para atacar la ciudad después de Galactus y antes que Godzilla.

 

            La mayoría le observó sin comprender nada de lo que decía. Excepto Daniel que asintió solidariamente y comentó del mismo modo.

 

-Ya te digo, en Kansas estamos mucho más tranquilos, nadie se ocupa de ir a por nosotros.

 

            Pero debían ponerse en marcha. Una vez que la asistente del doctor Tomoe avisó a las guerreras, Roy, Lornd, Calix y Seira se dirigieron a interceptar a esos individuos. Tras volar solamente unos minutos descubrieron que estos habían dejado un rastro de destrucción, casas incendiadas, demolidas y pánico de la población. Roy se transportó de nuevo a la base para darles cuenta de lo sucedido.

 

-Hay que pedir ayuda, la cosa es grave, esos bastardos arrasan cualquier lugar al que llegan.

 

            En ese momento aparecieron las sailors todas unidas de las manos y formando un círculo.

 

-Aquí estamos chicos, ¡listas para entrar en acción! - Proclamó Usagi.-

-Menos mal que habéis llegado,- respondió su antigua compañera con expresión aliviada.- Ahora pongámonos en marcha...

-Oye Setsuna,- dijo Rei observando el atuendo que lucía ésta, que se había cambiado ya con sus ropas de reina saiyajin. - Entonces es verdad lo que  dijiste cuando renunciaste…

-¡Eres la reina de los guerreros del Espacio! - Añadió Minako con cara de sorpresa.-

-Oficialmente todavía no me han coronado. Por eso he venido. Es una larga historia - replicó la aludida, - pero ahora no hay tiempo, ya os la contaré más tarde. Daos la mano conmigo, ¡vamos!, hay prisa…- les indicó Setsuna y las sailors formaron de nuevo un círculo, pero esta vez con su amiga  dentro de él. – ¡Vámonos! - Así, usando su  sailor teleport reaparecieron junto a Lornd y los demás. –

 

Roy a su vez retornó con su translación instantánea junto a ellos.

 

-Esto no me gusta nada - Declaró Calix mientras trataba de buscar el camino que podían haber seguido los esbirros de Gralas.-

-Calix, tú y Seira dirigiros hacia la parte norte. Setsuna  y yo iremos hacia el este,- ordenó Lornd. –

-Con todos los respetos, mi Señor.- Terció la saiyajin alegando.- Como guardiana de la reina mi deber es estar con ella.

-Ahora no será necesario. Yo en persona la protejo.- Le respondió su rey.-

-Sí. No te preocupes. Estoy segura a su lado.- Convino su soberana.-

 

            Seira se inclinó respetuosamente. Si era una orden directa de sus monarcas no había más que decir. Se aprestó a obedecer junto a  su compañero.

 

-Nosotras podemos ir al oeste.- Sugirió Makoto.-

-Vale, yo os acompaño- se ofreció Roy.- Espero que Diamante, Zafiro y Bertie localicen a las demás Justicieras…

 

            Los demás ya se habían marchado cada uno por sus respectivos caminos. Roy y las sailors decidieron hacer lo propio. Los que primero tomaron contacto con el enemigo fueron Calix y Seira. Sobrevolando unos edificios que parecían intactos de pronto fueron atacados con ráfagas de energía que pudieron desviar sin problemas, al punto volaron hacia ellos multitud de seres vestidos con unas especies de armaduras de combate.

 

-Estos estúpidos creen que con esos ataques tan patéticos van a poder vencernos,- espetó Seira furiosa. - ¡Ahora verán! – Y con enorme celeridad lanzó varios rayos de energía que eliminaron a unos cuantos adversarios.-

-Deshagámonos pronto de ellos y regresemos lo antes posible con sus majestades, - convino Calix mientras hacía lo propio.-

 

            Un invisible puñetazo alcanzó entonces el rostro del guerrero, éste fue lanzado contra el suelo estrellándose. El cráter que abrió con su impacto destrozó por completo una calle. Seira trató de descubrir de dónde provenía ese ataque pero no lograba ver nada. Cuando quiso darse cuenta había encajado un golpe en el estómago que la lanzó contra un edificio, pero ella logró evitar el choque. Al mirar hacia un lado descubrió una especie de silueta camaleónica que se confundía con las paredes de las casas o el mismo aire.

 

-Maldita sea, ¿qué es eso?- escupió la frase con enfado. En ese momento Calix ya se había recuperado y estaba junto a ella.- ¿Dónde se ha metido?

-¿Estás bien, cariño?- Le inquirió él preocupado y Seira le miró con cara extrañada preguntando a su vez.-

-¿Qué si estoy bien, qué?...

-He dicho que si estabas bien, cariño…- repitió él algo preocupado.-

-Me llamo Seira,- replicó confundida para preguntar por su parte no sin cierta inquietud.- ¿Es que te han dañado la cabeza o qué?...

-No,- pudo decir el muchacho sorprendido a su vez para explicar a su interlocutora. - Sólo es una expresión que usan aquí, para referirse a la pareja. Roy llama así a su esposa y nuestro rey...

-¡Ya sé cómo habla nuestro rey!, Calix- Le cortó ella algo irritada ahora para exhortar,- déjate de tonterías. Tenemos que descubrir quién nos ha atacado.

 

            Su perplejo interlocutor se limitó a asentir. Entre tanto la misteriosa figura se acercó a gran velocidad hacia su posición, para desaparecer inmediatamente entre una pared de ladrillos. Ambos guerreros del espacio reaccionaron separándose y lograron evitar así un rayo de energía que pulverizó el edificio que tenían detrás.

 

-¡Da la cara si te atreves!- Le exigió ella con un potente grito-...¡maldito cobarde!...

 

En tanto le insultaba trató de localizarle con su buscador,  aunque que su prometido no lo activaba y sólo parecía mirar al horizonte. Tras su sorpresa inicial, ella le indicó.

 

-Calix, ponte tu detector de energía, así  no le localizarás nunca.

-No Seira, eso no sirve de nada, es mejor detectar su aura,- rebatió él.-

-¿Su aura?..¿Cómo vas a hacerlo sin el buscador? - Se sorprendió ella.-

-El Rey me enseñó...es muy útil, verás,- a modo de demostración el saiyajin cerró los ojos y señaló hacia una pared cercana mientras gritaba.- Allí...

 

            En un acto reflejo Seira lanzó un rayo de energía que desintegró literalmente la pared, pero esa figura, que en efecto se escondía en ella, lo eludió saltando a tierra. Tenía una apariencia humanoide. El caso es que al posarse en el suelo adoptó el tono del cielo, los dos saiyajin lo observaban atónitos.

 

-¿Qué demonios será eso?,- se preguntó Calix en vox alta.-

-Yo solo sé que es algo que tenemos que eliminar.- Repuso su compañera convencida de ello.-

 

            La figura se lanzó al contrataque, Calix pudo detener un aluvión de golpes. Seira fue en su ayuda golpeando lo que parecía el torso de aquel ente que retrocedió por el choque estampándose contra el salpicadero de un coche que reventó con la colisión. Pero ese ser se recobró inmediatamente. Con una asombrosa velocidad atacó a Seira golpeándola en el rostro, la nariz de ella sangró a consecuencia del impacto. Calix trató de contratacar pero esa silueta se movía con mucha rapidez esquivando sus golpes.

 

-No nos resultará tan fácil como creía. - Admitió Seira mientras se restañaba la herida.-

 

            Hizo una seña a su compañero y ambos se transformaron en súper guerreros. Al mismo tiempo Lornd y Setsuna volaban en dirección al centro de la ciudad. La gente huía dispersándose en todas direcciones, el pánico era general. Pudieron ver explosiones que se propagaban entre los edificios y bastantes siluetas uniformadas  con cotas de malla que lanzaban rayos de energía para provocarlas, sembrando el terror y la destrucción. Lornd decidió intervenir con rapidez eliminando a bastantes de esos seres. Los que eludieron el ataque contratacaron con saña abalanzándose sobre ellos dos. Setsuna recibió un disparo de energía que esquivó con unos buenos reflejos, atacó a su agresor de la misma manera. Lornd se enzarzó en un combate contra varios seres de apariencia alienígena que parecían buenos luchadores. Mientras ella, invocando su cetro, propinó con éste un golpe a su enemigo dejándole fuera de combate. A su vez, Lornd se convirtió en súper guerrero eliminando sin dificultad al resto.

 

-¿Crees que habrá más?,- jadeó su compañera.-

-Enseguida lo sabremos,- replicó él. -

-De eso estoy seguro...

 

            Escucharon de una voz tras ellos que precedió a un potente ataque con un rayo de energía. El rey de los saiyajin reaccionó a tiempo de apartar a Setsuna envolviéndola en una burbuja protectora de energía mientras él recibía el impacto. Al disiparse la luz y los cascotes que el ataque había provocado Lornd, magullado pero sin daños graves, se levantó.

 

-¿Quién eres?- Inquirió.-

 

Se dirigía a una figura humanoide que balanceaba una larga cola en su espalda y cuyos rasgos no eran reconocibles al estar entre un denso humo provocado por la explosión...

 

-Esa pregunta era de esperar de un saiyajin ignorante…- repuso despectivamente aquel extraño mientras el humo se despejaba.-

 

Al fin podía vérsela con claridad. Tenía un cuerpo humanoide como ya habían adivinado sólo por la figura, pero de un color entre blanco y rosado, sin rastro de pelo por ningún sitio. Su cabeza era redonda y no demasiado grande, con dos ojos encajados, una pequeña nariz y una maligna sonrisita. Volvió a mover su larga cola mientras se cruzaba de brazos y declaraba con cierta sorna en su tono de voz algo metálico.

 

- Yo he tardado mucho para ver cómo eran los legendarios Guerreros del Espacio. Y estoy decepcionado.

-Pues nosotros somos sus reyes, - replicó Lornd con orgullo.- Soy Lornd, hijo de Dronaos y Alisan, ¿quién eres tú?...

-¡Ja!,-  exclamó esa criatura que miró a su adversario con bastante desprecio a la vez que respondía.- Creo que no vas a llegar a saberlo...

 

Desapareció de la vista de éste y reapareció tratando de golpearle pero el saiyajin también era muy rápido y logró eludir el ataque para contratacar a su vez, siendo también esquivado.

 

-De modo que quieres jugar. – Comentó Lornd esbozando una leve sonrisa.-

-Veo que al menos eres rápido, esto será mucho más divertido de lo que me imaginaba.- Afirmó ese individuo.-

-No dirás lo mismo cuando haya acabado contigo,- replicó el saiyajin con altivez.-

 

            Setsuna, que ya no estaba encerrada en la burbuja protectora, atacó al extraño ser con un rayo de energía. Pero éste se limitó a desviarlo desdeñosamente con una mano lanzándolo contra una pared que fue destruida en el acto.

 

-Esto me va a gustar. Será muy divertido cuando os aniquile, - declaró divertida aquella criatura.-

-Eso ya lo veremos. - Replicó  la joven de una forma muy desafiante.-

 

            Entre tanto Roy, las sailors y el recién incorporado Tuxedo, llegaron enseguida a una zona de guerra. La gente huía aterrada en todas direcciones y las guerreras trataban de calmar a los que podían. Escucharon gritos y bramidos que se acercaban hacia su posición. Siguiendo a estos un numerosísimo grupo de figuras uniformadas con una especie de armadura arrasaban todo a su paso. En cuanto las vieron se dirigieron hacia ellas con intenciones poco amistosas.

 

-Formad un círculo. - Les indicó Haruka a sus compañeras que enseguida se aprestaron a hacerlo.-

-¡Se nos echan encima! - Advirtió Michiru concentrando su energía. - Vamos a rechazarlos…

 

            Una furiosa turba de guerreros comenzó a atacarlas con rayos de energía, espadas, hachas y golpes varios. Las sailors tuvieron que dejar todo tipo de concesiones estéticas de lado y responder golpe por golpe y ataque por ataque. Roy trató de ayudarlas pero también él fue atacado a su vez por dos individuos de aspecto bastante rudo.

 

-¡Prepárate a morir! - Le espetó uno de ellos, de pelo verde corto y tez azulada. -...

-Todavía no es mi turno, cretino. Mejor muérete tú antes. - Replicó Roy que se transformó en súper guerrero y la emprendió a golpes con ambos.-

 

            La pelea parecía estar bastante igualada, el otro individuo, de pelo rojo y tez amarilla le atacó con una espada de energía. Roy esquivó apuradamente los mandobles que amenazaban con partirle en dos. Las sailors por su parte también peleaban con denuedo. Dos de esos individuos se abalanzaron sobre Makoto que les rechazó con dos patadas de kárate. Haruka golpeó en la cara a otro. Tuxedo les bombardeó con decenas de rosas explosivas que sólo les detuvieron unos instantes. Mientras Ami y Minako caían heridas por los ataques. Usagi emitió su Spiral Heart Moon Attack, invocando solamente su estado de súper sailor. Logró rechazar a una nube de enemigos pero esto únicamente fue un ligero respiro para que pudiesen recapitular.

 

-Ami y Minako están mal,- advirtió preocupada Rei -, las demás estamos muy cansadas. Debemos abrir brecha y salir de aquí...

-Sí - convino Haruka en tanto trataba de recuperar la respiración- y rápido, se están reagrupando...

-Habrá que ganar tiempo.- Añadió Michiru invocando su ataque de mares y océanos y lanzándolo contra el enemigo. -...

-Rei, Makoto, llevaos a Ami y a Minako. - Ordenó Usagi.- Haruka, Michiru y yo os cubriremos...

 

            Las guerreras procedieron de inmediato, miraron al cielo esperando alguna ayuda pero Roy seguía enzarzado en la pelea y no parecía tenerlo muy claro. El enemigo volvió a la carga y parecía que aún lo hacía con más saña. Lanzaron contra ellas una andanada de rayos de energía que alcanzó a Haruka en un brazo. Ésta chilló de dolor y cayó al suelo. Michiru se apresuró a levantarla y trató de arrastrarla con la ayuda de Mamoru que también estaba herido en el brazo derecho.

 

-Vamos Urano haz un esfuerzo,- le urgió su compañera a la desesperada. -

-¿Qué vamos a hacer?,- quiso saber Makoto muy preocupada en tanto cargaba en brazos con una malherida y agotada Guerrera Venus.- Nos van a barrer con esos rayos de energía...

-¡Lo único que podemos hacer es defendernos con honor hasta el final! - Espetó la Guerrera Marte - ¡Vamos! – Arengó sosteniendo a Ami con un brazo y lanzando su Burning Mandala con su mano libre.-

 

            El ataque de Rei derribó a un par de adversarios pero el resto se lanzó en tromba contra ellas. Las guerreras estaban demasiado agotadas para poder replicar. Roy había desaparecido de su vista. Pero cuando todo parecía perdido un nutrido ataque desbarató las filas del enemigo. Se componía de flechas de fuego, cristales de hielo y rayos de energía, eran las Justicieras.

 

-Menos mal que hemos podido veros a tiempo.- Declaró aliviada Beruche llegándose junto a ellas.-

-Gracias chicas,- musitó débilmente Ami quién, siendo todavía sostenida por su compañera Rei,  lucía un aparatoso vendaje de emergencia en la pierna.- Me alegra veros.

-Vamos, hay que salir de aquí, detrás de estos vienen muchos más,- añadió Petz que se unió a ellas con Esmeralda y Cooan.-

-Es verdad. No podremos contenerles a todos durante mucho más tiempo.- Afirmó la Dama del Fuego.-

-Tendremos que arriesgarnos y correr.- Afirmó Neptuno.-

-Os cubriremos.- Les indicó La Dama del Viento.- ¡Vamos chicas!

 

Las sailors se replegaron en tanto sus amigas las protegían. Tanto Esmeralda como Cooan Y Petz lanzaron varias ráfagas de energía y flechas de fuego que lograron contener mínimamente el ataque. Beruche las ayudó con sus ráfagas de cristales de hielo y  visiblemente preocupada, preguntó a Usagi.

 

-¿Dónde está Roy? Nos dijeron que se fue con vosotras...

-No lo sé, él también fue atacado por esos tipos. Debían de ser muy fuertes porque le costaba mantenerles a raya.

 

            La Dama del Hielo siguió lanzando sus ráfagas de cristales, sin embargo, su inquietud aumentó.  Su pareja a su vez se había transformado en súper guerrero de nivel dos y había logrado eliminar a uno de ellos, el de la piel amarilla, pero el otro no era fácil de vencer. También había aumentado su poder y su pelo ahora era de color naranja. Le dijo a Roy  entre divertido y desafiante.

 

-No te va a ser tan fácil acabar conmigo, saiyajin...

-¿Quieres apostar?,- replicó el aludido con el mismo tono.- ¿Zanahoria?

 

            Ambos se sometieron a un duro castigo intercambiando golpes. Parecían estar al mismo nivel de fuerza y agotarse a un ritmo similar. La batalla prometía alargarse mucho...

 

            A cierta distancia de allí Seira estaba cansada de tratar de acertar a esa misteriosa figura camaleónica. Su compañero tampoco se encontraba mucho mejor. Tuvo que esquivar un ataque que pudo sentir gracias a su concentración y contratacó golpeando a esa silueta, parecía haberla dañado.

 

-¡Por fin!- Exclamó Calix sentenciando - ahora ya es nuestro,..

 

El guerrero iba a rematarla cuando otro ataque le alcanzó derribándolo en el suelo. Seira lanzó varios rayos de energía al alimón y corrió a ayudarle.

 

-Maldita sea, ¿cómo es posible que se haya rehecho tan rápido?- Se preguntó con patente incredulidad, usó su visor entonces y le horrorizó sentir dos de esas energías. - ¡Son dos, Calix! ahora entiendo por qué eran tan rápidos, ¡levántate venga!...

 

            Su compañero se levantó trabajosamente y  junto con la mujer se pusieron espalda contra espalda. Las dos siluetas se lanzaron al ataque cambiando su color según avanzaban a través del terreno. Seira aumentó su energía y lanzó una bola contra ella, pero su enemigo la esquivó, la saiyajin esbozó una sonrisa.

 

-¡Ahora!- Gritó e hizo regresar a su bola de energía que impactó en la espalda de su enemigo.-

 

            Se escuchó un chillido muy agudo y la figura se hizo visible, era un ser aparentemente humanoide, pero con el viscoso rostro de una especie de calamar.

 

-¡Eres horrible!- espetó Seira haciendo un gesto de asco.- Cuanto antes nos libremos de tu fea cara mucho mejor...

-Ten cuidado – Le advirtió su compañero.- El otro todavía está por aquí.

 

            Confirmando el aviso de su pareja el otro enemigo les disparó varias ráfagas de energía que lanzaron a los dos saiyajin contra el suelo, cuando se recobraron del impacto los dos seres habían desaparecido.

 

-¡Maldita sea! - Escupió Seira -¿Dónde se habrán metido?,- trató de localizarles con su visor inútilmente. -

-Será mejor que busquemos a los demás, podrían necesitarnos. - Sugirió Calix y con el asentimiento de su compañera ambos salieron volando.-

 

            Roy lo estaba pasando mal pero lo mismo podía aplicarse a su contrincante. Incluso habían hecho una pausa, una concesión mutua para descansar estudiándose mientras tanto. Ese individuo declaró con voz triunfalista.

 

-¡Estás perdido!, dentro de poco recibiré refuerzos.- En efecto, su contrincante sintió como tres energías más se acercaban hacia allí. - Ahora prepárate a morir...

 

            Un trío de seres similares a él llegaron volando a gran velocidad y se pararon a su lado.

 

-¿Qué quieres que hagamos con él?,- preguntó uno de ellos al rival de Roy.-

-Es todo vuestro...- sonrió éste. - Hacerle sufrir todo lo que podáis.

 

            Sin embargo, para su alivio, el guerrero dorado sintió como otras tres energías, aunque esta vez muy familiares, se acercaban hacia él y sonrió. Al punto llegaron Nephrite, Diamante y Zafiro.

 

-¿Nos hemos perdido algo de la diversión? - preguntó Diamante de forma sarcástica.-

-No, llegáis a tiempo para la fiesta.- Replicó su amigo realmente contento de verles.-

-Nephrite Saint Join siempre llega puntual. - Aseveró éste con tono que parecía incluso divertido.-

-¡Ja, ja! No sabéis lo que os espera,- terció el otro de los invasores recién llegados. - Pronto vais a haber deseado no haber aparecido por aquí.

-Eso ya lo veremos - repuso Zafiro muy seguro de sí.-

 

            Comenzó el combate entre los ocho con durísimos intercambios de golpes. Zafiro recibió un puñetazo que le partió el labio. A cambio, propinó a su oponente una patada que le saltó la nariz. Diamante luchaba contra el otro recién llegado, un individuo cornudo con una larga melena amarilla, esquivándose mutuamente y lanzándose golpes con gran intensidad. Nephrite se las apañaba contra otro de tez verdosa y piel recubierta de algo similar a púas. Por su parte Roy y su enemigo habían reanudado el combate con la misma virulencia que antes. Pero, en un momento dado, los cuatro extraños luchadores se reunieron alejándose del grupo de los muchachos. Se miraron como confirmando unas instrucciones inaudibles y desaparecieron.

 

-¡Vaya!,- comentó Diamante con su tono sarcástico.- Ahora que empezaba a divertirme…

-No entiendo por qué se habrán marchado. No llevábamos ventaja - comentó Nephrite pensando en voz alta.-

-Es una pena que Ail no esté en la Tierra. Nos hubiera venido bien su ayuda.- Se lamentó Zafiro, que, pese a todo, añadió llevado por un ligero entusiasmo.- Aunque quizás te equivoques, puede que ellos viesen que somos más fuertes y hayan tenido miedo de continuar.

-No lo creo- repuso Roy conviniendo con Nephrite. - Esto no me gusta nada. Será mejor que busquemos a las guerreras, las dejé peleando contra bastantes enemigos...

 

            Diamante, Nephrite y Zafiro asintieron y los cuatro se dirigieron hacia donde  su amigo recordaba haberlas visto por última vez…

 

          Por su parte las sailors y las justicieras estaban más allá del límite de sus fuerzas, ya no podían más y el enemigo seguía atacando sin cuartel. Parapetadas en un muro resistían lo que podían. Entonces Beruche miró al cielo y vio dos siluetas que se acercaban hacia ellas.

 

-Son Seira y Calix - Les gritó haciéndoles señales con los brazos.- ¡Eh!, estamos aquí...

 

            Al punto los dos guerreros del espacio hicieron una pasada y arrasaron las posiciones del enemigo con rayos de energía. Los invasores que pudieron sobrevivir escaparon. Sin perder ni un momento ambos recién llegados se posaron junto a las chicas.

 

-Menos mal que hemos llegado a tiempo,- aseveró Calix contemplando el lamentable estado de sus amigas.-

-Ya estábamos a punto de caer - Suspiró Cooan que preguntó entre sorprendida y casi desesperada. - ... ¿Puede saberse cuántos de esos tipos hay?...

-Muchos por lo que se ve.- Replicó Seira preguntándose a su vez -…a mí me gustaría saber de dónde demonios han salido.

-Hemos de encontrar a Roy y a los demás,- urgió Beruche preocupada por su pareja.-

-Espera a que nos recobremos un poco.- Le pidió Makoto jadeando todavía -...ahora no estamos en condiciones de buscar a nadie...

-Vosotras altezas, descansad. Iremos nosotros.- Les ofreció Calix.-

 

            Pero eso no fue necesario, Roy, junto con Zafiro, Nephrite y Diamante, llegaron a los pocos instantes junto al grupo. Tras abrazarse con sus respectivas mujeres intercambiaron impresiones sobre lo que había ocurrido.

 

-Solamente nos queda encontrar a Setsuna y a mi hermano. - Declaró Roy.-

-¡Entonces vamos!,- arengó Seira- no hay tiempo que perder. Los reyes pueden estar en dificultades...

 

            Y razón no le faltaba. Lornd y aquel ser estaban enzarzados en un combate muy igualado. Se golpeaban lanzaban rayos de energía y esquivaban tan rápido que Setsuna no podía verlos. Lo que sí pudo escuchar fue una voz a sus espaldas que parecía femenina...

 

-No te preocupes, yo evitaré que te aburras...

 

            Cuando se dio la vuelta contempló junto a ella a una mujer de apariencia alienígena. Su piel era de color verde y su pelo de un llamativo naranja. Vestía una especie de mallas ajustadas y  una pechera protectora. Sonreía con un gesto malintencionado y miraba a  su rival con un par de ojos sin pupilas. Repentinamente se lanzó al ataque sin más. Setsuna logró para el primer golpe y ambas se enzarzaron también en la pelea.

 

-¡Voy a terminar contigo, humana patética!,- sentenció la alienígena mientras atacaba con repetidas patadas.-

-¡Eso ya lo veremos! - replicó la interpelada mientras contraatacaba y devolvía más patadas a su vez.-

 

            Lornd y aquel otro ser peleaban de forma denodada. El saiyajin estaba transformado en súper guerrero de nivel dos, pero eso no bastaba para vencer a su oponente.

 

-¡No te defiendes mal!- Gritó ese ser mientras lanzaba contra su oponente una ráfaga de rayos de energía -...pero no por mucho tiempo - y girando a gran velocidad apresó el cuello del rey de los saiyajin con su larga  cola para sentenciar con regocijo.- Ahora acabaré contigo…

 

            El guerrero del espacio notó como la presión amenazaba con romperle el cuello y trató de librarse del agarre con ambas manos. Plantó los pies firmemente en el suelo y levantó a su oponente por la cola estrellándole contra el pavimento, a la vez que lograba librarse. Jadeando, luchaba por recobrar la respiración mientras su enemigo trataba de levantarse.

 

-Eres más fuerte de lo que creía, quizá debamos repetir este combate en otra ocasión, cuando estemos en un lugar más propicio.- Declaró la criatura que, sin dar tiempo a Lornd a replicar, desapareció -...

 

            Setsuna seguía luchando pese a los golpes que había encajado contra una rival que también acusaba el combate. Ésta se separó de ella, quizá para recuperar un poco el aliento,- pensó  la joven guerrera, pero escuchó como la alienígena le espetaba con sorna.

 

-¡Volveremos a vernos! - La miró con expresión de furia y desapareció. -...

 

            El guerrero del espacio y su pareja se reunieron aun tratando de recuperar la respiración.

 

-¿Por qué crees que habrán huido, Lornd?,- preguntó ella desconcertada.- No me daba la impresión de que estuviésemos ganando.

 

            Su interlocutor asintió, le había ocurrido lo mismo. Así pues repuso con sinceridad.

 

-No lo sé, pero sospecho que no será para nada bueno. Vamos, debemos reunirnos con los demás...- los dos se elevaron en el aire y se dirigieron hacia la energía de sus amigos…-

 

            La que fuera Sailor Plutón recordaba esto con sus amigas cuando vio aproximarse a su futuro esposo. Las chicas abrieron un pasillo y tras felicitarles quisieron proseguir la historia, sin embargo, Lornd les comentó.

 

-Sí me permitís, quisiera tener unas palabras con mi prometida…

 

            Bertie, Cooan, Esmeralda, Petz, y las demás lo  comprendieron. Discretamente se trasladaron a otro sitio para continuar recordando…

 

-Dime Lornd.- Le dijo ella que parecía saber lo que él estaba pensando cuando le inquirió.- ¿Qué te preocupa? Supongo que lo mismo que a mí.

-Demos un paseo hasta el palacio. - Le pidió él con gesto serio.-

 

            La joven caminó a su lado. Los centinelas enseguida se inclinaron respetuosamente a su paso. Entraron dirigiéndose a sus estancias privadas. Una vez allí, Lornd la miró a los ojos y declaró.

 

-No es el estilo de mi gente, y menos aún el mío, el andarse con rodeos. 

-Te comprendo. A mí también me gusta ser directa.- Replicó ella sin apartar la mirada.- Di lo que tengas que decir pues.

 

            Su contertulio tomó aire largamente y lo soltó despacio. Pese a todo parecía que lo que estaba dispuesto a decir le inquietase hasta el punto de no atreverse a hacerlo. No obstante declaró.

 

-Cuando me reuní con tus soberanos acordamos una alianza. Les pedí que te liberasen de tu juramento de lealtad para con el Milenario de Plata y Neo Cristal Tokio. Pero quizás eso pudo ser malinterpretado. Por ellos y por ti.

-¿Qué quieres decir?- Le preguntó la joven que ahora no comprendía que podía significar aquello.-

-Cuando un rey de los saiyajin da su palabra siempre la cumple. Y yo nunca ofrecí mi amistad a cambio de poder desposarte, Setsuna…Si has pensado eso es un error…no eres un premio, ni una moneda de cambio, ni un precio a pagar. Jamás te obligaría a hacer algo así y menos contra tu voluntad.

 

            Su interlocutora entonces lo entendió. Aquello era realmente embarazoso y terrible. Si su prometido había pensado aquello las cosas podían complicarse mucho entre los dos. La muchacha también suspiró y pudo responder con tono suave.

 

-Nada tienen que ver mis sentimientos hacia ti con eso. De hecho, quebranté mi juramento cuando acepté ser tu esposa y cuando luché contra Seira en el desafío y gané. Y fue antes de que tú hablaras con mis soberanos.

 

            Ahora fue él quien la miró con escepticismo y le contestó.

 

-Eso es cierto. Salvo que hubiera ocurrido una cosa… Mucho antes de que todo aquello sucediera. Y me veo obligado a preguntártelo. Te pido que me perdones por tener que hacerlo. Pero en conciencia estoy obligado…y no solamente por lo que pueda sentir yo. En este caso, hay algo mucho más importante que mis circunstancias personales, el porvenir de mi mundo.

 

            La chica no pestañeó, esperaba la cuestión, la que sería una pregunta realmente incómoda que podría poner a prueba su relación y entonces él, sin más dilación, quiso saber…

 

-¿Te dieron tus soberanos la orden de llegar a ser mi mujer cuando me acompañaste a este planeta para ganarme como aliado?

-Entiendo. - Suspiró Setsuna bajando la cabeza para musitar con tono dolido recurriendo incluso al sarcasmo.- Quieres saber si todo esto estuvo preparado. Si cuando nos conocimos en la Tierra fingí enamorarme de ti. Si después, cuando ese guerrero del espacio apareció de la nada y te pidió que volvieras a este mundo, perdido hasta ese mismo instante, yo tenía órdenes de ir contigo. Y si también se me había ordenado derrotar a una súper guerrera como Seira, invencible hasta entonces y de la que ignoraba su mera existencia. Como si eso fuera tan fácil de conseguir…

 

            Pero el saiyajin, impasible ante la expresión de ella, la tomó suavemente por los hombros e insistió.

 

-Sí… eso es exactamente lo que quiero saber. Y antes de que respondas puedo prometerte esto. Mi alianza y la amistad de mi pueblo con el Reino del Milenario de Plata y la Tierra de Neo Cristal Tokio jamás se romperán, independientemente de tu contestación.

-Entonces me lo pones muy fácil.- Sonrió débilmente la chica en un alarde de sarcasmo para sentenciar ya con gravedad.- La verdad… no puedo darte ni un sí, ni un no. Lo que deseas es que te hable de asuntos de Estado que, por juramento, estoy obligada a guardar en secreto.

-Ese juramento ya no existe.- Le recordó él.-

-No…dejó de existir para cualquier cosa que pudiera hacer tras haber sido liberada de él. Pero no para los sucesos que acaecieran anteriormente. En conciencia y por mi honor no puedo hablar de esos hechos. Supongo que puedes comprenderlo. - Replicó la muchacha, que, endureciendo su tono, agregó.- Aunque la verdadera cuestión es. ¿Tú me amas, Lornd?

 

            El saiyajin la miró atónito ahora. No se había esperado esa pregunta. Apenas aguardó unos instantes para asegurar.

 

-Claro que te amo. Lo sabes…

-En tal caso, el amar significa confiar en la persona a la que se quiere.- Declaró ella que sentenció mirándole intensamente a los ojos.- Yo, Setsuna Meioh, descendiente del Dios Cronos, princesa de Plutón. Que he sido Guardiana del Portal Espacio - Temporal y de los soberanos del Milenario de Plata y Neo Cristal Tokio, he renunciado a todo eso por ti. Y además, luché en un combate que pudo ser a muerte con una súper saiyajin para poder desposarte. ¿Qué más pruebas quieres de mi amor?...

 

            Lornd asintió despacio bajando la cabeza y cerrando los ojos. Se apartó entonces de ella, se giró dándole la espalda y tras elevar el rostro nuevamente afirmó.

 

-He de admitir que eres una mujer realmente admirable, como el resto de las guerreras y tus soberanos…

 

            La muchacha contuvo la respiración. Realmente no sabía lo que podría estar pensando su prometido. Tal y como le había dicho no podía revelarle lo que habló con sus majestades en los días previos a su partida a Nuevo Vegeta. Por ello entendía que él tuviera esa clase de dudas. Pero ella no podía demostrarle su amor más que de la forma en la que lo había hecho. Si eso no le bastaba…

 

-Bueno…- Añadió él volviéndose nuevamente para enfrentar su mirada a la de la joven en tanto afirmaba.- Lo cierto es que, ya que hemos montado todos estos preparativos e invitado a tanta gente, sería muy descortés suspender la ceremonia. ¿No crees?...

 

            Setsuna le dedicó una mirada llena de incredulidad. Incluso abrió la boca. ¿Qué quería decir con eso?... Pero fue ver la sonrisa que afloró en el semblante de su prometido y se relajó. Pudo sonreír a su vez aliviada. Más cuando él afirmó con afectuoso tono, en tanto la tomaba de las manos.

 

-Te ruego que me perdones…No quiero a ninguna otra para compartir mi vida. Eres una mujer fuerte, de honor y de palabra. Hermosa y compasiva, llena de dignidad y de valor. Sé que estarías dispuesta a darlo todo por mí y por los tuyos…y te amo por eso. Lo único que deseo es que seas mi reina, mi esposa, la madre de mis hijos y mi compañera y amiga durante todo el tiempo que nos reste de existencia. ¿Lo deseas tú?...que no fuera así, es mi mayor temor.

        

           Por única réplica ella se aproximó a él, su prometido se inclinó para alcanzarla y ambos se besaron. Al poco volvieron a salir para ejercer de anfitriones con el resto de los invitados…además debían de hablar con algunos de ellos. Setsuna en concreto fue a la búsqueda de la joven secretaria de Ian Masters, Jennifer Scott, quién, junto a su jefe, había venido para asistir como invitada a la ceremonia que se celebraría al día siguiente…

 

-Jenny.- La llamó.-

-Hola Setsuna.- Sonrió esta al verla.-

 

            Aunque la soberana le devolvió una fugaz sonrisa y le preguntó algo más seria.

 

-¿Está todo dispuesto?

-Sí, no te preocupes.- Asintió su interlocutora del mismo modo.-

 

Por su parte las chicas, a las que se unieron sus parejas, proseguían la narración de aquellas aventuras que tuvieran en la Tierra. Tras esa batalla, recordaron que, una vez que estuvieron todos juntos y la situación parecía controlada, decidieron transportarse hacia la base de la Masters Corporation. Una vez allí, celebraron una reunión para tratar de comprender lo que estaba pasando.

 

-A mi entender,- habló Diamante confiado.- Creo que les hemos parado los pies, seguro que no esperarían tanta resistencia.

-No estoy tan seguro,- intervino Roy con un tinte receloso de voz. - Me parece muy raro...esa huida repentina cuando todos los combates estaban igualados.

-En eso estoy de acuerdo, hermano.- Confirmó Lornd. - Esos tipos sabían lo que se hacían, eran buenos luchadores y no parecían ser unos cobardes precisamente.

-Con tu permiso, Señor.- Terció Seira que sugirió - ...podrían haber vuelto por refuerzos a su base y estar preparando ahora mismo otro ataque más potente.

-Es una posibilidad,- asintió el rey de los saiyajin.-

-Sí, han podido proceder así por muchas causas. Y no tenemos ni idea de cuales podrían ser.- Opuso Nephrite.-

-Sí, está claro que hay mucho más de lo que hemos visto.- Convino Amanda que estaba junto a él.-

-¿Podrías averiguar algo?- Le preguntó su pareja a la periodista.-

-No creo que sea capaz de enterarme de mucho, aunque intentaré consultar a mis fuentes.- Afirmó ella.-

 

            La joven se alejó, fue Makoto quien comentó.

 

-Ya puede tener buenos informadores.

-Trabaja con los servicios secretos británicos. Suelen estar bien enterados de las cosas.- Le comentó Nephrite.-

-De lo que pase en este planeta sí, pero no sé yo si de lo que suceda en otros.- Valoró Zafiro.-

 

            Hubo un breve momento de silencio entonces, hasta que Haruka tomó la palabra y propuso.

 

-Por nuestra parte no podemos aguardar a que las fuentes de Amanda le cuenten algo. Creo que deberíamos tratar de localizarles.

-Tantos enemigos tienen que esconderse en un sitio muy grande, - dedujo Ami que ya estaba algo mejor de sus heridas. Más al comer una alubia que la recobró por completo. -...

-Pues tratemos de encontrarlo, sí...esa debe ser nuestra prioridad - añadió Zafiro. -

-No nos resultará tan fácil, suponiendo que sea una nave espacial debe de estar oculta tras la Luna...- Comentó Daniel mientras tecleaba unas instrucciones en la consola de su ordenador.-

 

            Sin que el chico y los otros se dieran cuenta, Usagi y sus compañeras se miraron con preocupación. Aunque no comentaron nada.

 

-En tal caso no podremos localizarlo,- objetó Mimette, pero entonces miró con más atención a su pantalla y descubrió algo.- Aquí detecto un gran objeto que está orbitando a unos cien mil kilómetros de la Tierra...mirad, voy a ampliarlo.

 

Así lo hizo y la imagen aumentada apareció en una pantalla gigante donde todos pudieron verla quedándose pasmados.

 

-¡Es enorme! - Exclamó Zafiro impresionado mientras señalaba la imagen de una gigantesca nave espacial.-

-No me extraña que quepan tantos enemigos ¡Debe de ser del tamaño de una ciudad! - Comentó Mamoru asombrado también.-

-Efectivamente. Gracias a las cámaras telescópicas hemos podido obtener la imagen.- Explicó Kaori. - El ordenador calcula que esa nave debe de tener al menos unos tres kilómetros de diámetro.

 

En efecto, la nave era un enorme disco, el profesor Tomoe y Daniel que también estaban allí, observaban realmente atónitos. Al poco, el propio Ian Masters y su secretaria, Jennifer, se unieron a ellos. La muchacha iba comentándole al millonario en tanto se aproximaban.

 

-Lo mejor será que cancele las reuniones con los accionistas y con la junta…

-No te preocupes por eso. - Le contestó el individuo que no parecía demasiado preocupado, más cuando añadió.- Estoy convencido de que todo se habrá solucionado antes. No hará falta cancelarlas, confío en nuestros amigos.

-Muchas gracias. De veras nos honras con esa confianza. A buen seguro tus acciones subirán. – Sonrió Diamante, no sin sarcasmo.-

 

            El millonario no replicó a eso, simplemente movió la cabeza.

 

-La verdad es que si pudiéramos entrar en esa nave, lo más seguro es que pudiéramos resolver esto a no tardar demasiado. - Terció Nephrite sopesando esa posibilidad.-

-La pregunta es... ¿cómo vamos a llegar hasta ella?- inquirió Roy de forma reflexiva.-

-Puede que sea ella la que llegue hasta nosotros, - replicó Diamante de forma algo enigmática.-

-Lo que sea , pero hagámoslo. No me gusta la idea de tener que esperar cruzado de brazos.- Intervino Lornd algo contrariado.-

-Pues tal y como están las cosas, hermano - respondió Roy con resignación.- Creo que es lo único que podemos hacer...por ahora. No detecto ninguna energía conocida para permitir una tele transportación.

 

            Todos se miraron con una expresión resignada, nadie tenía un plan mejor. Mientras tanto, en aquella enorme nave, un pequeño ser verdoso y de tres ojos observaba una pantalla en donde podían verse unas imágenes de la devastada ciudad y hacía un movimiento de aprobación con su pequeña cabeza.

 

-Fantástico,- dijo para sí, justo cuando junto a él aparecía el individuo que había estado luchando contra Lornd al que saludó.-Vaya Kribit, ya era hora de que regresases, creí que ese saiyajin había acabado contigo.

-¿Acabar conmigo? ¿Ese mono? - Repuso el alien con incrédula sorna.- ¡Bah!, hace falta mucho más poder del que tiene ese miserable para derrotarme. Nuestra raza ha progresado mucho desde los tiempos remotos de mis antepasados, cuando un vulgar súper saiyajin podía vencernos.

-Eso espero, de lo contrario no te habría hecho llamar. - Le respondió Gralas.-

-Descuide Lord Gralas...a decir verdad.- Añadió Kribit con un gesto de disgusto. - Todavía no comprendo el porque nos mandaste regresar...habría podido acabar con él en ese mismo momento.

-¡Claro!...- rio éste escéptico para objetar, - eso es lo que dicen todos. Pero el saiyajin no luchaba con todo su poder.

-Ni yo con el mío,- replicó furioso su interlocutor, alegando.- Puedo transformarme un par de veces más. Soy muy superior a él,- aseguró y su voz grave retumbó por toda la sala.-

-Tranquilo- declaró Gralas sin inmutarse.- No dudo de tu capacidad. Pero no debes ser tan confiado. Por si no lo sabes, ese saiyajin y sus amigos acabaron con Trihar. Así que no es tan fácil vencerles...

-Eso es algo sorprendente, pero añade interés al asunto.- Admitió Kribit con más moderación, aunque enseguida opuso.- Trihar era un ser muy fuerte pero también un imbécil. Cualquiera podía engañarle. Pero no te preocupes poderoso Gralas, yo sé cómo vencer a esos miserables guerreros del espacio.

 

            Su conversación fue interrumpida por cuatro individuos, tres hombres y una mujer, eran los que habían luchado antes contra Roy, Diamante, Zafiro y Setsuna. El individuo del pelo verde tomó la palabra.

 

-Lamento interrumpiros Lord Gralas y señor Kribit, vengo a informaros que la expedición de ataque ha regresado.

-Traemos el informe de bajas,- terció uno con el pelo amarillo.- No es nada halagüeño. Hemos perdido el  cuarenta por ciento de nuestras tropas.

-Eso no tiene importancia.- Repuso indiferentemente el tirano.- Lo que realmente nos interesa es el siguiente paso en nuestra estrategia. ¿Están aquí también los Dulars?..

-Sí, señor- respondió la mujer.-...Pero no han venido con nosotros.

-Esos tipos son muy independientes. - Añadió el otro individuo.- Ni siquiera nos prestan atención. Tienen suerte de que los Arcoily te sirvamos tan fielmente, de lo contrario no hubiéramos perdonado ese insulto.

-Pues debo decir- comentó la mujer.- Que me alegro, no me gusta tenerlos cerca, no me fio nada de ellos y me repugnan.

-Solamente son mercenarios,- explicó Kribit. - Por una buena paga harán lo que se les ordene y no causarán problemas. Pero dejemos eso ahora y vamos a ver cuál será la nueva táctica a emplear. Lord Gralas, dinos que debemos hacer a continuación.- Pidió con voz que sonó dominada por la impaciencia. –

 

            El resto también parecía aguardar con expectación unas nuevas instrucciones, sin embargo, su líder no dio la impresión de estar inquietado. Se limitó a decir.

 

-Por ahora nada. Serán ellos los que deban dar el siguiente paso. Yo ya he movido ficha, - sonrió éste con malicia.-

 

            Todos le miraron sin comprender a qué podía referirse. Gralas, por toda respuesta, rio.

 

-Aguardad y ya veréis.- Sentenció el tirano.-

 

            En eso Tom intervino cortando el relato. Para preguntar sin comprender…

 

-¿Y cómo sabéis lo que hablaron en la nave?...

-Muy sencillo.- Se sonrió Seira.- Luego, cuando les hicimos una visita, agarramos a algunos de ellos y nos lo contaron.

-Sí. - Añadió Calix.- Tampoco comprendían porqué Gralas no les ordenó atacar de nuevo…

-¿Y qué pasó luego?- Quiso saber Amanda, que apenas si había intervenido en aquello.-

 

            La joven les comentó que ella estuvo indagando y apenas pudo descubrir nada. Tal y como Zafiro había sospechado, el Foreign Office, se ocupaba de asuntos exteriores, pero no tan alejados.

 

-Yo te lo cuento. - Terció Mimette, quién, junto a su novio Daniel, estaba por allí.-

 

            El grupo continuaba tratando de averiguar el mejor modo de asaltar esa nave. En eso que la rubia muchacha dijo escrutando la pantalla de radar.

 

-Algo se acerca hacia la Tierra. Doctor, ¿ve usted lo mismo que yo?

-Sí, Mimette,- afirmó Tomoe que acababa de llegar al control, seguido por su hija Hotaru y por Kaori.- Son varios objetos que llevan rumbo de colisión contra el planeta.

-¡El maldito Gralas nos obsequia con más meteoritos! - Espetó Lornd furioso, - ese tipo no escarmienta nunca.

-Vuelan muy regularmente para ser meteoritos, y parece que tengan un blanco concreto. - Rebatió Daniel mientras seguía en su pantalla la trayectoria de esos objetos.-

-Sí, es verdad. - Observó Hotaru que miraba con suma atención a su vez, y declaró.- Es una trayectoria programada.-

-Conectad mi cámara de nuevo - sugirió Mimette.- Podrá darnos más información.

 

            Así lo hicieron y en efecto, no eran meteoritos, los objetos tenían forma cónica y parecían impulsados a chorro por su parte trasera. La pantalla detectaba una gran cantidad de radioactividad.

 

-¡Son misiles nucleares! - Exclamó alarmada Ami -...

-Se dirigen hacia aquí, ¡van a arrasarlo todo! - Sentenció Michiru espantada. -

-Eso no va a ocurrir.- La contradijo Roy convencido. - Vamos a desviarlos...

-Sí- convino Calix- no deben llegar hasta aquí. Mi Señor - miró a Lornd y le pidió - dadnos permiso para destruirlos.

-Eso no es tan fácil - Intervino Setsuna explicándoles al saiyajin así como al resto. - La onda radioactiva os mataría a vosotros y contaminaría al resto del planeta, así no podemos destruirlos....

 

            Seira temblaba de furia, apretó los dientes y sus manos estrujaron una estructura de acero que era el respaldo del asiento de Mimette. Ésta la observaba temblando visiblemente asustada.

 

-¡Esos malditos!...fueron ellos los que acabaron con mis padres...ahora lo recuerdo...

-¿A qué te refieres, Seira?- Preguntó Setsuna sorprendida.-

-Señora, recordad lo que os conté. Cuando mi hermano y yo éramos aún niños, unos objetos similares se dirigieron hacia nuestro mundo. Entonces nadie sabía cómo detenerlos sin provocar una catástrofe. Mis padres se ofrecieron para destruirlos en el espacio a cambio de sus vidas. Y eran iguales a esos que se dirigen hacia aquí ahora... ¡malditos cobardes!- Espetó  temblaba de rabia mientras lo recordaba.-

-Tranquilízate.- Le pidió su soberana con suavidad.- Comprendo lo que sientes pero no es momento de dejarse llevar por la ira.

 

La saiyajin se calmó a duras penas e inclinó la cabeza disculpándose acto seguido.

 

-Perdóname Señora. Tienes razón. Debí controlarme.

 

 Mimette suspiró aliviada, esa bestia casi la estrujó a ella en lugar de la silla.

 

- Pero, ¿qué haremos para detenerlos? - Quiso saber Seira con gesto desconcertado ahora, ajena a ese susto que se había llevado aquella chica.-

-Esa es la cuestión,- terció Esmeralda asimismo confusa.- No se me ocurre de qué forma podríamos pararlos y siguen acercándose.

-Impacto dentro de cinco minutos, - alertó Kaori.-

-Bueno, Jenny, mejor será que me aplaces la reunión de las seis.- Le comentó Masters a su secretaria con un tono que no podía precisarse si era irónico o muy preocupado.-

-A mi entender, sólo nos queda un recurso.- Intervino Zafiro quién comentó al resto.- Crear una barrera que los repela sin hacerles estallar...

-¿Y cómo lo haremos?...- preguntó Usagi que se hallaba bastante desconcertada en lo relativo a esas cuestiones.-

-Si emitimos una fuente energética que los frene en el espacio y luego logramos cambiar su rumbo.- Le explicó Diamante que sí captaba la idea de su hermano.-

-Eso podría resultar, pero se necesitaría una fuente energética muy potente.- Objetó Souichi.-

-Precisamente eso no será problema - sonrió Lornd.- Nosotros nos encargaremos.

-Y tenemos un aparato capaz de producir esas ondas. ¡Ayudé a mi hermana Eudial hace años a ponerlo a punto cuando trabajábamos!.... - Exclamó Mimette con entusiasmo, pero se refrenó al estar el doctor cerca. No debía de hablar de esos temas en su presencia, de modo que improvisó.- Bueno, era un proyecto de fin de carrera, ji, ji…lo rehíce hará un par de meses…

 

      Por fortuna nadie reparó en eso ahora. La joven suspiró aliviada aunque sí tuvo que escuchar la intervención de una de esos saiyajin, que declaró con tono premioso.

 

-¿A qué esperamos entonces?,- inquirió Seira con furia y deseo de revancha.- ¡Vamos a devolvérselos!

-Cuatro minutos para el impacto,- volvió a informar Kaori.-

 

            Mimette y Daniel conectaron un radiotransmisor de partículas orientándolo hacia la zona del espacio de donde llegaban los misiles, lanzaron un haz a modo de red para contenerlos...

 

-¡Venid a ayudadnos, por favor! - Les pidió Daniel a los saiyajin.-

 

Roy, Lornd, Calix y Seira se acercaron con rapidez. Mientras Mimette les daba un par de cables a cada uno y les indicaba con su jovialidad habitual.

 

-¡Vamos chicos!, poneos con ese tono rubito tan chic de pelo y mandad energía con fuerza a través de estos cables.

 

            Los cuatro se transformaron en súper guerreros lanzando a Mimette a varios metros a consecuencia de la oleada de energía. Por fortuna para ella, tanto Daniel como Tom estaban atentos y la sujetaron.

 

- Gracias cuñado, gracias Dany. ¡Ha sido divertido, me gustaría repetir! - Exclamó la alocada técnica.-

-No está la cosa para bromas, cariño.- Le susurró un preocupado Daniel.-

 

Los demás se parapetaron para evitar ser lanzados. Los cuatro súper guerreros emitieron una potentísima energía que se desplegó por la red de partículas y logró el efecto deseado. Los proyectiles quedaron sujetos en ella, todos aplaudieron entusiasmados pero Kaori declaró preocupada.

 

-Esa red puede ser atravesada, no aguantará mucho, hay que girar los misiles.

-De eso me encargo yo. - Terció Daniel volviéndose a su consola de mandos.-

 

            El joven técnico programó unas instrucciones e hizo que la red fuera girando lentamente y con ella el rumbo de los misiles. Tras unos larguísimos segundos estos habían dado por completo la vuelta. Al fin, los saiyajin dejaron de emitir energía volviendo a su estado normal y la red se disgregó, esos proyectiles reemprendieron su rumbo pero esta vez de vuelta hacia su nave de origen.

 

-¡Bien!- Exclamó Petz abrazándose a Zafiro. - Ahora vamos a darles un trago de su propia medicina...

-¡Volarán en pedazos!- Añadió una asimismo animada Cooan -...

 

            En la nave, tanto Gralas como los demás, estaban al tanto de la maniobra hecha desde la Tierra. Los misiles que habían lanzado venían ahora contra ellos, aunque el tirano espacial seguía sin inmutarse.

 

-Debemos rechazarlos o nos  destruirán a nosotros.- Advirtió Kribit - con tu permiso yo me encargaré de eso.

-Muy bien- replicó Gralas sin aparentar preocupación.- Son todos tuyos.

-Con el debido respeto, Lord Gralas.- Añadió aquel ser con algo de sarcasmo - no hacían falta misiles para destruir la Tierra, puedo hacerlo yo sólo con un dedo.- Y sin más, salió de allí sin esperar la respuesta de su aliado que tampoco se molestó en replicar. -

 

            Una vez en el espacio, Kribit miró fríamente a los misiles sin mostrar preocupación. Levitaba fuera de la nave sin ninguna protección, su raza estaba adaptada a soportar las condiciones del cosmos. Por fin, levantó un brazo y con uno de sus dedos, iguales a los de una mano humana, produjo una minúscula bolita de energía que de pronto hizo crecer hasta un tamaño de varios metros de diámetro. Con un suave gesto de muñeca la lanzó directa hacia aquellos proyectiles que volvían. En pocos segundos la esfera de energía creció aún más y al llegar al encuentro de los misiles, los sepultó en su interior y estalló iluminando el casco de la nave y la Tierra con una cegadora luz. Kribit sin embargo no se inmutó y volvió de nuevo a la nave…

 

-Esto es una pérdida de tiempo.- Se lamentaba aquel poderoso ser.-

 

            En la Tierra todo el mundo tuvo que taparse los ojos ante ese resplandor, incluso en la sala de control tuvieron que desconectar por unos segundos las pantallas al exterior. Una vez pasado aquello volvieron a reconectarlas...

 

-Parece que tienen recursos- comentó Lornd sin parecer extrañado, - han logrado destruir sus propios misiles sin ninguna dificultad. Como era de suponer.

-Pues ahora nos toca contratacar a nosotros.- Intervino Diamante.- Antes de que se les ocurra otra forma de pasar el rato a nuestra costa.

- Pero seguimos con el problema de cómo llegar hasta ellos.- Objetó Tom.-

-Quizás en eso podamos ayudaros. - Intervino entonces  Usagi - a nosotras no nos hace falta sentir una energía para transportarnos, basta con saber las coordenadas dónde está esa nave. Podemos unirnos todas las sailors con el teleport y llevar a dos de vosotros. Así, los demás podréis transportaros al sentir su energía.

-Por una vez has tenido una buena idea. - Terció Rei con un tono algo burlón -...ya iba siendo hora. Debe de ser tu ocurrencia ingeniosa del año.

-¡Eh! ¿Qué pretendes insinuar con eso?- Replicó la aludida algo irritada.- ¿Acaso no se me ocurren siempre soluciones geniales como ésta?...

-No diría yo tanto - respondió su interlocutora sonriente y cruzada de brazos.-

-Te odio, Rei...- contestó Usagi encarándose con ella y sacándole la lengua a lo que su compañera respondió de la misma manera.-

-Bueno, basta de eso por favor.- Terció Makoto que las observaba tan envarada como Ami y Minako.-

-Mako -chan tiene razón. - Añadió Ami, afirmando.- No tenemos tiempo para peleas personales, ni siquiera las amistosas.

-Es verdad- convino Minako. - La cosa es bastante seria. Me gustaría que Luna y Artemis hubiesen venido, nos vendrían bien sus orientaciones.

-No os preocupéis, Mimette lo tiene todo controlado. - Dijo ésta con expresión sonriente en tanto les desvelaba.- Ya he calculado las coordenadas con mi ordenador...

-Espero que podamos fiarnos. - Musitó Usagi de modo casi imperceptible a Rei que ésta vez sí que asintió solidariamente.-

-¿Qué decías? - Inquirió Mimette  dedicándola una mirada desconfiada.-

-¡Yo, nada, nada! - rio Usagi de forma algo estúpida en tanto agitaba las manos.-

-Bueno, yo confío en vosotras,- intervino Roy comentando al resto. - Ahora sólo falta saber quiénes serán los que os acompañen…

-Tratemos de usar la cabeza,- añadió Zafiro para intentar hilvanar una estrategia  - deberían ir dos que tengan una energía fuerte pero que no sepan usar la translación instantánea. Así, desde la Tierra, los que sepan utilizarla captarán sus energías y podrán llevar a más de los que estemos aquí como refuerzo.

-Entonces. - Quiso saber Lornd que parecía interesado y de acuerdo con esa idea. - ¿A quién propones tú?

-Creo que Seira sería la indicada, Señor- intervino Calix.- Ella no conoce esa técnica, pero es muy fuerte, no será difícil sentir su energía.

-Por mí de acuerdo, ahora que sé quién fue el responsable de la muerte de mis padres ardo en deseos de ir  a vengarles. Obviamente con vuestro permiso, Señora - Le solicitó a Setsuna con mucho respeto.-

-Yo también iré - replicó ésta. - Estaré en el círculo para el sailor teleport...

- Quizás por tu seguridad sería mejor que te quedases.- Le comentó su guardiana, no exenta de preocupación.-

-Mi deber, al menos hasta que sea oficialmente coronada, es el de ayudar a mis antiguas compañeras.- Le respondió Plutón.- Es una deuda de honor.

- En ese caso no me separaré de ti y podré protegerte.- Contestó la saiyajin.-

-¿Quién será el otro?- preguntó Roy con impaciencia. - Hay que decidirse rápido...

 

            Todos se miraron sin encontrar un candidato, al fin fue Diamante el que se ofreció.

 

-Después de los saiyajin que conocen la técnica y de Seira, yo soy el más fuerte, creo que debo ser el que les acompañe.

-Eso habría que discutirlo.- Comentó Nephrite.-

-Quizás, pero no tenemos tiempo y me he ofrecido el primero.- Sonrió triunfalmente su interlocutor.-

-Esta vez me la has jugado.- Admitió deportivamente el príncipe de los cuatro cielos.-

 

            Diamante asintió y le ofreció su mano, que Nephrite estrechó para desearle.

 

-Ten cuidado ahí arriba.

-Sí. Ten mucho cuidado, cariño. - Le pidió también Esmeralda con visible preocupación.-

 

            El príncipe sonrió dándole un ligero beso en los labios y asintiendo, según declaraba.

 

-No temas. Con las amigas que me rodean no habrá ningún problema.

-Muy bien - convino Lornd, rebatiéndole al príncipe de Némesis a su vez.- Pero me temo, Diamante, que sí que hay un problema en el que no habíamos pensado.

-¿En cuál?- Preguntó Beruche con inquieta curiosidad. -

-Cuando raptaron a Setsuna, la escondieron en un cuarto aislante de energía. No podíamos detectarla por mucho que nos esforzásemos, ¿y si esa nave estuviera construida de ese material?...no podríamos transportarnos con vuestra energía. - Contestó el preocupado soberano saiyajin.-

 

            Los demás guardaron un incómodo silencio, eso era un problema grave. Cuando todo parecía ya resuelto surgía ahora ese inconveniente. Tras unos segundos sin hablar fue Seira la que dijo sin arredrarse.

 

-No pasa nada, Señor. Bastará con que hagamos un agujero en el casco...

-Y tengamos cuidado después con la descompresión, - añadió Diamante con una sonrisa.- Pero tienes razón, creo eso que puede resultar.

-Entonces no perdamos más el tiempo. - Urgió Haruka, deseosa de entrar en acción.-

- Podría ir alguien más. - Se ofreció Nephrite.-

-No, lo siento, dos ya son muchos.- Objetó Michiru.-

-Tenemos la energía justa para transportarnos con Diamante y Seira.- Añadió Haruka, no sin pesar.-

 

            Así pues las sailors se dieron las manos formando un amplio círculo, en el centro de éste se situaron los que iban a ser transportados. Tras escuchar los ánimos y deseos de buena suerte, se concentraron emitiendo una luz de diferente color cada una hasta formar una especie de caleidoscopio luminoso en el que desaparecieron.

 

-¡Ahí van!, espero que todo salga bien.- Les deseó Roy con el murmullo de aprobación de los demás.-

 

            En la gran nave sonó la alarma, uno de los mercenarios de Gralas entró en la sala de mando para advertirle.

 

-¡Mi señor!, han entrado intrusos en la nave.- Exclamó  llegando a la carrera  muy agitado.-

-Muy bien,- replicó el tirano sin parecer preocupado en absoluto en tanto le ordenaba.- Pues id a eliminarles inmediatamente...

- Lord Gralas. ¿Podemos ir nosotros también?- Pidió la mujer del pelo naranja.-

-Si así lo queréis - concedió el interpelado.-  De modo que ésta y los otros hicieron una leve reverencia y salieron tras el mercenario.-

-Me parece muy bien que les dejes jugar, Lord Gralas.- Comentó Kribit algo molesto para oponer.- Pero, ¿qué vamos a hacer respecto a los demás que siguen en la Tierra? aquí sólo han venido los menos poderosos...

-Ten un poco de paciencia, te dije que esperaba que moviesen ficha y ya lo han hecho, o mejor dicho, lo están haciendo...- contestó el tirano  quién se recostó en su sillón y con tintes condescendientes le pidió a ese individuo.- Aguarda tu turno, tendrás tu oportunidad.

-Eso espero…- masculló su interlocutor cruzando los brazos sobre su pecho y balanceando su cola con impaciencia.-

 

            Al momento de aparecer sobre una de las cubiertas de la nave las sailor, Seira y Diamante escucharon una potente alarma que delataba su presencia. La saiyajin trató de seguir con el plan, como no sabía sí sus amigos podrían o no detectarla rompió una pared esperando así abrir una salida al espacio para que escapase su energía, pero sólo dio con una sala contigua. Inmediatamente numerosas tropas se les echaron encima. Las sailors se encargaron de presentarles batalla, sin romper el círculo comenzaron un intercambio de ataques contra los rayos de energía que recibían.

 

-Debemos abrir un agujero en el casco. - Les indicó Diamante algo preocupado al precisamente alegar. - Quizá los demás no puedan localizarnos...

-Ya nos preocuparemos de eso luego - Le interrumpió Seira haciéndole ver - tenemos compañía.

 

Dicho eso se transformó en súper saiyajin y se preparó para la lucha.

 

En efecto, tanto la mujer como los tres individuos que la acompañaban aparecieron por un corredor adyacente a donde estaban Seira y Diamante. Nada más verles los recién llegados se lanzaron contra ellos con furia. El choque fue muy violento. La guerrera del espacio comenzó a luchar contra dos de  esos seres y Diamante se encargó de la mujer y del otro individuo.

 

-Si no pueden detectarnos, - pensó Seira mientras encajaba un derechazo - estaremos perdidos. – Y replicó con un gancho que lanzó a uno de sus enemigos contra el techo.-

 

            Diamante por su parte luchaba con denuedo pero era duramente castigado, no por el individuo, sino por la mujer que parecía tener una fuerza enorme. Rehaciéndose como pudo puso en práctica el truco de la duplicación para confundir a sus oponentes.

 

-¡Eso no te servirá!- Gritó su enemiga que lanzó un rayo contra el doble de Diamante atravesando a éste e hiriendo a su propio compañero.-

-Esto iguala las cosas,- sonrió el muchacho detrás de ella.- Ahora te toca a ti...

 

            La mujer se volvió y trató de golpear al otro Diamante, estaba segura de que esta vez era el verdadero pero volvió a atravesarle y este desapareció. El auténtico la sorprendió dándola un golpe en el cuello y lanzándola contra una gruesa puerta de acero que la extraterrestre abolló con su impacto.

 

-¡Esto ya está! - Exclamó el príncipe exultante.-

 

            Pero no estaba, el individuo sí parecía fuera de combate pero la mujer se recobró de forma sorprendente. De su rostro manaba algo parecido a sangre verdosa, se levantó mientras clavaba sus ojos de color añil en los de su enemigo.

 

-Hasta ahora no he peleado en serio, pero ahora verás.- Tensó sus brazos y de su cuerpo brotó un resplandor azulado, el tono de su pelo cambió de anaranjado a un tono también azul, pero más oscuro.- ¡Estás acabado!- Sentenció y dicho esto desapareció de la vista de Diamante y le golpeó lanzándole contra una puerta, éste acusó el duro golpe en tanto ella se regocijaba exclamando.- ¡Ja, ja, ja!... ¡muere patético humano!

 

            Seira advirtió que su aliado tenía problemas, pese a que ella debía concentrarse por entero en su combate, estaba impaciente y preocupada por que los demás pudiesen transportarse. Paraba los golpes como podía. No tenía dificultades a causa de que los rivales fuesen demasiado fuertes sino porque estaba ocupada en esos pensamientos. Tras recibir unos cuantos puñetazos decidió meterse en la pelea, desapareció con su  gran velocidad y lanzó una bola de energía a bocajarro contra uno de sus enemigos eliminándolo. El otro rival trató de acertarla con repetidos ataques que se perdieron en el aire pues Seira lo esquivaba sin ninguna dificultad. Por fin la saiyajin le asestó una gran cantidad de golpes hasta ponerlo fuera de combate. Enseguida fue en ayuda de Diamante…

 

-¡Aguanta, aquí voy! - Exclamó la guerrera.-

 

            En otro punto de la nave Usagi estaba a punto de desfallecer, aguantar los ataques de los mercenarios de Gralas era demasiado para sus fuerzas físicas. Afortunadamente, tanto Setsuna como las demás guerreras, procuraban ayudarla. Haruka y Michiru habían llegado al cuerpo a cuerpo con los mercenarios. Rei y Makoto mantenían a raya a otro grupo descargando sus ataques y haciendo un titánico esfuerzo. Ami trataba de localizar en su ordenador un pasillo libre de enemigos por el que abrirse camino y Minako mientras tanto la cubría lo mejor que podía. Setsuna, por su parte, se las entendía con los soldados más fuertes. Gracias a su entrenamiento ella sola mantenía a raya a una compañía entera. Pero las cosas parecían estar como en la Tierra. Las fuerzas se agotaban y el enemigo era muy numeroso. Las chicas comenzaban a ponerse nerviosas.

 

-¿Cuánto tiempo más tendremos que aguantar?,- inquirió la Guerrera de Júpiter mientras descargaba por enésima vez su supremo trueno.-

-Ya deben estar al aparecer,- dijo Sailor Venus tratando de tranquilizar a su compañera a la vez que lanzaba su cadena de amor al ataque. -

-No te pongas nerviosa.- Gritó la guerrera Urano mientras la emprendía a puñetazos con otro mercenario.- No podemos perder la calma ahora...

-Si esto sigue así nos pasarán por encima, son demasiado numerosos...- declaró la Guerrera Luna lanzando también su ataque.-

-He encontrado algo - anunció Ami.- Debemos ir a ese pasillo - señaló un corredor que estaba a la izquierda del grupo.- Por allí no detecto a nadie.

-Abramos brecha y salgamos de aquí.-  Les indicó Sailor Neptuno tras desbaratar a más enemigos con su Deep submerge attack. -

-Yo me encargaré de eso. - Intervino Setsuna que lanzó una potente onda de energía que creó la confusión en el enemigo.- Vamos, ¡ahora!...- y a su señal, las sailors corrieron al pasillo -…

 

            En otra parte de la nave la alienígena estaba dispuesta a golpear a un maltrecho Diamante cuando alguien la sujetó el brazo, era Seira que espetó de forma desafiante y no desprovista de ironía.

-No está bien golpear a los hombres terrestres, a ellos no les gusta pegar a las mujeres... ¿por qué no te metes con alguien de tu mismo sexo para que pueda responderte?

-Será un placer.- Replicó la alien lanzando contra la saiyajin una bola de energía que la dio en el estómago empujándola contra una pared.-

 

            Rápidamente Seira se quitó la bola de encima haciéndola explotar y se lanzó contra su rival. Ambas comenzaron a golpearse frenéticamente mientras paraban o esquivaban los golpes de la otra, el combate estaba muy igualado. Diamante mientras, agradeció el respiro y se tomó una alubia mágica, tras lo cual fue a ayudar a las guerreras…

 

-Con tu permiso. Nuestras amigas necesitan apoyo.- Le gritó a la saiyajin.-

-Ve.- Se limitó replicar esta, concentrada en su pelea.-

 

            En la Tierra mientras tanto, Lornd, Roy y Calix, se afanaban en localizar la energía de sus compañeros pero era inútil.

 

-¡Maldición! , tenías razón hermano, esa nave debe de estar blindada para no dejar escapar energía,- escupió Roy frustrado.-

-No podremos ayudarles si no consiguen hacernos sentir su aura. - Añadió Calix también muy preocupado.-

-Debemos insistir.- Les indicó Lornd concentrándose de nuevo.- Estoy seguro de que harán lo posible por hacérnosla llegar.

 

            En ese momento tanto Seira y Diamante, al igual que sus amigas, no estaban como para pensar en eso, lo único que pretendían era abrirse paso entre una nube de contrarios. Las sailors, que habían tomado ese pasillo, se veían ahora perseguidas por los mercenarios que ya estaban recuperados. Al fin, las guerreras llegaron ante una puerta que les bloqueaba el camino.

 

-¡Tendremos que abrir esta puerta como sea!- Urgió Haruka.-...

-Yo me encargo de eso,- terció su ex compañera Plutón que acumuló energía y lanzó un rayo concentrado que logró agujerear la aleación que recubría aquello.-

-¡Bravo Setsuna!- jaleó Usagi- , eres una chica muy fuerte...

-Mi trabajo me ha costado.- Sonrió ésta mientras sudaba por el esfuerzo.- Ahora que podemos vamos a recuperar fuerzas,- y extrayendo una bolsita de cuero de entre su uniforme de combate sacó unas alubias que repartió a cada una de sus amigas, indicándoles. - Coméoslas y aguantad lo que podáis, ya no me quedan....

-Gracias,- dijo Michiru siguiendo esa sugerencia.- Lo necesitaba, ya no podía más...

-Cuando nos alcancen esos tipos nos encontraran preparadas. - Aseguró Rei animada mientras masticaba.-

 

            Las sailors, recobradas las fuerzas aguardaron al enemigo, en lugar de eso escucharon una enorme explosión que atronó en el pasillo. Al disiparse el humo resultante Diamante apareció ante ellas arengándolas animado.

 

-¡Vamos chicas!, es hora de que abramos un hueco en este cascarón...

 

            Todas sonrieron aliviadas. Ami tomó la palabra mientras buscaba con su ordenador.

 

-Trataré de localizar un acceso exterior para poder hacerlo...

-Date prisa.- Le pidió Minako con preocupación, haciendo patente el temor del resto al  añadir.- No sabemos hasta cuando nos van a dejar en paz.

 

            Sailor Mercurio desde luego lo intentaba. Trataba de localizar el plano general de esa nave, pero el diseño de ésta era harto complicado...

 

-Me llevará un tiempo entender este lio de corredores.- Declaró mientras los visualizaba en su pantalla.-

-Trata de darte prisa. - Le pidió Diamante, - yo voy a ir a ver si Seira necesita ayuda.

 

            La guerrera del espacio por su parte seguía ocupada con su adversaria. Tenía que reconocer que esa mujer era muy fuerte. Las cosas estaban muy igualadas, decidió aumentar su energía de súper saiyajin casi al máximo de su poder y logró hundir un puño en el vientre de su rival para después estrellar su cabeza contra una gruesa puerta. La extraterrestre quedó sin sentido, Seira pudo respirar aliviada...

 

-¡Maldita!, debo admitir que me ha hecho trabajar duro...- pensó mirando al cuerpo de su inconsciente rival.- Eres una diestra luchadora, mis respetos.

 

            Entonces sintió una energía bastante fuerte que se aproximaba hacia ella, se puso en guardia pero enseguida se relajó, reconoció el aura de Diamante y eso la hizo recordar que debían tratar de hacer llegar las suyas a sus compañeros en la Tierra.

 

-Seira.- Le inquirió el príncipe de Némesis llegando junto a ella.- ¿Necesitas ayuda?..

-No, gracias. - Negó ella cruzándose de brazos y preguntando no sin inquietud.- ¿Dónde están las guerreras y mi reina?..

-Bloqueadas en un pasillo, pero a salvo por ahora, están buscando la parte exterior de la nave.

-Vamos cuanto antes- repuso ella dejando de ser una súper saiyajin.-

-Oye Seira.- Intervino Diamante que la detuvo antes de que se pusiera en marcha, - gracias por ayudarme antes, aunque podía habérmelas apañado...

-Sí, claro- sonrió ésta con una expresión sarcástica. Para recuperar su tono de premura al insistir. Adelante, no podemos perder más tiempo...- voló hacia el pasillo que su interlocutor le había indicado y él la siguió…-

 

            Parecía que, por fin, Ami había localizado un corredor que daba al exterior. Diamante y Seira volvieron y se reunieron con ellos. La Guerrera Mercurio les comunicó la noticia pero, cuando estaban a punto de dirigirse hacia allí, la puerta que Setsuna había logrado agujerear en parte se abrió. Tras ella surgió Kribit que esbozó una siniestra sonrisa sentenciando...

 

-Me parece que vuestro camino se termina aquí.

-¿Quién eres tú?- preguntó Seira con su voz de desafío.- ¿Otro esbirro de Gralas, verdad? Pues verás cómo acabo contigo como con los demás...

-No lo creo, yo no soy un oponente tan fácil. - Replicó éste mirando a sus enemigos aparentemente divertido.-

-Pues vamos a verlo ahora mismo - dijo Diamante también concentrando energías.-

 

            Gralas estaba en su puente de mando cuando se percató de que Kribit se había marchado, eso no le gustó nada.

 

-¡Ese estúpido! – Pensó con irritación - ¿dónde se habrá metido? Echará a perder mis planes.

 

            Entonces escuchó el sonido de una gran detonación, enseguida le informaron de daños graves en el casco externo de la nave.

 

-Siento la energía de alguien,- aseguró Lornd -una muy poderosa…debe de ser del tipo con el que me enfrenté.

-¿Dónde están las de nuestros compañeros? - Preguntó Roy algo preocupado.-

-No detecto la energía de Seira ¡maldita sea!, algo ha ocurrido.- Terció Calix presa de la inquietud.-

-¡Vamos allá, ahora!- Espetó Roy.-

-No nos dejéis aquí.-Le pidió Petz deseando, al igual que el resto, poder ayudar.-...

-Sería demasiado peligroso- rebatió Lornd.-...no debéis venir. Podríais tener que enfrentaros a enemigos muy poderosos.

-Escucha cuñado, ya somos mayorcitas para decidir a lo que debamos enfrentarnos.- Le contestó Beruche con seguridad y argumentando acto seguido de forma harto convincente.- Toda la ayuda que podáis tener será poca, vamos.

-¡Pero Cubito!- objetó su novio, - mi hermano tiene razón. No son enemigos para vosotras.

-Vamos Roy,- intervino Cooan apoyando a su hermana,- no seas tan machista...queremos ayudar a nuestras amigas guerreras.

-Sí,- añadió Petz.- Es nuestro deber, debemos intervenir.

-Está bien- Admitió el interpelado indicando. - Yo llevaré a Bertie, Cooan y Tuxedo. Tú Lornd lleva a Petz y Esmeralda. Calix tú ocúpate de Nephrite, Zafiro y Tom.- Los demás asintieron, una vez listos, Roy dio la señal.- Ahora...- y al instante todos desaparecieron.-

 

            Al reaparecer en la nave alienígena la situación no podía ser más penosa. Las Justicieras y Tom corrieron, tras el shock inicial, para tratar de auxiliar a las Guerreras. Todas ellas, incluida Setsuna, estaban tendidas en el suelo y parecían muertas. Beruche y Cooan fueron las primeras en llegar. Para su alivio las sailors todavía respiraban pero lo hacían de forma muy débil. Petz y Esmeralda trataron de reanimarlas. Los demás buscaron a Seira y Diamante. Roy encontró a éste apoyado contra una pared y entre un charco de sangre. Por fortuna aún vivía, Zafiro fue enseguida junto a su hermano y le hizo tomar una alubia que logró recobrarle lo bastante como para aguantar. Le  levantó colocando uno de los brazos de Diamante sobre sus hombros.

 

-Vamos hermano, te pondrás bien. ¿Qué ha pasado aquí?- Quiso saber atónito.-

-Ese alienígena…no pudimos hacer nada contra él…- susurró el príncipe de Némesis con la voz entrecortada.- Es muy fuerte...

 

            Lornd y Calix doblaron una esquina y allí se toparon con Kribit. Éste reía y ante los horrorizados ojos de ambos exhibió levantándola con su cola a una inconsciente Seira.

 

-¡Vaya, vaya!- declaró el alien entre risas.- Ya iba siendo hora, no diréis que no os he facilitado el trabajo...

-Maldito bastardo, ¿qué le has hecho a Seira? - Bramó Calix fuera de sí.-

-Ni la mitad de lo que te haré a ti.- Repuso Kribit con un claro tono de burla.-

 

            El furioso interpelado se transformó en súper guerrero y se lanzó contra su oponente antes de que Lornd pudiese impedirlo. Golpeó a esa criatura alienígena en pleno rostro con todas sus fuerzas pero éste sólo giró levemente la cabeza. A modo de réplica Kribit respondió con un puñetazo que lanzó al saiyajin contra una pared. Sin rendirse el guerrero del espacio volvió al ataque y trató de pegar de nuevo a su contrincante pero éste le esquivaba una y otra vez. Lornd quería intervenir pero no había sitio, estaban luchando en un pasillo estrecho y no podía atacar estando allí  sus guardianes.

 

-¡Calix, ten cuidado con él! - Trató de advertirle inútilmente.-

 

            Pero el aludido estaba cada vez más cansado, era además presa de la rabia y sus golpes se perdían en el aire. Kribit se limitaba a esquivarlos con ligeros movimientos de su tronco hasta que agarró a  su rival del cuello y le propinó una sucesión de golpes que remató lanzándole contra una columna cercana, el joven guerrero quedó sin sentido...

 

-Otro menos, los saiyajin me están resultando demasiado fáciles de machacar. ¡Ja, ja, ja! - Se jactó con regocijo.-

 

Mientras, soltó con desgana también a Seira que cayó junto a Calix. La mujer seguía inconsciente con señales de haber recibido un duro castigo.

 

-A ver si te resulta tan fácil conmigo. - Espetó Lornd preparándose para el combate.-

- No seas impaciente. Enseguida seguirás el mismo destino que estos dos.- Rio su rival.-

-Te voy a quitar esa estúpida sonrisa de tu fea cara.- Le espetó el furioso guerrero del espacio.-

-¿Así es como me agradeces que no haya matado a ninguno de tus amigos? Bueno, la verdad es que había pensado dejar la diversión para el final. Prepárate....

 

            Lornd y él se enzarzaron en un duro intercambio de golpes, en ese momento Roy, Nephrite y Zafiro sintieron dos energías bastante potentes que se aproximaban pero no podían verlas.

 

-¡Chicos! - Le gritó Roy - concentraos en esas energías y luchad...

           

Ambos obedecieron y lograron parar un ataque de una figura camaleónica que se confundía con el tono metalizado del pasillo. Su compañero hizo lo propio con uno que adoptaba ese color a la par que el amarillo chillón de una puerta de servicio. Las dos figuras se agruparon y parecían observar a ambos, Roy y Zafiro también se juntaron, Nephrite quedó algo apartado y una gruesa compuerta se cerró entre él y sus amigos.

 

-¡Maldita sea! – Exclamó con patente disgusto.- Me han dejado aislado. Siempre me pierdo lo bueno…

 

            Sus compañeros, lamentando aquello, decidieron no obstante centrarse de momento en sus adversarios.

 

-Vamos a darles una buena paliza,- sugirió Roy que se convirtió en súper guerrero.-

-Es fácil decirlo pero no sé si seré capaz de hacerlo.- Respondió Zafiro concentrando sus energías.-

 

            A su amigo no le dio tiempo a responderle pues sus adversarios les atacaron nuevamente y comenzaron un duro intercambio de golpes. Roy lanzó contra su enemigo una onda vital que éste esquivó, pero, detectando su aura, el guerrero dorado logró asestarle un potente golpe que le lanzó contra una puerta. Instantáneamente esa silueta tomo ese mismo color aunque eso no bastó para engañar a su rival que le remató con una ráfaga de rayos de energía. Zafiro lo tenía más difícil, su oponente parecía superior a él. Tras recibir unos cuantos golpes cayó al suelo. Roy lo vio y consiguió interceptar el ataque del enemigo. En pocos segundos logró dejar fuera de combate al otro ser. Cuando lo hizo éste se tornó visible con un rostro parecido al de un calamar provisto de varios ojos saltones y una boca en forma de embudo.

 

-¡Puag!- exclamó Roy con asco, - menudo bicho tan feo. No me extraña que llevase ese camuflaje.

 

            El otro era también visible y tenía idéntica apariencia. Zafiro tampoco pudo disimular su gesto de repugnancia. Justo entonces, tras recibir unos cuantos impactos de rayos de energía, la compuerta cedió y Nephrite pudo reunirse con sus amigos.

 

-Vaya par de bellezas que me he perdido. - Pudo decir recurriendo a su consabido sarcasmo.-

 

Pero no era momento para ese tipo de valoraciones, los tres fueron lo más rápidamente que pudieron junto a las Justicieras....

 

-Tendremos que sacarlas de aquí cuanto antes.- Comentó un preocupado Zafiro.-

-Muy bien, pero a ver quién se lo dice.- Suspiró Roy.-

 

            Mientras ocurría esto tanto Tom, como Tuxedo Kamen y las chicas habían tenido que repeler la agresión de más tropas mercenarias. Los dos hombres habían llegado a luchar cuerpo a cuerpo con ellos y se habían hartado de repartir puñetazos y patadas de kárate. Las justicieras pusieron en práctica todo su arsenal de ataques y golpes y el enemigo se dio a la fuga. Entonces llegaron Roy y Zafiro encontrando a los demás agotados y magullados pero ilesos. Con mucho esfuerzo eso sí, habían conseguido su objetivo de proteger a las guerreras.

 

-Únicamente faltan mi hermano, Seira y Calix, me gustaría saber dónde están…- se preguntó Roy en voz alta.-

 

            Por su parte Lornd y Kribit estaban metidos de lleno en una pelea formidable. Cada uno castigaba duramente al otro con golpes demoledores. Habían abierto numerosas brechas que dañaron bastante a la nave. En la sala de mando Gralas se percató de ello.

 

-¡Estúpido Kribit!, pretende destruir la nave con todos dentro. Claro, como él puede sobrevivir en el espacio. Es un buen método, lo admito, matará con seguridad a esos saiyajin. Pero a mí también y eso no me gusta.

 

Y sin demorar ni un segundo más, llamó a uno de sus ayudantes y le ordenó preparar una lanzadera de escape. El tirano la abordó y escapó de la gran nave que empezaba a sufrir explosiones internas. En tanto decía.

 

-No hay prisa, nuestros caminos se volverán a cruzar…

 

-¿Cómo sabéis lo que pensaba Gralas? - Inquirió Tom interrumpiendo el relato. -

-No lo sé. - Comentó su amigo Roy, ahora que lo mencionas creía que alguno de estos me lo había contado.

 

Nadie dijo nada sobre eso, pero prosiguieron con la narración sin darle mayor importancia.

 

            En la gran nave las guerreras fueron por fin reanimadas con más alubias que habían traído sus amigos y Roy les dijo que debían irse de allí, hicieron que Tuxedo y Tom les acompañasen...

 

-Esta nave podría saltar en pedazos en cualquier momento.- Les comentó Nephrite.-

-¿Y vosotros?- Quiso saber Cooan:- ¿Qué haréis?

-Encontrar a nuestros amigos, Connie.- Respondió Roy.-

-Que las sailor os saquen de aquí con su tele portación.- Les comentó Zafiro.-

 

            Usagi asintió, al momento todas se prepararon.

 

-Volveremos a por los demás cuando Tom y Mamoru estén a salvo. – Afirmó Ami.-

 

Se dieron las manos y desaparecieron, a los pocos segundos reaparecieron nuevamente y se prepararon para  llevarse  a las Justicieras.

 

-¿Podréis repetir el esfuerzo y llevarnos a nosotras?,- preguntó Petz algo insegura.-

-No te preocupes.- Le respondió Haruka muy tranquila.- Tras haber comido las alubias estamos como nuevas, así que vámonos.

-Venga largaos,- les instó Roy mientras la nave temblaba a su alrededor.- No podéis perder más tiempo. Nosotros nos llevaremos a los que quedan.

-Muy bien, suerte.- Les deseó Setsuna añadiendo con énfasis e inquietud.- Por favor Roy, encuentra a Lornd y ayúdale...-Éste asintió y besó a Beruche, lo mismo hizo Zafiro con Petz.-

-Cuídate por favor.- Le pidió Bertie a su pareja.-

-Tú también. - Añadió su hermana Petz dirigiéndose a Zafiro.- Y volved pronto…

 

            El infante de Némesis guiñó un ojo y su novia sonrió más tranquila en tanto él le decía.

 

-Esta vez no te dejo mi chaqueta, no temas.

-Decidle a Amanda que vaya preparando un té, earth grey, por favor.- Terció Nephrite con su clásico sentido del humor.-

 

Y sin más concesiones a la réplica las sailors volvieron a desaparecer con ellas.

 

-¡Vamos Zafiro, Nephrite, no hay tiempo que perder! - Les urgió Roy. -

 

            Ambos asintieron y los tres se dirigieron hacia donde notaban dos poderosas energías, una de ellas era la del rey de los saiyajin.

           

-Vamos, ¿eso es todo lo que sabes hacer?- Le preguntó Lornd con tono desafiante, mientras se restañaba la sangre de un pómulo.-

-Aún no he comenzado a pelear en serio.- Aseveró Kribit haciendo lo propio en su rostro.- Ahora verás…-

 

Y aumentó su energía a una escala muy superior. Su contrincante no quiso quedarse atrás y se transformó en súper guerrero de tercer nivel. De nuevo comenzaron a intercambiarse golpes mientras la nave se resquebrajaba a su alrededor. Entonces llegaron Roy, Nephrite y Zafiro.

 

-¡Es un combate entre dos fuerzas enormes! - Exclamó el infante de Némesis- no creo que podamos hacer nada...

-Tú y Nephrite. Id a tratar de reanimar a Seira y Calix, yo ayudaré a mi hermano, ¿tenéis alubias? - Inquirió Roy a lo que Zafiro asintió.-

-Tengo dos...

- A mí me queda otra. - Añadió Nephrite.-

-Reanimad a Calix, él puede transportarse. Que os lleve a vosotros y a Seira a la Tierra. Lornd y yo nos las apañaremos con este tipo.

 

Sus amigos dudaron, no querían dejarles solos, pero Roy les gritó.

 

- ¡Vamos, daos prisa, no queda mucho tiempo, moveos!...

 

            Reaccionando entonces, Zafiro y Nephrite fueron en busca de Seira y Calix. Roy por su parte llegó para ayudar a su hermano que comenzaba a pasarlo mal contra Kribit que parecía llevar ventaja. El alienígena se giró tras mandar a Lornd contra un montón de chatarra al ver al recién llegado...

 

-Así que ha venido otro estúpido, creo que me transformaré otra vez.- Declaró aumentando de nuevo su energía.-

 

            Roy ayudó a levantarse a su hermano. Lornd le puso al corriente rápidamente de la situación.

 

-Su fuerza es inmensa, ni siquiera con el tercer nivel puedo vencerle.- Admitió con visible preocupación.-

-Pues intentémoslo entre los dos - le propuso Roy aumentando su energía hasta el máximo, el techo se resquebrajaba y el oxígeno comenzaba a escasear mientras Kribit cambiaba.- ¡Vamos, no tenemos tiempo que perder!…

 

            Y era verdad. El cuerpo de su enemigo crecía y de su cabeza brotaron dos espirales a modo de cuernos, su cola se erizó con numerosas púas y de su espalda salieron una especie de hombreras espinosas.

 

-¡Ja, ja, ja, ja! Cada vez os queda menos tiempo, saiyajin. Vais a morir, pero no os preocupéis, no dejaré que el espacio os mate y me prive de ese placer. Acabaré antes con vosotros yo mismo...

-Suena alentador, verdad. Es todo un detalle por su parte. - Repuso Roy con irónica sorna a su hermano.-

-Quizá mueras tú antes que nosotros. - Replicó Lornd  a su adversario.-

-No lo creo - respondió éste a la vez que golpeaba a los dos guerreros del espacio antes de que estos pudiesen reaccionar  en tanto sentenciaba con suficiencia. - No sois rivales para mí...

 

            En la Tierra todos estaban ya seguros. Tom deseó que sus dos amigos estuvieran a salvo. Lo mismo se aplicaba a los demás que sólo querían que volviesen pronto…

 

-¡Maldita sea! Como odio no poder hacer nada. - Espetó, siendo abrazado por Cooan.-

-Estarán bien. Confía en ellos.- Le pidió su esposa que le sonrió alentadoramente.-

       

Su marido le devolvió esa sonrisa. Eso deseaba. Entre tanto, rehaciéndose como pudieron los hermanos se separaron para tratar de confundir a su enemigo pero éste iba a por Lornd. Roy le atacó con todas sus fuerzas por la espalda pero el alien le rechazó sin ninguna dificultad y contratacó contra el rey de los saiyajin que evitó los golpes como pudo. Kribit comenzó a formar otra bola de energía...

 

-¡Mierda!, si lanza eso estamos fritos.- Alertó Roy.-

-¡No le dejaré hacerlo! –Grito Lornd.-

 

Y con una translación instantánea lanzó un rayo que arrebató esa bola de la mano de Kribit haciéndola salir a gran velocidad de la nave y dejando que explotase en el espacio.

 

-No ha estado mal,- sonrió su oponente esbozando un gesto de diversión para sentenciar.- Pero, por desgracia para vosotros puedo hacer todas las que quiera...

-Pues que bien - replicó Roy que se acercó a su hermano comentando resignado.- Me temo que solamente podemos hacer una cosa,- él y Lornd se miraron y asintieron. Roy le hizo una seña que su interlocutor interpretó.-

-Sí, ¡disponeros a morir! - escupió Kribit con regocijo.-

           

          Y en tanto Lornd cerraba los ojos Roy se concentró entonces llevándose ambas manos con los dedos separados y apoyados en su frente para gritar.

 

-¡Viento solar!

 

Lanzó un haz luminoso que inundó toda la cámara con un gran resplandor. Éste no era peligroso pero cegó a Kribit el tiempo suficiente, entonces aprovechó para indicarle a su hermano...

 

-¡Fusión, ahora! - Lornd asintió y rápidamente se unieron en la pose adecuada mientras gritaron al unísono.-

-¡Fusión ya!...

 

De nuevo se produjo un gran destello de energía, cuando Kribit pudo ver al fin se encontró junto a él a un sólo enemigo  pero más alto y con un aspecto mucho más fuerte que los anteriores. Esto le desconcertó.

 

-¿Quién eres tú? - Quiso saber visiblemente sorprendido.-

-Loroy, -replicó éste con una voz que reverberaba en lo poco que quedaba intacto de la nave…y voy a terminar contigo ahora mismo...

-No me hagas reír.- Repuso el alien que atacó a su nuevo adversario con una asombrosa velocidad.-

 

No obstante, su enemigo esquivó el ataque y contratacó golpeando a Kribit en el estómago consiguiendo doblarle.

 

- No puede ser- farfulló el alien a consecuencia del golpe.- ¡Qué fuerza!

 

            En ese momento hubo numerosas explosiones en cadena que hicieron peligrar la situación de los contendientes, pero ninguno prestaba atención a eso. Kribit furioso reunió energías y gritó...

 

-Se acabó, ¡voy a terminar contigo!- Lanzó un poderoso rayo de energía contra su enemigo pero éste lo rechazó de un manotazo hacia el espacio, la explosión iluminó el cielo.-

-Es mi turno,- sentenció Loroy que golpeó como un huracán dejando a Kribit malherido.-...

-Así que eres muy fuerte - rio éste entre la sangre que resbalaba por su rostro. Pero eso no te servirá...Si tengo que morir os llevaré conmigo. – Sentenció concentrando de nuevo la energía pero esta vez la dirigió hacia el corazón de la nave.- Adiós saiyajin,  o seáis lo que seáis.- Soltó una risa de locura y lanzó la bola.-

-¡Translación!- Gritó Loroy que se concentró justo en ese momento y desapareció.-

 

            La nave espacial estalló en una gigantesca explosión que volvió a iluminar la Tierra mientras el guerrero aparecía junto a sus amigos en la base. Todos prorrumpieron en gritos de júbilo mientras el resplandor de la explosión eclipsaba de nuevo la pantalla.

 

-¡Oh! por fin has vuelto, Roy.- Exclamó Beruche al ver aparecer a un saiyajin, pero al mirarle más de cerca se paró en seco.-

 

            Setsuna iba a decir lo mismo de Lornd pero también se quedó quieta. Ninguna de ellas reconocía ni a uno ni a otro. Sin embargo, enseguida cayeron en la cuenta de lo que pasaba. Sobre todo cuando el gran saiyajin les dijo.

 

-Soy Loroy, ya he vencido al enemigo...pero debo esperar aún un rato para separarme.

-Bueno - dijo Beruche sonriendo con voz melosa a Setsuna, - podemos compartirlo durante este tiempo. ¿No crees, cuñada?...

 

Su interlocutora asintió divertida y cada una besó a Loroy en una mejilla ante las risas de los demás.

 

-¡Eso sí que es un trío sideral! - Exclamó jocosamente Haruka dejando ruborizados al resto.-

 

            Calix y Seira que ya estaban recuperados, miraban atónitos. Al fin, tras unos minutos más Loroy se separó y ambos hermanos reaparecieron, lo primero que Roy dijo fue.

 

-Chicos, esto hay que celebrarlo, vamos a cenar todos juntos y le pasamos a Masters la factura...

-No sé si le hará gracia tu idea.- Objetó Diamante con una sonrisa.- Que yo sepa estará en  su reunión de negocios y cuando vuelva podría estar en bancarrota si hacemos eso.

 

Todos se rieron sin poderlo evitar al escuchar semejante ocurrencia.

 

-Podéis preguntárselo.- Intervino Souichi, risueño todavía como el resto al indicar.- Está en la pantalla...

 

            En efecto, la imagen de Masters presidió la pantalla central. Una vez que le contaron lo ocurrido felicitó a todo el grupo y les anunció que, por supuesto, todos estaban invitados. Entonces Seira exclamó con entusiasmo...

 

-¡Qué bien!, vamos a ese sitio donde comimos ayer. - Propuso a Setsuna y Beruche que no pudieron aguantar la risa en tanto asentían.-

-Si llevamos a una sola saiyajin y se quedaron boquiabiertos verás cuando les llevemos a cuatro… más el resto de los que somos, que tampoco nos quedamos cortos comiendo.- Afirmó Bertie.-

-¡Yo tengo hambre! Y encima es un restaurante francés, Mamo- chan no me invita a esos muy a menudo. - Exclamó Usagi.-

-Es que mi presupuesto no alcanza para tanto.- Musitó el azorado aludido.-

- Pues vamos para allá, me muero por comer algo.- Convino Diamante.-

-Sí, vamos, lo pasaremos bien.- Se animó asimismo Tom.-...

 

            Todos estuvieron conformes y fueron para ese restaurante. Allí, una vez más, los camareros y el maître se echaron a temblar al reconocer a Seira y después, al ver comer al resto de los saiyajin y sus amigos se quedaron de piedra. El grupo se divirtió mucho y acabó con toda la comida del local. Masters al recibir la cuenta pensó que hubiese sido mejor pagar la factura de la reconstrucción de la ciudad. Pasaron unos días y todos se fueron al planeta Nuevo Vegeta para asistir a la coronación y boda real de Lornd y Setsuna. Ahora se reían tras recordar aquello…

 

-Desde luego fue una cena memorable.- Declaraba Petz.-

-Creo que incluso se quedaron sin platos.- Reía Makoto.-

-Sí, y eso que Masters reservó todo el restaurante para nosotros.- Reía Ami a su vez.-

-La pobre Jennifer tuvo que ocuparse de todos los trámites y de repasar la factura.- Añadió Cooan.-

-¡Tuvo hasta que contratar a algún que otro economista! - Se reía Esmeralda.- ¿Verdad Jenny?

-Para ser exactos a dos. - Le apuntó la aludida, sonriendo también al recordarlo.-

-Eso, más que una cuenta de restaurante, era un inventario de grandes almacenes. - Añadió Diamante risueño a su vez, más cuando vio precisamente al millonario y a su secretaria tras la réplica de ésta.- ¿Verdad Ian?...

- Y que lo digas. Hubiera preferido una OPA hostil. - Declaró el aludido ante las renovadas risas del resto.- Me salís muy caros…

 -Considéranos una inversión a futuro.- Replicó Nephrite.-

 

El millonario se rio con ellos, Jennifer por su parte también, aunque ella enseguida dejó de hacerlo cuando reparó en la presencia de los soberanos del Milenario de Plata…No tardó en hacérselo saber a su jefe. Masters, sin dejar de sonreír, se disculpó con sus amigos y se dirigió hacia ellos seguido por su inseparable secretaria.

 

-Celebro veros. Endimión, Serenity.- Les saludó amablemente él.-

-¿Podemos hablar?- Le preguntó Endimión.-

-Claro.- Afirmó el millonario que dedicó una significativa mirada a Jennifer quién enseguida respondió.-

- Setsuna me ha dado las llaves de una estancia privada. Allí podremos charlar.

 

 Los cuatro se alejaron del resto de forma discreta. Tras dirigirse hacia esos aposentos Jennifer abrió la puerta y entraron. Allí les aguardaban Setsuna y Lornd, junto a Calix y Seira. Entraron cerrando la puerta. En esa habitación había una gran mesa de madera pulida con tonos caoba y varias sillas de tafetán rojo. Con un ademán Lornd les invitó a todos a sentarse, él presidía y su prometida se sentaba en la parte opuesta. Seira flanqueaba a Setsuna a su derecha y Calix a Lornd a su izquierda, el resto de las plazas las ocuparon los invitados terrestres. Sin dilación, el rey de los saiyajin les comentó.

 

-Lo que se diga aquí, no deberá salir de esta habitación. Al menos no todavía.

-En eso estamos todos conformes. - Replicó Endimión.-

 

            Hubo un momento breve de silencio hasta que Serenity tomó la palabra y declaró.

 

-Entonces todos de acuerdo. El pacto tripartito será oficial.

-Por lo que a mí respecta, he recibido el plácet de la ONU y de los representantes de los gobiernos más importantes. Nueva Vegeta y el Milenario de Plata de la Luna y futuro Reino Cristal Tokio de la Tierra, serán considerados amigos y aliados. - Afirmó Ian.-

-Respecto a mi mundo, como rey os doy mi palabra. Tendréis nuestra amistad y ayuda siempre que la requiráis.- Aseveró Lornd.-

-El Milenario de Plata en la Luna, y el reino de Neo Cristal Tokio, se honran en teneros como amigos y aliados y prometen a su vez honrar ese pacto. Con Serenity y yo mismo como representantes. Os ofrecemos toda la ayuda y asistencia que preciséis, tanto vosotros los habitantes de Nueva Vegeta, como los ciudadanos de la Tierra.- Replicó solemnemente Endimión.-

 

            Tras estas últimas palabras fue Jennifer la que se levantó y, abriendo un cajón que había en una especie de bureau puesto cerca de donde estaban, extrajo unas cuantas carpetas forradas en cuero con documentos. Según lo hacía, las iba distribuyendo entre los soberanos de la Luna, Nuevo Vegeta y también le entregó una a su jefe. Entonces, la muchacha les explicó.

 

-Bien, ahora por favor, lean ustedes esos documentos. Contienen la formalización escrita de lo que acaban de decir. Si todo se encuentra a su conformidad les ruego lo ratifiquen con sus firmas. Deben firmar en todos, por triplicado, una copia para cada  parte. Los nobles guardianes de sus majestades los reyes de Nuevo Vegeta, y yo misma, firmaremos como testigos…

 

            Así se hizo, tras unos momentos en los que comprobaron que las clausulas estaban en orden fueron firmando, intercambiándose los documentos y cumplimentando el trámite. Al finalizar, fue Setsuna la que declaró con satisfacción.

 

-Hoy hemos llevado a cabo algo muy importante. Puede que lo más trascendente en la historia de nuestros respectivos planetas. Una unión duradera de amistad y asistencia.

-Es cierto.- Convino Masters que les comentó.- Y por nuestra parte ya estamos comenzando el Gran Proyecto. Finalmente Jennifer me ha ayudado a reclutar a los mejores. Con suerte, en poco menos de veinte años, podremos disponer de una primera línea de defensa fundamental para la Tierra y la Luna y después expandirnos a nuevos lugares más allá.

-Nos complace mucho oír eso.- Afirmó Endimión, agregando.- Por lo que a nosotros respecta también estamos trabajando para obtener más aliados.-

-Nuestra propia hija, la princesa Usagi Chiba se está ocupando asimismo de ello en el futuro junto a  sus guardianas las sailor Asteroides. Es por ello que Chibiusa no puede estar aquí presente. –Explicó Serenity.-

 

Aunque ahora lo hizo con mayor dosis de afecto en su voz, particularmente dirigida a Setsuna que, consternada, asintió entendiendo aquello pese a todo.

 

-Sé que todos estamos haciendo una apuesta para el futuro. Y en cierto modo me resulta incómodo no poder decírselo todavía a nuestros amigos.- Afirmó Lornd quién, suspirando añadió mirando ahora a su prometida.- No obstante, pese a la suma trascendencia de lo que hemos formalizado hoy, para mí personalmente, lo más importante es la ceremonia de mañana.

 

            Setsuna le sonrió, al igual que el resto que asintió con aprobación. Incluso Serenity, que ahora parecía hablar más como Usagi, dijo.

 

-Bueno, mañana vamos a ver cómo preparáis aquí los banquetes de boda.

-Quedarás complacida, Majestad. - Afirmó Seira con una media sonrisa.-

-Y creo que la ceremonia va a ser impresionante.- Valoró Jennifer.-

-Desde luego que lo será, si es tan bonita como el vestido de Setsuna merecerá la pena. ¿Verdad Mamo-chan? - Replicó Usagi.-

-No tengo ninguna duda.- Sonrió el interpelado.-

-Será mejor que nos reunamos con el resto. - Les propuso Lornd.-

 

            Tanto Calix como Seira fueron los primeros en levantarse para abrir la puerta a los demás. En su función de guardianes y consejeros acompañaban a sus soberanos. Los reyes del Milenario de Plata, Masters y Jennifer, salieron poco después de la habitación.

 

-Lo que no comprendo es la necesidad de escribir nada. -Comentó Seira a sus soberanos, añadiendo.- Habiendo dado vuestra palabra o jurándolo debería ser suficiente.

-De cara a un tratado tan importante y que implica a varios mundos, debemos ofrecer una garantía escrita.- Le respondió Lornd.-

-Y no todos los seres del universo son tan cumplidores.- Le recordó además Setsuna.-

-Claro.- Terció Calix.- Quizás no todos tengan palabra tan válida como la de nuestros soberanos.

-En tal caso. ¿Qué más da que lo hayan puesto por escrito o no?- Se preguntó Seira.-

-En ese caso, tenemos una prueba material.- Le contestó Lornd.-

 

Aquello no dio la impresión de convencer a la guardiana pero ella ya no habló. Así se encaminaron  para, sin ningún tipo de problema, unirse al resto de los invitados. Hubo un pequeño ágape, como prolegómeno a la celebración del día siguiente. Al cabo de un par de horas se fueron retirando a sus respectivas habitaciones. Todos tendrían que levantarse temprano, dado que la ceremonia comenzaría poco antes del amanecer.

 

-Estoy nerviosa, más que por mí, por nuestra querida amiga.- Le confesaba Usagi a su pareja.-

-No te preocupes, creo que todo ha ido muy bien.- La trató de calmar éste.-

-Sí, eso lo sé. Pero a veces no puedo evitar pensar que la enviamos a un enorme sacrificio.- Musitó la muchacha.-

-Ella es fuerte y honorable, y además, sabes que le quiere. No será un sacrificio, sino una nueva vida llena de felicidad para ella.- Declaró Mamoru.-

-Así lo espero. Ahora a dormir, que mañana será una jornada muy larga. - Pudo sonreír su compañera.-

 

            La soberana del futuro reino de Cristal Tokio meditaba sobre todo lo ocurrido. Ella tuvo esa idea y se la planteó a su pareja. Tras mucho pensar, cuando Landar les informase de la presencia de aquellos poderosos guerreros. Recordaba esa vez que fueron al Cielo y el anciano mago les recibió allí. Fue al poco de que Roy y el resto derrotasen a los demonios. Habían tenido unas horribles pesadillas y acudieron de inmediato.

 

-Celebro veros, Majestades.- Les saludó su anfitrión.-

-Igualmente.- Contestó Mamoru.- Sobre todo ahora que la amenaza ha sido neutralizada.

-Sí, esta amenaza lo ha sido...- Asintió el mago dejando esa frase en un peligroso suspense.-

-¿Qué quieres decir?- Inquirió el joven.- ¿Acaso hay algo más?

-Eso parece.- Terció entonces Usagi recordándole.- Porque hubo al menos un par de ataques en Japón que no se ajustaron a los patrones de nuestros enemigos. Por eso hemos tenido esos sueños tan terribles. ¿Verdad?...

-Sí, es cierto.- Convino su pareja dirigiéndose al anciano para preguntar.- ¿Por eso nos has convocado aquí, verdad?

 

            El aludido asintió despacio y, tras mesarse su larga barba blanca, declaró.

 

-Debéis saber que hay nuevos peligros esperando ahí fuera. En el Universo. Y esos enemigos que atacaron en el norte de Japón no fueron más que unas simples avanzadas. Alguien muy malvado y peligroso aguarda su oportunidad. La Tierra está en su camino y no parará hasta conquistarla. De hecho, en otra línea temporal lo conseguirá. Esa es una grave distorsión del espacio- tiempo que habrá de corregirse.

-¿Y qué podemos hacer entonces?- Quiso saber Mamoru con semblante preocupado.-

-Os he dicho que hay peligrosos enemigos pero también existen poderosos aliados. Vosotros ya charlasteis con Son Goku y sus amigos para que os ayudase a entrenar a Roy y a los suyos.- Replicó el mago.-

-Sin embargo, Goku- chan y los suyos no pueden intervenir en los asuntos de esta dimensión.- Le recordó Usagi.-

-Ellos no.- Sonrió Landar para remachar.- Pero unos remotos descendientes suyos, sí.

 

            Y para sorpresa de la pareja el mago les relató la historia de Lornd. Ese rey saiyajin perdido en otra dimensión y la de su pueblo, que vivía en Nuevo Vegeta. Ese mundo que fue sumido en otro plano existencial por las mismas fuerzas del mal que atacaron la Tierra, la Luna y el planeta Alliance, donde Asthel y Lorein (las antiguas encarnaciones de Roy y de Beruche) vivían.

 

-Sí, lo recuerdo por mi madre la reina Serenity.- Comentó Usagi.- Bertie y sus hermanas fueron en inicio guardianas de la Tierra. Enviadas a la Luna por tu padre, Mamoru, bueno Endimión.- Se corrigió con una leve sonrisa para añadir.- Las encargó que protegieran a mi madre y que adiestraran a las futuras generaciones de guerreras. Y así lo hicieron. Tomaron bajo su protección a las hijas de los soberanos de los distintos planetas del sistema solar. Aquellos que eran amigos y aliados de nuestros padres, además de ser sus vasallos. Mercurio, Venus, Marte, Júpiter, Urano, Neptuno, Saturno y Plutón…

-Sí, es verdad.- Recordó el joven también.- Me acuerdo de eso. Según nos contó tu madre una vez, Asthel conoció a Lorein en la Luna, cuando vino para firmar un acuerdo de amistad con nuestros reinos. Su hermano Lornd iba a hacer lo mismo… pero el mal golpeó antes…

-Entonces Landar, eso quiere decir que, de algún modo, sabes dónde está ese guerrero…

-Así es, Majestad.- Afirmó el mago.- Y no solamente él. Pero lo primero es lo primero. Tendréis una peligrosa amenaza que superar.  Como ya habéis comprendido. Os envié algunos sueños. Imágenes en realidad de esa otra dimensión.

- ¡Aquello era horroroso!- Pudo decir Usagi todavía en shock al recordarlos.- No podemos permitir que ocurra bajo ningún concepto.

-Alguien más vendrá. Ya ha atravesado los límites del tejido espacio- temporal de esa dimensión. Camino de la vuestra y de este tiempo.

-Sí. Setsuna nos informó de eso. Fue algo tan fuerte que ella pudo percibirlo incluso en la Tierra.- Afirmó Mamoru.-

-Bien, habéis de saber que, en este caso, vuestra ayuda será muy importante. Podréis luchar sin cortapisas desde el comienzo. Pese a todo, la clave la tendrán ese visitante y vuestros amigos.- Les explicó su interlocutor que agregó.- Si todo sale bien, superaréis esta dura prueba. Es después cuando deberéis invertir en el porvenir de vuestro futuro reino y crear un sistema defensivo que lo proteja.

-La Tierra, la Luna…- Enumeró Usagi.- Y supongo que más mundos…

-Así es.- Aseveró su interlocutor.-

-O sea que esto es como una gigantesca partida de ajedrez contra las fuerzas del mal.- Dedujo Mamoru.-

 

            El mago asintió, aunque enseguida matizó con tono reflexivo.

 

 -Desgraciadamente esto será mucho más que una partida. Podríamos decir que es un campeonato. Tendréis que jugar varias de ellas. La primera la habéis ganado. La segunda confío en que también lo conseguiréis. Sin embargo, tendréis que dejar la responsabilidad de los movimientos principales a otros jugadores, tal y como hicisteis en la anterior. Pero, desde ahora mismo, vosotros debéis concentraos en la más larga y fundamental de todas para planificar la estrategia.  Y esa a buen seguro que os exigirá sacrificar piezas muy valiosas.

 

            Y los dos escucharon al mago que les contó muchas cosas. Usagi y Mamoru atendieron con gran interés. Ya como Serenity y Endimión replicaron una vez estuvieron al corriente.

 

-Entonces. Debemos encontrar a ese guerrero y hacerle nuestro aliado.- Comentó el soberano terrestre.-

-Sí, es un objetivo fundamental.- Repuso Landar.-

-¿A cualquier precio?- Inquirió Serenity para afirmar con visible inquietud.- ¿Y qué podríamos ofrecer a alguien así para que aceptase?

-Tú conoces a Goku y a los de su raza. Les definen principalmente dos cosas. Superar retos y  otra es que respetan a quien se lo gana. Ese saiyajin estuvo aquí.- Les desveló.- Entrenó con Son Goku y luego partió a ajustar cuentas con su mortal enemigo. El que causó la desaparición de su mundo de origen y su propia destrucción. Es cuestión de tiempo que venga a la Tierra. Si sabéis jugar vuestras cartas podréis ponerle de vuestra parte.

-¿Y qué cartas podríamos jugar?- Quiso saber Endimión que parecía tan perdido como su compañera.-

-Elegid a una de vuestras guerreras de confianza y encargadle esta misión.- Repuso el mago.- Ella tendrá que ganarle para vuestra causa.

-¿Cómo?- Inquirió Serenity.- ¿Me estás diciendo que le pida a una de mis amigas y compañeras que?...

-Ya te lo he dicho, esos guerreros admiran la fuerza, pero no únicamente la física, sino la determinación y el carácter, la belleza y la dignidad y sobre todo la capacidad de sacrificio. Piensa en alguna de las tuyas que sea una mujer lo suficientemente madura y poderosa, amén de capaz, para reunir esas cualidades. Deberá tener tu total confianza…es mucho lo que está en juego.

-Lo sabemos.- Suspiró Endimión.-

-Me pones en un compromiso. Es pedir demasiado.- Musitó Serenity llevándose ambas manos al pecho.- A cualquiera de ellas…

-Lamentablemente no hay otra opción. Con ese guerrero luego sería posible recuperar los lazos con Nuevo Vegeta y conseguir el apoyo de sus habitantes. Miles de poderosos saiyajin.- Expuso Landar.- De otro modo sería muy peligroso si ellos fueran captados por el enemigo…

-Contra eso no tendríamos defensa posible.- Admitió Endimión.-

-Y nuestro otro proyecto está muy poco avanzado todavía.- Convino su compañera que le contó al mago.- Hemos dejado a nuestra propia hija  al cargo.

-Ese es un nexo importante. Vuestra hija, la princesa, tendrá un papel clave que desempeñar como aglutinante.

-¿No esperarás que emplee a Chibiusa para esto? - Exclamó la soberana.-

-Por supuesto que no.- Sonrió Landar.- Ella, al igual que vosotros, no debe implicarse más allá de ciertos límites. Pero os aconsejo que valoréis la posibilidad de encargar esta tarea a alguien que la quiere como si fuera su propia hija…

 

            Fue cuando Serenity y Endimión se miraron atónitos ¡claro! Habían comenzado a pensar a quién podrían dirigirse para encomendarle tamaña responsabilidad. Usagi recordaba como meditó aquello. Primero pensó en sus amigas más cercanas, pero todas eran aún bastante jóvenes, o al menos esa apariencia daban. Ni Ami, ni Rei, ni Minako o Makoto, parecían servir para esa tarea. Estaba convencida de que si a cualquiera de ellas se le demandase lo harían por mor del deber. Pero el mago movió la cabeza.

 

-No están destinadas a eso. -Sentenció.-

 

Después estaban las outer. Hotaru era demasiado joven, eso la descartaba. Y Haruka y Michiru pues…Caso de tener que involucrarse con ese saiyajin…Lo cierto es que ellas no tenían esa clase de gustos. No podría ser. El propio Landar les dijo haciendo bastante énfasis.

 

-La elegida tendrá que ser también receptiva a los encantos de ese guerrero. De hecho, casi cualquier mujer le consideraría bastante atractivo y varonil. A no ser que sus preferencias no vayan por ahí.

-Pues entonces, ni Urano ni Neptuno nos sirven.- Suspiró Mamoru.-

-Bueno, he visto a Michiru coqueteando con muchos hombres.- Replicó Usagi para aventurar.- Quizás ella tenga ambos gustos…

-Una cosa es coquetear y otra a quién ella ama de veras.- Rebatió su acompañante.-

 

            Usagi tuvo que asentir, eso era cierto. Ninguna de esas dos sería capaz. Antes preferirían morir. Aunque claro, si fuera necesario para salvar el universo quizás se sacrificasen. Pero no resultaría demasiado creíble, ni conveniente. En suma, todas tenían amores o su corazón ocupado por alguien… todas salvo una…

 

-¡Setsuna!- Exclamó entonces Mamoru.- Ella será perfecta. Reúne todas las cualidades y no ha estado enamorada de nadie. Al menos que sepamos.

 

            Su interlocutora le miró con los ojos entornados, sin decir nada. Aunque no coincidía con esa valoración. O bien Mamoru era demasiado tonto en esas cosas o peor aún, se lo hacía. El caso es que tenía razón. Era la candidata idónea. Así lo hizo saber…

 

-Estoy de acuerdo. Cuando llegue el momento, una vez superada la crisis que nos aguarda, se lo diremos.- Convino con su novio.-

 

            Y tras esa deliberación se despidieron del mago y volvieron a sus ocupaciones. Tiempo después efectivamente, aquella gran amenaza llegó. Un muchacho llegado del futuro les advirtió de lo que pasaría. El grupo de Roy y los demás entrenaron con él y fueron capaces de derrotar y destruir a ese terrible enemigo. Fue entonces cuando Usagi abordó a su guerrera y le encargó esa tarea…

 

-Y ahora al fin nos encontramos aquí. A punto de que ella la concluya. Al menos en esta fase.- Se decía Usagi en tanto se acostaba junto a Mamoru para poder dormir y levantarse frescos al día siguiente, cerraba los ojos y pensaba.- Querida amiga, te deseo la mayor felicidad, te lo has ganado… mañana te reservamos una bonita sorpresa. Es lo menos que podemos hacer por ti.

 

            Y llegó el gran día. El astro rey se levantaba anaranjado entre las colinas y montañas de Nuevo Vegeta. Los novios se habían acostado cada uno en un ala distinta del palacio. A Setsuna fueron a prepararla sus damas de Honor. Y grande fue la alegría de Plutón, tanta que incluso lloró emocionada, cuando entre esas damas se encontraba una muy especial, la Pequeña Dama.” La hija de los soberanos del Milenario de Plata. Una jovencita Chibiusa de apenas doce años. Vestía el traje ceremonial de la Luna, blanco con bordes dorados, a la altura del escote.

 

-Pero…pero, tus padres me dijeron que no podrías venir, Pequeña Dama. – Pudo decir la emocionada novia.-

-Sí, pensamos que te haría ilusión si te daba la sorpresa.- Le sonrió la cría con amplitud.-

 

            Setsuna se abrazó a la chiquilla con fuerza, tanto que parecía no querer soltarla nunca, finalmente, superada la emotividad de ese instante, sus amigas la prepararon. Con su vestido blanco de novia y un ramo de flores con los colores de cada una de las guerreras, y en el centro, el blanco inmaculado y el rojo fuerte de las rosas de Tuxedo Kamen.

 

-¡Estás preciosa! - Declaró Hotaru Tomoe, ataviada con un largo traje de tonos malvas.-

 

            De hecho, cada Sailor lucía su traje de princesa planetaria. Incluso Haruka se había vestido así para la ocasión con uno de tono azul oscuro. Ami, lucía un tono azul celeste, Rei, un rojo oscuro, Makoto un verde botella, Minako el color dorado, Michiru un verde claro. Y todas portaban sobre su frente una tiara plateada. Era una imponente comitiva la que escoltaba a la prometida. Junto a todas ellas, un grupo de guerreras del espacio, con armadura ceremonial, encabezadas por Seira que, amén de esa vestimenta, lucía una capa de color azul índigo.

 

-Ya estamos dispuestas, Señora.- Declaró la guardiana.- Esperamos vuestra orden para que la procesión pueda comenzar.

 

            La protagonista asintió y se pusieron en marcha. Pasaron por un largo corredor y algunos guerreros del espacio no pudieron evitar mirarlas. Entre ellos estaba Blinz, quién, vestido también con su armadura ceremonial y una capa asimismo de color azul, clavó sus ojos en la princesa de Urano. Ésta se percató enseguida de eso y respondió dedicándole una fugaz sonrisa mientras pasaba junto a él.

 

-La verdad, ¡Vaya pedazo de hombres que hay aquí! – Suspiró Rei.-

-Podríamos encontrar novio, uno para cada una. – Afirmó Minako.-

-La verdad es que me recuerdan a un novio que yo tuve. – Declaró Makoto.-

-¿Cuál de ellos?- Quiso saber Ami mirando a  su compañera con extrañeza.-

- Pues….todos. - Se sonrió tontamente la princesa de Júpiter.-…

-Aunque parece que a Haruka ya la han echado el ojo.- Afirmó Michiru con cierto sarcasmo.-

-¿Es que estás celosa? - Quiso saber su compañera.-

-Podría ser. - Replicó la aludida, concediendo casi parecía que a su pesar.- Los guerreros del espacio son tan fuertes y varoniles. Están plagados de músculos y vitalidad…

-¡Aayyy…siii! – Suspiraron todas las muchachas salvo Urano, al escuchar aquello.-


-Chicas, un poco de seriedad y decoro. ¡Por favor! - Las reconvino Chibiusa, que lucía su vestido blanco con brocados dorados y una diadema plateada en la frente, haciendo que las demás se ruborizasen.- Somos princesas…aunque la verdad…es que sí que son guapos.- Matizó sonrojándose a su vez entre las risas del resto.-

 

            Setsuna se rio como la que más, iba a echar mucho de menos aquel ambiente, esas bromas y la complicidad que todas sus queridas amigas demostraban. Esa era otra cosa que le hacía más dura todavía su decisión. Pero ya no había vuelta atrás. Y aunque hubiera podido tener la oportunidad de cambiar su destino no habría deseado hacerlo…Ahora lo único que deseaba era estar a la altura de las expectativas que había puestas en ella.

 

-Padre Cronos, amigas mías. - Pensaba en tanto observaba a sus ya ex compañeras sailors.-  Dadme fuerza y entereza. Deseo ser la mejor novia posible. Y la mejor de las esposas…

 

            El novio por su parte llevaba su armadura de gala, con la corona de rey grabada en color granate sobre la parte derecha del peto. Una capa larga y roja hacía juego con esa inscripción. Junto a él, su hermano Roy que, para la ocasión, lucía una armadura similar, con una capa de ese mismo tono y una corona aunque de príncipe, grabada también. El mismo Dariel vestía de forma parecida, pero su capa era de color azul oscuro. Lo mismo que Calix. Al margen de la guardia de honor de saiyajin, todos por supuesto ataviados de forma similar. El resto de los amigos seguían al futuro esposo. Aunque se adelantaron para ocupar sus lugares en los asientos de tafetán rojo que se alineaban en un largo pasillo al aire libre. Al final de éste aguardaba Luarque, el anciano ex canciller, que se jubilaría definitivamente tras ejercer de oficiante en la ceremonia de los esponsales y de la coronación. Aquella era la costumbre de los guerreros del espacio, aunque no se había hecho muy a menudo. Combinar ambos actos tan solemnes. A todos se les había explicado cuando llegaron. Lo primero sería proclamar oficial y legalmente a Lornd como rey de los Saiyajin. Para ello habría que celebrar una serie de ritos. Después, él aguardaría ante esa especie de altar presidido por Luarque a la llegada de Setsuna. Tras la ceremonia de los esponsales él mismo la coronaría como a su reina.

 

-Estoy realmente nerviosa.- Pudo decir Petz, que llevaba un vestido largo de color verde oscuro.-

-¡Ni que te casaras tú!- Sonrió Esmeralda con un tono verde más claro.-

-Les apreciamos mucho y es un gran momento para ellos.- Terció Beruche, con su vestido azul celeste.-

-Sí, - Convino Cooan que lucía uno de tonos burdeos.- Una ocasión realmente solemne.

-¡Ojalá nuestra hermana Kalie pudiera estar aquí también! – Suspiró Petz, a lo que todas asintieron.-

-Seguro que estará bien.- Las animó Amanda que llevaba un vestido de tonos pastel, añadiendo ahora para quitarle aquella melancolía que se había producido al evocar el nombre de Karaberasu.- Chicas, tengo que preguntároslo. ¿De dónde habéis sacado esas diademas tan ideales?

           

            En efecto, las tres hermanas llevaban sobre sus frentes sendas diademas de colores plateados, similares a las de las sailors pero rematadas sin las medias lunas hacia arriba que estaban inscritas en las de sus amigas. La de Esmeralda era algo más grande, con varios adornos que semejaban una especie de arabescos. Y Beruche por su parte portaba otra también, de color dorado por encima.

 

-Bueno.- Respondió ésta última que le explicó.- Estas diademas son los distintivos de nuestros rangos de condesas de Némesis. Diamante fue muy amable al otorgarnos el título a cada una.

-Es cierto. Pese a que solamente nuestra hermana Petz es la heredera del condado de Ayakashi,- Afirmó Cooan.-

-Chicas, sabéis que eso no es lo importante y que pienso que todas deberíamos ser herederas a partes iguales.-Se apresuró a responder la interpelada.-

-No te preocupes, eres la mayor y es lo justo. Además, títulos de estos ya tenemos de sobra.- Comentó Bertie sin darle importancia.-

-Pero Diamante, como príncipe que es, nos nombró  a las demás condesas de Némesis, para que no riñamos con nuestra hermana mayor.- Sonrió Cooan.-

-No está mal.- Convino Amanda confesando a las chicas.- Aunque la verdad, yo tengo orígenes aristocráticos. Pero no me han servido de nada para labrarme mi carrera.

-¿Cómo periodista o como agente secreto?- Inquirió Esmeralda con algo de retintín.-

-Las dos.- Concedió su interlocutora tomando aquello con deportividad, al tiempo que se fijaba en Beruche y le preguntaba.- ¿Y esa otra diadema que llevas?

-¿Cuál?- Inquirió esta.-

-La de color dorado.- Le apuntó Amanda.-

-Bueno, corresponde a mi antigua vida como Lorein, princesa de Alliance. Y todavía a mis hermanas y a mí nos faltaría otra de guerreras guardianas de la Tierra. -Respondió Bertie.-

-En mi caso. - Intervino Esmeralda.- La mía es la de princesa de Némesis.- Si te fijas verás que Diamante luce en su traje esos mismos símbolos.

-Es verdad. Y Nephrite lleva una especie de traje con capa muy parecido. Él es un príncipe también.- Repuso Amanda quién, sonriendo divertida, exclamó.- ¡Dios mío! Esto parece una reunión de la Jet Set.

- Todas estáis realmente preciosas.- Afirmó Jennifer que, por una vez prescindía de sus gafitas y llevaba lentillas, estando también muy atractiva con un largo vestido de tonos rosados.-

-Tú también estás muy guapa.- La halagó Serenity que se situaba un poco más apartada.-

 

            Lucía su vaporoso vestido blanco inmaculado de reina y su tiara que era plateada y adornada con los símbolos del reino de la Luna. Unas formas muy elaboradas que sobresalían un poco por encima de su frente. Había otro lugar vacío allí, para la pequeña Dama, que lo ocuparía tras acompañar, junto con Hotaru, a la novia al altar.

 

            Por su parte, el grupo de los muchachos se sentaba frente a ellas, cada uno iba vestido tal y como ellas los describieron. Diamante y Nephrite lucían sendas cintas en sus cabezas de colores plateados que daban fe de su condición de altezas reales. Zafiro también, aunque algo menos gruesa, como infante de Némesis, con su chaqueta azul marino y sus pantalones blancos ceremoniales. En esta ocasión, fue Tom el que, vistiendo un simple aunque elegante smoking, pudo decir realmente impresionado.

 

-¡Vaya! Qué arreglados vais todos.

-¡Eso te pasa por ser un paleto de Kansas! - Se rio Roy que ya estaba tomando su lugar justo al lado de su amigo, en tanto agregaba divertido.- A ver si aprendes de nosotros y tienes más estilo…

-Creo que el único que no tendría que llevar tampoco nada de eso sería Ail.- Lástima que no estuvieran localizables cuando vinimos.- Declaró Tom con pesar.

-Sí.- Convino Zafiro.- Las chicas me contaron que también echaban de menos a Annie y al bebé.

-Tranquilo Tom.- Le apoyó Ian Masters que estaba sentado a pocos bancos.- Yo tampoco llevo nada de eso.

-No sé de qué te quejas, a ti ni falta que te hace, Ian. ¡Te podrías comprar mil coronas! - Se sonrió Diamante.-

 

        El millonario se rio del comentario.  Y allí también quedaba un puesto vacante, el reservado a Endimión, que ejercería como padrino de la novia quien iba a dirigirse al encuentro de esta.

 

-Bueno, esto va a empezar.- Comentó jocosamente Roy, sentenciando.- Espero que no se enrollen con la ceremonia. Tengo hambre.

-Pues esta boda es muy importante, supongo que tendrá bastante parafernalia.- Afirmó Tom.-

-Oye Mamoru.- Le preguntó el incombustible Roy.- ¿No darás ningún discurso de los tuyos, verdad? Queremos llegar a tiempo para comer.

 

            Y tras provocar algunas risas, incluyendo la sonrisa de circunstancias del interpelado, este negó con la cabeza para responder con jovialidad.

 

-Esta vez no es cosa mía. Yo soy el padrino.

 

            Y sin más el soberano de la Tierra del futuro se fue a buscar a la novia.Los demás aguardaron charlando de los más variopintos temas. Al cabo de unos minutos cundió el silencio. Los primeros en llegar fueron Calix y Dariel que antecedían a su soberano. Éste caminaba despacio a través de ese largo corredor. Tras él desfilaba una comitiva de engalanados guerreros. Fue entonces cuando Roy se adelantó. Acompañado por una banda de música de saiyajin entonó una canción que su hermano le había pedido. Una de las que su pueblo consideraba ceremonial…Puesto que según le explicaron a los terrestres, algún soberano del pasado tuvo la oportunidad de cantarla para celebrar su llegada al trono de la mano de su amada.

 

Cuando los días son fríos
Y todas las cartas han sido jugadas
Y los santos que vemos
Están hechos de oro

Cuando tus sueños se han arruinado
Y aquellos a los que alabamos
Son los peores de todos
Y la sangre está corriendo añeja

Quiero esconder la verdad
Quiero protegerte
Pero con la bestia dentro
No hay lugar alguno donde podemos escondernos

Y varios saiyajin, entre ellos el propio Lornd, entonaron la canción. Al fin, fueron los dos hermanos quienes lo hicieron, mientras el soberano en ciernes se aproximaba hasta el lugar de la primera de las ceremonias...


No importa que hagamos
Seguimos siendo hechos de codicia
Esta es la llegada de mi reino
Esta es la llegada de mi reino

Cuando sientas mi ardor
Mírame a los ojos
Aquí es donde mis demonios se esconden
Aquí es donde mis demonios de esconden

No te acerques demasiado
Está oscuro aquí adentro
Aquí es donde mis demonios se esconden
Aquí es donde mis demonios se esconden

 

Por lo poco que les contaron, esa canción simbolizaba la contención y templanza que precisaría un buen soberano para servir justamente a su pueblo. No dejarse llevar por sus propias ambiciones ni por los fantasmas de su pasado.

Cuando el llamado de las cortinas
Sea el último de todos
Cuando las luces pierdan intensidad
Todos los pecadores se arrastrarán

Entonces ellos cavarán tu tumba
Y la máscara
Vendrá gritando
En el desastre que has hecho

No te quiero dejar atrás
Pero estoy en el límite del infierno
Si bien todo esto es por ti
No quiero esconder la verdad

No importa como nos eduquemos
Seguimos estando hechos de codicia
Esta es la llegada de mi reino
Esta es la llegada de mi reino

Cuando sientas mi ardor
Mírame a los ojos
Aquí es donde mis demonios se esconden
Aquí es donde mis demonios de esconden

No te acerques demasiado
Está oscuro aquí adentro
Aquí es donde mis demonios se esconden
Aquí es donde mis demonios se esconden

Lornd cruzó el pasillo recibiendo las inclinaciones de cabeza de todos. Pasó de largo ante el altar y se dirigió hacia una explanada en la que se alineaban algunos monolitos de roca. Cada uno con nombres grabados en ellos…


Ellos dicen que esto es lo que puedes
Porque puede desaparecer
Está envuelto en mi alma
Necesito dejarte ir

Tus ojos brillan claramente
Yo quiero ver esa luz
No puedo escapar de esto
A menos que me muestres como

Cuando sientas mi ardor
Mírame a los ojos
Aquí es donde mis demonios se esconden
Aquí es donde mis demonios de esconden

No te acerques demasiado
Está oscuro aquí adentro
Aquí es donde mis demonios se esconden
Aquí es donde mis demonios se esconden

 

(Demons. Imaginary Dragons. Crédito al autor)

 

Al concluir la canción, el protagonista de ese ritual se detuvo ante el último monolito de todos. Éste llevaba el nombre de Dronaos, el padre de Lornd y del propio Roy, en su encarnación anterior como Asthel. Y, justo tras éste, un hueco en la tierra y otra gran piedra monumental tumbada. Esa sería la que llevase el nombre del monarca en ciernes.

 

-¿Qué va a hacer ahora?- Quiso saber Tom, preguntándole a Roy que retornó a su puesto tras concluir la melodía. -

-Ahora va a jurar como rey y recibirá la bendición de nuestro mundo. La persona encargada de hacerlo sería el antiguo canciller.- Le contestó su amigo.-

-Sí. Es una especie de senescal, ¿no? Ha regido los destinos de este planeta hasta que Lornd venció en la prueba esa que nos contó.- Comentó Nephrite.-

-Eso es, amigo.- Convino Diamante.-

 

            Y ante todos los allí presentes, incluyendo a numerosos saiyajin como testigos, Lornd dobló una rodilla ante el monolito con el nombre de su padre y escuchó al canciller Luarque declarar con tono firme y rotundo.

 

-Aquí estamos. Aquí estás…Escucha la voz que proviene de antiguo. Tus antepasados se dan cita aquí en este día. Lornd, hijo de Dronaos y Alisan, de la estirpe Deveget.  Escucha la voz de tu interior. Recita el juramento, canta las palabras…pide consejo y ayuda a los que te precedieron para que lleves a buen fin tu labor.

 

            Y al poco de terminar estas palabras un grupo de guerreros del espacio tocaron algunos instrumentos y el propio Lornd fue quién, elevando su mirada al cielo y extendido los brazos con las manos abiertas, recitó una serie de palabras que sonaban más como una canción. De hecho, así era, lo hizo acompañado por la música de un grupo de guerreros. Era su petición de ayuda a sus ancestros.

 

“El hombre sabio dijo, camina de esta manera
Al amanecer de la luz
El viento soplará en tu rostro
Mientras que los años pasan por ti

Escucha esta voz en el interior
Es la llamada de tu corazón
Cierra los ojos y encontrarás
La salida de la oscuridad

Aquí estoy 
¿Me enviarás un ángel? 
Aquí estoy 
En la tierra de la estrella de la mañana 

El hombre sabio dijo, solo encuentra tu lugar
En el ojo de la tormenta
Busca las rosas a lo largo del camino
Solo ten cuidado con las espinas 

 

Todos escuchaban admirados, Roy y Tom desde luego que perplejos. Todas esas canciones eran terrestres. Les parecía que era como si alguien las hubiera llevado allí. Pero ¿Quién? ¿Cuándo?. Aquel era otro de esos enigmas que desearían averiguar. Aunque ahora lo importante era dejarse llevar por aquella hermosa balada.

Aquí estoy 
¿Me enviarás un ángel? 
Aquí que estoy 
En la tierra de la estrella de la mañana 

El hombre sabio dijo, solo levanta tu mano
Y busca el conjuro
Encuentra la puerta a la tierra prometida
Solo confía en ti mismo

Escucha esta voz en el interior
Es la llamada de tu corazón
Cierra los ojos y encontrarás
La salida de la oscuridad

 

Lord por su parte cantaba aquello con devoción, sintiendo realmente aquellas palabras en su corazón. Iba a necesitar toda la ayuda que sus ancestros pudieran darle. Deseaba gobernar sabiamente a su pueblo y hacer feliz a Setsuna. Y al hilo de  evocar en su prometida, no podía evitar pensar con un profundo sentimiento de agradecimiento y felicidad.

-Mi petición ya me ha sido concedida, ella es el ángel que estoy pidiendo que me envíen.


Aquí estoy 
¿Me enviarás un ángel? 


Aquí estoy 
En la tierra de la estrella de la mañana 


Aquí estoy 
¿Me enviarás un ángel? 


Aquí  estoy 

En la tierra de la estrella de la mañana

 

Aquí  estoy 
En la tierra de la estrella de la mañana

 

Aquí  estoy 
En la tierra de la estrella de la mañana

 

Aquí  estoy 
En la tierra de la estrella de la mañana

 

¿Me enviarás un ángel? 
En la tierra de la estrella de la mañana”

 

(Send me an Angel. Scorpions, crédito al autor)

 

Y cuando terminó aquella canción, todos mantuvieron un profundo silencio, lleno de expectación. Lornd declaró entonces con solemnidad:

 

-Ancestros os lo ruego

-Iluminadme desde ahora, con vuestra sabiduría.

-Soy el rey de la ciudad del atardecer

 

- Soy la fuerza que une a nuestro pueblo

-Soy quién ha de guiar su destino

-Aquí estoy

-Enviadme un ángel

 

-Enviádmelo para que frente al poder de las tinieblas

-Sea capaz de encontrar el camino hacia la victoria

-Os suplico vuestra guía

-Enviadme un ángel

 

Y dicho esto se levantó siguiendo a Luarque hasta otra gran piedra ceremonial y allí fue donde, tras cortarse con una lasca y derramar su sangre en su superficie, el monarca puso su mano y escuchó a su canciller dirigirse a él en los siguientes términos.

 

-¿Juras acatar las leyes, tradiciones y costumbres de nuestro pueblo?

-Juro.- Replicó él de forma decidida.-

-¿Lo protegerás, defenderás y guardarás contra todo mal, del interior y del exterior?

-Juro.

-¿Estarás dispuesto a derramar tu sangre por él y por los suyos al igual que has hecho ante este altar?

-Lo juro por mi sangre derramada. Que simboliza el linaje de mis gloriosos ancestros, de mí al legendario rey Vegeta.- Sentenció Lornd con rotundidad en tanto se arrodillaba ante el anciano.-

           

            De nuevo un momento de silencio, que fue finalmente roto por el canciller quién, esbozando una sonrisa de satisfacción, afirmó.

 

-Sea así pues durante todos los días que te queden. Y que cumplas tan honrosa y fielmente con tu tarea como hicieran todos los grandes reyes que te precedieron. Quedas proclamado por siempre y para siempre en la memoria de tu pueblo como rey Deveget, Lornd, el primero de tu nombre, soberano de Nuevo Vegeta y señor de su sistema planetario.

 

            Y Luarque tomó una gran corona dorada que mostraba varios picos lanceolados y con lentitud y solemnidad la colocó en las sienes de su interlocutor. Fue entonces cuando Lornd se levantó y el anciano dobló la rodilla. Lo mismo hizo el resto de los saiyajin. Los invitados extranjeros por su parte le dedicaron una respetuosa inclinación de cabeza. El nuevo soberano se dirigió entonces hacia el altar donde se iban a celebrar sus esponsales. Mientras lo hacía  recordaba cierta vez, en casa de su hermano. Con todos reunidos y festejando la victoria contra los esbirros de Gralas.

 

-¡Vamos a poner ésta de los UB-40! – Les decía a todos Roy, agregando en tanto observaba divertido a Lornd y a Setsuna que estaban juntos en ese momento.- Ya veréis, es mi favorita de las versiones que le hacen al Rey…

-¿Al rey? ¿Qué rey?- Quiso saber Lornd - ¿El de la Tierra?

-No, el chapas no. Más importante aún. ¡El del rock!...-Exclamó el muchacho, dejándole atónito en tanto conectaba el aparto de música y animaba al resto.- ¡A bailar! ¡Vamos cubito! -Le pidió a su esposa quién sonriente, se dejó llevar.-

 

            Y el resto le siguió, al ritmo de aquella melodía de estilo reggae. Por su parte, el soberano de Nuevo Vegeta escuchó aquella canción con interés, en tanto sus ojos no se apartaban de los de Setsuna…

 

Los sabios dicen que sólo los tontos se enamoran 
Pero no puedo evitar enamorarme de ti… 

¿Debo quedarme?

Dicen que sólo los tontos se enamoran 
Pero no puedo evitar enamorarme de ti… 

Se me quedó
¿Sería un pecado?
Porque no puedo evitar enamorarme de ti... 

A medida que el caudal de los ríos, suavemente al mar 
Preciosa, allí vamos, algunas cosas estaban destinadas a ser…
Toma mi mano, toma mi vida entera también 
Porque no puedo evitar enamorarme de ti... 

-¿Bailamos?- Le pidió ella sonriéndole de forma jovial.-

 

            El saiyajin aceptó enseguida entrelazando una mano con otra de la joven y adoptando la misma postura que el resto de sus amigos. A medio camino entre una danza normal y un contorneo…Tanto Usagi como Mamoru que bailaban a su vez les observaron con satisfacción… Lornd se sentía muy feliz también, tanto, que le repitió a su atónita pareja una de esas frases de la letra en tanto doblaba la rodilla y la sujetaba una mano.

 

-Toma mi mano y mi vida entera también…


A medida que el caudal de los ríos, suavemente al mar 
Querida por lo que sabemos, algunas cosas estaban 
destinadas a ser 


Toma mi mano, toma mi vida entera también 
Porque no puedo evitar enamorarme de ti... 

No puedo evitar... evitar enamorarme de ti... 
No puedo evitar... evitar enamorarme de ti... 

No puedo evitar... enamorarme de ti…

 

(Can´t help falling in love with you. UB-40 versionando al “rey”  Elvis Presley, crédito al autor)

 

            Aquello hizo que tanto Roy como el resto aplaudieran, para sonrojo de Setsuna y risas del resto.  Lornd solamente movía la cabeza. Pese a no querer evidenciarlo estaba un poco ruborizado a su vez. Enseguida prosiguieron el baile y luego la fiesta. Esos eran buenos recuerdos y tanto le gustó ese tema que lo hizo interpretar en los minutos que la novia tardaba en salir…y era realmente impresionante escuchar a una compañía de saiyajin tocar las trompetas con los acordes de esa canción.

 

-Vaya, al parecer tu hermano va aprendiendo deprisa.- Sonrió Bertie que, encantada, escuchaba esa música con tanto deleite como el resto.-

-Sí, ¡al menos en cuestión de música todavía haré carrera de él! - Rio Roy que tenía otra sorpresa por su parte.- Y mi trabajo y mis ensayos me ha costado, cubito. Ya lo sabes…

 

            Su esposa asintió. Desde luego que el pobre Roy se había involucrado mucho en los preparativos para amenizar esa ceremonia. Pero sin duda había merecido la pena. Sobre todo porque llegó el momento tan largamente aguardado. La novia comenzó su marcha desde el otro extremo de ese larguísimo corredor, escuchándose una música que era acompañada por muchos de los guerreros del espacio y por Haruka al piano y Michiru al violín. Y fue el propio Roy quién cantó seguido por Tom y coreado por los demás invitados. Pese a todo, esa canción no era ceremonial, fue una petición de la propia Setsuna quién dijo haberla oído en el futuro y que pensó que era muy apropiada para ella y sus circunstancias.

 

-Oooo oo oo

 

-Cuando ella era solo una niña

-Esperaba el mundo

-Pero voló fuera de su alcance

-Y ella huyó en su sueño

 

Chibiusa por ejemplo estaba muy contenta por su querida P y asimismo triste por ver como se alejaría de ella, no pudo dejar caer alguna lágrima de emoción. Otras de sus compañeras tampoco eran capaces de evitar llorar un poco, sintiéndose embargadas asimismo por ese momento tan especial.

 

-Soñando con un paraíso

Para… para…iso.

Para… para…iso.

Cada vez que cerraba sus ojos.

 

-Cuando ella era solo una niña

-Esperaba el mundo

-Pero voló fuera de su alcance

-Y atrapó las balas con sus dientes

 

-La vida continúa

-Se hace pesada

-La rueda aplasta la mariposa

-Cada lágrima una catarata

 

Y al ritmo de aquella melodía y la interpretación, la novia caminaba sin prisa pero sin pausa. Con el corazón latiendo fuerte y su rostro cubierto por un suave velo translucido que ocultaba al menos la tensión y la emoción que marcaban su semblante…

 

-En la noche, noche tormentosa

-Ella cerraba los ojos

-En la noche tormentosa

-Lejos ella volaba

 

-Ahora este será mi paraíso. ¡Ojalá que pueda traer el amor y la esperanza a todos aquí! Comenzando por mí misma y por él.- Pensaba la emocionada novia. -

 

-Soñaba con el… para…oooh.ooh

-Para, para... iso…

-Para, para….iso…

-Oohh

 

-Para, para... iso…

-Para, para….iso…

-Oohh

 

-Soñando con un paraíso

-Cada vez que cerraba los ojos…

-Yaciendo bajos los cielos tormentosos

-Ella decía oooh…

-Ella sabía que el sol volvería a salir

 

…Estaba seguida por sus damas de honor que sujetaban la cola del vestido y llevada del brazo por el rey Endimión. Pensando a cada paso que daba en la que iba a ser su nueva vida. Ahora compartiría su destino y el resto de su existencia con aquel saiyajin…

 

-Esto podría ser el paraíso…

-Para, para... iso…

-Para, para….iso…

-Oohh

 

Quizás no tuvo por qué ser así, pero así sería. Y ella no se arrepentía de esa decisión, sabía que era lo mejor para todos. Su propia felicidad o sus deseos no contaban. ¿O quizás sí? Desde luego que no podía decir con sinceridad que aquello la hiciera desgraciada. Todo lo contrario… así reflexionaba cuando parecía que el propio tiempo se estaba deteniendo sin que ella lo hubiera ordenado. Mientras la música de aquella hermosa canción que tanto le gustaba iba concluyendo. Y  al tanto que pétalos de flores variadas, entre ellas de rosas como las de Tuxedo, caían a sus pies según caminaba observando a  Lornd, que la aguardaba a su vez vuelto  hacia ella. La joven no se permitió girar el cuello en lo más mínimo para observar al rey Endimión. Pensaba que aquello sería como querer volver la vista atrás. A su otra vida. A sus antiguos anhelos. Se percataba eso sí, de que todos los presentes inclinaban la cabeza con gran respeto y afecto cuando ella pasaba por su lado. En especial sus compañeras y sobre todo Serenity que la sonrió animosa.  Así llegó al lado de su prometido. Finalmente, el rey de Neo Cristal Tokio se retiró, así como las damas de honor, para ocupar sus asientos. Al cabo de unos instantes de gran expectación, el anciano Luarque tomó nuevamente la palabra dirigiéndose a los presentes.

 

-Estamos aquí para celebrar esta unión de hombre y mujer, marido y esposa, rey y reina. Ante los ojos de testigos e invocando la protección y las bendiciones de nuestros ancestros.

 

            Ahora ambos contrayentes le miraban con sus manos entrelazadas. Luarque sacó una cinta de color púrpura de un pliegue de su túnica y les inquirió.

 

-¿Sabéis el significado de esta unión?

-Sí, lo sabemos,- replicaron los dos al unísono.-

-¿Vinisteis libremente y sin coacción?

-Sí, así vinimos. - Volvieron a responder.-

-En ese caso, ante los ancestros y los aquí presentes yo te pregunto. Lornd de la estirpe Deveget, rey de los saiyajin. ¿Quieres convertir en tu esposa a Setsuna Meioh, princesa de Plutón, para hacerla tu reina, honrarla, protegerla como su soberano, serle fiel como esposo, cercano como amigo y ser el padre de sus futuros hijos?...

-Sí…quiero.- Fue la rápida y rotunda réplica de él.-

 

            Ahora el oficiante tornó su atención hacia la mujer que se levantó el velo y asimismo la inquirió, repitiendo la fórmula ceremonial.

 

-En ese caso, ante los ancestros y los aquí presentes yo te pregunto. Setsuna Meioh, princesa de Plutón. ¿Quieres convertir en tu esposo a Lornd de la Estirpe Deveget, para que te haga su reina, honrarle, serle leal como súbdita y como esposa, cercana como amiga y ser la madre de sus futuros hijos?...

-Sí,… quiero…- Pudo responder la muchacha que parecía atragantarse un poco, quizás debido a la emoción.-

 

            De nuevo un profundo silencio cubrió todo el lugar. Y otra vez fue el anciano el que lo quebró para sentenciar.

 

-Si hubiera alguien que, por causas y razones justas, se opusiera a esta unión, deberá decirlo ahora. O callar eternamente…

 

            Otra vez hubo quietud y nadie se atrevió a despegar los labios. Ni tan siquiera en broma. Aunque hubo algunas miradas hacia Haruka y Michiru quienes por supuesto no pestañearon. Luarque dejó que transcurrieran algunos segundos más que parecieron interminables hasta que, sonriente esta vez, declaró.

 

-Habiéndose hecho los votos y cumplimentado los rituales, con la bendición de nuestros ancestros y la presencia de los testigos yo os declaro unidos en matrimonio, hombre y mujer, esposo y esposa, amigo y amiga, rey y reina…

 

            Y ahora, tras hacerle a la joven pareja una gran inclinación, el ya canciller emérito se retiró. Fue Dariel, su sucesor, quién se aproximó portando un cojín de color púrpura con una corona dorada encima. Era más pequeña que la de Lornd. Aunque parecía incluso más hermosa por su delicado diseño. También Seira se acercó portando una capa roja. La guardiana de la soberana se la colocó a esta anclada a unos broches que el vestido de novia llevaba en los hombros. Después  y tras hacer una marcadísima inclinación, Seira se retiró. Dariel a su vez le aproximó la corona a Lornd. El monarca la tomó en tanto su esposa doblaba una rodilla y agachaba la cabeza. Entonces, su marido declaró en voz alta y potente.

 

-A la vista de todos los presentes y con el plácet del consejo y las bendiciones de nuestros antepasados, te proclamo mi reina. Reina Meioh. La primera de tu nombre. Setsuna.

 

Y los saiyajin corearon sin parar el nombre de sus monarcas. Después cantaron a su vez una especie de himno ceremonial, cuya letra decía.

 

Así que todo lo que la gente da libremente 
Prepara la bienvenida dentro de sus casas 
Gracias a Dios que la gente da libremente 
No da la espalda a la lección del Señor 


Todos los primeros ministros (yeah) y majestades alrededor del mundo 
Abran los ojos, miren, toquen y sientan 
Gobiernen (gobiernen con su corazón) con su corazón 
Vivan (vivan con su conciencia) con su conciencia 

 

            Algunos de los invitados, entre ellos las princesas planetarias, se miraban a veces con gestos atónitos e impresionados por la magnificencia de aquel espectáculo.


Y amen, amen 
Amen, amen, y sean 
Amen, amen, y sean libres 
Estamos toda la gente de Dios (estamos toda la gente de Dios) 

Pon la cara en alto, creces mejor 
Pon tu posición en alto y se fuerte 
Pon la cara en alto, creces mejor 
Pon la cara en alto, creces mejor 

 

Nephrite, Diamante, Zafiro, y sus parejas también estaban impresionados. Y eso que habían visto muchas cosas y estaban acostumbrados al boato de las Cortes. Pero aquello era realmente otra escala.


Pon tu posición en alto y se fuerte 
Pon la cara en alto, creces mejor 
Estamos toda la gente de Dios 
(Pon la cara en alto), (Creces mejor) 
(Pon la cara en alto), (Creces mejor) 

Yeah, Yeah, yeah – si existe esa luz mágica – me dije a mí mismo 
Mejor voy a la cama y tengo una primera noche 
Entonces, entonces, entonces, entonces me fui en un sueño 

 

El mismo Roy escuchaba con aprobación pensando.

 

-El maestro Freddie debe de sentirse halagado.

Gobierna con tu corazón y vive con tu conciencia 
Estamos toda la gente de Dios dando libremente (yeah) 
Preparan la bienvenida dentro de sus casas 
Agradezcamos, él es tan increíble 

Estamos toda, estamos toda 
Estamos toda, estamos toda la gente de Dios 
Estamos toda, estamos toda la gente de Dios 
Estamos toda la gente de Dios

 

(Queen All God´s People crédito al autor)

 

 Al fin, cuando la canción concluyó, los dos recién proclamados reyes se retiraron de la mano. Recibieron las inclinaciones y reverencias de todos sus súbitos y los educados gestos de cortesía de sus invitados que bajaron levemente sus cabezas. Setsuna miró emocionada a Endimión y Serenity. Ésta última le dedicó una amplia sonrisa asintiendo. Fue entonces cuando Lornd tomó en brazos a su flamante esposa y reina y se elevó en el aire con ella, alejándose de allí.

 

-¿Y eso?...- Se sorprendió Diamante.-

-Es una antigua costumbre de los saiyajin. – Le explicó Calix, que ahora estaba junto a él.-

-¿Antigua?-Se sorprendió Roy, que la conocía perfectamente para informar al resto.- Pero si es una canción de mi grupo favorito…

-Me refería a que hayan salido volando.- Repuso Diamante.-

-Es tradición. – Completó Seira que ahora ya podía unirse a ellos, lo mismo que el resto de las mujeres que dejaban sus asientos ceremoniales.- Va a mostrarle sus nuevos dominios. Subirán al pico de la montaña del Atardecer.

-Desde allí se contempla la Ciudad del Sol Poniente, nuestra capital. - Completó Dariel.-

-Solamente un soberano puede subir allí el día de su boda para mostrar a la que va a ser su reina  los que serán sus dominios.- Remachó Calix.-

 

            Todos miraban hacia arriba en la lejanía. Muy en el horizonte se recortaban varios picos, el más alto correspondía a esa montaña. Aunque ya no podían distinguir las siluetas de los recién casados.

 

-Espero que no tarden mucho…me voy a morir de hambre sino.- Suspiró Roy recibiendo el capón de su pareja.-

-¿Es que no puedes dejar de pensar en comer ni en un momento como éste?- Le inquirió ella entre atónita, emocionada y reprobatoriamente, moviendo la cabeza ante las sonrisas del resto.- ¡Es algo tan romántico!

-Bueno, cubito. - Se sonrió maliciosamente él para susurrarle.- A lo mejor si hay alguna habitación libre podrías hacer que lo olvidase por un rato. Y ya verás lo romántico que puedo llegar a ser yo…

 

            La cara colorada de Bertie respondió por ella. No se lo pensó y repasó de nuevo la cabeza de su marido con una buena dosis de capones.

 

-¡Desde luego!- Se rio Petz afirmando.- Estos hombres siempre están igual…

-Sí. Es cierto.- Afirmó un divertido Zafiro, tomándola cariñosamente de la cintura para agregar.- Pero no nos lo podéis reprochar, con unas chicas tan guapas como vosotras es inevitable.

-¡Vaya con Zafiro! - Sonrió Esmeralda sentenciando.- Pues no has cambiado tú nada, ¿verdad cariño?- Le preguntó a su propio novio que asintió.-

-Sí, pero es que mi hermano tiene toda la razón.- Declaró Diamante con gesto risueño aferrando a su pareja de las caderas también.- Sois demasiado hermosas.

- Y que lo digas. - Terció Nephrite abrazado a Amanda que sonrió divertida como el resto.-

-Yo también lo suscribo.- Sentenció Tom dándole un ligero beso en los labios a Cooan.-

 

            En ese momento fue Dariel quién se dirigió a todos los invitados, solicitando su atención y les comentó con deferencia.

 

-En breve vamos a entrar en el salón de banquetes. Ruego a nuestros distinguidos huéspedes que disculpen el retraso de sus majestades y su ausencia por un dilatado periodo de tiempo.

-No te preocupes, amigo. Lo comprendemos perfectamente. – Replicó Roy.- Por cierto. – Agregó con jovialidad pero visible interés.- ¿De dónde sacáis esas canciones? Tenéis muy buen gusto.

-No sabría deciros con exactitud, Alteza.- Repuso el canciller.- Se pierden en la noche de los tiempos.

 

            Roy miró con patente gesto de sorpresa a su esposa y a Tom. No podía comprender aquello. Le susurró a su amigo entonces.

 

-Pues será en la noche de ayer. Oye Tommy, esto me parece muy extraño. ¿Cómo van a ser canciones tradicionales que se pierden en la noche o esa chorrada que ha dicho ese tipo? ¡Si las tengo todas en mi colección de cd! Si incluso le he prestado a Lornd algunas…

-Tampoco yo lo comprendo.- Le cortó el interpelado que, poco deseoso de complicarse la vida, le aconsejó.- Mejor déjalo estar…ya le preguntaremos…

 

Su amigo suspiró aunque decidió hacerle caso. Y tomando de la mano a su esposa se dirigieron junto al resto de invitados a un amplio recinto lleno de mesas y sillas que les había indicado el saiyajin.

 

-Es lógico que quieran disfrutar del momento.- Añadió Tom, dándole la mano a su vez su mujer.-

-Sí, pero saltarse el banquete. Todavía no es de noche.- Sonrió un divertido Ian.-

-Es que van a ir a una montaña muy alta a ver el reino.- Le explicó Jennifer quien sí había escuchado aquello.-

 

            El multi millonario asintió sin entender mucho eso. Por otro lado, Esmeralda le comentaba a Diamante en tanto seguían a sus amigos a la zona del banquete.

 

-Desde luego la ceremonia ha sido muy bonita. Estoy pensando seriamente en copiar algunas cosas para los próximos desfiles de la temporada.

 

            El resto siguió también al Canciller y fueron acomodados según rango y protocolo. Todo estaba dispuesto, gran número de platos, cubiertos y copas. El ágape se iba a celebrar observando el protocolo terrestre en atención a los invitados. Y en su calidad de Canciller y representante de sus majestades, Dariel estuvo impecable en su papel de maestro de ceremonias e improvisado anfitrión. Por su parte, la pareja de recién casados seguía su vuelo hacia esa gran montaña. Lornd sonreía en tanto sujetaba entre sus brazos a su recién desposada mujer y declaraba con entusiasmo.

 

-¡Ahora voy a mostrarte nuestro reino!

 

Su esposa sonrió con semblante feliz a su vez. Al menos ahora podía compartir esa alegría a solas con él. Continuaban volando y parecía que nunca iban a llegar a la cima de esa alta cumbre. Aunque por fin el saiyajin se elevó sobre el picacho más alto y aterrizaron en él. No tenían demasiado espacio puesto que a ambos lados de ellos se abrían abismos insondables. De todos modos aquello no les preocupaba lo más mínimo. Entonces Setsuna miró en derredor. ¡Era una vista espléndida! Podía ver a kilómetros a la redonda. Las otras montañas, los valles, las manchas azuladas de los lagos distantes. Todo parecía como en una miniatura, y asimismo un pálido reflejo de plata muy al fondo en la lejanía…

 

-Mira. –Le indicó Lornd señalando con uno de sus dedos en aquella dirección.- Ahí está, nuestra capital. La Ciudad del Sol Poniente.

-Es muy hermosa.- Pudo responder su interlocutora recreándose en esa visión.-

-Nuestros dominios. Todo lo que ves, es la tierra de los saiyajin. Aquí vive nuestro pueblo.- Afirmó él, que, moderando un poco su tono, le confesó.- ¿Sabes una cosa? Si te digo la verdad tengo un poco de miedo.

-¿Miedo, tú?- Sonrió levemente ella mirándole con extrañeza.-

-Miedo, sí.- Se explicó él.- De no ser un rey tan grande y bueno para nuestro pueblo como mi padre y sus ancestros lo fueron. De no poder hacerte olvidar el pasado…Y, sobre todo, de fracasar en el intento de hacerte feliz…

 

            Setsuna le tomó una de sus manos entre las de ella y sonrió ahora más tiernamente para asegurarle con afecto en su voz.

 

-En ese caso no debes temer nada. Me siento muy feliz contigo, aquí, y deseo ser una buena reina y esposa. Y quiero que estés orgulloso de mí. Como yo lo estoy de ti. Toma mi mano y mi vida entera también.- Le recordó las palabras que él mismo le dijera.-

 

            Lornd le correspondió tomándola en brazos nuevamente y dándole un largo beso en los labios. Después la dejó gentilmente de pie, a su lado, en tanto el sol se reflejaba en aquellas lejanas cúpulas de su palacio. Ambos observaron ese bello espectáculo con admiración. Entonces él levantó la mirada y dijo sacando un pequeño reproductor de música.

 

-No sé cómo lo ha conseguido, pero Asthel tenía esta canción de nuestro pueblo que narra lo acaecido hace ya muchísimo tiempo. Y expresa todo lo que significan el deber y el sacrificio que nos aguardan…

 

Y aspirando aire cantó con potente voz en tanto seguía la música…

 

-Un hombre harapiento llegó arrastrándose

-Rey marioneta en cuatro de junio

-Y las mariposas llegadas de todas partes

-Se posaron en su corona de papel

 

            Y ella comprendió de inmediato ese nombre que tenía la ciudad. Frente a los dos, el sol comenzaba a ponerse bañándoles con una luz entre dorada y escarlata, que se reflejaba en algunos edificios. Entonces Setsuna escuchó…

 

-Una bonita vista que parecía

-Una avenida de la paz eterna

-Sin embargo dijo, lo que aquí hay pronto arderá.

-Soy el rey de la Ciudad del Atardecer

 

-Mirando una rueda girar

-Algo subía y algo bajaba

-Algo sediento algo solo se ahogaba

-Ésta es la ley aquí

-Dijo el rey de la Ciudad del Atardecer

 

-Y en la noche él llegó a mí

-Y la plaza se convirtió en un campo de batalla.

-Miradas de ojos que no podían explicar

-La locura de un juego mayor

 

-Mirando una rueda girar

-Algo subía y algo bajaba

-Algo sediento algo solo se ahogaba

-Ésta es la ley aquí

-Dijo el rey de la Ciudad del Atardecer

 

-Ésta es la ley aquí…

 

            Remachó él en tanto Setsuna le miraba atónita y embelesada. Algo dentro de ella comenzaba a comprender…la responsabilidad, la carga que su esposo debería de sostener, el legado de sus ancestros y el bienestar de su pueblo era también la suya. Pues ella debería ser su sostén y su apoyo. Así como algún día, ayudarle a garantizar la continuidad con herederos. Pero la canción seguía como si fuera pura poesía mezclada con un épico drama…

 

-Un hombre harapiento llegó arrastrándose

- Atravesando los corredores de este inmaculado lugar

-Y dejó caer su cuerpo

-Y vi las heridas que surcaban su cara

 

-Y almas heridas vinieron a su lecho

-  Escuchar las historias que contaría

- De mariposas y tiempos de verano.

 

-Y todos los reunidos allí

-Recordaron como solía ser

-Antes de que el veintisiete llegase

-Este lugar nunca será el mismo de nuevo

-Dijo el rey de la Ciudad del Atardecer

 

-Soy el rey de la Ciudad del Crepúsculo

-Esta es la ley aquí…

-Dijo el rey de la Ciudad del Atardecer

-Soy el rey de la Ciudad del Sol Poniente

-Esta es la ley aquí…

 

-Mirando una rueda girar

-Algo subía y algo bajaba

-Algo sediento algo solo se ahogaba

-Ésta es la ley aquí

-Si ésta es la ley de aquí

-Dijo el rey de la Ciudad del Atardecer

 

-Ésta es la ley aquí…

 

-¡Soy el Reeeey de la Ciudad del Atardecer! –

-¡Soy el Reeeey de la Ciudad del Atardecer! –

-¡Soy el Reeeey de la Ciudad del Atardecer! –

-¡Soy el Reeeey de la Ciudad del Atardecer! –

-SOOY El REEYY!

 

Remachó con un potente grito como si tratase de alcanzar todos y cada uno de los confines de sus dominios, para añadir no obstante, de modo suave y lleno de amor, casi con un susurro dirigido a su mujer.

 

-Y tú eres mi reina. La reina de la Ciudad del Atardecer. La Dama del Crepúsculo, la Señora del Sol Poniente…

 

            Setsuna había escuchado entre maravillada e incrédula. Aquella canción era aparentemente muy extraña y llena de tristeza pero sin embargo, hermosa. Y, pese a todo, lo que más la sorprendía de todo es que ella la había comprendido. Como había pensado antes, algo en el fondo de su alma reaccionó ante esa letra y su significado. No dijo nada, solamente se mantuvo abrazada a él, recreándose en aquella impresionante vista durante unos instantes, al final sí que declaró…

 

-Todas vuestras canciones son hermosas y tienen un significado muy profundo.

-Así es.- Convino él que relató con emoción.- Tanto que ni siquiera los más sabios de entre los míos han sido capaces de desentrañarlo. Ésta canción se cree que es una profecía de alguien que habrá de venir, o bien que fue un hecho del lejano pasado. Y la que canté, en homenaje a mis antepasados, la de enviarme un ángel, bueno. Esa creo que se ha hecho realidad cuando tú llegaste a mí.

-No sé si llegaré a ser un ángel.- Suspiró ella, emotivamente a su vez, oponiendo además con extrañeza.- Y aquí no se divisa el Lucero de la Mañana…

-Quizás sea simplemente una licencia poética. No tiene demasiado sentido.- Admitió su esposo.- Pues no poseemos un mundo cercano que nos dé su brillo para poder llamarlo así.

-Pero la belleza de este planeta es innegable.- Afirmó la muchacha viendo como el cielo tornaba a un tinte carmesí en tanto atardecía.- Y soy muy feliz al disfrutarla a tu lado.

 

            Lornd asintió, le dio un largo beso en los labios y allí se mantuvieron largo tiempo en tanto veían ese mismo crepúsculo. El sol parecía recorrer su curva sobre el horizonte de forma lenta pero majestuosa, como si a su forma quisiera honrar ese momento de celebración…

 

-Ahora, comienza una nueva vida para mí.- Pensaba Setsuna.- Y me debo enteramente a ella…

 

            En la ciudad, entre tanto, el banquete comenzó y todos departieron amigablemente. Les pareció raro que los dos esposos no se unieran a ellos. Fue Seira la que, ejerciendo de anfitriona, se pasó por las mesas y les explicó.

 

-Según nuestra tradición los monarcas estarán a solas disfrutando de la vista de sus dominios desde lo alto de la montaña. El Pico del Sol Poniente. Allí nuestro rey le cantará una tonada que se remonta a los tiempos de nuestros primeros antepasados, los fundadores de este reino.

-Suena muy interesante.- Declaró Haruka.-

 

Y enseguida recibió los asentimientos de Michiru y las otras sailors, quienes, junto a Serenity, Endimión y Chibiusa, compartían una larga mesa.

 

-¿Y qué dice la canción?- Quiso saber Chibiusa con patente curiosidad.-

-Cuenta las hazañas de uno de nuestros reyes. Descendiente del Gran Rey Vegeta y de su hijo y heredero el Rey Trunks. Son también la promesa de algo que habrá de suceder, aunque no sabemos qué…-Les comentó la saiyajin.-

 

Seira guardó un momento de silencio al ver al anciano Luarque y se dirigió enseguida a él con gran respeto para pedirle que se acercase. El  Canciller Emérito lo hizo y la mujer le inquirió.

 

-Perdona señor. ¿Podrías contarnos la historia de nuestros soberanos? Tú la conoces bien.

 

            Fue el anciano quién la miró fijamente y replicó.

 

-Esa es una larga historia. No tendría tiempo de contarla toda.

-Bueno, la del padre del padre de nuestro actual soberano.- Precisó su interlocutora.-

 

            Su contertulio asintió levemente y entonces, no solamente las sailors sino también los demás, que se sentaban en las otras mesas, guardaron silencio y escucharon con patente interés.

 

-Nuestra estirpe de guerreros puros se mezcló con  humanos andando el tiempo y durante siglos fuimos menguando en poderes. Finalmente la estirpe de los saiyajin renació. Así un día, el padre de Dronaos, el monarca al que yo comencé a servir en mi juventud, encontró el mundo de Alliance.

-Perdón, Canciller.- Se atrevió a interrumpir Roy, con profundo tono de respeto ahora para afirmar atónito.- ¡Estás hablando de mi abuelo! ¿Verdad?

-Así es.- Le confirmó el interpelado.- El gran rey Torans. Y de tus padres Dronaos y Alisan. Pues la canción que tu hermano le estará cantando a nuestra reina versa sobre los augurios de destrucción de nuestro mundo y de vuestra lucha y la de ellos contra esos poderes oscuros. O eso se ha creído desde entonces…Aunque hay otros que la consideran como una especie de profecía por cumplir.

-Sí, como la que entonó nuestro rey nada más ser coronado. – Apuntó Seira no sin desconcierto para agregar.- Pese a que nunca le hemos encontrado sentido…es como si hablase de un lugar distinto…

-Pero con esta boda es como si un círculo se cerrase. - Musitó Bertie.- Como si las cosas volvieran a su lugar. Al menos tengo esa impresión.

-Así es mi señora, pues reconozco en vos a Lorein, la Dama del Invierno. La esposa del príncipe Asthel, que estaba llamado a ser el rey de Alliance.- Declaró el anciano.-

-Como mi hermano lo estaba de serlo de este planeta. Antes de que el mal se desatara.- Afirmó Roy.-

-Te comprendemos perfectamente.- Terció Endimión afirmando.- Lo mismo nos sucedió a nosotros en el Milenio de Plata y en la Tierra. Por eso ahora no volveremos a dejarnos tomar por sorpresa otra vez.

-Sí, en esta ocasión nuestros mundos estarán unidos para afrontar toda amenaza que se cierna sobre cualquiera de ellos.- Sentenció Serenity.-

-Eso no lo dudes.- Intervino Diamante levantando una copa y proponiendo un brindis, que de inmediato, todos secundaron.- ¡Por la eterna amistad entre todos nosotros y nuestros mundos!

 

            Y tras aquello siguieron celebrando la fiesta. Tras unas horas los saiyajin se fueron retirando, aunque el grupo de los terrestres y los miembros del reino de la Luna montaron su particular fiesta con karaoke incluido. Fue entonces cuando la pareja real retornó. Entraron abrazados por la cintura y un sonriente Lornd declaró.

 

-Espero que nos hayáis dejado algo para cenar…

-Lo siento mucho, hermanito. - Le sonrió Roy en tanto le guiñaba un ojo para agregar divertido, al igual que el resto de los muchachos.- Esto estaba tan bueno que no hemos dejado nada ni para el rey.

-Lo sentimos. - Se disculpó Tom algo azorado.-

-No os preocupéis, es la tradición. Es la ley aquí. Y un viejo refrán de mi pueblo ya lo advierte. ¡Comer y disfrutar que mañana quizás debamos batallar!  - Replicó el saiyajin con tono jovial.-

 

            Estaba tan feliz y de tan buen humor que cualquier cosa le haría reír. Setsuna, también de modo desenfadado por su parte, se separó de él durante unos momentos para saludar a sus amigas y compañeras.

 

-¿Qué tal ha ido esa excursión tan privada?- Le sonrió Rei.-

-Eso, eso. ¡Cuenta, cuenta! - Se unió Minako.-

-Chicas. A lo mejor es eso precisamente…, privado. - Opuso Ami algo envarada.-

-¡Anda ya, déjate de chorradas! Si tú también te mueres por saberlo. - Rebatió a su  vez Makoto, tan ansiosa como el resto por enterarse.-

 

            Setsuna sonrió con amplitud. ¡Así eran sus amigas! Y lo bueno es que siempre lo serían, a pesar de la distancia, del tiempo y de las aventuras y tareas que hubieran de acometer. Desde luego, ella no ignoraba que todos tenían un destino que cumplir y que lo harían. Así que se metió de lleno a charlar con ellas y contarles, como en los viejos tiempos, algo de aquel vuelo a la montaña…al final las cosas se pusieron más picantes cuando Michiru comentó.

 

-Bueno, pues ha llegado el gran momento, enseguida os retiraréis al dormitorio…

-Michiru.- Sonrió su compañera Urano restándole importancia para declarar convencida.- Esa etapa la tendrán ya muy superada…

- A decir verdad no tanto.- Replico la reina para sorpresa de todas.-

-¿No me digas que tú y él, bueno que él y tú, no?…- Preguntó Minako tan atónita como las demás.-

-Nunca tuvimos mucho tiempo para eso. Y cuando por fin disponíamos de él, Lornd decía que no deseaba que eso. En fin… que está muy chapado a las antiguas costumbres de los saiyajin…Me dijo que, cuando celebrásemos nuestros esponsales.

 

            Haruka resopló agitando una mano, Ami se puso realmente colorada. Por su parte una azorada Usagi le tapó las orejas a Chibiusa con la consiguiente protesta de la niña que quería saber de lo que estaban hablando.

 

-¡No es justo, ya soy mayor! - Alegaba la cría.- Quiero enterarme…

-De eso nada.- Se oponía su futura madre ejerciendo desde luego como tal.- Eres una cría.

-Tengo más de novecientos años.- Argumentó Chibiusa.-

- Como si tuvieras un millón. Esto no te concierne.- Insistió su futura madre.-

 

            Así trascurrió la velada. Era ya muy tarde cuando todos se retiraron a sus respectivas habitaciones. Los recién casados se despidieron entonces de ellos. Al día siguiente los invitados debían partir.

 

-Ya lo sabéis, amigos míos.- Les dijo una emocionada Setsuna.- Siempre estaremos aquí, listos para acudir cuando nos necesitéis.

-Lo mismo te decimos, cuñada.- Respondió Roy.-

-Sé inmensamente feliz, P, te lo mereces.- Sollozó Chibiusa.-

 

            La reina de los saiyajin abrazó a su pequeña amiga y compañera con mucho cariño, y ambas lloraron un poco. El resto tampoco pudo evitar enjugarse alguna traidora lagrimita. Incluso Michiru, le comentó a Haruka con algún sollozo de por medio.

 

-Me había prometido no llorar…aunque veo que tampoco tú lo has logrado.

-Habla por ti.- Pudo responder ésta tratando  de rehacerse para afirmar.- Se me ha metido algo en el ojo.

           

            Hotaru a su vez lloraba y tras Chibiusa se abrazó también con mucha fuerza a Setsuna, quien a modo de último consejo le susurró con dulzura.

 

-Sé feliz y trata de perdonar. Ya sabes a lo que me refiero.

 

            La chica no dijo nada, aunque asintió despacio. Roy y los otros se despidieron asimismo de Lornd.

 

-Una ceremonia magnífica e impresionante.- Le alabó Diamante.-

-Los saiyajin nunca defraudáis.- Convino Nephrite.-

-Lastima no haber tenido tiempo de montarte una despedida de soltero como era debido.- Comentó Roy.-

-No te preocupes, no lamento para nada dejar atrás la soltería.- Sonrió su hermano.-

 

Los nuevos soberanos, acostados en su lecho, se abrazaban tras la agitada jornada. Ahora fue ella quién le susurró.

 

-Les voy a echar de menos a todos.

-Sí, al igual que yo. Pero ahora comienza nuestra vida aquí. Por fin, después de tanto vagar por el universo.

-Dime una cosa. - Le pidió ella con tono íntimo.- Nunca comprendí porque no quisiste que tú y yo nos acostásemos hasta ahora.

-Es la costumbre… – Repuso él en tanto acariciaba los largos, sedosos y oscuros cabellos de su mujer.- Pero ahora sí que podemos hacerlo conforme a la ley de mi pueblo…

 

            Ella asintió mirándole a los ojos. Sin apenas tiempo de decir más él la besó. De forma bastante suave para lo acostumbrado en un saiyajin, Lornd la acarició y se dispuso a consumar su unión. Setsuna sintió dolor en aquel momento pero después se rehízo, tras una alubia mágica y la repetición de acto terminaron abrazados de nuevo.

 

-Espero no haberte hecho demasiado daño.- Se disculpó él que tampoco parecía muy ducho en esas artes.-

-Supongo que ha sido lo normal.- Declaró ella que no parecía preocuparse ya por eso. Más cuando agregó.- Ahora soy una mujer saiyajin. Debo acostumbrarme. Y quiero darte herederos fuertes. Sé que esa es la costumbre y el deseo de todos aquí.

-No habrá ningún problema a ese respecto.- Le sonrió su marido besándola de nuevo.- Si salen a ti. No habrá nadie más poderoso y valiente en el cosmos entero.

 

            La ex guardiana del portal tiempo- espacio sonrió al escuchar aquello y pudo entregarse de nuevo a su esposo. Así pasaron la noche y parte del día siguiente. Tras eso, durmieron hasta el amanecer del tercer día. Al fin salieron de sus estancias. Tras asearse y vestirse se dispusieron a desayunar. Seira aguardaba con su peto y su uniforme de ceremonia, como correspondía a la guardiana de la Reina. Fue la primera en hacer una marcada reverencia y dirigirse a sus soberanos.


-Espero que sus majestades hayan disfrutado de su noche de unión.

-No te lo puedes ni imaginar.- Le sonrió Setsuna guiñándole un ojo.-

-Sí, lo hemos pasado muy bien. Pero ahora las obligaciones del gobierno nos reclaman. - Añadió Lornd de forma algo más seria. -


            Seira no hizo comentarios. Volvió a dedicarles otra reverencia y les escoltó hacia el salón donde la mesa con el desayuno se hallaba dispuesta. Interminables platos con todo tipo de manjares. Desde luego el rey comió con gran voracidad, al estilo saiyajin. La reina también demostró que tenía hambre tras haber saciado otro tipo de apetitos. Al terminar atendieron a su primera audiencia como soberanos oficiales de Nuevo Vegeta. Las cosas se desarrollaron bien. De este modo pasaron semanas y meses. Al fin, más de año y medio transcurrió. Desempeñaban bien sus funciones con la inestimable ayuda de Dariel, Seira, Blinz y Calix aunque echaban mucho de menos a sus amigos. Las cosas en Nuevo Vegeta estaban tranquilas y Setsuna muy ilusionada. Deseaba con gran intensidad ver a sus antiguas compañeras y al resto de sus amigos, puesto que después de decírselo a Lornd, también quería hacer partícipes a los demás de una noticia muy importante. Fue así como los dos decidieron hacer una visita a la Tierra. Una visita que sería el origen de otra aventura.


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