Y es que con esa
excusa de reivindicar la memoria de su amigo, el fallecido actor, Sonia hizo una
de sus escapadas a Europa. La actriz y modelo se pasó entonces por su antiguo
barrio. Su ex todavía vivía cerca de allí. Al pasar por esas calles tan
familiares venía a su mente el recuerdo de esa relación que comenzara cuando
ambos eran unos adolescentes. Al principio él no era malo, ni mucho menos. Al
contrario. Rafa era divertido, con magnetismo y bastante protector. Lo malo fue
cuando ella quiso comenzar a tener independencia, sobre todo tras presentarse
al casting para modelos de la academia Deveraux en Barcelona y ser escogida
para ir a París. Entonces su novio pasó de ser protector a dominante, y dejó de
ser divertido para volverse más seco y controlador. Al fin ella decidió romper.
Por fortuna tuvo el apoyo de sus padres. Luego, tras irse a Francia y más tarde
viajar a los Estados Unidos para completar su formación, la ya cotizada modelo
no volvió a oír hablar de su ex.
-Y luego me enviaron a Nature, y ahí
conocí a Mei Ling.- Pensó ahora esbozando una leve sonrisa.-
Más tarde llegó esa
oportunidad para retornar a la Tierra como una coestrella de Ben. Hacer esa película
y unos pocos capítulos de la serie que le había hecho triunfar a él en Nature.
Ahora, pensando en la trágica muerte del actor, la chica no pudo evitar las
lágrimas.
-Llegaré al fondo de esto.- Se
prometió.- Te lo debo, Ben. Eras como un hermano para mí.
Tuvo
incluso que engañar a Mei Ling diciéndole que tras ese evento iba a ir a una
reunión familiar y que pasaría algunos días viendo a amigos y parientes. No
deseaba mezclar a su novia en esto para no buscarle más problemas de los que ya
le había causado.
-La pobre no merece pasar por más. Esto
tengo que solucionarlo yo sola. Por suerte pude convencerla.- Se decía ahora.-
La oriental entendió
que su presencia por ahora no era prudente. No es que la familia de Sonia
tuviera prejuicios en general contra los homosexuales, pero la modelo pretextó
que antes deseaba preparar el terreno.
-Y quizás mis tíos maternos y mi prima,
sí que son más conservadores.- Se atrevió a añadir.- Por eso te pido que me
concedas unos días.
-Claro, si es lo que tú quieres.- Se
avino Mei Ling, que pese a no parecer nada contenta por ello, respetó su
decisión, informándola a su vez.- Entre tanto, yo iré a China. Espero ver a mi
primo Zhao y quizás a mis padres…
De
modo que allí estaba, sola y recorriendo las calles para dirigirse a su
destino. Esta vez un sitio neutral. O eso esperaba. Habían quedado en una casa
rural, a las afueras de la ciudad. Allí él le aseguró tener algo muy importante
que decirle, a cambio de un alto precio, que ella enseguida adivinó. No
obstante, cuando ella estuvo dispuesta a pagarlo, su ex novio la detuvo y muy
misteriosamente le dijo.
-Aquí no. Iremos a nuestro antiguo
barrio. Nos veremos mañana en esta
dirección. Por separado. - Añadió dándole a la perpleja chica un papel.-
-¿Qué significa esto? ¿Estás jugando
conmigo?- Fue la molesta réplica de Sonia.-
Aunque
Rafa se limitó a mover la cabeza sin sonreír.
-¡Ojalá! - Fue lo único que dijo antes
de despedirse de ella. -
La
muchacha no comprendía nada. O su novio se había vuelto loco o es que ahí
pasaba algo muy serio. Suspirando resignada, salió de esa casa rural y pidió un
taxi. Convenientemente cubierta por unas grandes gafas de sol y un sombrero,
pasó de incognito hasta llegar a un modesto hotel en el que se alojó por esa
noche. Al día siguiente, acudió al lugar convenido, una cafetería de la zona.
Allí, al menos supuso que Rafa no intentaría nada. Confiada en eso la chica
llegó al lugar, mirando a través de las cristaleras le vio ya sentado en una
mesita que estaba en un rincón del local. Entró dirigiéndose hasta él.
-Vaya, ¡qué puntual! - Saludó el tipo
esbozando una leve sonrisa.-
-Vamos al grano y déjate de tanto
secretismo. - Replicó secamente ella por todo saludo.-
-Muy bien.- Convino él que pasó a
mostrarse más serio cuando le confesó a su ex novia.- Mira Sonia, a pesar de
todo, todavía me gustas. Y no querría verte metida en una difícil situación. No
sabes contra quienes te la estás jugando. Lo de tu amiguito el actor no ha sido
nada más que una pequeña muestra de su poder.
La
muchacha no supo cómo reaccionar a eso, aunque no le gustaron esas palabras,
por otro lado quedó sorprendida de oír el tono de preocupación de su ex novio.
Al fin sólo pudo preguntar.
-¿De quienes me estás hablando?
Su
interlocutor se limitó a mirar en derredor como si alguien les estuviera
observando para después susurrar.
-De los que saben todo acerca de todos.
Por ejemplo de ti. Y me han dicho muchas cosas.- Añadió él, ya con un tinte de
voz más acorde a su forma de ser, sobre todo cuando remató con un no oculto
desprecio y sorna.- Sin ir más lejos, me han contado que te has hecho boyera. ¡Jamás
lo habría imaginado de ti! ¿Es que no te gustaba cómo te lo hacía yo?
Sonia
le miró ahora petrificada. Aquello era un secreto tan bien guardado que no
había trascendido. Aunque también pensaron que el de Ben lo era. Apenas pudo
musitar eso sí, tratando de recuperar el control sobre ella misma y de mantener
su dignidad, intentando a su vez moderar su indignación por aquella forma tan
grosera y despectiva de hablar de su ex.
-Me enamoré de otra mujer, sí. Y es
maravilloso. Amor de verdad, de una persona que no quiere controlarte, que
tiene fe en ti y que se sacrifica por ayudarte. Tú no podrías entenderlo.
-Sí, de esa chinita.- Se burló Rafa,
agregando para estupor de su contertulia.- Esa a la que mordieron y que casi se
hizo vampira, ¿verdad?. Tuvo el detalle de visitarte en tu piso y hasta
grabarte una canción. ¡Qué romántico!
-Pero. ¿Cómo puedes saber eso?- Exclamó
la anonadada chica, que ahora sí perdió el control, más que nada debido al
asombro.- ¡Es imposible que tú!...
Algunos
de los presentes le dedicaron miradas al ver cómo se levantaba de la silla.
Rafa la sujetó de una muñeca indicándola que se sentara, tras volver a mirar
disimuladamente en derredor, le cuchicheó nervioso.
-No llames la atención. No nos conviene
a ninguno de los dos. – Y agregó ya con un tono más calmado.- Y ahora ¿me crees,
cariño? Ya has visto que realmente poseo información. Igual que sé eso, sé
otras cosas.
-Muy bien, te creo.- Admitió Sonia.-
Dime entonces qué ha pasado con Ben y quienes han sido los que…
Pero
su novio sonrió más abiertamente ahora y la hizo callar con un gesto para replicar.
-Todo tiene un precio, nena. Recuerda
que te lo advertí. Y lo que quieres saber vale mucho…
-Estoy dispuesta a pagarte.- Afirmó ella.-
-¿Aunque sea lo que te estás imaginando?-
Inquirió ávidamente él.-
La
chica asintió cerrando los ojos, no quería ni mirarle pero sabía que esa era la
condición.
-¿Qué es exactamente lo que quieres que
haga?- Se atrevió al fin a musitar la joven artista.-
Rafa se acercó a
ella, aproximando sus labios a una oreja de Sonia le susurró lo que deseaba.
Tras unos momentos de embarazoso silencio en los que la joven siguió sin ser
capaz de mirarle, asintió una vez más, sellando el trato.
-Está bien.- Suspiró la chica.- No será
la primera vez que tú y yo… Si es eso simplemente. No significa nada para mí.-
Sentenció tratando de desanimarle.-
-Mejor así.- Replicó por el contrario
él, levantándose de la silla.- De ese modo podremos pasarlo bien sin más
implicaciones.
La
chica se levantó a su vez, sin prisas, tratando de mantener su autocontrol a
pesar de tener ganas de llorar. No quería hacer eso, ¡no deseaba hacerlo de
ningún modo!, pero era la única manera de poder averiguar lo que quería saber. No
tuvo más remedio pues que seguir dócilmente a Rafa hasta un motel cercano.
Allí, tras alquilar una habitación subieron por las escaleras hasta el segundo
piso, el chico abrió y entraron. Apenas unos deslavazados muebles y una cama
vieja de muelles resonantes les dieron la bienvenida.
-Ponte cómoda, cielo.- Le ofreció lascivamente
él en tanto comenzaba a quitarse la ropa.-
De
modo casi mecánico ella se despojó de su vestido también. Rafa la miraba
complacido. Seguía tan hermosa y sensual como la recordaba. Se acercó para
acariciarla al tiempo que le susurraba con creciente excitación.
-Ahora la mayoría de los tíos del
planeta me envidiarían. Voy a tirarme a una super modelo y actriz famosa.
Ella
no replicó, ni tampoco se resistió cuando él la besó en la boca. Más bien
estaba como si de una estatua se tratara.
-Venga, sabes hacerlo mucho mejor.- La
retó él.-
A
desgana Sonia se dejó besar otra vez, ahora puso un poco más de su parte, él
comenzó a recorrerla con la lengua, besando y lamiendo su cuerpo, sus pechos y
bajando hacia sus partes íntimas, en tanto que la chica no pudo refrenar unos
trémulos jadeos de placer.
-¿Lo ves?- Se sonrió Rafa sentenciando.-
Puedo hacer lo mismo que tu chinita, y además tengo una cosa que ella no tiene.
¡Una muy grande y dura!…
Y
para subrayar aquello él se mostró ante su ex novia realmente excitado. La
chica intentó sujetarle el miembro y pasar al sexo oral, aunque él se lo negó.
-No, me sé ese truco, quieres que me
vaya enseguida, ¿verdad?. Pues no, lo siento, pero no lo haré. Quiero disfrutar
de ti durante un buen rato.
Y
sin dar ocasión a su amante ocasional a reaccionar la obligó a abrir las
piernas y entonces tanteó en sus partes. Sonia soltó un grito de sorpresa. Rafa
estaba siendo poco delicado. Aun lo fue menos cuando, obligándola a ponerse a gatas en el suelo, tiró del pelo de la
chica haciendo gritar una vez más de dolor y sorpresa. El tipo aproximó sus
labios a una oreja izquierda de la modelo y le susurró casi con ira.
-¡Esto para que recuerdes bien lo que es
un hombre! Pero alégrate. Te voy a dar algo que esa putita a la que llamas
novia sería incapaz de darte jamás.
La
joven no tuvo tiempo de replicar, tampoco hubiera podido porque ahora, una
combinación de miedo y ansiedad, mezcladas con un extraño deseo, se apoderaban
de ella. Entonces Rafa la penetró con brusquedad, haciéndola chillar de nuevo.
Sin detenerse comenzó a mover sus caderas para consumar aquel acto, sus
embestidas eran acompañadas por los quejidos de los muelles de esa vetusta
cama. Sonia solamente jadeaba y gemía de vez en cuando, perpleja tuvo que
admitir que, pasado el primer momento de dolor, aquello le estaba dando mucho
más placer del que hubiera imaginado.
-¡Eres mía! - Le susurró él entre jadeos
llenos de excitación.- Y siempre lo serás.
Lo
cierto es que aquello se prolongó durante un buen rato y a su pesar Sonia
alcanzó varios orgasmos hasta que, al fin, su ex novio culminó a su vez. En ese
instante ella sintió algo que nunca había experimentado cuando lo hacía con él.
Se relajó notando algo cálido y fluido en su interior.
-¿No has usado preservativo?- Pudo
preguntar ella, aun jadeante y con visible preocupación.-
-No tengo nada contagioso de lo que
debas preocuparte.- Repuso él, sonriente entre sus propios jadeos.-
La
chica suspiró resignada, a fin de cuentas se tomaría una pastilla en cuanto
saliera de allí. No quería nada de ese tipo, y menos un posible embarazo.
También se haría análisis porque no se fiaba nada. De modo que, tras unos
segundos tranquilizándose sobre ello, fue capaz finalmente de recordarle a Rafa
su promesa.
-Yo he cumplido mi parte del trato…
-Y muy bien.- Afirmó el chico, alegando
entre divertido y realista.- ¿Acaso no lo has disfrutado también?
La
joven no contestó, le observó no obstante con gesto severo, en demanda de
recibir su compensación y él asintió declarando en tanto se levantaba.
-No tengas miedo, cumpliré mi palabra,
cariño.- Aseguró , agregando con tintes de advertencia.- Pero ten cuidado,
quizás no te guste lo que te vaya a contar.
-Me arriesgaré. Si he podido volver a
acostarme contigo lo otro no será para tanto.- Repuso ella con audacia y
sonando llena de sarcasmo ahora.-
Su
ex pareja se encogió de hombros y tras sacar un cigarrillo y encenderlo dio una
larga calada, expelió el humo, y comenzó…
-Que sepas que esa gente tiene un enorme
poder. Casi son literalmente capaces de llevar a la práctica cualquier cosa que
deseen. Como lo hacen, no tengo ni idea. Pero fueron ellos quienes me
encontraron y me propusieron que fuera a
buscarte. Me aseguraron que podría tenerte como antes, y mira, ha sido cierto.
-¡No lo es! - Rebató Sonia,
arrebujándose en una sábana para cubrir su desnudez.- Esta ha sido una transacción
comercial, ni más ni menos. Dime ¿qué pasó con Ben? ¿Cómo pudiste ser tan
canalla como para grabarme en ese hotel cuando me chantajeaste?- Le recriminó
con creciente enfado.
Lo
que no podía imaginar es que su antiguo novio se limitara a mover la cabeza y a
decir entre temeroso y admirado.
-Es que yo no te grabé, cielo. En eso le
conté la verdad a tu amiguito Ben.
-Si no fuiste tú. ¿Entonces quién fue?-
Quiso saber la atónita y furiosa chica.-
-A eso es a lo que me refiero. ¡Fueron
ellos! ¡Ja, ja!. Cariño, yo podría ponerme ante cualquier detector de mentiras
y nunca saldría nada incriminatorio contra mí, por la sencilla razón de que no
hice nada por mi cuenta. Es más, ellos me indicaron lo que debía hacer y
cuando. Verás, son tan poderosos que me dan realmente miedo. Quizás no me quede
mucho tiempo de hecho, pero bueno, me gustas tanto que ¿qué mejor manera de
acabar mi existencia si eso tiene que suceder?
Ahora
Sonia le miraba como si aquel hombre estuviera loco. Indignada le espetó.
-¡No he hecho esto para que trates de
burlarte de mí!
-No me estoy burlando de ti.- Replicó él
con tono incluso paciente, agregando.- Mira. Entre otros, esos tipos son amigos
de los activistas por la renovada fe. Los que persiguen la vuelta de los
valores tradicionales, ya sabes, familia, matrimonio entre personas del mismo
sexo. Vamos, lo normal. No les puedo culpar.
-Lo normal para ellos o para ti.-
Rebatió Sonia.-
-Lo que tú quieras, pero no pararán
hasta lograrlo. Acusan a los reyes de la Tierra de proteger a todos los invertidos.
Esos soberanos tienen entre sus propias princesas a individuas así. Luego está
Kinmoku, donde cambian de sexo como yo de camisa. Y Nature, el planeta donde
esas Feminax trataron de acabar con los hombres. Por no hablar de los Arcoily
aquellos, y otros seres realmente chungos. Y te puedo asegurar que, metidos en
todo eso, andan ellos.
Sonia
sí que había oído algo de aquello. Es más, la propia Mei Ling se lo contó.
Aquellas eran otras dementes que, desde el espectro opuesto, amenazaban la vida
y la seguridad de personas inocentes. Pero fueron derrotadas y la invasión que
prepararon, ayudadas por aquellos extraterrestres, fracasó. No obstante y atónita,
oyó a Rafa añadir.
-No creas que todas esa locas fueron
eliminadas. Alguna escapó. Pero lo que importa ahora es que, tanto aquí en la
Tierra, como en Bios o Nature, hay movimientos de diversa índole en marcha. Sí,
en Bios es más una cuestión de agitación política soberanista. En Nature tendrá
mucha importancia el velar por la familia natural y tradicional. Poco a poco
van a ir recuperando lo que debe ser. Ni hermafroditas, ni invertidos, ni gente
que viva de modo antinatural en ningún sentido, incluyendo la inmortalidad. ¡Eso
es una ofensa a Dios!
-¿Ofensa a Dios?- Se sorprendió ella al
oírle.- Tiene gracia que tú hables de ese modo. ¿Y desde cuándo te ha importado
a ti ofenderle?
Aunque
la joven estaba atónita porque cuando eran novios, desde luego que él jamás
había hablado así. Al contrario, Rafa nunca tuvo ningún interés en la religión.
Sin embargo, ahora, añadió con visible orgullo.
-Ellos me han enseñado el valor de las
cosas. Y también qué, si me encuentro con una tortillera, haga lo necesario
para devolverla al camino correcto. Y me hablaron de ti, de cómo te habías
corrompido. ¿Sabes? Siempre imaginé que siendo famosa estarás saliendo con
algún tipo con suerte, otro modelo, algún actor popular, estrella del deporte o
un ricachón. Al principio me creí como todo el mundo que eras la novia de Crew.
¡Era lo lógico! Envidié al cabrón, por supuesto. Pero ellos me sacaron de ese
error. Tenían muy vigilado a tu amigo el artista. Y sabían lo suyo con ese
negro que se hacía pasar por su manager.- Escupió él dejándola helada.- Durante un tiempo permitieron que siguierais
con vuestra representación, pero finalmente decidieron empezar su campaña.
Acabar con los impostores.
-Ben no era ningún impostor. ¿Me oyes?-
Pudo decir ella, a punto de llorar ahora llevada por la emoción.- Era un hombre
bueno, era mi amigo… y le forzaron a hacerse eso… Tú jamás serás ni la mitad de
hombre que él.
Eso
le valió una bofetada que la derribó sobre la cama, todavía desconcertada e
incluso algo asustada, tapándose una de sus mejillas que sentía caliente y
dolorida por el golpe, tuvo que escuchar la furibunda réplica de su ex novio.
-¡Ese maricón solo valía para poner el
culo! Ni se te ocurra insultarme de ese modo. Ese tipo nunca fue un hombre de
verdad, ¡era un fraude, otra mentira más! Y ellos van a ir, uno por uno,
ocupándose de esa gentuza.
-¡Te has vuelto completamente loco!-
Denunció ella incorporándose lo más deprisa que pudo.-
Su
ex no respondió a eso, Sonia no tardó en vestirse deprisa, quería salir lo
antes posible de allí. Entonces fue cuando aquel tipo, casi parecía que
poseído, la sujetó por los hombros con fuerza.
-¡Me haces daño!- Protestó ella, con
evidente miedo en su tono y su mirada.-
-También me advirtieron que tratarías de
dejarme atrás y de olvidar. Que tomarías alguna pastilla anticonceptiva.
-No voy a permitir quedarme embarazada
de ti.- Contestó ella con sincero desprecio.-
Aunque
él se sonrió, acariciando rudamente ahora la todavía enrojecida mejilla de
Sonia para replicar con total seguridad.
-¡Oh sí!, lo permitirás. Porque quieres
tener una familia. Y casarte con esa putita amarilla. Lo sé. Ellos lo saben
todo. Y cualquiera sabe que una mujer no puede dejar embarazada a otra, por
mucho que se froten ahí.- Se burló haciendo que la propia chica se ruborizara.-
-Existe la inseminación.- Le recordó la
joven.- Y cuando ambas lo decidamos una podrá ser madre biológica, quizás las
dos.- Sentenció desafiándole.-
-En tu lugar me lo pensaría. Esa chinita
puede parecer haberse recuperado pero, quizás podría transmitirle algo a un
feto. Algo llamémoslo diabólico. Con dientes muy largos…Y tú, bueno. Seguro que
serías feliz teniendo un hijo de ese marica muerto. Seguro que idea de su
novio, el negro maricón, ese. ¿Ya te lo ha ofrecido, verdad? – Aseveró él
dejándola casi en shock.- Pues te diré lo que vas a hacer, dile que sí.
Acéptalo. Ve a la clínica. Y no temas nada, que los médicos de allí se ocuparán
bien de ti…O al menos eso le vas a decir a esa china, Mei , no sé qué… se
llama. ¿Verdad?. La pobre todavía cree que sus padres la van a perdonar. ¡Ilusa!
Aquel
tono, esta vez glaciar de amenaza, la hizo estremecer. Y sobre todo, ¿Cómo
podía estar al tanto de todo eso?. Si fue la propia Mei Ling quien le comentó a
solas que intentaría ver a sus padres. Que Sonia supiera nadie más estaba al
tanto. La asombrada chica abría la boca sin poder pronunciar palabra. Rafa,
animado por el efecto de las suyas, prosiguió.
-Sí, haces bien en empezar a asustarte,
de todo cuanto sé porque ¿sabes una cosa, mi amor? Yo únicamente soy un
instrumento. No soy al que debes temer. Pero como ya te dije, ellos están en
todas partes, nunca podrás estar segura de quienes son o dónde trabajan. Puede
que un médico de los que te atienda allí, o el vendedor de seguros, o tu
vecino, sean miembros del grupo. Yo en tu lugar tendría mucho cuidado si
pretendes desafiarles. Y si se te ocurre ni por un momento tomarte alguna
pastilla para evitar un posible embarazo tras este encuentro tan agradable,
piénsalo mejor. Puede que haya personas que sufran las consecuencias. Empezando
por esa novia tuya. No sabes la imaginación que esos tipos tienen para atraer
desgracias sobre cualquiera que se les interponga o se niegue a seguir sus
designios.
-No voy a permitir que unos canallas
como ellos continúen extorsionándonos, ni a nosotras, ni a nadie.- Aseguró la
chica, tratando de reunir valor.- Y menos te lo aguantaré a ti.
Y
bruscamente se apartó de su ex, tras mirarle con una mezcla de desdén y enfado
salió de aquella habitación. En cuanto llegó a su propio hotel se derrumbó
llorando. ¡No sabía que hacer! El caso es que sentía un pánico atroz. Rafa le
había demostrado estar al corriente de cosas que era imposible que pudiera
haber averiguado. ¿Y si era capaz de cumplir su amenaza? Peor aún, ¿y si esa
especie de grupo sectario lo era? En suma, deseaba proteger a su novia a toda
costa. Por ello, no se atrevió a tomar pastilla alguna, rogando para que esa
relación sexual no hubiera dado frutos.
-Si la tomo lo sabrán.- Se dijo llena de
pavor.- Si han podido saber todas esas cosas, esto no les sería difícil de averiguar.
¡Dios mío!
En cuanto pudo
regresó a los Estados Unidos y le dijo a Percie que quería someterse a la
inseminación. Por suerte, el testamento de Ben le legó a su ex pareja la
propiedad de ese semen congelado. En apenas unos pocos días, y a espaldas de
Mei Ling, que estaba tratando de ver a sus padres, lo llevó a cabo. Ahora en la
nave recordaba eso mientras palpaba su abdomen tras despertar en su asiento de
la nave.
-¡Ojalá sea tuyo, Ben! Sobre todo,
cuando se lo cuente a Mei Ling.
-¿Estás mejor?- Le preguntó su inquietada
pareja.- Parecías estar soñando algo, murmurabas, no pude entenderte.- Le contó.-
-Sí, gracias cariño.- Sonrió Sonia
aferrando una mano de su novia.- Dime.- Quiso saber a su vez.- ¿Pudiste ver a
tus padres al final?. No me contaste nada sobre tu viaje a China.
-Hubiera querido llevarte conmigo.-
Suspiró Mei Ling, agregando con pesar.- Pero habría sido inútil. Solamente pude
ver a mi primo Zhao. Mis padres ni siquiera accedieron a recibirme. Al menos
supe que estaban bien de salud. Y que no les faltaba de nada. Incluso la
familia de mi ex prometido les perdonó la deuda que tenían con ellos. Mi primo
no me lo quiso reconocer, pero tengo la impresión de que fue él quien la pagó.
-Lo siento mucho.- Pudo decir la modelo
visiblemente apenada.-
Su
pareja asintió sin decir nada. No había de hecho nada que decir. Llegó a su
país natal con algunas esperanzas de que, tras todo el tiempo transcurrido y
todo lo vivido, sus padres la hubieran perdonado. O al menos olvidado su enfado
hacia ella. En tanto su lanzadera aterrizaba en el aeropuerto de Beijing
pensaba qué podría decirles tras esos años. Quizás contarles las terribles
pruebas que había vivido.
-No lo sé. Espero que tenga la ocasión
de hacerles comprender.- Pensaba.-
Y
la cosa parecía empezar bien. Al bajar de ese transporte sonrió. Enseguida vio
a su primo. Zhao estaba allí, aguardándola. Vestía el
uniforme con distintivos de comandante, eso quería decir que había sido
ascendido. Sin duda su talento como miembro del servicio secreto fue
recompensado. La chica corrió hacia él y lo abrazó. Algo poco habitual en esas
tierras de maneras tan correctas y sobrias. El joven la estrechó entre sus
brazos también.
-Me alegra verte otra vez, prima.- Le
dijo una vez se separaron.-
-Lo mismo digo. ¿Qué tal estás?-
Inquirió afectuosamente ella.-
-Bien, como siempre.- Declaró el
aludido.- Muchas responsabilidades tras mi ascenso. ¿Y tú, como estas?- Quiso
saber algo preocupado en su tono.- A mis oídos llegaron que lo pasaste muy mal.
La
joven estaba sorprendida. No podía ni imaginar que su primo pudiera estar al
tanto de su situación. Sin embargo, estaba claro que Zhao hacía honor a su
condición de miembro del servicio de inteligencia chino. Sobre todo cuando
preguntó.
-¿Ya estás recuperada de esa extraña
enfermedad?. Recibí informes de tu convalecencia.
-Si te contara lo que sucedió no lo
creerías.- Suspiró ella. -
-Puedes apostar a que sí.- Sonrió
débilmente él.-
La
chica no lo dudó. Sin decir nada se limitó a inclinar la cabeza y levantarse su
larga y sedosa melena morena para mostrarle el cuello. Todavía eran visibles
dos pequeñas cicatrices que asemejaban un par de puntos.
-Vaya, ¡pues ciertamente es increíble! -
Musitó Zhao.-
-Lo es, yo todavía no puedo creer que
pasara.- Admitió la muchacha volviendo a su posición normal y apresurándose a
asegurar.- Pero estoy bien, totalmente recuperada. Aunque tengo una compañera
que no tuvo esa suerte.
-Ya.- Musitó su interlocutor, quién sin
embargo quiso zanjar aquello, sin querer aclarar si estaba al corriente de eso
o no, para añadir con tono igualmente
preocupado y hasta triste.- Supongo que querrás ver a tus padres.
-Sí, eso me gustaría.- Afirmó la chica
mirándole esperanzada.-
Aunque
ese sentimiento murió solo con ver los ojos de su primo. Él no se anduvo con
circunloquios y fiel a su forma directa de abordar las cosas, le contó.
-Tus padres tienen una foto tuya en casa
con un crespón negro. Te consideran muerta.
-Sé que tras las noticias que debieron
llegar de Nature y lo de mí, llamémoslo
enfermedad, pudieran creer eso…-Replicó aferrándose a esa explicación.-
-No, Mei Ling, yo mismo les informé que
estabas a salvo tras lo sucedido allí.- Tuvo que desvelarle Zhao.- Esa foto
lleva ahí desde la última vez que les viste.
La
chica esbozó una sonrisa nerviosa y amarga, reprimiendo a duras penas unos
sollozos, no desconocía lo que eso significaba. Su familia oficialmente la
había repudiado. Era algo tan doloroso y humillante que incluso preferían
fingir que estaba muerta. Y si ella intentase presentarse en la casa a buen
seguro reaccionarían como si de un fantasma se tratase. Actuarían como si no
pudieran verla ni oírla. Aquello sería una tortura para todos. De modo que,
resignada asintió.
-Está bien. Pero al menos dime si están
bien de salud, o si necesitan algo.
-Me he cuidado de todo.- Le aseguró el
joven.- No les falta de nada, y no les faltará. Sus deudas han sido condonadas.
Tu ex novio volvió a prometerse y, en un gesto de celebración, su familia tuvo
ese detalle.
-Han sido muy generosos.- Admitió ella
sintiendo una abrumadora ola de culpabilidad.- Lo lamento profundamente, nunca
quise traer esta vergüenza a mis padres…
-No puedes evitar ser como eres.- La
animó Zhao.- Y lo hecho no puede
deshacerse. Ahora trata de ser feliz. ¿Sigues con esa joven?
-Sí, ella está aquí en la Tierra, en su
país natal, visitando a sus parientes también.- Le contó Mei Ling.- En cuanto
yo regrese a buen seguro nos iremos. Han pasado cosas muy tristes, su amigo, el
actor…
-Lo sé, eso es de dominio público.-
Declaró Zhao añadiendo con inquietud.- Y me preocupa mucho. Mis fuentes son
fiables y muy importantes pero ni siquiera ellas saben exactamente qué sucedió.
Tras ese suicidio hay alguien o quizás un grupo. Desconocemos su identidad pero
sabemos que son muy peligrosos. Advierte a tu pareja que se mantenga alejada de
quienes quiera que sean.
Mei
Ling asintió con patente preocupación, tras eso ambos intentaron reconducir la
conversación por otros derroteros más agradables. Zhao le pidió nuevas sobre
algunos de sus antiguos compañeros de la SSP-2, ella le contó cuanto pudo. Su
primo correspondió en un plano más familiar, desvelando que estaba comprometido
a su vez, con una chica de la capital. Y en este caso, era un compromiso por
amor. Así pues él sentenció.
-Por eso cada día te comprendo más,
prima. No renunciaría a Fen Hai ni por todo el oro del mundo. De igual manera,
intenta mantener al amor de tu vida a tu lado, y sobre todo, protégela y sácala
de aquí cuanto antes.
-Así lo haré, volveremos a Nature. -
Convino ella.-
Y
tras un par de días con su primo, quién llegó a presentarle a esa prometida
suya, algo más bajita que ella misma, y de pelo negro liso, en forma de media
melena, Mei Ling retornó a América. Luego llegó ese día en el que su novia
quiso enfrentarse a esos individuos, quienes según ella eran los responsables
de todo. En un programa de entrevistas de prime time, ante dos grandes
periodistas como Tania Spencer y Katherine O´ Brian.
-Menos mal que nos fuimos casi de
inmediato. Sonia sacrificó su carrera en el cine, aunque por fortuna solamente
ha sido eso.- Suspiraba la oriental.-
-Bueno.- Dijo entonces su novia
sacándola de esos recuerdos.- Vamos a llegar en unas horas, será mejor que
durmamos algo.
Su
pareja asintió, y es que no tenían ganas de otra cosa. En un camarote reservado
pudieron hacerlo. Sonia se durmió abrazada a su novia y rememorando lo que hizo
tras esas inquietantes revelaciones de Rafa. No tardó en contactar con esa
chica, aquella pelirroja que recordaba de Nature, la entonces aspirante a
periodista. Al parecer, tras algunos reportajes, sobre todo el que hizo sobre
ese guerrero dorado que salvó una parte del país de una catástrofe, esa
muchacha se había hecho popular. De la mano de su mentora, la famosa Kathy O´
Brian, su carrera estaba despegando. Y en cuanto la telefoneó, Tania, que así
se llamaba, estuvo encantada de quedar. Se reunieron en el hotel de la modelo.
Así, en la tranquilidad de la suite que la española ocupaba, ésta quiso poner
al corriente a la periodista de todo. Aunque Tania quedó tan perpleja tras
escuchar la historia que apenas si pudo preguntar.
-¿Una especie de organización secreta?
¿Y dice usted que tienen tanta información?
-Así es.- Asintió ella.- Yo quiero
desenmascararles. Que todo el mundo sepa que nos controlan y que planean algo
siniestro.
-Con todos los respetos.- Dijo la joven
reportera con prevención.- ¿Qué pruebas tiene de eso?
-Tutéame, por favor.- Le pidió Sonia.
-De acuerdo. Bueno, ¿Qué evidencias
tienes? Porque eso es ir demasiado lejos, hasta para mí, e incluso para Kat. –
Insistió la joven reportera colocándose un mechón de su pelirroja melena.-
-¿Es que no me crees?.- Quiso saber la
modelo que se molestó un poco.-
-Claro que te creo.- Contestó la chica,
afirmando.- Después de las cosas que he visto últimamente. Pero si Kat me ha
enseñado algo en los últimos años ha sido a no publicar nada hasta tener
pruebas que lo respalden, o al menos indicios. Además, es una medida básica
para cualquier periodista. ¿Lo entiendes, verdad? Debemos contrastar las
noticias que damos.
-Sí claro.- Repuso Sonia sonando todavía
algo molesta.- Hay que cubrirse las espaldas bien, por si acaso.
Tania
la miró preocupada, e incluso posando una mano sobre las de la modelo, agregó
con énfasis.
-Sabes que, si revelas todo eso,
independientemente de tener pruebas o no y de lo que esos tipos puedan hacerte,
estarías destruyendo tu carrera. ¿Verdad?. Por desgracia, la gente de la Tierra
está cada vez más influenciada por esa ola de neo puritanismo religioso. No
iban a tolerar…
-Ya no me importa mi carrera. Y me
importa un bledo lo que piensen de mí.- Suspiró Sonia cortando a su
interlocutora.- Lo único que quiero es que se le haga justicia a Ben. Es más,
después de esa rueda de prensa me marcharé de aquí. Quiero volver a Nature con
mi pareja.
-Como quieras.- Asintió Tania, añadiendo
en un intento por sonar más animada.- Llamaré a Kat, ella podría entrevistarte
en su programa. Es una luchadora que siempre quiere contar la verdad.
-He oído cosas sobre ella.- Admitió
Sonia, eso sí, matizando con prevención.- Y algunas no son muy buenas.
Se
refería a esos rumores sobre la desordenada vida amorosa de la periodista.
Otros, que incluso especulaban con su adicción a las drogas. Sin embargo, ella
misma se censuró al musitar.
-Soy una estúpida, estoy haciendo
precisamente lo mismo de lo que me quejo. Prejuzgar a una persona.
-Te aseguro que Kathy O´ Brian es
íntegra y decente.- Aseveró Tania, añadiendo.- Es prima además de Kerria
Malden, la abogada. Y a veces cantan juntas como…
-¡Las Ky-Kat! - Sonrió Sonia esta vez,
al interrumpir a su contertulia.- Sí, me gustan mucho sus canciones. Eso fue “culpa”
de Steph.
Recordaba
a la joven Stephanie, a esa niña que conoció en la tienda, quien finalmente
había hecho realidad su sueño de llegar a ser una modelo muy cotizada. Era
buena persona, aunque bastante religiosa. De todos modos, cuando coincidieron
en la pasarela y el backstage, esa muchacha solía poner música en tanto
descansaban. Y los temas de las Justices o del dúo que posteriormente formaron
Katherine O´ Brian y Kerria Malden, eran frecuentes en su discografía.
-Es una buena chica.- Valoró la actriz.-
A buen seguro que la casa Deveraux tendrá una muy buena sucesora mía y de
Mirna. Ella, Keisha y Debra, son el futuro.
-Entonces arreglado. Hablaré lo antes
posible con Kathy.- Convino Tania.-
Y
en eso quedaron, a los pocos días todo se pudo preparar. Katherine O´ Brian
aceptó queriendo saber más de ese asunto. Incluso se tomó un gran interés que
parecía ir mucho más allá de lo profesional. Así, y tras invitar a la modelo a
su programa de reportajes, anunció ya en el plató en donde se hacía el
programa, tras emitir un documental que ella misma había investigado ayudada
por Tania, sobre el mundo de la fama y sus inconvenientes.
-Damas y caballeros. Tras lo que han
visto en este vídeo, tengo el gran placer de contar aquí esta noche con la
presencia de mi amiga y colega, Tania Spencer, y con la actriz y modelo Sonia
Calderón, que quiere contarnos algunas cosas de primera mano sobre su amigo y
compañero de reparto, el actor recientemente fallecido, Ben Crew.
Algunos
murmullos se pudieron escuchar entre el público. Sonia aguardaba nerviosa,
sentada en un cómodo sillón, junto a Tania. Ambas se colocaban enfrentándose a
la posición de la presentadora. Al fin, Kathy las saludó y comenzó dirigiéndose
a su amiga.
-Bueno Tania. Sé que curiosamente
hicimos este reportaje algunos meses antes de la trágica desaparición de Ben
Crew, pero ahora, debido precisamente a ello, vuelve a estar de actualidad.
-Sí, así es,- Afirmó su contertulia,
añadiendo con tintes llenos de interés.- Y seguro que la señorita Calderón
podrá arrojar algo de luz sobre todo esto.
Las
dos reporteras se fijaron entonces en la modelo, ésta asintió tratando de
mantenerse calmada y digna a pesar de los nervios que tenía. Más cuando Kathy
le preguntó.
-Señorita Calderón, es un placer. Usted
contactó con nosotras porque tiene algo importante que decirle al mundo. ¿No es
así?.
-Sí, así es.- Convino la chica con tono
pausado y suave, teñido de tristeza.- Quería decirle a todo el mundo que Ben
Crew, además de ser un gran actor, era un magnífico ser humano. Le recuerdo
como alguien amable, generoso y dedicado. Una persona que amaba su profesión y
estaba muy implicado con los que sufrían. Siempre tenía una palabra de aliento
o iba a animar a quien lo necesitara. Sobre todo a los niños.- Pudo decir
comenzando a sentirse afectada por la emoción.-
-Eso es cierto, se dedicó a hacer muchas
obras benéficas.- Asintió Katherine, admitiendo.- Coincidí con él en alguna ocasión.
Corroboro sus palabras. Entonces.- Pudo agregar con un tono más envarado.-
¿Quería usted arrojar algo de luz sobre su muerte, verdad?
-Sí.- Asintió ella, entrelazando los
dedos de sus manos en tanto miraba hacia su propio regazo, para enseguida
levantar la vista y afirmar con recobrada convicción.- Se suicidó, y todo
porque unos fanáticos intolerantes le empujaron a ello.
Hubo
un creciente murmullo e incluso se levantaron voces entre airadas y
escandalizadas. Algunos asistentes tuvieron que ser invitados a marcharse, dado
que estaban insultando al fallecido artista.
-No toleraré faltas de respeto contra
nadie, y mucho menos contra alguien que ya no puede defenderse.- Intervino
Kathy que no se arredró a la hora de dirigirse a algunos de aquellos
agitadores, más al ordenar.- Seguridad, por favor…acompañen a esas personas a
la salida.
Otra
parte del público no obstante aplaudió ese gesto. La situación estaba candente.
Mucha gente desaprobaba ese tipo de relaciones y, aunque no prorrumpió en
insultos, sí que silbó. Al fin, tras unos momentos de silencio por parte de las
reporteras, las cosas se calmaron. Sonia
pudo proseguir.
-Hay una secta que está tratando de
envenenarnos a todos contra una parte de la población a la que critican y
persiguen solo por amar a alguien de su mismo sexo. Ben estaba enamorado de
otro hombre, sí. Pude verles juntos y eran muy felices, ambos eran dos
estupendas personas. Siempre generosas y amables. Y por culpa de esos
individuos que actúan cobardemente en las sombras, hemos sufrido esta tragedia.
-¿Qué secta es esa?- Quiso saber Tania.-
-Los seguidores de las nuevas
religiones.- Denunció Sonia.-
Eso
provocó más silbidos por una parte que fueron contrarrestados por aplausos de
otra. Ahora no hizo falta desalojar a parte del público, algunos espectadores
se levantaron indignados yéndose de allí. Aunque casi todos se quedaron
atónitos al escuchar las siguientes palabras de la modelo.
-Pero ellos no son lo peor y no están
solos. Unos individuos que se hacen llamar los seguidores de la Luna Negra les
apoyan. Y quizás estos sean todavía más peligrosos. Odian a los soberanos de la
Tierra y a todo lo bueno que estos han hecho.
-¡Estás acabada, loca!- Gritó alguien
desde las gradas.-
Enseguida
Katherine miró hacia allí con indignación, exclamando.
-Dé la cara si se atreve, ¡cobarde!
Nadie
respondió. De hecho, volvió a hacerse el silencio en el estudio. La
presentadora se volvió entonces hacia Sonia para añadir con tono más
entristecido.
-Debo pedirle disculpas, señorita
Calderón. Es muy embarazoso para mí que se le falte así al respeto a uno de mis
invitados.
-Usted no tiene ninguna culpa.- Sonrió
la interpelada.- Es más, le agradezco mucho que me haya dado la oportunidad de
hablar. Y voy a responder a esa especie de amenaza anónima.- Añadió con
renovada convicción, para sentenciar.-
¿Cree que estoy acabada? Puede que mi carrera como actriz o modelo lo
esté. Pero eso ya no me importa. Hay cosas mucho más valiosas en la vida, como
la amistad y el amor. Por mi parte voy a disfrutar de ambas. Y sobre todo de la
última. Quiero regresar a Nature con mi pareja, ¡mi verdadera pareja! - Recalcó
para desvelar con dignidad y tono hasta reivindicativo.- Y el amor de mi vida
es una mujer. Una de la que he debido estar separada mucho tiempo más del que
hubiera deseado. Pero ahora, ella y yo volveremos juntas y espero que podamos
formar una familia.
Algunas
personas aplaudieron, otras arreciaron en sus silbidos. Tania se levantó
abrazando a Sonia que derramó algunas lágrimas, entre emocionada y aliviada de
haber sido al fin capaz de confesar aquello. Fue la propia Kathy, una vez se
calmó esa atmósfera de murmullos, quien declaró.
-Recuerdo que a mi prima Kerria le pasó
algo similar, cuando hace años se decidió a dar el paso de salir del armario en
el programa de Al Mats. Le deseo todo lo mejor a usted y a su pareja, señorita
Calderón.- Sonrió la reportera.- Ha demostrado ser muy osada. Más incluso que
en la pantalla.
-En la pantalla debo seguir lo que me
marca un guion, pero en mi vida personal no deseo hacer eso.- Replicó valientemente
Sonia.-
Y
se acordaba de esas palabras suyas y el final de la entrevista. Al fin, cuando
todo acabó, ya a solas en el camerino, ambas reporteras charlaron un poco más
con ella.
-¿Sabes que esto va a ser muy duro,
verdad?- La previno Katherine.- Sé de primera mano cómo las gasta ese tipo de
gente.
-Lo sé. Pero no podía callar por más
tiempo.- Suspiró Sonia.-
-Eres muy valiente, siempre te he
admirado y ahora lo haré incluso más.- Aseveró Tania.
Fue
Kathy quien, tras un momento de silencio, comentó.
-Mi hermano Mazoui conoce a muchas
personas en el ejército, de hecho él es un ex militar y recibe informaciones.
No puede revelarme muchas de ellas pero sí me ha dicho lo bastante como para
que me crea sin dudar todo lo que has contado. Por eso, te ruego que tengas
muchísimo cuidado. Hay poderes e intereses muy oscuros tras todo esto.
La
reportera estaba ahora sudando y parecía respirar con cierta dificultad. Sonia
enseguida se interesó por su estado.
-¿Te encuentras bien?
-Sí, gracias.- Repuso Kathy.- Es que
estoy algo cansada. Si me disculpáis. Ha sido un honor conocerte. Te deseo lo
mejor para ti y tu pareja. Y a ti Tania, ya te veré. Cuídate.
-Gracias Kat, lo mismo digo.- Sonrió la
joven aludida.-
Y
la famosa presentadora y periodista las dejó a ambas tras despedirse. Tania
entonces le comentó a la modelo.
-Conozco bien a Katherine, si te dice
eso es que la cosa es muy seria. Ella no suele echarse para atrás casi ante
nada. Por favor, se prudente.
-Lo procuraré.- Sonrió una agradecida
Sonia.- Muchas gracias, a las dos.
Y
después de unos pocos minutos más de conversación con Tania, se marchó al fin.
Tras reunirse con Mei Ling ambas prepararon su vuelta a casa. La modelo
solicitó el traslado a Nature a la central de modas Deveraux. Su jefa Esmeralda
no tardó en contactar con ella, enviándole un mensaje grabado. Al igual que la
señorita O ´Brian daba la impresión de estar preocupada. Al menos eso creyó la
española cuando vio su rostro a través de la pantalla de la video conferencia.
-Hola Sonia, en respuesta a tu petición
no hay ningún problema. Como ya sabrás a estas alturas, Brenda Walsh regresó a
la Tierra a seguir un tratamiento para recobrar la salud. Bai Cheng quedó al
cargo de la sede de allí, a la espera de poder venir a desfilar a la central de
París. De eso hace más de un año ya. Si lo deseas tú la sustituirás como mi
representante en Nature. Confío plenamente en ti. También te pido que tengas prudencia.
Estoy en Bios ahora pero pude seguir tu entrevista. Tengo motivos para creer
que esos individuos a los que denunciaste son realmente muy peligrosos. Por
ello te ruego que observes todo tipo de precauciones. Ten cuidado y prepárate
porque, a buen seguro irán por ti, sino de un modo físico, sí a
desprestigiarte. Pero en lo que a mí respecta cuentas con todo mi apoyo. Un
saludo, niña.
-Gracias, Madame Deveraux. Muchas
gracias por creer en mí. - Musitó la chica entre inquieta y emocionada al
escuchar aquello.-
Y
ahora ya estaba llegando a Nature al fin. Tras toda esa odisea, solamente
esperaba aterrizar en el planeta y poder vivir una vida lo más feliz y
tranquila posible con su pareja.
-Sí, en cuanto lleguemos se lo
propondré.- Pensaba la española.-
En
la Tierra, otra modelo, lejos de tener problemas de imagen, incrementaba cada
vez más su popularidad. Se trataba de Stephanie Kensington. La joven era portada de las más prestigiosas
revistas y protagonizaba desfiles de las colecciones Deveraux en las grandes
sedes de la moda. Atareadísima como estaba, no obstante echaba muchísimo de
menos a su familia de Nature.
-¡Que ganas tengo de tomarme unas
vacaciones allí para ver a papá , mamá, By, Dap y Martin, y por supuesto a mi
sobrino David.- Pensaba recordándoles con cariño y nostalgia, sin olvidarse
tampoco de. - Y a Trent, claro.
Y
es que la vida le estaba enseñando mucho a Steph, lejos de ser ya esa adolescente
con alguna inseguridad y prejuicios vanos, la joven modelo se había convertido
en una hermosísima mujer, alta, rubia, de profundos ojos verdes, con una sonrisa puesta siempre
para sus fans. Sobre todo para aquellas niñas que ansiaban ser como ella y a
las que alentaba a conseguirlo. Además, los últimos acontecimientos, tras la
entrevista que Sonia concedió en el programa de Kathy O´ Brian, la habían
impresionado mucho.
-¡Pobre Sonia! - Se decía en un momento
de descanso en el backstage.- Lo ha debido de pasar muy mal. Como le ocurrió a
Dap.
De
hecho, aún se sentía culpable por como prejuzgó, no a su hermana, de quién
desconoció aquella faceta hasta sufrir aquel “ accidente,” sino a las personas
que compartían sus inclinaciones. De todas formas Daphne se casó finalmente con
Martin. Puede que de veras le amase o que sencillamente, cuando Sabra la dejó,
su hermana mayor buscara refugio en los brazos de aquel muchacho. A veces
Stephanie no sabía exactamente con cuál de las dos hipótesis quedarse. Por lo
que ella observaba cuando estaba junto con Dap y el marido de ésta, la pareja
estaba muy bien avenida, y desde luego que adoraban al hijo que tenían en
común. Sin embargo a veces la modelo juraría que, mirando con atención a los
ojos de su hermana mayor, podía ver tristeza en ellos. O por lo menos el anhelo
de algo que había perdido.
-Supongo que será cosa de mi
imaginación. Dap nunca me ha dicho que se sienta infeliz.- Pensó, aunque
enseguida se dijo consternada.- Claro, tampoco lo decía cuando atravesó aquel
infierno, teniendo que fingir delante de todos. Sobre todo, delante de mí.
Y
al hilo de esa reflexión, lo que sí hizo Stephanie en cuanto pudo fue tratar de
ir enmendando sus errores. Al principio le costó pero gracias a la ayuda de la
mismísima Madame Deveraux logró contactar con alguien a quién pensaba que debía
una sincera disculpa. Lo primero que hizo fue llamar a su trabajo a informarse.
Para su sorpresa, de allí le facilitaron el número de esa persona y ésta, una
vez contactó con ella, la invitó a ir visitar su casa. De modo que, con un
atuendo elegante aunque formal, de vestido rojo y zapatos de tacón a juego,
Steph se presentó en las señas. Era un barrio residencial de muy alto nivel en
las afueras de Nueva York. Después de serle abierta una verja que daba paso a
un gran jardín, llamó a la puerta y, tras unos instantes, un chico de
aproximadamente catorce años abrió. Debía ser tan alto como ella o quizás algo
más, aunque Steph le sobrepasaba por poco debido a sus tacones. Eso sí, la cara
del muchacho era una mezcla de asombro y reverencia. Debía de estar alucinando
puesto que ni pronunció palabra.
-Hola. Buenas tardes. Soy Stephanie
Kensington. Espero no molestar, ni haberme equivocado de dirección.- Se
presentó afablemente ella, para sonreír y agregar.- Estaba buscando la
residencia Malden.
-Sí, aquí es..- Pudo musitar el chico
sin dejar de observarla.-
Aunque
ni se movía, pareciendo petrificado. Steph le obsequió con otra sonrisa más
animosa aun. Era consciente de que provocaba ese efecto en muchos hombres y no
digamos en los muchachos adolescentes. Menos mal que una voz femenina de mujer
adulta sonó aproximándose hacia ellos.
-Brian hijo ¿quién es?...
-No sé. Bueno sí lo sé… es que...-
Apenas pudo balbucear el jovencito que estaba realmente colorado.-
Al
fin, la propietaria de esa voz llegó ante la puerta, era tan alta como
Stephanie, mayor desde luego, posiblemente en la media treintena, muy guapa, de
cabello castaño claro recogido en una informal trenza y con unos grandes ojos
verdes que observaron a la recién llegada con interés. Vestía un simple pantalón vaquero y unas
zapatillas deportivas, con una camiseta que llevaba inscrito el nombre de los
New York Knicks. Stephanie sonrió algo nerviosa ahora y tras unos instantes de
silencio, esa mujer reprendió cariñosamente al chico.
-Hijo. ¿Cómo tienes a esta señorita en
la puerta sin haberla invitado a pasar?
-Yo, lo siento.- Se disculpó el azorado
muchacho.-
-Anda, ve a buscar algo de beber para
nuestra invitada. -Le indicó su risueña madre.-
El chaval salió a
toda prisa a cumplir con ese requerimiento. Curiosamente sin preguntar qué debía traer, lo que arrancó una
sonrisa de ambas mujeres. Entre tanto y haciendo un ademán a la modelo, la dueña
de la casa agregó.
- Pasa por favor. ¿Qué deseas tomar?
-No, nada, muchas gracias.- Repuso
educadamente Steph en tanto seguía a su anfitriona al interior.-
Entraron
en un salón espacioso y decorado con muy buen gusto, Un amplio sofá que daba la
sensación de ser muy cómodo se enfrentaba a unos muebles de roble elegantemente
labrados. En frente también había una holo tele de apreciables proporciones y
en los lados unos sillones de cuero.
-Disculpa que te hiciera venir aquí,
pero estoy con mi hijo Brian. Tuve que ir a recogerle de la escuela, mi esposa
está de viaje por motivos de trabajo.- Se excusó la mujer.-
-No se preocupe.- Repuso Steph tras
sentarse en el sofá.-
-Bien, tú dirás.- Sonrió su anfitriona
en tanto le recordaba.- Por lo que me contaste por teléfono, tenías mucho interés
en verme. Y Esmeralda me habló muy bien de ti. Me dijo que necesitabas charlar
conmigo de algo importante. ¿Quizás es que quieres que te represente en algún
caso?
Ahora
fue Stephanie quién parecía no saber qué replicar. Al parecer su contertulia no
se acordaba de ella. Era normal, entonces Steph era apenas una cría. Se sentía
tan nerviosa e insegura ante aquella mujer como ese muchacho había estado
frente a ella misma. Al fin, y tratando de romper el hielo, sonrió levemente
para querer saber, como si desease asegurarse pese a la evidencia.
-¿Ese chico es hijo suyo?
-Sí,- asintió su interlocutora,
agregando de un modo más informal.- Pero no me trates de usted. Me llamo
Kerria.
-Lo sé.- Se apresuró a replicar la azorada Stephanie, creyendo
desvelarle.- Nos conocimos hace años. Usted defendía a la ex novia de mi
hermana Daphne.
-Sí, te recuerdo.- Asintió su
interlocutora con tono neutro.-
Aquello
hizo enrojecer más si cabía a la modelo que apenas fue capaz de contestar
mirando hacia sus propias manos entrelazadas a la altura de su regazo. Al fin,
armándose de coraje, declaró con voz queda.
-No sé cómo empezar. Verás, quisiera
pedirte perdón por las cosas tan horribles que te dije entonces.
-Eso pasó hace mucho tiempo, eras solamente
una niña.- Sonrió conciliatoriamente Kerria, calculando.- Deberías tener la
misma edad que mi hijo ahora.
-Fui muy injusta, tanto contigo como con
mi hermana.- Se lamentó Steph.- Luego, comprendí que las cosas no son tan
fáciles. Ni tan claras como creía que eran. Lo siento, era lo que venía a
decirte. Perdón por hacerte perder el tiempo…
-No me has hecho perder el tiempo en
absoluto.- Sonrió más ampliamente Kerria.- Todo lo contrario. Me alegra mucho
volver a verte y comprobar que ahora eres toda una mujer. Espero que tu hermana
este bien.- Añadió ahora decayendo un poco en ese tono tan jovial que había
exhibido.-
-Sí, está muy bien, se casó con su novio
y tienen un hijo.- Le contó Steph.- Siguen de maestros en el colegio en donde
trabajaban.
-Ya veo.- Musitó Kerria quién, mirando a
la joven ahora de un modo más serio, le reveló.- Mira, no sé si querrás oír
esto. Ocurrió durante el juicio y ya entonces pude comprender por qué tu
hermana actuó como lo hizo. Sin embargo, eso no cambia el hecho de que mintió
cuando estaba declarando como testigo.
-¿Mi hermana?- Repitió la estupefacta Stephanie.-
-Cuando declaró todo aquello contra
Sabra.- Le recordó su contertulia.-
Y
la joven modelo bajó al cabeza una vez más, asintiendo despacio.
-Sé a lo que te refieres. Y también tuve
culpa de eso. Ella lo hizo para proteger a nuestra familia. Debía darle pánico
que yo la odiase. Y aquello todavía me hace sentir muy mal. Perdona a Daphne, ¡por
favor! Hace tiempo que me contó que ella lo arregló todo con Sabra y que se
separaron como amigas. Es más, su propia ex novia la animó a casarse con
Martin. Esa mujer era buena persona, incluso me ayudó a mí. Lamento mucho haber
sido tan injusta con ella también.
Kerria
la miró con genuina sorpresa. Había esperado que seguramente esa chica pudiera
molestarse o defender a su hermana negando aquello. De modo que comentó.
-De veras. ¿Qué ha pasado para hacerte
cambiar tanto?. No me interpretes mal, me alegro de ello, solo es simple
curiosidad.
-Quizás me tomes por loca.- Sonrió
Stephanie.- Es que…
La
modelo iba a contarle todo lo vivido, al menos lo que podía recordar, cuando en
el hospital, fingiéndose dormida, escuchó a Sabra hablar de su relación con
Daphne y renunciar a ella. Aunque en ese instante, el tímido chaval hizo acto
de presencia. Llevaba una bandeja con bebidas y toda clase de aperitivos.
-¡Vaya, hijo!- Sonrió divertida su madre
al verle aparecer así.- Realmente te has superado.
-Es por si a Steph, bueno, a la señorita
Kensington, le apetece tomar algo.- Balbució el pobre muchacho con visible
rubor.-
-Para ti siempre Steph.- Sonrió ella mirándole
con ternura.- Muchas gracias, aunque ahora no me apetece tomar nada de comer.
Quizás sí que acepte la bebida.
El
colorado chico dejó la bandeja que portaba sobre una cercana mesita. La modelo
le miró con amabilidad afirmando con total naturalidad.
-Te pareces mucho a tu madre, eres un
chico muy guapo.
La
cara del aludido enrojeció más todavía. Apena fue capaz de responder.
-Gracias. Bueno, me voy a estudiar…
Y
salió de allí casi caminando como si le hubieran almidonado los pantalones
cortos que llevaba. Su madre no pudo evitar reír, mirando a su vez a la
invitada para sentenciar.
-¡Pobre Brian! Eres una de las chicas
más guapas del mundo. Él te tiene en un pedestal. Después de lo que le has
dicho no sé si podrá dormir en varios días. ¡Ja, ja!…
-Lo siento, no quise que el pobre chico
se violentara. Y es verdad, ¡es muy guapo! - Se rio a su vez Stephanie,
asegurando.- En unos pocos años romperá muchos corazones. Estoy segura.
-Ahora está en una edad un poco
difícil.- Suspiró Kerria.- Pero la vida es así. Todos hemos pasado por eso. Mi
esposa y yo le adoramos. Para nosotras es lo más importante de este mundo y
solo deseamos que se convierta en un hombre bueno y que sea feliz.
La
modelo escuchó atentamente a su anfitriona y como ésta le narró alguna de su
peripecias. A su vez contestó y, retomando el tema anterior, puso a su contertulia
al corriente de lo que recordaba.
-Entonces, con todo lo que has vivido
seguro que podrás comprenderme. Hay cosas que apenas recuerdo, otras que quizás
solo sean una pesadilla o alucinaciones. El caso es que me he dado cuenta de que
las personas tienen vidas muy complicadas a veces. Y no creo poder juzgar a
nadie simplemente por ver de quién se enamora.
Y
mirando con curiosidad a esa jovencita, Kerria inquirió.
-¿Y no se han vuelto a ver? Quiero decir
Sabra y tu hermana.
-No, que yo sepa.- Repuso Stephanie,
relatando.- Dap está muy volcada en su trabajo y en David, su hijo. Y es feliz
con Martin. Al menos eso aparenta.- Matizó enseguida.-
-Ya.- Suspiró su interlocutora.-
Estaba
claro que ni tan siquiera la joven modelo parecía estar segura de eso. Sin
embargo, Kerria no le dio la impresión de ser de la clase de personas que se
metiera en vidas ajenas. Bastante tendría ya con la suya propia y la de su
familia. Al fin, la propia Steph añadió, destapando otro tema enojoso para
ella.
-También quería agradecerte que metieras
a esa criminal entre rejas.- Declaró con tono más serio.-
-¿Te refieres a Marla Sorel?- Preguntó
la abogada.-
Su
interlocutora asintió. La propia Kerria admitió, todavía con tono lleno de
indignación.
-Esa mujer era un monstruo. Cuando a mi
bufete le sugirieron defenderla y mi jefe me lo propuso me negué de forma rotunda. Pero luego, por el
contrario, tuve la posibilidad de ejercitar la acusación. Un grupo de afectados
por esa mujer me lo ofrecieron. Ella
pese a todo logró un buen abogado, pero con todas las pruebas que teníamos el
caso fue sencillo. Debo confesar que no me recaté en hundirla cuanto pude. Y
que hasta disfruté de ello.
Kerria
se acordaba bien de aquella especie de entrevista que mantuvo con ese monstruo.
Aunque dejó al margen esos recuerdos
cuando Steph le comentó.
-Pero, lo que no entendí fue ese
veredicto tan extraño. El ostra…, no recuerdo.
-Sí, el ostracismo.- Completó Kerria,
explicando.- Es una figura legal nueva que se creó para crímenes especialmente
graves de lesa humanidad. Se la halló culpable de poner en peligro gravemente
las vidas de muchos ciudadanos. Además de conspirar contra la raza humana tras
lo sucedido en Nature. Ese castigo fue sugerido por los mismísimos soberanos
años antes y aprobado por las Naciones Unidas. No consiste en ejecutar a nadie,
sino en apartarle del resto de la sociedad si el reo así lo desea. Marla eligió
esa vía y fue confinada a una prisión remota. Desde luego hasta a mí misma me
espantó la manera que tenía de reírse o de gritar cuando escuchó la sentencia.
Solo chillaba que no iba a envejecer allí.
-Es una demente.- Dictaminó Stephanie
con una mezcla de miedo y desprecio.- Ya te he contado que, de lo poco que recuerdo, quiso
atropellarnos a mi novio y a mí.
Kerria
asintió con expresión de pesar y solidaridad, declarando a su vez.
-Olvídala, no merece la pena que pierdas
ni un instante más de tu vida con su recuerdo.
-Te agradezco muchísimo todo lo que has
hecho.- Sonrió Steph.- Repito que fui muy injusta contigo y quisiera hacer algo
para compensarte.¡ Lo que sea!
-Ya lo has hecho, querida.- Sonrió
Kerria con aprobación, declarando.- Significa mucho para mí que hayas venido y
que hayamos tenido esta conversación.
La
abogada miró entonces hacia la puerta de entrada al salón. Su hijo se paseaba
por allí cerca sin atreverse a entrar. El pobre estaba realmente azorado. Kerria
podía comprenderle bien, Stephanie era una mujer preciosa y realmente seductora.
Y unía a eso simpatía y amabilidad. ¡Cuánto se alegraba de que esa chiquilla
que estaba consumida por el odio y el prejuicio, hubiese dado tal cambio! De
hecho, cuando Esmeralda la llamó para ponerla en antecedentes habló en efecto
muy bien de ella.
-Confié en su palabra, si la suegra de
mi hermano dijo eso de Steph, había que darle una oportunidad. Y como siempre,
Esmeralda no se equivocaba. Sabe muy bien cómo son sus modelos.- Pensó la
abogada y entonces discurrió algo y le dijo a su invitada.- Mira, bien pensado,
sí hay una cosa que podrías hacer, aunque no exactamente por mí. Y te aseguro
que estaríamos en paz.
-Lo que quieras.- Afirmó Stephanie.-
Kerria
se aproximó a ella y le susurró algo al oído. La modelo sonrió con ternura y no
tardó en afirmar.
-Será un verdadero placer…
Al
poco la modelo se levantó y con un tono de voz deliberadamente alto, dijo.
-Bueno, muchas gracias por todo. Debo
irme ya. Pero antes quisiera despedirme de Brian.
-Claro.- Comentó la divertida Kerria,
hablando a su vez a un volumen más alto del necesario.-
Como
ambas imaginaban el chico estaba por allí, y se acercó tímidamente para
preguntar no sin pesar a la invitada.
-¿Ya te tienes que ir?
-Sí, por desgracia tengo la agenda
completa.- Comentó Stephanie con resignación, aunque enseguida se rehízo
sonriente para añadir.- Pero antes de irme me gustaría pedirte un favor. Bueno,
si es que no te molesta.
-¿Molestarme? No sé, ¿De qué se trata?-
Quiso saber él.-
-Tu madre y tú sois realmente
estupendos, me gustaría tener un recuerdo y tomarme unas Holo fotos con
vosotros. Que me hagas una con tu madre y que ella me haga otra contigo.- Le
pidió la risueña Steph.-
El
pobre Brian estaba casi en una nube, sonrió sin poderlo evitar y con evidente
entusiasmo asintió, apresurándose a sentenciar.
-Claro, eso está hecho, voy por la holo
cámara que me regalaron los abuelos.
Y
corrió realmente rápido a su habitación. Las dos mujeres se miraron y rieron.
Steph comentó ahora en voz baja.
-Es un chico maravilloso. Y tú debes ser
muy buena madre.
-Gracias, pero el mérito no es solamente
mío. Es trabajo compartido, entre mi esposa Samantha y mis padres.- Repuso
modestamente Kerria.-
Y
vieron como el jovencito volvió como una exhalación. Primero quiso hacer una
foto a su madre con aquella guapa modelo, no sin que Kerria le pidiera antes.
-Un momento Brian, me tengo que retocar
un poco. Al lado de Stephanie voy a parecer una vieja pordiosera.
-Mamá, eres casi tan guapa como ella.-
Afirmó el chico.-
-¿Casi?- Exclamó Kerria con fingida indignación.-
Brian
miró para otro lado, el pobre no sabía dónde meterse, ambas mujeres rieron. Fue
la modelo quien sentenció con genuina admiración.
-Tu madre es mucho más hermosa que yo.
En todos los aspectos.
Entonces
Kerria se disculpó por unos momentos para ir a su cuarto a adecentarse. Durante
unos segundos Brian miró a su admirada modelo con rubor, sin atreverse a hablar.
Sin embargo, fue ella quien rompió el hielo confesándole con tono afectuoso y
evocador.
-¿Sabes una cosa? He admirado a tu madre
desde que era una niña. De siempre, mi gran deseo fue parecerme a ella.
-Pues lo has conseguido.- Repuso el
chaval mirándola con admiración.-
No
obstante, la joven modelo movió la cabeza para sonreír débilmente ahora y
afirmar con modestia.
-¡Qué más quisiera yo! Me queda todavía
mucho para poder siquiera acercarme a la categoría que tu madre tiene. Nunca lo
olvides, Brian. ¡Es una mujer única! Ha hecho y hace muchas cosas buenas por la
gente. Yo, en cambio, sólo salgo en fotografías y desfilo por una pasarela.
-Pero, eres una de las mejores modelos
del mundo.- Argumentó el sorprendido chico.- Y haces obras benéficas.
-Hago lo que puedo por ayudar a otros,
puesto que la fama y la belleza son efímeras.- Sentenció Steph.- Me he ido
dando cuenta de eso. Pero las buenas acciones y las convicciones permanecen. No
lo olvides…
Brian
no pudo responder a eso, tampoco sabía que decir. Steph desde luego era
más que una cara o un cuerpo bonito. No
podía dejar de mirarla eso sí, y se percató de que la chica lucía un colgante
con una pequeña cruz. Él mismo se miró la que llevaba desde muy pequeño.
-Tienes una igual que la mía.- Sonrió
entonces algo apurado, mostrándosela a su invitada.-
-Es verdad.- Asintió ella, afirmando sin
pudor.- Soy cristiana católica, como mi familia soy practicante, y mi propio
hermano mayor es sacerdote.
-Mi madre Ky también lo es.- Comentó el
chico.- Quiero decir, católica. Como mi abuelo.
-¿Madre Ky?- Se sorprendió Stephanie.-
-Bueno, la llamo así desde pequeño. Es
su apodo de familia, cuando era niña. Mi tío Leval también la llamaba así. Mi madre,
Kerria.- Matizó el chico que parecía algo avergonzado ahora.- Yo las distingo
diciendo su nombre…
-Claro.- Sonrió Steph.- Y aparte de lo
gran persona que es, canta de maravilla. De niña tenía todos sus discos , luego…
digamos que los perdí por culpa de mi inmadurez. Pero ahora volví a comprarlos de nuevo en versión holográfica.
Incluso los llevo en mi teléfono.- Añadió sacando de su bolso el aparato para
activarlo en tanto remachaba.- Estaba escuchando uno de ellos. Ésta canción por
ejemplo, para mí es toda una motivación.
Y
enseguida sonó una de esas canciones que Kerria sabía interpretar tan bien,
llena de pasión y fuerza.
Puedes decir lo que quieras de mí
Desear hacerme lo que quieras
Pero no puedes pararme
Pero no puedes pararme
He sido noqueada, ésta es una ciudad loca.
Incluso voy a golpear en la cara de L.A
Y nada en el mundo podrá apartarme
De hacer lo que quiera hacer
Porque soy demasiado orgullosa, demasiado fuerte
De hacer lo que quiera hacer
Porque soy demasiado orgullosa, demasiado fuerte
Vivo por el Código de que tienes que
avanzar
Sintiendo lástima por ti mismo nadie va a
ningún sitio.
Así que mantengo mi cabeza alta
Sabiendo( sabías que sobreviviría)
Bien, lo hice, lo hice
No lo odies, no lo odies
Así es como va
Sí
No lo odies, no lo odies
Así es como va
Sí
Yo lo hice, lo logré
Estando en “mis propios dos”
Pagué mis cuotas, sí
Intentando abrazarme
Intentando abrazarme
No puedes pararme ahora
Pagué mis cuotas
Pagué mis cuotas
Así que como te dije
No puedes detenerme
No puedes detenerme
Pagué mis cuotas
Ahora todavía confío cada día
Y la gente que trata de buscar líos con
Anastacia
Van a ver otra cosa viniendo
Porque tengo una mente y creo que es mejor que lo sepas
Van a ver otra cosa viniendo
Porque tengo una mente y creo que es mejor que lo sepas
No soy una delincuente, no me puedo venir
abajo
Y me importa un bledo quién esté alrededor
Eso ha funcionado muy bien hasta ahora
Y me importa un bledo quién esté alrededor
Eso ha funcionado muy bien hasta ahora
Así que mantengo mi cabeza
alta
Así que mantengo mi cabeza alta
Así que mantengo mi cabeza alta
Sabiendo( sabías que sobreviviría)
Bien, lo hice, lo hice
No lo odies, no lo odies
Así es como va
Si, lo hice, pasé…
Oh estaré en mis propios dos
Pagué mis cuotas, si
Intentando abrazarme
No puedes detenerme ahora
Pagué mi cuota
Si, si, si…
Me costó mucho llegar hasta aquí
Pero no viviré con miedo
¿Vas a tratar de robar mi brillo?
Primero tendrán que construirte
Entonces te derribarán
Es una pelea, intenta una burbuja
Así que mantengo mi cabeza alta
Sabiendo( sabías que sobreviviría)
Bien, lo hice, lo hice
Dicho, es solo el camino
Dije que pagué mi cuota
Si, si, si
Dije que pagué mi cuota
Si, si, si
Pero no puedes pararme ahora
Pagué, pagué, pagué, mi cuota
Oh pagué mi cuota, si
Pero no puedes pararme ahora
Pagué mi cuota
Pagué mi cuota
Sí
Anastacia (Paid my dues. Credit to the artist)
Anastacia (Paid my dues. Credit to the artist)
La misma Kerria
reapareció algo más arreglada, con un vestido y retocada de maquillaje
escuchando el final de la canción. Al acabar la misma su hijo parecía algo
azorado. Fue Steph quien comentó.
-Le estaba diciendo a Brian que me
encanta esta canción, me motiva mucho. Eres una intérprete magnífica.
-Gracias, pero la canción no es mía.-
Admitió Kerria desvelándole a su contertulia.- Es una versión de una cantante a
la que admiro mucho. Muy luchadora también. En eso al menos me parezco a ella.
-Sí, eso deseo yo también.- Confesó la
modelo.- En estos años he tenido que luchar mucho por llegar hasta donde estoy,
por eso comprendo esta canción y noto que, cuando la cantas, has debido de
pasar por eso también.
-Así es.- Admitió su interlocutora.- La
canto con toda mi pasión, sé lo que esa letra significa, aunque hable de otra
ciudad y yo siga sin llegar al nivel de la artista original.- Afirmó.-
- No sé cómo sería la original, pero
para mi gusto tú eres la mejor cantante que conozco, junto con Keiko Tomoe.- La
alabó Stephanie, dirigiéndose a Brian ahora para pedir su confirmación.-
¿Verdad?
-Bueno, sí, mi madre canta muy bien.-
Comentó el interpelado sin tanto entusiasmo.-
-A mi hijo le da vergüenza oírme.- Se
sonrió Kerria confesando para mayor sonrojo del chaval.- No quiere que le cante
ni el cumpleaños feliz.
-No es para tanto mamá, cantas muy
bien.- Replicó enseguida el ruborizado chico, reafirmándose.-
Stephanie
le observó divertida, Brian era un muchacho
adorable, si fuera unos pocos años mayor desde luego que no descartaría darle
una oportunidad. Se sonrió una vez más moviendo ligeramente la cabeza por tener
tales ideas y, volviendo a lo que le había prometido a la famosa madre de ese
chico, comentó.
-Bueno, pues vamos a inmortalizar este
momento, estaré encantada de tener un recuerdo vuestro.
Entonces Brian hizo
los honores. Primero una de su madre junto a Steph, en la que ambas se pasaban
un brazo por la cintura y después otra en la que salía él, con la modelo
pegando su cabeza a la suya. Ella sonriente, él ruborizado pero feliz. Hicieron
alguna más tratando de salir todos juntos y luego ella se despidió volviendo a
la sede de su casa de modas. Así lo rememoraba Stephanie.
-Son muy buena gente. Se nota que Kerria
adora a su hijo y que él la quiere mucho también. - Pensaba ahora.- Y eso me
hace querer volver a ver a mi familia.
Y
de hecho estaba feliz, dado que la señora Deveraux le había autorizado tomarse
unos meses de descanso en el planeta donde vivía su familia. A condición eso sí,
de echar un vistazo en la sede de la firma en Nature para ayudar a la nueva
encargada. Steph no pudo estar más contenta al saber quién sería.
-¡Será un placer y un honor ayudar a mi
maestra y amiga Sonia! - Se dijo con entusiasmo.-
Y
se acordaba de la última frase que su jefa Esmeralda le dijo antes de
despedirse de ella y desearle un buen viaje a casa.
-Una cosa más.- Le encomendó la veterana
diseñadora.- Dentro de unos meses una chica muy prometedora irá a Nature a hacer unas
prácticas. Por favor, aconséjala bien. Te enviaré alguna información sobre ella
a su debido tiempo.
-Estaré encantada. No faltaría más.-
Repuso la joven que pensó.- Bueno, ya estoy deseando regresar…la fama es bonita
y hasta divertida a veces, pero llega un momento que cansa. Sonia tenía razón.
No deseo esto para el resto de mi vida…Y echo mucho de menos también a mis
seres queridos, familia y por supuesto a Trent.
Y
en Nature, ajeno a eso, aquel tipo desnudo, maniatado, de rodillas y con un
capuchón que solo le permitía dos aberturas en boca y ojos, era sometido a un
continuo maltrato. Esa voz femenina hiriente le espetaba tras pegarle con un
látigo que le hizo soltar un quejido lastimero
-¡Vamos, cerdo! ¿A qué esperas para
lamerme las botas? Siguen estando sucias.
-Perdón.- Pudo suplicar él que,
agachándose, no tardó en tomar una pierna de aquella mujer alta y de larga
melena rubia que cubría su rostro con un antifaz negro. – Como quieras…Lady
Morgana.
Esa
pierna que, a la altura de la rodilla, era enfundada ya por una larga bota de
cuero negra puntiaguda y rematada en un alto tacón. El tipo la lamió casi con
desesperación. Como recompensa recibió una patada en sus partes que le hizo
caer al suelo retorciéndose de dolor…
-¡Esto por ser tan miserable! - Le
abroncó su agresora.-
Aprovechando
que ese patético individuo regordete estaba en el suelo, aquella mujer le pisó
la cara. Su otra bota se restregaba con las partes de su víctima hasta que ésta
no pudo más, lanzando un gemido que, no obstante, parecía estar teñido de
complacencia. Al fin, esa mujer se retiró ordenándole inmisericorde.
-Mira cómo me has puesto, ¡limpia este
desorden, monigote!
El
encapuchado lamió las consecuencias de su pasión, hasta dejar aquel cuero
reluciente. Entonces la mujer sonrió, declarando ahora con un tono más amable y
suave.
-Bien, esto ha sido todo por hoy.
¿Verdad?
-Sí, sí. Gracias. - Pudo jadear aquel
tipo levantándose.- Voy a la ducha.
-Por supuesto.- Convino su
interlocutora, despidiéndose.- Yo me marcho, que tenga un buen día.
Y
ese individuo se fue del cuarto en casi penumbra en el que estaban. La joven
suspiró. Al fin había concluido con su trabajo por ese día. Tras sentarse en una
cama cercana se arrancó esa peluca rubia, frotó con ganas su negro cabello que
ahora caía como una media melena y se quitó esas botas.
-Ya me estaban matando. ¡Malditos
tacones! - Protestó con un susurro.-
Una
voz familiar se rio, saludándola. Era una mujer de cabello castaño que,
entrando en la habitación, comentó.
-¿Ya terminó el cliente, Nelly? ¿Era el
rarito?
-Sí, el de las fantasías de
sadomasoquismo.- Repuso ésta con resignada paciencia remachando casi con tono
incrédulo en tanto se quitaba el antifaz.- ¿Por qué no querrá un polvo como
todo el mundo? Me agota mucho más tener que golpearle tanto.
-Pero paga muy bien.- Opuso la otra.-
Tiene muchos créditos. Y es muy fiel. Al menos con nosotras. ¡Ja, ja!
-Pues la próxima vez Kassandra, te pones
tú éstas malditas botas y este corpiño de cuero y te ocupas de arrearle.-
Replicó Nelly no sin sonreír con ácido humor.- A ver si sigues estando tan
dispuesta…
Su
interlocutora tuvo que conceder eso no sin sonreír. Las dos esperaron hasta que
aquel tipo terminó de ducharse y se secó. Tras vestirse se marchó sin volver a dirigirse
a ellas. Una vez a solas limpiaron todo y fue la propia Nelly quién tomó una
ducha rápida tras quitarse toda aquella ropa de cuero ajustada que ya le estaba
molestando.
-¡Al fin! – Suspiró una vez desnuda y
bajo la reconfortante agua caliente.
Pensaba
ahora en lo mucho que había pasado en esos años. Tras ese terrible ataque tuvo
que huir con Kassandra. Después, calmadas las cosas tras unos días, volvieron a
casa en busca de Orix, pero el chico no apareció por allí. Solamente Edgar dio
señales. Les explicó que el crio estaba bien pero que ante el peligro vivido en
Nature le había embarcado en una nave rumbo a Bios. Por supuesto eso hundió a
Nelly, pero se dio cuenta de que quizás, había sido mejor así. Por una vez tuvo
que alabar el proceder de Edgar, velando por la seguridad de su hermano. Luego
prosiguió con esa relación ilícita con su
teórico padre y su trabajo en los bares y locales de alterne que habían
quedado en pie, hasta que pocas semanas más tarde, llegó el momento de ejecutar
su ansiada venganza…
-Hola, cariño.- Saludó Edgar aquella
tarde tras volver del trabajo.-
-Hola.- Musitó Nelly que parecía
apagada.-
-Voy a la ducha, luego te veo.- Afirmó
él.-
La
muchacha asintió, ya estaba lista. Siempre solía repetirse ese ritual. Su padre
llegaba del trabajo, se refrescaba y después ella acudía a su cama. Aunque eso
iba a terminarse ahí. Nelly y Kassandra lo habían planeado todo con frialdad y
eficacia. Una vez hizo el ultimo ingreso
de créditos en la cuenta de Edgar fue, como de costumbre, a esperarle
sumisamente en la habitación. Cuando él salió cubierto por su albornoz la chica
estaba sentada, vestida y aguardando.
-Así me gusta.- Jadeó él acariciándole
las piernas.- Vamos desnúdate. -Le ordenó.-
-Pero, no sé si esto estará bien. - Objetó
ella, confesando. -A veces pienso que mamá…
-Mi mujer no se preocuparía. A fin de
cuentas. no eres nuestra hija de verdad.- Escupió Edgar sin contemplaciones, en
tanto se quitaba el albornoz y se colocaba delante de ella.-
A
pesar del tiempo transcurrido y de lo fuerte que se había ido haciendo, a Nelly
le seguía doliendo esa afirmación. Aunque ahora le vino bien para dar mayor
verosimilitud a su actuación.
-Por favor...no quiero seguir haciendo
esto.- Le pidió la chica con lágrimas en los ojos.- Al menos no contigo. Si
quieres puedo acostarme con más hombres y darte más dinero.
-No me vengas con tonterías ahora, ¡zorra!
- Espetó su interlocutor agarrándola con violencia del pelo.- Vas a hacérmelo
como todos los días. Incluso mejor.
Y
dando un tirón del cabello de Nelly la
hizo gritar obligándola a tirarse al suelo para arrodillarse. La chica supo enseguida
que tenía que hacer, ese miembro ya erecto estaba a su alcance y ella lo
saboreó como solía. Edgar jadeó de placer.
-Muy bien, ¡así, así!.- Exigía él con
frenesí. - No pares.
Luego
y antes de no poder aguantar más, él se apartó, la hizo ponerse a gatas y la
tomó ahí mismo. Fue el turno de la muchacha de chillar y jadear. Edgar empleaba
bastante más violencia de la habitual y estuvo un rato que a Nelly se le hizo
eterno hasta que por fin, terminó. Entonces se volvió más amable y acarició el
mentón de la chica que estaba húmedo por las lágrimas.
-Muy bien, cariño. ¿Lo ves? Te ha
encantado. Si tú naciste para esto. Ahora, déjame descansar.
Y
la joven obedeció recogiendo su ropa y saliendo de allí, aunque una vez fuera
del cuarto se sonrió con expresión malévola.
-Muy bien, esto ha sido todo, espero que
lo hayas disfrutado porque no me volverás a ver.- Se dijo.-
Y
a las dos horas Edgar se levantó de la siesta para encontrase con que tenía
visita. Eran tres agentes de la brigada policial de Nature acompañados de una
funcionaria del ayuntamiento.
-¿Qué es lo que quieren?- Quiso saber.-
Aunque
por respuesta dos policías le sujetaron y uno comenzó a leerle sus derechos. Al
fin, la funcionaria declaró sin ocultar su desprecio.
-Señor Connors, ha sido usted denunciado
por abuso sexual a una menor con el agravante de incesto.
-¿Qué?- Exclamó él fingiéndose atónito.-
¡Eso es mentira! ¿Quién se lo ha dicho?
-Yo. - Escuchó la voz de Kassandra que
entraba en ese momento en el cuarto, abrazando a una sollozante Nelly que se
pegaba a ella con expresión aterrada.- Y
tengo pruebas.
-¡Maldita zorra mentirosa!- Aulló Edgar
tratando de soltarse del agarre de la policía.-
Pero fue incapaz de
conseguirlo y acabó siendo reducido y sacado de allí. La funcionaria entonces,
con tono mucho más amable y hasta compadecido, le dijo a la pobre chiquilla
morena que no dejaba de llorar.
-Tranquila, lo peor ha pasado. Ahora
tendrás que testificar. Y posiblemente pasar a la tutela de los servicios
sociales.
-Pero, yo quiero estar con Kassandra.-
Pudo decir la chica entre gemidos.- No tengo a nadie más.
-Bien, si existe un grado de parentesco
no habrá problema.- Concedió esa mujer.-
Y
lo había, aunque claro, no iban a decirle cual. Menos mal que Kassandra logró
casarse civilmente con Edgar haría ya un año, lo que oficialmente la convertía
en la madrastra de Nelly. De este modo quedó provisionalmente bajo su tutela. El
juicio llegó y ante la abrumadora cantidad de pruebas, el dinero ingresado en
esos años en la cuenta del acusado, y sobre todo, las grabaciones últimas de sus
encuentros sexuales con su hija, (Que solamente se emitieron a puerta cerrada
para el juez y el jurado, pixelando los atributos de los dos), la sentencia fue
unánime.
-El acusado es declarado culpable de abusos
sexuales, violación y perversión de menores, proxenetismo y malos tratos con el
agravante de incesto. Se le condena a la mayor pena posible, cuarenta
años. Será confinado en la prisión de
Nature en régimen de aislamiento durante los dos primeros años.
-¿Y después?- Intervino el abogado
defensor.-
-Será conducido al pabellón de los
condenados por estos mismos delitos.- Declaró el juez.-
Aun
así Edgar temblaba de miedo, sabía por experiencia que incluso entre
violadores, se consideraba muy mal a los condenados por pederastia, más si
encima era incesto. Y aunque él juró y perjuró que esa chica no era hija suya
en realidad, todas las pruebas de ADN y el testimonio de ese maldito doctor
Ginga le clavaron la tapa del ataúd. El propio Giaal fue a testificar mirando
al acusado como si fuera a matarle en cualquier momento. Las lapidarias
palabras del médico al concluir estaban cargadas de ira y malestar y fueron.
-Ese tipo va a tener suerte si le
condenan y desaparece de mi vista. Porque si no, me temo que el próximo en ser
juzgado iba a ser yo mismo.
-El testigo debe abstenerse de hacer
juicios de valor que menoscaben su objetividad.- Le amonestó el juez.-
-Lo siento Señoría, me disculpo ante el
tribunal.- Replicó Giaal asegurando.- Pero pueden comprobar todo lo que les he
dicho y las pruebas que he facilitado. Científicamente hablando y sin la menor
duda, la muchacha lleva el ADN del acusado.
Y
Edgar no ser atrevió a insistir en esa teoría del experimento. Su propio
abogado le desanimó alegando que nadie iba a creer eso y que, lejos de
beneficiarle, predispondría al jurado todavía más en su contra. Al fin, tras el
veredicto, y aconsejado precisamente por su letrado, pidió el castigo del
ostracismo, que, tras un acuerdo interplanetario, se había hecho extensivo a
Nature. Allí nadie sabría ni quién era, ni porqué había sido condenado. De este
modo, Nelly le vio salir de su vida a buen seguro que para siempre. Sin
embargo, eso le costó perder a Orix. El chico quedó devastado tras aquello. Ni
se atrevía a mirar al que había considerado su padre, ni tampoco a su hermana.
Pese a todo, Nelly trató de hablar con él tras el juicio.
-Nunca te dije nada para no hacerte sufrir.-
Alegó la joven.-
-No quiero quedarme aquí.- Pudo decir el
crío, tratando de no llorar.- Hay una familia que me ha acogido en Bios y
quiero estar con ellos. Y quizás también, empezar a buscar a los de mi raza…
-Orix, ¡por favor!- Sollozó Nelly ahora,
llena de tristeza, alegando. - Todo lo hice por ti, quería cuidarte y
protegerte como hubiera deseado mamá.
-Lo de papá es horrible, pero lo que tú
hiciste también estuvo mal. Si me lo hubieras contado antes yo hubiese estado
de tu parte y nos habríamos ido los dos juntos.- Lloró el chico ahora mirándola
con pesar e incluso enfado para añadir.- ¿Y qué es eso de que eres un
experimento?¿Qué clase de experimento?
La
aludida bajó la cabeza, no quería contestar al principio No obstante, no deseó
ocultarle a su hermano la verdad por más tiempo y le contó un resumen de todo
aquello. Orix quedó perplejo.
-Así que esa Nelly murió. Y entonces, ¿quién
eres tú?- Quiso saber el muchacho dejándola atónita.-
Su
contertulia estaba dispuesta a decir que ella era Nelly pero no fue capaz.
Quizás esa niña que vivió en el corazón de su madre Aurora no merecía ser
mancillada por la persona en la que su “usurpadora” se había convertido. Al
fin, suspirando entre lágrimas, la chica admitió.
-No lo sé. Lo único que sé con certeza en mi vida es que
eres al único al que de veras quiero…
-Yo también te quiero, Nelly.- Repuso el
lloroso muchacho, haciendo que ella se animase,
aunque remachó haciendo que las esperanzas de la muchacha se
desvanecieran.- Pero no puedo seguir contigo. No puedo pensar en ti y en papá…haciendo
esas cosas.
-¡Está bien! - Gimió la chica tapándose
la cara con ambas manos.- Vete.
Orix
guardó silencio, ella, a través de sus dedos entreabiertos pudo ver como el
chico al fin se dio media vuelta alejándose de allí despacio, girándose para
mirarla por última vez. Después siguió su camino hasta perderse por el corredor
del juzgado…Ahora, tras ducharse, la joven se enjugó un par de lágrimas
recordando aquello.
-Donde quiera que estés, solo deseo que
seas feliz, hermanito.- Pensaba con tristeza.- Que encuentres a los tuyos y que
quizás, un día, puedas perdonarme y comprender.
Y
es que Kassandra se lo advirtió. Aquello sucedería. Al menos ellas dos si eran
familia en el sentido más estricto de la palabra, se tenían la una a la otra. Nelly
ni tan siquiera quiso ver a su amiga Wina, quién, por cierto, al poco fue a estudiar
a la Tierra. Y ella hubiese sido la única a la que podría haber estado más
unida. Así pues, todos los vestigios que hubiesen podido quedar de esa niña a
la que suplantó, se fueron desvaneciendo poco a poco.
-Ahora en el trabajo soy Lady Morgana.-
Se dijo con una mezcla de pesar y resolución.- La ama y cortesana mejor pagada
de Nature. Y en mi vida personal me conocen por otro nombre también. Debe de
ser mi destino, siempre pretendiendo ser otra persona. Y ahora ya no sé quién
soy realmente.
Y
así era, aunque merced a su trabajo había logrado amasar una buena suma que,
unida al fondo de su difunta madre del que al final sí cobró su parte, la había
dejado en una muy buena posición económica. Quizás lo bastante acomodada como
para no ejercer la prostitución nunca más. Sin embargo, aquel modo de vida
había llegado a ser el suyo, y ahora era ella quien elegía a sus clientes. Solo
a los más ricos y sumisos. Incluso le quitaba el stress tenerles a sus pies y “
castigarles”. Aunque éste último, de quién no conocía el rostro dado que
siempre estaba encapuchado, era algo excesivo. Sin embargo, tal y como Kassandra
había puesto de manifiesto, pagaba muy generosamente. Debía ser alguien enormemente
influyente y rico. Y no había problema. Para cuando le apetecía hacer el amor,
ya se ocupaba ella de seleccionar a clientes guapos que además pagaban lo que
les pidiera. Aunque eso sí, no se permitía el lujo de sentirse atraída por
ninguno más allá del deseo carnal.
-Eso de acostarme con viejos barrigones
nunca más.- Pensaba con cierta complacencia.- Y menos aún el comprometerme con ningún
guaperas.
Y
lo mejor es que esa peluca rubia y sus disfraces, en los que habitualmente
usaba máscara o antifaz, le daban mucho anonimato. Luego, vestida discretamente
y con su cabello natural no corría peligro de ser reconocida. Pese a todo Kas y
ella se mudaron a la ciudad del Sur. Lo único que la mantenía con cierto temor
era aquel hacker que robaba en las cuentas de las personas ricas, por muy
protegidas que estuvieran.
-Ese es el único hombre que me interesa
de verdad. Al menos, estoy interesada en evitar que me robe.
Así se dijo mentalmente
mientras ya seca y vestida con un discreto conjunto de blusa y pantalón, rematado
por zapatos de poco tacón, salía de su local con Kassandra, que llevaba a su
vez un vestido asimismo poco llamativo de tono beige, con falda larga hasta las
rodillas y zapatos de tacón bajo.
-Vamos a cenar, a ver la holotele y a
descansar.- Le propuso su teórica madrastra.-
-A ver si dan más noticias del “Hacker
Hood” - Se sonrió Nelly.-
Y
es que bajo ese apelativo, aquel misterioso ladrón se había hecho incluso
popular en todo el planeta. Tal y como Nelly temía, era capaz de colarse y
robar a entidades y personas ricas. Les privaba de bastantes de sus créditos y
poco después mucho de lo robado reaparecía en cuentas de gente pobre o con graves
dificultades financieras. Personas que podrían perder su casa o que necesitaban
dinero para alguna operación muy costosa. Y eso que en Nature se intentaba
cubrir todo esto, aunque tras ese ataque terrible de hacía años, también el
interés privado y no siempre legítimo se
había hecho con mucho del planeta, matando muchos de los sueños de igualdad y
prosperidad que una vez existieran allí. De hecho, aquel tipo no andaba muy
lejos. En su ubicación secreta, estaba en plena tarea, descifrando algunos
códigos de seguridad en tanto escuchaba y tarareaba una de sus canciones
preferidas.
Tengo el cerebro
Tú la apariencia
Vamos a ganar mucho dinero
Tú tienes el músculo
Yo tengo el cerebro
Yo tengo el cerebro
Vamos a ganar montones de…
Vamos a ganar montones de…
Ya tuve suficiente de planificar
y estar en líos con capullos
Mi coche está aparcado fuera
Me temo que no funciona
y estar en líos con capullos
Mi coche está aparcado fuera
Me temo que no funciona
Estoy buscando por una pareja
Alguien que arregle las cosas
Pregúntate esta cuestión.
¿Quieres ser rico?
Alguien que arregle las cosas
Pregúntate esta cuestión.
¿Quieres ser rico?
Tengo el cerebro
Tú la apariencia
Vamos a ganar mucho dinero
Tú tienes el músculo
Yo tengo el cerebro
Vamos a ganar mucho dinero
Puedes ver que estoy educado
Estudie en la Sorbona
Doctorado en matemáticas
Pude haber sido un Don
Puedo programar un ordenador
Elegir el tiempo perfecto
Si tienes la inclinación
Yo tengo el delito
¡Oh!, hay un montón de oportunidades
Si sabes donde aprovecharlas
Sabes que hay un montón de oportunidades
Si no las hay puedes crearlas
(Créalas o provócalas)
Si sabes donde aprovecharlas
Sabes que hay un montón de oportunidades
Si no las hay puedes crearlas
(Créalas o provócalas)
Tengo el cerebro
Tú la apariencia
Vamos a ganar mucho dinero
Tú tienes el músculo
Yo tengo el cerebro
-Sí, desde luego que lo tengo.- Musitaba en tanto programaba
algunos códigos de Malware.- ¡Dinero, dinero!…- canturreaba.-
Puedes ver que soy centrado
Se que podría ser
¿Como te sentirías sobre eso?
Ven y da un paseo conmigo
Busco una pareja
Sin importarme el coste
Piénsalo seriamente
Piénsalo seriamente
Sabes que tiene sentido
Vamos( tiene el cerebro)
Haz (tiene la apariencia)
Vamos a hacer mucho dinero (oohh dinero)
Tú tienes los músculos
Yo el cerebro
Vamos a hacer mucho dinero (Oohh dinero)
Tengo el cerebro (tengo el cerebro)
Tengo el cerebro (tengo el cerebro)
Tú tienes la apariencia (tienes la apariencia)
Vamos a hacer mucho dinero (Oohh dinero)
Dinero
Vamos a hacer mucho dinero (Oohh dinero)
Dinero
Todo el amor que tuvimos
El amor que escondimos
¿Quién nos enterrará
Cuando muramos?
(Opportunities, Pet Shop Boys, crédito al autor)
Y así había sido su vida en los últimos años, desde luego
casi tomaba aquella canción como un himno. Pese a que no estuviera doctorado en
matemáticas, u otras cosas que la letra decía, sí que manejaba los ordenadores
como nadie y era capaz de aprovechar las oportunidades. Aunque sin nadie a su
lado. También había aprendido a desconfiar…pero no por ello era del todo
insensible a los problemas de otros. Así pues, se dijo con un suspiro cuando al
fin logró su ansiado botín, tras desmontar todas las medidas de seguridad que
aparecían como barreras.
-Bueno, esto me pagará las facturas por
otra larga temporada. Y el resto…Me parece que hay un hospital que precisaba
fondos para el pabellón infantil…No puedo dejar a esos niños a su suerte. Al
menos que haya alguien que se preocupe de ayudar al próximo…
Aunque siempre había
gente que trataba de hacerlo y a buen seguro que por medios más honestos. Y
ahora era el turno de la siguiente generación, la de Gloria, Franklin, Fiora y
otros muchos jóvenes que iban a tomar el testigo de sus padres en aquella
difícil pero hermosa tarea. Debiendo enfrentarse , eso sí, a nuevos retos y
amenazas.
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