sábado, 23 de septiembre de 2017

GWTN37 Y aconteció con otros…



Y es que con esa excusa de reivindicar la memoria de su amigo, el fallecido actor, Sonia hizo una de sus escapadas a Europa. La actriz y modelo se pasó entonces por su antiguo barrio. Su ex todavía vivía cerca de allí. Al pasar por esas calles tan familiares venía a su mente el recuerdo de esa relación que comenzara cuando ambos eran unos adolescentes. Al principio él no era malo, ni mucho menos. Al contrario. Rafa era divertido, con magnetismo y bastante protector. Lo malo fue cuando ella quiso comenzar a tener independencia, sobre todo tras presentarse al casting para modelos de la academia Deveraux en Barcelona y ser escogida para ir a París. Entonces su novio pasó de ser protector a dominante, y dejó de ser divertido para volverse más seco y controlador. Al fin ella decidió romper. Por fortuna tuvo el apoyo de sus padres. Luego, tras irse a Francia y más tarde viajar a los Estados Unidos para completar su formación, la ya cotizada modelo no volvió a oír hablar de su ex.



-Y luego me enviaron a Nature, y ahí conocí a Mei Ling.- Pensó ahora esbozando una leve sonrisa.-



Más tarde llegó esa oportunidad para retornar a la Tierra como una coestrella de Ben. Hacer esa película y unos pocos capítulos de la serie que le había hecho triunfar a él en Nature. Ahora, pensando en la trágica muerte del actor, la chica no pudo evitar las lágrimas.



-Llegaré al fondo de esto.- Se prometió.- Te lo debo, Ben. Eras como un hermano para mí.



            Tuvo incluso que engañar a Mei Ling diciéndole que tras ese evento iba a ir a una reunión familiar y que pasaría algunos días viendo a amigos y parientes. No deseaba mezclar a su novia en esto para no buscarle más problemas de los que ya le había causado.



-La pobre no merece pasar por más. Esto tengo que solucionarlo yo sola. Por suerte pude convencerla.- Se decía ahora.-



La oriental entendió que su presencia por ahora no era prudente. No es que la familia de Sonia tuviera prejuicios en general contra los homosexuales, pero la modelo pretextó que antes deseaba preparar el terreno.



-Y quizás mis tíos maternos y mi prima, sí que son más conservadores.- Se atrevió a añadir.- Por eso te pido que me concedas unos días.

-Claro, si es lo que tú quieres.- Se avino Mei Ling, que pese a no parecer nada contenta por ello, respetó su decisión, informándola a su vez.- Entre tanto, yo iré a China. Espero ver a mi primo Zhao y quizás a mis padres…



            De modo que allí estaba, sola y recorriendo las calles para dirigirse a su destino. Esta vez un sitio neutral. O eso esperaba. Habían quedado en una casa rural, a las afueras de la ciudad. Allí él le aseguró tener algo muy importante que decirle, a cambio de un alto precio, que ella enseguida adivinó. No obstante, cuando ella estuvo dispuesta a pagarlo, su ex novio la detuvo y muy misteriosamente le dijo.



-Aquí no. Iremos a nuestro antiguo barrio.  Nos veremos mañana en esta dirección. Por separado. - Añadió dándole a la perpleja chica un papel.-

-¿Qué significa esto? ¿Estás jugando conmigo?- Fue la molesta réplica de Sonia.-



            Aunque Rafa se limitó a mover la cabeza sin sonreír.



-¡Ojalá! - Fue lo único que dijo antes de despedirse de ella. -



            La muchacha no comprendía nada. O su novio se había vuelto loco o es que ahí pasaba algo muy serio. Suspirando resignada, salió de esa casa rural y pidió un taxi. Convenientemente cubierta por unas grandes gafas de sol y un sombrero, pasó de incognito hasta llegar a un modesto hotel en el que se alojó por esa noche. Al día siguiente, acudió al lugar convenido, una cafetería de la zona. Allí, al menos supuso que Rafa no intentaría nada. Confiada en eso la chica llegó al lugar, mirando a través de las cristaleras le vio ya sentado en una mesita que estaba en un rincón del local. Entró dirigiéndose hasta él.



-Vaya, ¡qué puntual! - Saludó el tipo esbozando una leve sonrisa.-

-Vamos al grano y déjate de tanto secretismo. - Replicó secamente ella por todo saludo.-

-Muy bien.- Convino él que pasó a mostrarse más serio cuando le confesó a su ex novia.- Mira Sonia, a pesar de todo, todavía me gustas. Y no querría verte metida en una difícil situación. No sabes contra quienes te la estás jugando. Lo de tu amiguito el actor no ha sido nada más que una pequeña muestra de su poder.



            La muchacha no supo cómo reaccionar a eso, aunque no le gustaron esas palabras, por otro lado quedó sorprendida de oír el tono de preocupación de su ex novio. Al fin sólo pudo preguntar.



-¿De quienes me estás hablando?



            Su interlocutor se limitó a mirar en derredor como si alguien les estuviera observando para después susurrar.



-De los que saben todo acerca de todos. Por ejemplo de ti. Y me han dicho muchas cosas.- Añadió él, ya con un tinte de voz más acorde a su forma de ser, sobre todo cuando remató con un no oculto desprecio y sorna.- Sin ir más lejos, me han contado que te has hecho boyera. ¡Jamás lo habría imaginado de ti! ¿Es que no te gustaba cómo te lo hacía yo?



            Sonia le miró ahora petrificada. Aquello era un secreto tan bien guardado que no había trascendido. Aunque también pensaron que el de Ben lo era. Apenas pudo musitar eso sí, tratando de recuperar el control sobre ella misma y de mantener su dignidad, intentando a su vez moderar su indignación por aquella forma tan grosera y despectiva de hablar de su ex.



-Me enamoré de otra mujer, sí. Y es maravilloso. Amor de verdad, de una persona que no quiere controlarte, que tiene fe en ti y que se sacrifica por ayudarte. Tú no podrías entenderlo.

-Sí, de esa chinita.- Se burló Rafa, agregando para estupor de su contertulia.- Esa a la que mordieron y que casi se hizo vampira, ¿verdad?. Tuvo el detalle de visitarte en tu piso y hasta grabarte una canción. ¡Qué romántico!

-Pero. ¿Cómo puedes saber eso?- Exclamó la anonadada chica, que ahora sí perdió el control, más que nada debido al asombro.- ¡Es imposible que tú!...



            Algunos de los presentes le dedicaron miradas al ver cómo se levantaba de la silla. Rafa la sujetó de una muñeca indicándola que se sentara, tras volver a mirar disimuladamente en derredor, le cuchicheó nervioso.



-No llames la atención. No nos conviene a ninguno de los dos. – Y agregó ya con un tono más calmado.- Y ahora ¿me crees, cariño? Ya has visto que realmente poseo información. Igual que sé eso, sé otras cosas.

-Muy bien, te creo.- Admitió Sonia.- Dime entonces qué ha pasado con Ben y quienes han sido los que…



            Pero su novio sonrió más abiertamente ahora y la hizo callar con un gesto para replicar.



-Todo tiene un precio, nena. Recuerda que te lo advertí. Y lo que quieres saber vale mucho…

-Estoy dispuesta a pagarte.- Afirmó ella.-

-¿Aunque sea lo que te estás imaginando?- Inquirió ávidamente él.-



            La chica asintió cerrando los ojos, no quería ni mirarle pero sabía que esa era la condición.



-¿Qué es exactamente lo que quieres que haga?- Se atrevió al fin a musitar la joven artista.-



Rafa se acercó a ella, aproximando sus labios a una oreja de Sonia le susurró lo que deseaba. Tras unos momentos de embarazoso silencio en los que la joven siguió sin ser capaz de mirarle, asintió una vez más, sellando el trato.



-Está bien.- Suspiró la chica.- No será la primera vez que tú y yo… Si es eso simplemente. No significa nada para mí.- Sentenció tratando de desanimarle.-

-Mejor así.- Replicó por el contrario él, levantándose de la silla.- De ese modo podremos pasarlo bien sin más implicaciones.



            La chica se levantó a su vez, sin prisas, tratando de mantener su autocontrol a pesar de tener ganas de llorar. No quería hacer eso, ¡no deseaba hacerlo de ningún modo!, pero era la única manera de poder averiguar lo que quería saber. No tuvo más remedio pues que seguir dócilmente a Rafa hasta un motel cercano. Allí, tras alquilar una habitación subieron por las escaleras hasta el segundo piso, el chico abrió y entraron. Apenas unos deslavazados muebles y una cama vieja de muelles resonantes les dieron la bienvenida.



-Ponte cómoda, cielo.- Le ofreció lascivamente él en tanto comenzaba a quitarse la ropa.-



            De modo casi mecánico ella se despojó de su vestido también. Rafa la miraba complacido. Seguía tan hermosa y sensual como la recordaba. Se acercó para acariciarla al tiempo que le susurraba con creciente excitación.



-Ahora la mayoría de los tíos del planeta me envidiarían. Voy a tirarme a una super modelo y actriz famosa.



            Ella no replicó, ni tampoco se resistió cuando él la besó en la boca. Más bien estaba como si de una estatua se tratara.



-Venga, sabes hacerlo mucho mejor.- La retó él.-



            A desgana Sonia se dejó besar otra vez, ahora puso un poco más de su parte, él comenzó a recorrerla con la lengua, besando y lamiendo su cuerpo, sus pechos y bajando hacia sus partes íntimas, en tanto que la chica no pudo refrenar unos trémulos jadeos de placer.



-¿Lo ves?- Se sonrió Rafa sentenciando.- Puedo hacer lo mismo que tu chinita, y además tengo una cosa que ella no tiene. ¡Una muy grande y dura!…



            Y para subrayar aquello él se mostró ante su ex novia realmente excitado. La chica intentó sujetarle el miembro y pasar al sexo oral, aunque él se lo negó.



-No, me sé ese truco, quieres que me vaya enseguida, ¿verdad?. Pues no, lo siento, pero no lo haré. Quiero disfrutar de ti durante un buen rato.



            Y sin dar ocasión a su amante ocasional a reaccionar la obligó a abrir las piernas y entonces tanteó en sus partes. Sonia soltó un grito de sorpresa. Rafa estaba siendo poco delicado. Aun lo fue menos cuando, obligándola a ponerse  a gatas en el suelo, tiró del pelo de la chica haciendo gritar una vez más de dolor y sorpresa. El tipo aproximó sus labios a una oreja izquierda de la modelo y le susurró casi con ira.



-¡Esto para que recuerdes bien lo que es un hombre! Pero alégrate. Te voy a dar algo que esa putita a la que llamas novia sería incapaz de darte jamás.



            La joven no tuvo tiempo de replicar, tampoco hubiera podido porque ahora, una combinación de miedo y ansiedad, mezcladas con un extraño deseo, se apoderaban de ella. Entonces Rafa la penetró con brusquedad, haciéndola chillar de nuevo. Sin detenerse comenzó a mover sus caderas para consumar aquel acto, sus embestidas eran acompañadas por los quejidos de los muelles de esa vetusta cama. Sonia solamente jadeaba y gemía de vez en cuando, perpleja tuvo que admitir que, pasado el primer momento de dolor, aquello le estaba dando mucho más placer del que hubiera imaginado.



-¡Eres mía! - Le susurró él entre jadeos llenos de excitación.- Y siempre lo serás.



            Lo cierto es que aquello se prolongó durante un buen rato y a su pesar Sonia alcanzó varios orgasmos hasta que, al fin, su ex novio culminó a su vez. En ese instante ella sintió algo que nunca había experimentado cuando lo hacía con él. Se relajó notando algo cálido y fluido en su interior.



-¿No has usado preservativo?- Pudo preguntar ella, aun jadeante y con visible preocupación.-

-No tengo nada contagioso de lo que debas preocuparte.- Repuso él, sonriente entre sus propios jadeos.-



            La chica suspiró resignada, a fin de cuentas se tomaría una pastilla en cuanto saliera de allí. No quería nada de ese tipo, y menos un posible embarazo. También se haría análisis porque no se fiaba nada. De modo que, tras unos segundos tranquilizándose sobre ello, fue capaz finalmente de recordarle a Rafa su promesa.



-Yo he cumplido mi parte del trato…

-Y muy bien.- Afirmó el chico, alegando entre divertido y realista.- ¿Acaso no lo has disfrutado también?



            La joven no contestó, le observó no obstante con gesto severo, en demanda de recibir su compensación y él asintió declarando en tanto se levantaba.



-No tengas miedo, cumpliré mi palabra, cariño.- Aseguró , agregando con tintes de advertencia.- Pero ten cuidado, quizás no te guste lo que te vaya a contar.

-Me arriesgaré. Si he podido volver a acostarme contigo lo otro no será para tanto.- Repuso ella con audacia y sonando llena de sarcasmo ahora.-



            Su ex pareja se encogió de hombros y tras sacar un cigarrillo y encenderlo dio una larga calada, expelió el humo, y comenzó…



-Que sepas que esa gente tiene un enorme poder. Casi son literalmente capaces de llevar a la práctica cualquier cosa que deseen. Como lo hacen, no tengo ni idea. Pero fueron ellos quienes me encontraron y me propusieron  que fuera a buscarte. Me aseguraron que podría tenerte como antes, y mira, ha sido cierto.

-¡No lo es! - Rebató Sonia, arrebujándose en una sábana para cubrir su desnudez.- Esta ha sido una transacción comercial, ni más ni menos. Dime ¿qué pasó con Ben? ¿Cómo pudiste ser tan canalla como para grabarme en ese hotel cuando me chantajeaste?- Le recriminó con creciente enfado.



            Lo que no podía imaginar es que su antiguo novio se limitara a mover la cabeza y a decir entre temeroso y admirado.



-Es que yo no te grabé, cielo. En eso le conté la verdad a tu amiguito Ben.

-Si no fuiste tú. ¿Entonces quién fue?- Quiso saber la atónita y furiosa chica.-

-A eso es a lo que me refiero. ¡Fueron ellos! ¡Ja, ja!. Cariño, yo podría ponerme ante cualquier detector de mentiras y nunca saldría nada incriminatorio contra mí, por la sencilla razón de que no hice nada por mi cuenta. Es más, ellos me indicaron lo que debía hacer y cuando. Verás, son tan poderosos que me dan realmente miedo. Quizás no me quede mucho tiempo de hecho, pero bueno, me gustas tanto que ¿qué mejor manera de acabar mi existencia si eso tiene que suceder?



            Ahora Sonia le miraba como si aquel hombre estuviera loco. Indignada le espetó.



-¡No he hecho esto para que trates de burlarte de mí!

-No me estoy burlando de ti.- Replicó él con tono incluso paciente, agregando.- Mira. Entre otros, esos tipos son amigos de los activistas por la renovada fe. Los que persiguen la vuelta de los valores tradicionales, ya sabes, familia, matrimonio entre personas del mismo sexo. Vamos, lo normal. No les puedo culpar.

-Lo normal para ellos o para ti.- Rebatió Sonia.-

-Lo que tú quieras, pero no pararán hasta lograrlo. Acusan a los reyes de la Tierra de proteger a todos los invertidos. Esos soberanos tienen entre sus propias princesas a individuas así. Luego está Kinmoku, donde cambian de sexo como yo de camisa. Y Nature, el planeta donde esas Feminax trataron de acabar con los hombres. Por no hablar de los Arcoily aquellos, y otros seres realmente chungos. Y te puedo asegurar que, metidos en todo eso, andan ellos.



            Sonia sí que había oído algo de aquello. Es más, la propia Mei Ling se lo contó. Aquellas eran otras dementes que, desde el espectro opuesto, amenazaban la vida y la seguridad de personas inocentes. Pero fueron derrotadas y la invasión que prepararon, ayudadas por aquellos extraterrestres, fracasó. No obstante y atónita, oyó a Rafa añadir.



-No creas que todas esa locas fueron eliminadas. Alguna escapó. Pero lo que importa ahora es que, tanto aquí en la Tierra, como en Bios o Nature, hay movimientos de diversa índole en marcha. Sí, en Bios es más una cuestión de agitación política soberanista. En Nature tendrá mucha importancia el velar por la familia natural y tradicional. Poco a poco van a ir recuperando lo que debe ser. Ni hermafroditas, ni invertidos, ni gente que viva de modo antinatural en ningún sentido, incluyendo la inmortalidad. ¡Eso es una ofensa a Dios!

-¿Ofensa a Dios?- Se sorprendió ella al oírle.- Tiene gracia que tú hables de ese modo. ¿Y desde cuándo te ha importado a ti ofenderle?



            Aunque la joven estaba atónita porque cuando eran novios, desde luego que él jamás había hablado así. Al contrario, Rafa nunca tuvo ningún interés en la religión. Sin embargo, ahora, añadió con visible orgullo.



-Ellos me han enseñado el valor de las cosas. Y también qué, si me encuentro con una tortillera, haga lo necesario para devolverla al camino correcto. Y me hablaron de ti, de cómo te habías corrompido. ¿Sabes? Siempre imaginé que siendo famosa estarás saliendo con algún tipo con suerte, otro modelo, algún actor popular, estrella del deporte o un ricachón. Al principio me creí como todo el mundo que eras la novia de Crew. ¡Era lo lógico! Envidié al cabrón, por supuesto. Pero ellos me sacaron de ese error. Tenían muy vigilado a tu amigo el artista. Y sabían lo suyo con ese negro que se hacía pasar por su manager.- Escupió él dejándola helada.-  Durante un tiempo permitieron que siguierais con vuestra representación, pero finalmente decidieron empezar su campaña. Acabar con los impostores.

-Ben no era ningún impostor. ¿Me oyes?- Pudo decir ella, a punto de llorar ahora llevada por la emoción.- Era un hombre bueno, era mi amigo… y le forzaron a  hacerse eso… Tú jamás serás ni la mitad de hombre que él.



            Eso le valió una bofetada que la derribó sobre la cama, todavía desconcertada e incluso algo asustada, tapándose una de sus mejillas que sentía caliente y dolorida por el golpe, tuvo que escuchar la furibunda réplica de su ex novio.



-¡Ese maricón solo valía para poner el culo! Ni se te ocurra insultarme de ese modo. Ese tipo nunca fue un hombre de verdad, ¡era un fraude, otra mentira más! Y ellos van a ir, uno por uno, ocupándose de esa gentuza.

-¡Te has vuelto completamente loco!- Denunció ella incorporándose lo más deprisa que pudo.-



            Su ex no respondió a eso, Sonia no tardó en vestirse deprisa, quería salir lo antes posible de allí. Entonces fue cuando aquel tipo, casi parecía que poseído, la sujetó por los hombros con fuerza.



-¡Me haces daño!- Protestó ella, con evidente miedo en su tono y su mirada.-

-También me advirtieron que tratarías de dejarme atrás y de olvidar. Que tomarías alguna pastilla anticonceptiva.

-No voy a permitir quedarme embarazada de ti.- Contestó ella con sincero desprecio.-



            Aunque él se sonrió, acariciando rudamente ahora la todavía enrojecida mejilla de Sonia para replicar con total seguridad.



-¡Oh sí!, lo permitirás. Porque quieres tener una familia. Y casarte con esa putita amarilla. Lo sé. Ellos lo saben todo. Y cualquiera sabe que una mujer no puede dejar embarazada a otra, por mucho que se froten ahí.- Se burló haciendo que la propia chica se ruborizara.-

-Existe la inseminación.- Le recordó la joven.- Y cuando ambas lo decidamos una podrá ser madre biológica, quizás las dos.- Sentenció desafiándole.-

-En tu lugar me lo pensaría. Esa chinita puede parecer haberse recuperado pero, quizás podría transmitirle algo a un feto. Algo llamémoslo diabólico. Con dientes muy largos…Y tú, bueno. Seguro que serías feliz teniendo un hijo de ese marica muerto. Seguro que idea de su novio, el negro maricón, ese. ¿Ya te lo ha ofrecido, verdad? – Aseveró él dejándola casi en shock.- Pues te diré lo que vas a hacer, dile que sí. Acéptalo. Ve a la clínica. Y no temas nada, que los médicos de allí se ocuparán bien de ti…O al menos eso le vas a decir a esa china, Mei , no sé qué… se llama. ¿Verdad?. La pobre todavía cree que sus padres la van a perdonar. ¡Ilusa!



            Aquel tono, esta vez glaciar de amenaza, la hizo estremecer. Y sobre todo, ¿Cómo podía estar al tanto de todo eso?. Si fue la propia Mei Ling quien le comentó a solas que intentaría ver a sus padres. Que Sonia supiera nadie más estaba al tanto. La asombrada chica abría la boca sin poder pronunciar palabra. Rafa, animado por el efecto de las suyas, prosiguió.



-Sí, haces bien en empezar a asustarte, de todo cuanto sé porque ¿sabes una cosa, mi amor? Yo únicamente soy un instrumento. No soy al que debes temer. Pero como ya te dije, ellos están en todas partes, nunca podrás estar segura de quienes son o dónde trabajan. Puede que un médico de los que te atienda allí, o el vendedor de seguros, o tu vecino, sean miembros del grupo. Yo en tu lugar tendría mucho cuidado si pretendes desafiarles. Y si se te ocurre ni por un momento tomarte alguna pastilla para evitar un posible embarazo tras este encuentro tan agradable, piénsalo mejor. Puede que haya personas que sufran las consecuencias. Empezando por esa novia tuya. No sabes la imaginación que esos tipos tienen para atraer desgracias sobre cualquiera que se les interponga o se niegue a seguir sus designios.

-No voy a permitir que unos canallas como ellos continúen extorsionándonos, ni a nosotras, ni a nadie.- Aseguró la chica, tratando de reunir valor.- Y menos te lo aguantaré a ti.



            Y bruscamente se apartó de su ex, tras mirarle con una mezcla de desdén y enfado salió de aquella habitación. En cuanto llegó a su propio hotel se derrumbó llorando. ¡No sabía que hacer! El caso es que sentía un pánico atroz. Rafa le había demostrado estar al corriente de cosas que era imposible que pudiera haber averiguado. ¿Y si era capaz de cumplir su amenaza? Peor aún, ¿y si esa especie de grupo sectario lo era? En suma, deseaba proteger a su novia a toda costa. Por ello, no se atrevió a tomar pastilla alguna, rogando para que esa relación sexual no hubiera dado frutos.



-Si la tomo lo sabrán.- Se dijo llena de pavor.- Si han podido saber todas esas cosas, esto no les sería difícil de averiguar. ¡Dios mío!



En cuanto pudo regresó a los Estados Unidos y le dijo a Percie que quería someterse a la inseminación. Por suerte, el testamento de Ben le legó a su ex pareja la propiedad de ese semen congelado. En apenas unos pocos días, y a espaldas de Mei Ling, que estaba tratando de ver a sus padres, lo llevó a cabo. Ahora en la nave recordaba eso mientras palpaba su abdomen tras despertar en su asiento de la nave.



-¡Ojalá sea tuyo, Ben! Sobre todo, cuando se lo cuente a Mei Ling.

-¿Estás mejor?- Le preguntó su inquietada pareja.- Parecías estar soñando algo, murmurabas, no pude entenderte.- Le contó.-

-Sí, gracias cariño.- Sonrió Sonia aferrando una mano de su novia.- Dime.- Quiso saber a su vez.- ¿Pudiste ver a tus padres al final?. No me contaste nada sobre tu viaje a China.

-Hubiera querido llevarte conmigo.- Suspiró Mei Ling, agregando con pesar.- Pero habría sido inútil. Solamente pude ver a mi primo Zhao. Mis padres ni siquiera accedieron a recibirme. Al menos supe que estaban bien de salud. Y que no les faltaba de nada. Incluso la familia de mi ex prometido les perdonó la deuda que tenían con ellos. Mi primo no me lo quiso reconocer, pero tengo la impresión de que fue él quien la pagó.

-Lo siento mucho.- Pudo decir la modelo visiblemente apenada.-





            Su pareja asintió sin decir nada. No había de hecho nada que decir. Llegó a su país natal con algunas esperanzas de que, tras todo el tiempo transcurrido y todo lo vivido, sus padres la hubieran perdonado. O al menos olvidado su enfado hacia ella. En tanto su lanzadera aterrizaba en el aeropuerto de Beijing pensaba qué podría decirles tras esos años. Quizás contarles las terribles pruebas que había vivido.



-No lo sé. Espero que tenga la ocasión de hacerles comprender.- Pensaba.-



            Y la cosa parecía empezar bien. Al bajar de ese transporte sonrió. Enseguida vio a su primo. Zhao estaba allí, aguardándola. Vestía el uniforme con distintivos de comandante, eso quería decir que había sido ascendido. Sin duda su talento como miembro del servicio secreto fue recompensado. La chica corrió hacia él y lo abrazó. Algo poco habitual en esas tierras de maneras tan correctas y sobrias. El joven la estrechó entre sus brazos también.



-Me alegra verte otra vez, prima.- Le dijo una vez se separaron.-

-Lo mismo digo. ¿Qué tal estás?- Inquirió afectuosamente ella.-

-Bien, como siempre.- Declaró el aludido.- Muchas responsabilidades tras mi ascenso. ¿Y tú, como estas?- Quiso saber algo preocupado en su tono.- A mis oídos llegaron que lo pasaste muy mal.



            La joven estaba sorprendida. No podía ni imaginar que su primo pudiera estar al tanto de su situación. Sin embargo, estaba claro que Zhao hacía honor a su condición de miembro del servicio de inteligencia chino. Sobre todo cuando preguntó.



-¿Ya estás recuperada de esa extraña enfermedad?. Recibí informes de tu convalecencia.

-Si te contara lo que sucedió no lo creerías.- Suspiró ella. -

-Puedes apostar a que sí.- Sonrió débilmente él.-



            La chica no lo dudó. Sin decir nada se limitó a inclinar la cabeza y levantarse su larga y sedosa melena morena para mostrarle el cuello. Todavía eran visibles dos pequeñas cicatrices que asemejaban un par de puntos.



-Vaya, ¡pues ciertamente es increíble! - Musitó Zhao.-

-Lo es, yo todavía no puedo creer que pasara.- Admitió la muchacha volviendo a su posición normal y apresurándose a asegurar.- Pero estoy bien, totalmente recuperada. Aunque tengo una compañera que no tuvo esa suerte.

-Ya.- Musitó su interlocutor, quién sin embargo quiso zanjar aquello, sin querer aclarar si estaba al corriente de eso o no, para añadir con  tono igualmente preocupado y hasta triste.- Supongo que querrás ver a tus padres.

-Sí, eso me gustaría.- Afirmó la chica mirándole esperanzada.-



            Aunque ese sentimiento murió solo con ver los ojos de su primo. Él no se anduvo con circunloquios y fiel a su forma directa de abordar las cosas, le contó.



-Tus padres tienen una foto tuya en casa con un crespón negro. Te consideran muerta.

-Sé que tras las noticias que debieron llegar de Nature  y lo de mí, llamémoslo enfermedad, pudieran creer eso…-Replicó aferrándose a esa explicación.-

-No, Mei Ling, yo mismo les informé que estabas a salvo tras lo sucedido allí.- Tuvo que desvelarle Zhao.- Esa foto lleva ahí desde la última vez que les viste.



            La chica esbozó una sonrisa nerviosa y amarga, reprimiendo a duras penas unos sollozos, no desconocía lo que eso significaba. Su familia oficialmente la había repudiado. Era algo tan doloroso y humillante que incluso preferían fingir que estaba muerta. Y si ella intentase presentarse en la casa a buen seguro reaccionarían como si de un fantasma se tratase. Actuarían como si no pudieran verla ni oírla. Aquello sería una tortura para todos. De modo que, resignada asintió.



-Está bien. Pero al menos dime si están bien de salud, o si necesitan algo.

-Me he cuidado de todo.- Le aseguró el joven.- No les falta de nada, y no les faltará. Sus deudas han sido condonadas. Tu ex novio volvió a prometerse y, en un gesto de celebración, su familia tuvo ese detalle.

-Han sido muy generosos.- Admitió ella sintiendo una abrumadora ola de culpabilidad.- Lo lamento profundamente, nunca quise traer esta vergüenza a mis padres…

-No puedes evitar ser como eres.- La animó Zhao.-  Y lo hecho no puede deshacerse. Ahora trata de ser feliz. ¿Sigues con esa joven?

-Sí, ella está aquí en la Tierra, en su país natal, visitando a sus parientes también.- Le contó Mei Ling.- En cuanto yo regrese a buen seguro nos iremos. Han pasado cosas muy tristes, su amigo, el actor…

-Lo sé, eso es de dominio público.- Declaró Zhao añadiendo con inquietud.- Y me preocupa mucho. Mis fuentes son fiables y muy importantes pero ni siquiera ellas saben exactamente qué sucedió. Tras ese suicidio hay alguien o quizás un grupo. Desconocemos su identidad pero sabemos que son muy peligrosos. Advierte a tu pareja que se mantenga alejada de quienes quiera que sean.



            Mei Ling asintió con patente preocupación, tras eso ambos intentaron reconducir la conversación por otros derroteros más agradables. Zhao le pidió nuevas sobre algunos de sus antiguos compañeros de la SSP-2, ella le contó cuanto pudo. Su primo correspondió en un plano más familiar, desvelando que estaba comprometido a su vez, con una chica de la capital. Y en este caso, era un compromiso por amor. Así pues él sentenció.



-Por eso cada día te comprendo más, prima. No renunciaría a Fen Hai ni por todo el oro del mundo. De igual manera, intenta mantener al amor de tu vida a tu lado, y sobre todo, protégela y sácala de aquí cuanto antes.

-Así lo haré, volveremos a Nature. - Convino ella.-



            Y tras un par de días con su primo, quién llegó a presentarle a esa prometida suya, algo más bajita que ella misma, y de pelo negro liso, en forma de media melena, Mei Ling retornó a América. Luego llegó ese día en el que su novia quiso enfrentarse a esos individuos, quienes según ella eran los responsables de todo. En un programa de entrevistas de prime time, ante dos grandes periodistas como Tania Spencer y Katherine O´ Brian.



-Menos mal que nos fuimos casi de inmediato. Sonia sacrificó su carrera en el cine, aunque por fortuna solamente ha sido eso.- Suspiraba la oriental.-

-Bueno.- Dijo entonces su novia sacándola de esos recuerdos.- Vamos a llegar en unas horas, será mejor que durmamos algo.



            Su pareja asintió, y es que no tenían ganas de otra cosa. En un camarote reservado pudieron hacerlo. Sonia se durmió abrazada a su novia y rememorando lo que hizo tras esas inquietantes revelaciones de Rafa. No tardó en contactar con esa chica, aquella pelirroja que recordaba de Nature, la entonces aspirante a periodista. Al parecer, tras algunos reportajes, sobre todo el que hizo sobre ese guerrero dorado que salvó una parte del país de una catástrofe, esa muchacha se había hecho popular. De la mano de su mentora, la famosa Kathy O´ Brian, su carrera estaba despegando. Y en cuanto la telefoneó, Tania, que así se llamaba, estuvo encantada de quedar. Se reunieron en el hotel de la modelo. Así, en la tranquilidad de la suite que la española ocupaba, ésta quiso poner al corriente a la periodista de todo. Aunque Tania quedó tan perpleja tras escuchar la historia que apenas si pudo preguntar.



-¿Una especie de organización secreta? ¿Y dice usted que tienen tanta información?

-Así es.- Asintió ella.- Yo quiero desenmascararles. Que todo el mundo sepa que nos controlan y que planean algo siniestro.

-Con todos los respetos.- Dijo la joven reportera con prevención.- ¿Qué pruebas tiene de eso?

-Tutéame, por favor.- Le pidió Sonia.

-De acuerdo. Bueno, ¿Qué evidencias tienes? Porque eso es ir demasiado lejos, hasta para mí, e incluso para Kat. – Insistió la joven reportera colocándose un mechón de su pelirroja melena.-

-¿Es que no me crees?.- Quiso saber la modelo que se molestó un poco.-

-Claro que te creo.- Contestó la chica, afirmando.- Después de las cosas que he visto últimamente. Pero si Kat me ha enseñado algo en los últimos años ha sido a no publicar nada hasta tener pruebas que lo respalden, o al menos indicios. Además, es una medida básica para cualquier periodista. ¿Lo entiendes, verdad? Debemos contrastar las noticias que damos.

-Sí claro.- Repuso Sonia sonando todavía algo molesta.- Hay que cubrirse las espaldas bien, por si acaso.



            Tania la miró preocupada, e incluso posando una mano sobre las de la modelo, agregó con énfasis.



-Sabes que, si revelas todo eso, independientemente de tener pruebas o no y de lo que esos tipos puedan hacerte, estarías destruyendo tu carrera. ¿Verdad?. Por desgracia, la gente de la Tierra está cada vez más influenciada por esa ola de neo puritanismo religioso. No iban a tolerar…

-Ya no me importa mi carrera. Y me importa un bledo lo que piensen de mí.- Suspiró Sonia cortando a su interlocutora.- Lo único que quiero es que se le haga justicia a Ben. Es más, después de esa rueda de prensa me marcharé de aquí. Quiero volver a Nature con mi pareja.

-Como quieras.- Asintió Tania, añadiendo en un intento por sonar más animada.- Llamaré a Kat, ella podría entrevistarte en su programa. Es una luchadora que siempre quiere contar la verdad.

-He oído cosas sobre ella.- Admitió Sonia, eso sí, matizando con prevención.- Y algunas no son muy buenas.



            Se refería a esos rumores sobre la desordenada vida amorosa de la periodista. Otros, que incluso especulaban con su adicción a las drogas. Sin embargo, ella misma se censuró al musitar.



-Soy una estúpida, estoy haciendo precisamente lo mismo de lo que me quejo. Prejuzgar a una persona.

-Te aseguro que Kathy O´ Brian es íntegra y decente.- Aseveró Tania, añadiendo.- Es prima además de Kerria Malden, la abogada. Y a veces cantan juntas como…

-¡Las Ky-Kat! - Sonrió Sonia esta vez, al interrumpir a su contertulia.- Sí, me gustan mucho sus canciones. Eso fue “culpa” de Steph.



            Recordaba a la joven Stephanie, a esa niña que conoció en la tienda, quien finalmente había hecho realidad su sueño de llegar a ser una modelo muy cotizada. Era buena persona, aunque bastante religiosa. De todos modos, cuando coincidieron en la pasarela y el backstage, esa muchacha solía poner música en tanto descansaban. Y los temas de las Justices o del dúo que posteriormente formaron Katherine O´ Brian y Kerria Malden, eran frecuentes en su discografía.



-Es una buena chica.- Valoró la actriz.- A buen seguro que la casa Deveraux tendrá una muy buena sucesora mía y de Mirna. Ella, Keisha y Debra, son el futuro.

-Entonces arreglado. Hablaré lo antes posible con Kathy.- Convino Tania.-



            Y en eso quedaron, a los pocos días todo se pudo preparar. Katherine O´ Brian aceptó queriendo saber más de ese asunto. Incluso se tomó un gran interés que parecía ir mucho más allá de lo profesional. Así, y tras invitar a la modelo a su programa de reportajes, anunció ya en el plató en donde se hacía el programa, tras emitir un documental que ella misma había investigado ayudada por Tania, sobre el mundo de la fama y sus inconvenientes.



-Damas y caballeros. Tras lo que han visto en este vídeo, tengo el gran placer de contar aquí esta noche con la presencia de mi amiga y colega, Tania Spencer, y con la actriz y modelo Sonia Calderón, que quiere contarnos algunas cosas de primera mano sobre su amigo y compañero de reparto, el actor recientemente fallecido, Ben Crew.



            Algunos murmullos se pudieron escuchar entre el público. Sonia aguardaba nerviosa, sentada en un cómodo sillón, junto a Tania. Ambas se colocaban enfrentándose a la posición de la presentadora. Al fin, Kathy las saludó y comenzó dirigiéndose a su amiga.



-Bueno Tania. Sé que curiosamente hicimos este reportaje algunos meses antes de la trágica desaparición de Ben Crew, pero ahora, debido precisamente a ello, vuelve a estar de actualidad.

-Sí, así es,- Afirmó su contertulia, añadiendo con tintes llenos de interés.- Y seguro que la señorita Calderón podrá arrojar algo de luz sobre todo esto.



            Las dos reporteras se fijaron entonces en la modelo, ésta asintió tratando de mantenerse calmada y digna a pesar de los nervios que tenía. Más cuando Kathy le preguntó.



-Señorita Calderón, es un placer. Usted contactó con nosotras porque tiene algo importante que decirle al mundo. ¿No es así?.

-Sí, así es.- Convino la chica con tono pausado y suave, teñido de tristeza.- Quería decirle a todo el mundo que Ben Crew, además de ser un gran actor, era un magnífico ser humano. Le recuerdo como alguien amable, generoso y dedicado. Una persona que amaba su profesión y estaba muy implicado con los que sufrían. Siempre tenía una palabra de aliento o iba a animar a quien lo necesitara. Sobre todo a los niños.- Pudo decir comenzando a sentirse afectada por la emoción.-

-Eso es cierto, se dedicó a hacer muchas obras benéficas.- Asintió Katherine, admitiendo.- Coincidí con él en alguna ocasión. Corroboro sus palabras. Entonces.- Pudo agregar con un tono más envarado.- ¿Quería usted arrojar algo de luz sobre su muerte, verdad?

-Sí.- Asintió ella, entrelazando los dedos de sus manos en tanto miraba hacia su propio regazo, para enseguida levantar la vista y afirmar con recobrada convicción.- Se suicidó, y todo porque unos fanáticos intolerantes le empujaron a ello.



            Hubo un creciente murmullo e incluso se levantaron voces entre airadas y escandalizadas. Algunos asistentes tuvieron que ser invitados a marcharse, dado que estaban insultando al fallecido artista.



-No toleraré faltas de respeto contra nadie, y mucho menos contra alguien que ya no puede defenderse.- Intervino Kathy que no se arredró a la hora de dirigirse a algunos de aquellos agitadores, más al ordenar.- Seguridad, por favor…acompañen a esas personas a la salida.



            Otra parte del público no obstante aplaudió ese gesto. La situación estaba candente. Mucha gente desaprobaba ese tipo de relaciones y, aunque no prorrumpió en insultos, sí que silbó. Al fin, tras unos momentos de silencio por parte de las reporteras, las cosas se calmaron.  Sonia pudo proseguir.



-Hay una secta que está tratando de envenenarnos a todos contra una parte de la población a la que critican y persiguen solo por amar a alguien de su mismo sexo. Ben estaba enamorado de otro hombre, sí. Pude verles juntos y eran muy felices, ambos eran dos estupendas personas. Siempre generosas y amables. Y por culpa de esos individuos que actúan cobardemente en las sombras, hemos sufrido esta tragedia.

-¿Qué secta es esa?- Quiso saber Tania.-

-Los seguidores de las nuevas religiones.- Denunció Sonia.-



            Eso provocó más silbidos por una parte que fueron contrarrestados por aplausos de otra. Ahora no hizo falta desalojar a parte del público, algunos espectadores se levantaron indignados yéndose de allí. Aunque casi todos se quedaron atónitos al escuchar las siguientes palabras de la modelo.



-Pero ellos no son lo peor y no están solos. Unos individuos que se hacen llamar los seguidores de la Luna Negra les apoyan. Y quizás estos sean todavía más peligrosos. Odian a los soberanos de la Tierra y a todo lo bueno que estos han hecho.

-¡Estás acabada, loca!- Gritó alguien desde las gradas.-



            Enseguida Katherine miró hacia allí con indignación, exclamando.



-Dé la cara si se atreve, ¡cobarde!



            Nadie respondió. De hecho, volvió a hacerse el silencio en el estudio. La presentadora se volvió entonces hacia Sonia para añadir con tono más entristecido.



-Debo pedirle disculpas, señorita Calderón. Es muy embarazoso para mí que se le falte así al respeto a uno de mis invitados.

-Usted no tiene ninguna culpa.- Sonrió la interpelada.- Es más, le agradezco mucho que me haya dado la oportunidad de hablar. Y voy a responder a esa especie de amenaza anónima.- Añadió con renovada convicción, para sentenciar.-  ¿Cree que estoy acabada? Puede que mi carrera como actriz o modelo lo esté. Pero eso ya no me importa. Hay cosas mucho más valiosas en la vida, como la amistad y el amor. Por mi parte voy a disfrutar de ambas. Y sobre todo de la última. Quiero regresar a Nature con mi pareja, ¡mi verdadera pareja! - Recalcó para desvelar con dignidad y tono hasta reivindicativo.- Y el amor de mi vida es una mujer. Una de la que he debido estar separada mucho tiempo más del que hubiera deseado. Pero ahora, ella y yo volveremos juntas y espero que podamos formar una familia.



            Algunas personas aplaudieron, otras arreciaron en sus silbidos. Tania se levantó abrazando a Sonia que derramó algunas lágrimas, entre emocionada y aliviada de haber sido al fin capaz de confesar aquello. Fue la propia Kathy, una vez se calmó esa atmósfera de murmullos, quien declaró.



-Recuerdo que a mi prima Kerria le pasó algo similar, cuando hace años se decidió a dar el paso de salir del armario en el programa de Al Mats. Le deseo todo lo mejor a usted y a su pareja, señorita Calderón.- Sonrió la reportera.- Ha demostrado ser muy osada. Más incluso que en la pantalla.

-En la pantalla debo seguir lo que me marca un guion, pero en mi vida personal no deseo hacer eso.- Replicó valientemente Sonia.-



            Y se acordaba de esas palabras suyas y el final de la entrevista. Al fin, cuando todo acabó, ya a solas en el camerino, ambas reporteras charlaron un poco más con ella.



-¿Sabes que esto va a ser muy duro, verdad?- La previno Katherine.- Sé de primera mano cómo las gasta ese tipo de gente.

-Lo sé. Pero no podía callar por más tiempo.- Suspiró Sonia.-

-Eres muy valiente, siempre te he admirado y ahora lo haré incluso más.- Aseveró Tania.



            Fue Kathy quien, tras un momento de silencio, comentó.



-Mi hermano Mazoui conoce a muchas personas en el ejército, de hecho él es un ex militar y recibe informaciones. No puede revelarme muchas de ellas pero sí me ha dicho lo bastante como para que me crea sin dudar todo lo que has contado. Por eso, te ruego que tengas muchísimo cuidado. Hay poderes e intereses muy oscuros tras todo esto.



            La reportera estaba ahora sudando y parecía respirar con cierta dificultad. Sonia enseguida se interesó por su estado.



-¿Te encuentras bien?

-Sí, gracias.- Repuso Kathy.- Es que estoy algo cansada. Si me disculpáis. Ha sido un honor conocerte. Te deseo lo mejor para ti y tu pareja. Y a ti Tania, ya te veré. Cuídate.

-Gracias Kat, lo mismo digo.- Sonrió la joven aludida.-



            Y la famosa presentadora y periodista las dejó a ambas tras despedirse. Tania entonces le comentó a la modelo.



-Conozco bien a Katherine, si te dice eso es que la cosa es muy seria. Ella no suele echarse para atrás casi ante nada. Por favor, se prudente.

-Lo procuraré.- Sonrió una agradecida Sonia.- Muchas gracias, a las dos.



            Y después de unos pocos minutos más de conversación con Tania, se marchó al fin. Tras reunirse con Mei Ling ambas prepararon su vuelta a casa. La modelo solicitó el traslado a Nature a la central de modas Deveraux. Su jefa Esmeralda no tardó en contactar con ella, enviándole un mensaje grabado. Al igual que la señorita O ´Brian daba la impresión de estar preocupada. Al menos eso creyó la española cuando vio su rostro a través de la pantalla de la video conferencia.



-Hola Sonia, en respuesta a tu petición no hay ningún problema. Como ya sabrás a estas alturas, Brenda Walsh regresó a la Tierra a seguir un tratamiento para recobrar la salud. Bai Cheng quedó al cargo de la sede de allí, a la espera de poder venir a desfilar a la central de París. De eso hace más de un año ya. Si lo deseas tú la sustituirás como mi representante en Nature. Confío plenamente en ti. También te pido que tengas prudencia. Estoy en Bios ahora pero pude seguir tu entrevista. Tengo motivos para creer que esos individuos a los que denunciaste son realmente muy peligrosos. Por ello te ruego que observes todo tipo de precauciones. Ten cuidado y prepárate porque, a buen seguro irán por ti, sino de un modo físico, sí a desprestigiarte. Pero en lo que a mí respecta cuentas con todo mi apoyo. Un saludo, niña.

-Gracias, Madame Deveraux. Muchas gracias por creer en mí. - Musitó la chica entre inquieta y emocionada al escuchar aquello.-



            Y ahora ya estaba llegando a Nature al fin. Tras toda esa odisea, solamente esperaba aterrizar en el planeta y poder vivir una vida lo más feliz y tranquila posible con su pareja.



-Sí, en cuanto lleguemos se lo propondré.- Pensaba la española.-



            En la Tierra, otra modelo, lejos de tener problemas de imagen, incrementaba cada vez más su popularidad. Se trataba de Stephanie Kensington.  La joven era portada de las más prestigiosas revistas y protagonizaba desfiles de las colecciones Deveraux en las grandes sedes de la moda. Atareadísima como estaba, no obstante echaba muchísimo de menos a su familia de Nature.



-¡Que ganas tengo de tomarme unas vacaciones allí para ver a papá , mamá, By, Dap y Martin, y por supuesto a mi sobrino David.- Pensaba recordándoles con cariño y nostalgia, sin olvidarse tampoco de. - Y a Trent, claro.



            Y es que la vida le estaba enseñando mucho a Steph, lejos de ser ya esa adolescente con alguna inseguridad y prejuicios vanos, la joven modelo se había convertido en una hermosísima mujer, alta, rubia, de profundos  ojos verdes, con una sonrisa puesta siempre para sus fans. Sobre todo para aquellas niñas que ansiaban ser como ella y a las que alentaba a conseguirlo. Además, los últimos acontecimientos, tras la entrevista que Sonia concedió en el programa de Kathy O´ Brian, la habían impresionado mucho.



-¡Pobre Sonia! - Se decía en un momento de descanso en el backstage.- Lo ha debido de pasar muy mal. Como le ocurrió a Dap.



            De hecho, aún se sentía culpable por como prejuzgó, no a su hermana, de quién desconoció aquella faceta hasta sufrir aquel “ accidente,” sino a las personas que compartían sus inclinaciones. De todas formas Daphne se casó finalmente con Martin. Puede que de veras le amase o que sencillamente, cuando Sabra la dejó, su hermana mayor buscara refugio en los brazos de aquel muchacho. A veces Stephanie no sabía exactamente con cuál de las dos hipótesis quedarse. Por lo que ella observaba cuando estaba junto con Dap y el marido de ésta, la pareja estaba muy bien avenida, y desde luego que adoraban al hijo que tenían en común. Sin embargo a veces la modelo juraría que, mirando con atención a los ojos de su hermana mayor, podía ver tristeza en ellos. O por lo menos el anhelo de algo que había perdido.



-Supongo que será cosa de mi imaginación. Dap nunca me ha dicho que se sienta infeliz.- Pensó, aunque enseguida se dijo consternada.- Claro, tampoco lo decía cuando atravesó aquel infierno, teniendo que fingir delante de todos. Sobre todo, delante de mí.



            Y al hilo de esa reflexión, lo que sí hizo Stephanie en cuanto pudo fue tratar de ir enmendando sus errores. Al principio le costó pero gracias a la ayuda de la mismísima Madame Deveraux logró contactar con alguien a quién pensaba que debía una sincera disculpa. Lo primero que hizo fue llamar a su trabajo a informarse. Para su sorpresa, de allí le facilitaron el número de esa persona y ésta, una vez contactó con ella, la invitó a ir visitar su casa. De modo que, con un atuendo elegante aunque formal, de vestido rojo y zapatos de tacón a juego, Steph se presentó en las señas. Era un barrio residencial de muy alto nivel en las afueras de Nueva York. Después de serle abierta una verja que daba paso a un gran jardín, llamó a la puerta y, tras unos instantes, un chico de aproximadamente catorce años abrió. Debía ser tan alto como ella o quizás algo más, aunque Steph le sobrepasaba por poco debido a sus tacones. Eso sí, la cara del muchacho era una mezcla de asombro y reverencia. Debía de estar alucinando puesto que ni pronunció palabra.



-Hola. Buenas tardes. Soy Stephanie Kensington. Espero no molestar, ni haberme equivocado de dirección.- Se presentó afablemente ella, para sonreír y agregar.- Estaba buscando la residencia Malden.

-Sí, aquí es..- Pudo musitar el chico sin dejar de observarla.-



            Aunque ni se movía, pareciendo petrificado. Steph le obsequió con otra sonrisa más animosa aun. Era consciente de que provocaba ese efecto en muchos hombres y no digamos en los muchachos adolescentes. Menos mal que una voz femenina de mujer adulta sonó aproximándose hacia ellos.



-Brian hijo ¿quién es?...

-No sé. Bueno sí lo sé… es que...- Apenas pudo balbucear el jovencito que estaba realmente colorado.-



            Al fin, la propietaria de esa voz llegó ante la puerta, era tan alta como Stephanie, mayor desde luego, posiblemente en la media treintena, muy guapa, de cabello castaño claro recogido en una informal trenza y con unos grandes ojos verdes que observaron a la recién llegada con interés.  Vestía un simple pantalón vaquero y unas zapatillas deportivas, con una camiseta que llevaba inscrito el nombre de los New York Knicks. Stephanie sonrió algo nerviosa ahora y tras unos instantes de silencio, esa mujer reprendió cariñosamente al chico.



-Hijo. ¿Cómo tienes a esta señorita en la puerta sin haberla invitado a pasar?

-Yo, lo siento.- Se disculpó el azorado muchacho.-

-Anda, ve a buscar algo de beber para nuestra invitada. -Le indicó su risueña madre.-



El chaval salió a toda prisa a cumplir con ese requerimiento. Curiosamente sin  preguntar qué debía traer, lo que arrancó una sonrisa de ambas mujeres. Entre tanto y haciendo un ademán a la modelo, la dueña de la casa agregó.



- Pasa por favor. ¿Qué deseas tomar?

-No, nada, muchas gracias.- Repuso educadamente Steph en tanto seguía a su anfitriona al interior.-



            Entraron en un salón espacioso y decorado con muy buen gusto, Un amplio sofá que daba la sensación de ser muy cómodo se enfrentaba a unos muebles de roble elegantemente labrados. En frente también había una holo tele de apreciables proporciones y en los lados unos sillones de cuero.



-Disculpa que te hiciera venir aquí, pero estoy con mi hijo Brian. Tuve que ir a recogerle de la escuela, mi esposa está de viaje por motivos de trabajo.- Se excusó la mujer.-

-No se preocupe.- Repuso Steph tras sentarse en el sofá.-

-Bien, tú dirás.- Sonrió su anfitriona en tanto le recordaba.- Por lo que me contaste por teléfono, tenías mucho interés en verme. Y Esmeralda me habló muy bien de ti. Me dijo que necesitabas charlar conmigo de algo importante. ¿Quizás es que quieres que te represente en algún caso?



            Ahora fue Stephanie quién parecía no saber qué replicar. Al parecer su contertulia no se acordaba de ella. Era normal, entonces Steph era apenas una cría. Se sentía tan nerviosa e insegura ante aquella mujer como ese muchacho había estado frente a ella misma. Al fin, y tratando de romper el hielo, sonrió levemente para querer saber, como si desease asegurarse pese a la evidencia.



-¿Ese chico es hijo suyo?

-Sí,- asintió su interlocutora, agregando de un modo más informal.- Pero no me trates de usted. Me llamo Kerria.

-Lo sé.- Se apresuró a  replicar la azorada Stephanie, creyendo desvelarle.- Nos conocimos hace años. Usted defendía a la ex novia de mi hermana Daphne.

-Sí, te recuerdo.- Asintió su interlocutora con tono neutro.-



            Aquello hizo enrojecer más si cabía a la modelo que apenas fue capaz de contestar mirando hacia sus propias manos entrelazadas a la altura de su regazo. Al fin, armándose de coraje, declaró con voz queda.



-No sé cómo empezar. Verás, quisiera pedirte perdón por las cosas tan horribles que te dije entonces.

-Eso pasó hace mucho tiempo, eras solamente una niña.- Sonrió conciliatoriamente Kerria, calculando.- Deberías tener la misma edad que mi hijo ahora.

-Fui muy injusta, tanto contigo como con mi hermana.- Se lamentó Steph.- Luego, comprendí que las cosas no son tan fáciles. Ni tan claras como creía que eran. Lo siento, era lo que venía a decirte. Perdón por hacerte perder el tiempo…

-No me has hecho perder el tiempo en absoluto.- Sonrió más ampliamente Kerria.- Todo lo contrario. Me alegra mucho volver a verte y comprobar que ahora eres toda una mujer. Espero que tu hermana este bien.- Añadió ahora decayendo un poco en ese tono tan jovial que había exhibido.-

-Sí, está muy bien, se casó con su novio y tienen un hijo.- Le contó Steph.- Siguen de maestros en el colegio en donde trabajaban.

-Ya veo.- Musitó Kerria quién, mirando a la joven ahora de un modo más serio, le reveló.- Mira, no sé si querrás oír esto. Ocurrió durante el juicio y ya entonces pude comprender por qué tu hermana actuó como lo hizo. Sin embargo, eso no cambia el hecho de que mintió cuando estaba declarando como testigo.

-¿Mi hermana?- Repitió la estupefacta Stephanie.-

-Cuando declaró todo aquello contra Sabra.- Le recordó su contertulia.-



            Y la joven modelo bajó al cabeza una vez más, asintiendo despacio.



-Sé a lo que te refieres. Y también tuve culpa de eso. Ella lo hizo para proteger a nuestra familia. Debía darle pánico que yo la odiase. Y aquello todavía me hace sentir muy mal. Perdona a Daphne, ¡por favor! Hace tiempo que me contó que ella lo arregló todo con Sabra y que se separaron como amigas. Es más, su propia ex novia la animó a casarse con Martin. Esa mujer era buena persona, incluso me ayudó a mí. Lamento mucho haber sido tan injusta con ella también.



            Kerria la miró con genuina sorpresa. Había esperado que seguramente esa chica pudiera molestarse o defender a su hermana negando aquello. De modo que comentó.



-De veras. ¿Qué ha pasado para hacerte cambiar tanto?. No me interpretes mal, me alegro de ello, solo es simple curiosidad.

-Quizás me tomes por loca.- Sonrió Stephanie.- Es que…



            La modelo iba a contarle todo lo vivido, al menos lo que podía recordar, cuando en el hospital, fingiéndose dormida, escuchó a Sabra hablar de su relación con Daphne y renunciar a ella. Aunque en ese instante, el tímido chaval hizo acto de presencia. Llevaba una bandeja con bebidas y toda clase de aperitivos.



-¡Vaya, hijo!- Sonrió divertida su madre al verle aparecer así.- Realmente te has superado.

-Es por si a Steph, bueno, a la señorita Kensington, le apetece tomar algo.- Balbució el pobre muchacho con visible rubor.-

-Para ti siempre Steph.- Sonrió ella mirándole con ternura.- Muchas gracias, aunque ahora no me apetece tomar nada de comer. Quizás sí que acepte la bebida.



            El colorado chico dejó la bandeja que portaba sobre una cercana mesita. La modelo le miró con amabilidad afirmando con total naturalidad.



-Te pareces mucho a tu madre, eres un chico muy guapo.



            La cara del aludido enrojeció más todavía. Apena fue capaz de responder.



-Gracias. Bueno, me voy a estudiar…



            Y salió de allí casi caminando como si le hubieran almidonado los pantalones cortos que llevaba. Su madre no pudo evitar reír, mirando a su vez a la invitada para sentenciar.



-¡Pobre Brian! Eres una de las chicas más guapas del mundo. Él te tiene en un pedestal. Después de lo que le has dicho no sé si podrá dormir en varios días. ¡Ja, ja!…

-Lo siento, no quise que el pobre chico se violentara. Y es verdad, ¡es muy guapo! - Se rio a su vez Stephanie, asegurando.- En unos pocos años romperá muchos corazones. Estoy segura.

-Ahora está en una edad un poco difícil.- Suspiró Kerria.- Pero la vida es así. Todos hemos pasado por eso. Mi esposa y yo le adoramos. Para nosotras es lo más importante de este mundo y solo deseamos que se convierta en un hombre bueno y que sea feliz.



            La modelo escuchó atentamente a su anfitriona y como ésta le narró alguna de su peripecias. A su vez contestó y, retomando el tema anterior, puso a su contertulia al corriente de lo que recordaba.



-Entonces, con todo lo que has vivido seguro que podrás comprenderme. Hay cosas que apenas recuerdo, otras que quizás solo sean una pesadilla o alucinaciones. El caso es que me he dado cuenta de que las personas tienen vidas muy complicadas a veces. Y no creo poder juzgar a nadie simplemente por ver de quién se enamora.



            Y mirando con curiosidad a esa jovencita, Kerria inquirió.



-¿Y no se han vuelto a ver? Quiero decir Sabra y tu hermana.

-No, que yo sepa.- Repuso Stephanie, relatando.- Dap está muy volcada en su trabajo y en David, su hijo. Y es feliz con Martin. Al menos eso aparenta.- Matizó enseguida.-

-Ya.- Suspiró su interlocutora.-



            Estaba claro que ni tan siquiera la joven modelo parecía estar segura de eso. Sin embargo, Kerria no le dio la impresión de ser de la clase de personas que se metiera en vidas ajenas. Bastante tendría ya con la suya propia y la de su familia. Al fin, la propia Steph añadió, destapando otro tema enojoso para ella.



-También quería agradecerte que metieras a esa criminal entre rejas.- Declaró con tono más serio.-

-¿Te refieres a Marla Sorel?- Preguntó la abogada.-



            Su interlocutora asintió. La propia Kerria admitió, todavía con tono lleno de indignación.



-Esa mujer era un monstruo. Cuando a mi bufete le sugirieron defenderla y mi jefe me lo propuso  me negué de forma rotunda. Pero luego, por el contrario, tuve la posibilidad de ejercitar la acusación. Un grupo de afectados por esa mujer me lo ofrecieron.  Ella pese a todo logró un buen abogado, pero con todas las pruebas que teníamos el caso fue sencillo. Debo confesar que no me recaté en hundirla cuanto pude. Y que hasta disfruté de ello.





            Kerria se acordaba bien de aquella especie de entrevista que mantuvo con ese monstruo.

Aunque dejó al margen esos recuerdos cuando Steph le comentó.



-Pero, lo que no entendí fue ese veredicto tan extraño. El ostra…, no recuerdo.

-Sí, el ostracismo.- Completó Kerria, explicando.- Es una figura legal nueva que se creó para crímenes especialmente graves de lesa humanidad. Se la halló culpable de poner en peligro gravemente las vidas de muchos ciudadanos. Además de conspirar contra la raza humana tras lo sucedido en Nature. Ese castigo fue sugerido por los mismísimos soberanos años antes y aprobado por las Naciones Unidas. No consiste en ejecutar a nadie, sino en apartarle del resto de la sociedad si el reo así lo desea. Marla eligió esa vía y fue confinada a una prisión remota. Desde luego hasta a mí misma me espantó la manera que tenía de reírse o de gritar cuando escuchó la sentencia. Solo chillaba que no iba a envejecer allí.

-Es una demente.- Dictaminó Stephanie con una mezcla de miedo y desprecio.- Ya te he contado  que, de lo poco que recuerdo, quiso atropellarnos a mi novio y a mí.



            Kerria asintió con expresión de pesar y solidaridad, declarando a su vez.



-Olvídala, no merece la pena que pierdas ni un instante más de tu vida con su recuerdo.

-Te agradezco muchísimo todo lo que has hecho.- Sonrió Steph.- Repito que fui muy injusta contigo y quisiera hacer algo para compensarte.¡ Lo que sea!

-Ya lo has hecho, querida.- Sonrió Kerria con aprobación, declarando.- Significa mucho para mí que hayas venido y que hayamos tenido esta conversación.



            La abogada miró entonces hacia la puerta de entrada al salón. Su hijo se paseaba por allí cerca sin atreverse a entrar. El pobre estaba realmente azorado. Kerria podía comprenderle bien, Stephanie era una mujer preciosa y realmente seductora. Y unía a eso simpatía y amabilidad. ¡Cuánto se alegraba de que esa chiquilla que estaba consumida por el odio y el prejuicio, hubiese dado tal cambio! De hecho, cuando Esmeralda la llamó para ponerla en antecedentes habló en efecto muy bien de ella.



-Confié en su palabra, si la suegra de mi hermano dijo eso de Steph, había que darle una oportunidad. Y como siempre, Esmeralda no se equivocaba. Sabe muy bien cómo son sus modelos.- Pensó la abogada y entonces discurrió algo y le dijo a su invitada.- Mira, bien pensado, sí hay una cosa que podrías hacer, aunque no exactamente por mí. Y te aseguro que estaríamos en paz.

-Lo que quieras.- Afirmó Stephanie.-



            Kerria se aproximó a ella y le susurró algo al oído. La modelo sonrió con ternura y no tardó en afirmar.



-Será un verdadero placer…



            Al poco la modelo se levantó y con un tono de voz deliberadamente alto, dijo.



-Bueno, muchas gracias por todo. Debo irme ya. Pero antes quisiera despedirme de Brian.

-Claro.- Comentó la divertida Kerria, hablando a su vez a un volumen más alto del necesario.-



            Como ambas imaginaban el chico estaba por allí, y se acercó tímidamente para preguntar no sin pesar a la invitada.



-¿Ya te tienes que ir?

-Sí, por desgracia tengo la agenda completa.- Comentó Stephanie con resignación, aunque enseguida se rehízo sonriente para añadir.- Pero antes de irme me gustaría pedirte un favor. Bueno, si es que no te molesta.

-¿Molestarme? No sé, ¿De qué se trata?- Quiso saber él.-

-Tu madre y tú sois realmente estupendos, me gustaría tener un recuerdo y tomarme unas Holo fotos con vosotros. Que me hagas una con tu madre y que ella me haga otra contigo.- Le pidió la risueña Steph.-



            El pobre Brian estaba casi en una nube, sonrió sin poderlo evitar y con evidente entusiasmo asintió, apresurándose a sentenciar.



-Claro, eso está hecho, voy por la holo cámara que me regalaron los abuelos.



            Y corrió realmente rápido a su habitación. Las dos mujeres se miraron y rieron. Steph comentó ahora en voz baja.



-Es un chico maravilloso. Y tú debes ser muy buena madre.

-Gracias, pero el mérito no es solamente mío. Es trabajo compartido, entre mi esposa Samantha y mis padres.- Repuso modestamente Kerria.-





            Y vieron como el jovencito volvió como una exhalación. Primero quiso hacer una foto a su madre con aquella guapa modelo, no sin que Kerria le pidiera antes.



-Un momento Brian, me tengo que retocar un poco. Al lado de Stephanie voy a parecer una vieja pordiosera.

-Mamá, eres casi tan guapa como ella.- Afirmó el chico.-

-¿Casi?- Exclamó Kerria con fingida indignación.-



            Brian miró para otro lado, el pobre no sabía dónde meterse, ambas mujeres rieron. Fue la modelo quien sentenció con genuina admiración.



-Tu madre es mucho más hermosa que yo. En todos los aspectos.



            Entonces Kerria se disculpó por unos momentos para ir a su cuarto a adecentarse. Durante unos segundos Brian miró a su admirada modelo con rubor, sin atreverse a hablar. Sin embargo, fue ella quien rompió el hielo confesándole con tono afectuoso y evocador.



-¿Sabes una cosa? He admirado a tu madre desde que era una niña. De siempre, mi gran deseo fue parecerme a ella.

-Pues lo has conseguido.- Repuso el chaval mirándola con admiración.-



            No obstante, la joven modelo movió la cabeza para sonreír débilmente ahora y afirmar con modestia.



-¡Qué más quisiera yo! Me queda todavía mucho para poder siquiera acercarme a la categoría que tu madre tiene. Nunca lo olvides, Brian. ¡Es una mujer única! Ha hecho y hace muchas cosas buenas por la gente. Yo, en cambio, sólo salgo en fotografías y desfilo por una pasarela.

-Pero, eres una de las mejores modelos del mundo.- Argumentó el sorprendido chico.- Y haces obras benéficas.

-Hago lo que puedo por ayudar a otros, puesto que la fama y la belleza son efímeras.- Sentenció Steph.- Me he ido dando cuenta de eso. Pero las buenas acciones y las convicciones permanecen. No lo olvides…



            Brian no pudo responder a eso, tampoco sabía que decir. Steph desde luego era más  que una cara o un cuerpo bonito. No podía dejar de mirarla eso sí, y se percató de que la chica lucía un colgante con una pequeña cruz. Él mismo se miró la que llevaba desde muy pequeño.



-Tienes una igual que la mía.- Sonrió entonces algo apurado, mostrándosela a su invitada.-

-Es verdad.- Asintió ella, afirmando sin pudor.- Soy cristiana católica, como mi familia soy practicante, y mi propio hermano mayor es sacerdote.

-Mi madre Ky también lo es.- Comentó el chico.- Quiero decir, católica. Como mi abuelo.

-¿Madre Ky?- Se sorprendió Stephanie.-

-Bueno, la llamo así desde pequeño. Es su apodo de familia, cuando era niña. Mi tío Leval también la llamaba así. Mi madre, Kerria.- Matizó el chico que parecía algo avergonzado ahora.- Yo las distingo diciendo su nombre…

-Claro.- Sonrió Steph.- Y aparte de lo gran persona que es, canta de maravilla. De niña tenía todos sus discos , luego… digamos que los perdí por culpa de mi inmadurez. Pero ahora volví  a comprarlos de nuevo en versión holográfica. Incluso los llevo en mi teléfono.- Añadió sacando de su bolso el aparato para activarlo en tanto remachaba.- Estaba escuchando uno de ellos. Ésta canción por ejemplo, para mí es toda una motivación.



            Y enseguida sonó una de esas canciones que Kerria sabía interpretar tan bien, llena de pasión y fuerza.



Puedes decir lo que quieras de mí

Desear hacerme lo que quieras
Pero no puedes pararme



He sido noqueada, ésta es una ciudad loca.

Incluso voy a golpear en la cara de L.A



Y nada en el mundo podrá apartarme
De hacer lo que quiera hacer
Porque soy demasiado orgullosa, demasiado fuerte

Vivo por el Código de que tienes que avanzar


Sintiendo lástima por ti mismo nadie va a ningún sitio.


Así que mantengo mi cabeza alta

Sabiendo( sabías que sobreviviría)

Bien, lo hice, lo hice
No lo odies, no lo odies
Así es como va



Yo lo hice, lo logré

Estando en “mis propios dos”


Pagué mis cuotas, sí
Intentando abrazarme


No puedes pararme ahora
Pagué mis cuotas



Así que como te dije
No puedes detenerme

Pagué mis cuotas


Ahora todavía confío cada día

Y la gente que trata de buscar líos con Anastacia
Van a ver otra cosa viniendo
Porque tengo una mente y creo que es mejor que lo sepas



No soy una delincuente, no me puedo venir abajo
Y me importa un bledo quién esté alrededor
Eso ha funcionado muy bien hasta ahora



Así que mantengo mi cabeza alta
Así que mantengo mi cabeza alta

Sabiendo( sabías que sobreviviría)

Bien, lo hice, lo hice


No lo odies, no lo odies
Así es como va
Si, lo hice, pasé…

 
Oh estaré en mis propios dos
Pagué mis cuotas, si


Intentando abrazarme
No puedes detenerme ahora



Pagué mi cuota

Si, si, si…


Me costó mucho llegar hasta aquí
Pero no viviré con miedo
¿Vas a tratar de robar mi brillo?


Primero tendrán que construirte
Entonces te derribarán
Es una pelea, intenta una burbuja



Así que mantengo mi cabeza alta

Sabiendo( sabías que sobreviviría)

Bien, lo hice, lo hice



Dicho, es solo el camino
Dije que pagué mi cuota
Si, si, si


Pero no puedes pararme ahora
Pagué, pagué, pagué, mi cuota

Oh pagué mi cuota, si



Pero no puedes pararme ahora
Pagué mi cuota



Anastacia (Paid my dues. Credit to the artist)



La misma Kerria reapareció algo más arreglada, con un vestido y retocada de maquillaje escuchando el final de la canción. Al acabar la misma su hijo parecía algo azorado. Fue Steph quien comentó.



-Le estaba diciendo a Brian que me encanta esta canción, me motiva mucho. Eres una intérprete magnífica.

-Gracias, pero la canción no es mía.- Admitió Kerria desvelándole a su contertulia.- Es una versión de una cantante a la que admiro mucho. Muy luchadora también. En eso al menos me parezco a ella.

-Sí, eso deseo yo también.- Confesó la modelo.- En estos años he tenido que luchar mucho por llegar hasta donde estoy, por eso comprendo esta canción y noto que, cuando la cantas, has debido de pasar por eso también.

-Así es.- Admitió su interlocutora.- La canto con toda mi pasión, sé lo que esa letra significa, aunque hable de otra ciudad y yo siga sin llegar al nivel de la artista original.- Afirmó.-

- No sé cómo sería la original, pero para mi gusto tú eres la mejor cantante que conozco, junto con Keiko Tomoe.- La alabó Stephanie, dirigiéndose a Brian ahora para pedir su confirmación.- ¿Verdad?

-Bueno, sí, mi madre canta muy bien.- Comentó el interpelado sin tanto entusiasmo.-

-A mi hijo le da vergüenza oírme.- Se sonrió Kerria confesando para mayor sonrojo del chaval.- No quiere que le cante ni el cumpleaños feliz.

-No es para tanto mamá, cantas muy bien.- Replicó enseguida el ruborizado chico, reafirmándose.-



            Stephanie le observó divertida,  Brian era un muchacho adorable, si fuera unos pocos años mayor desde luego que no descartaría darle una oportunidad. Se sonrió una vez más moviendo ligeramente la cabeza por tener tales ideas y, volviendo a lo que le había prometido a la famosa madre de ese chico, comentó.



-Bueno, pues vamos a inmortalizar este momento, estaré encantada de tener un recuerdo vuestro.



Entonces Brian hizo los honores. Primero una de su madre junto a Steph, en la que ambas se pasaban un brazo por la cintura y después otra en la que salía él, con la modelo pegando su cabeza a la suya. Ella sonriente, él ruborizado pero feliz. Hicieron alguna más tratando de salir todos juntos y luego ella se despidió volviendo a la sede de su casa de modas. Así lo rememoraba Stephanie.



-Son muy buena gente. Se nota que Kerria adora a su hijo y que él la quiere mucho también. - Pensaba ahora.- Y eso me hace querer volver a ver a mi familia.





            Y de hecho estaba feliz, dado que la señora Deveraux le había autorizado tomarse unos meses de descanso en el planeta donde vivía su familia. A condición eso sí, de echar un vistazo en la sede de la firma en Nature para ayudar a la nueva encargada. Steph no pudo estar más contenta al saber quién sería.



-¡Será un placer y un honor ayudar a mi maestra y amiga Sonia! - Se dijo con entusiasmo.-



            Y se acordaba de la última frase que su jefa Esmeralda le dijo antes de despedirse de ella y desearle un buen viaje a casa.



-Una cosa más.- Le encomendó la veterana diseñadora.- Dentro de unos meses una chica muy  prometedora irá a Nature a hacer unas prácticas. Por favor, aconséjala bien. Te enviaré alguna información sobre ella a su debido tiempo.

-Estaré encantada. No faltaría más.- Repuso la joven que pensó.- Bueno, ya estoy deseando regresar…la fama es bonita y hasta divertida a veces, pero llega un momento que cansa. Sonia tenía razón. No deseo esto para el resto de mi vida…Y echo mucho de menos también a mis seres queridos, familia y por supuesto a Trent.



            Y en Nature, ajeno a eso, aquel tipo desnudo, maniatado, de rodillas y con un capuchón que solo le permitía dos aberturas en boca y ojos, era sometido a un continuo maltrato. Esa voz femenina hiriente le espetaba tras pegarle con un látigo que le hizo soltar un quejido lastimero



-¡Vamos, cerdo! ¿A qué esperas para lamerme las botas? Siguen estando sucias.

-Perdón.- Pudo suplicar él que, agachándose, no tardó en tomar una pierna de aquella mujer alta y de larga melena rubia que cubría su rostro con un antifaz negro. – Como quieras…Lady Morgana.



            Esa pierna que, a la altura de la rodilla, era enfundada ya por una larga bota de cuero negra puntiaguda y rematada en un alto tacón. El tipo la lamió casi con desesperación. Como recompensa recibió una patada en sus partes que le hizo caer al suelo retorciéndose de dolor…



-¡Esto por ser tan miserable! - Le abroncó su agresora.-



            Aprovechando que ese patético individuo regordete estaba en el suelo, aquella mujer le pisó la cara. Su otra bota se restregaba con las partes de su víctima hasta que ésta no pudo más, lanzando un gemido que, no obstante, parecía estar teñido de complacencia. Al fin, esa mujer se retiró ordenándole inmisericorde.



-Mira cómo me has puesto, ¡limpia este desorden, monigote!



            El encapuchado lamió las consecuencias de su pasión, hasta dejar aquel cuero reluciente. Entonces la mujer sonrió, declarando ahora con un tono más amable y suave.



-Bien, esto ha sido todo por hoy. ¿Verdad?

-Sí, sí. Gracias. - Pudo jadear aquel tipo levantándose.- Voy a la ducha.

-Por supuesto.- Convino su interlocutora, despidiéndose.- Yo me marcho, que tenga un buen día.



            Y ese individuo se fue del cuarto en casi penumbra en el que estaban. La joven suspiró. Al fin había concluido con su trabajo por ese día. Tras sentarse en una cama cercana se arrancó esa peluca rubia, frotó con ganas su negro cabello que ahora caía como una media melena y se quitó esas botas.



-Ya me estaban matando. ¡Malditos tacones! - Protestó con un susurro.-



            Una voz familiar se rio, saludándola. Era una mujer de cabello castaño que, entrando en la habitación, comentó.



-¿Ya terminó el cliente, Nelly? ¿Era el rarito?

-Sí, el de las fantasías de sadomasoquismo.- Repuso ésta con resignada paciencia remachando casi con tono incrédulo en tanto se quitaba el antifaz.- ¿Por qué no querrá un polvo como todo el mundo? Me agota mucho más tener que golpearle tanto.

-Pero paga muy bien.- Opuso la otra.- Tiene muchos créditos. Y es muy fiel. Al menos con nosotras. ¡Ja, ja!

-Pues la próxima vez Kassandra, te pones tú éstas malditas botas y este corpiño de cuero y te ocupas de arrearle.- Replicó Nelly no sin sonreír con ácido humor.- A ver si sigues estando tan dispuesta…



            Su interlocutora tuvo que conceder eso no sin sonreír. Las dos esperaron hasta que aquel tipo terminó de ducharse y se secó. Tras vestirse se marchó sin volver a dirigirse a ellas. Una vez a solas limpiaron todo y fue la propia Nelly quién tomó una ducha rápida tras quitarse toda aquella ropa de cuero ajustada que ya le estaba molestando.



-¡Al fin! – Suspiró una vez desnuda y bajo la reconfortante agua caliente.



            Pensaba ahora en lo mucho que había pasado en esos años. Tras ese terrible ataque tuvo que huir con Kassandra. Después, calmadas las cosas tras unos días, volvieron a casa en busca de Orix, pero el chico no apareció por allí. Solamente Edgar dio señales. Les explicó que el crio estaba bien pero que ante el peligro vivido en Nature le había embarcado en una nave rumbo a Bios. Por supuesto eso hundió a Nelly, pero se dio cuenta de que quizás, había sido mejor así. Por una vez tuvo que alabar el proceder de Edgar, velando por la seguridad de su hermano. Luego prosiguió con esa relación ilícita con su  teórico padre y su trabajo en los bares y locales de alterne que habían quedado en pie, hasta que pocas semanas más tarde, llegó el momento de ejecutar su ansiada venganza…



-Hola, cariño.- Saludó Edgar aquella tarde tras volver del trabajo.-

-Hola.- Musitó Nelly que parecía apagada.-

-Voy a la ducha, luego te veo.- Afirmó él.-



            La muchacha asintió, ya estaba lista. Siempre solía repetirse ese ritual. Su padre llegaba del trabajo, se refrescaba y después ella acudía a su cama. Aunque eso iba a terminarse ahí. Nelly y Kassandra lo habían planeado todo con frialdad y eficacia. Una vez  hizo el ultimo ingreso de créditos en la cuenta de Edgar fue, como de costumbre, a esperarle sumisamente en la habitación. Cuando él salió cubierto por su albornoz la chica estaba sentada, vestida y aguardando.



-Así me gusta.- Jadeó él acariciándole las piernas.- Vamos desnúdate. -Le ordenó.-

-Pero, no sé si esto estará bien. - Objetó ella, confesando. -A veces pienso que mamá…

-Mi mujer no se preocuparía. A fin de cuentas. no eres nuestra hija de verdad.- Escupió Edgar sin contemplaciones, en tanto se quitaba el albornoz y se colocaba delante de ella.-



            A pesar del tiempo transcurrido y de lo fuerte que se había ido haciendo, a Nelly le seguía doliendo esa afirmación. Aunque ahora le vino bien para dar mayor verosimilitud a su actuación.



-Por favor...no quiero seguir haciendo esto.- Le pidió la chica con lágrimas en los ojos.- Al menos no contigo. Si quieres puedo acostarme con más hombres y darte más dinero.

-No me vengas con tonterías ahora, ¡zorra! - Espetó su interlocutor agarrándola con violencia del pelo.- Vas a hacérmelo como todos los días. Incluso mejor.



            Y dando un tirón del cabello de Nelly  la hizo gritar obligándola a tirarse al suelo para arrodillarse. La chica supo enseguida que tenía que hacer, ese miembro ya erecto estaba a su alcance y ella lo saboreó como solía. Edgar jadeó de placer.



-Muy bien, ¡así, así!.- Exigía él con frenesí. - No pares.



            Luego y antes de no poder aguantar más, él se apartó, la hizo ponerse a gatas y la tomó ahí mismo. Fue el turno de la muchacha de chillar y jadear. Edgar empleaba bastante más violencia de la habitual y estuvo un rato que a Nelly se le hizo eterno hasta que por fin, terminó. Entonces se volvió más amable y acarició el mentón de la chica que estaba húmedo por las lágrimas.



-Muy bien, cariño. ¿Lo ves? Te ha encantado. Si tú naciste para esto. Ahora, déjame descansar.



            Y la joven obedeció recogiendo su ropa y saliendo de allí, aunque una vez fuera del cuarto se sonrió con expresión malévola.



-Muy bien, esto ha sido todo, espero que lo hayas disfrutado porque no me volverás a ver.- Se dijo.-



            Y a las dos horas Edgar se levantó de la siesta para encontrase con que tenía visita. Eran tres agentes de la brigada policial de Nature acompañados de una funcionaria del ayuntamiento.



-¿Qué es lo que quieren?- Quiso saber.-



            Aunque por respuesta dos policías le sujetaron y uno comenzó a leerle sus derechos. Al fin, la funcionaria declaró sin ocultar su desprecio.



-Señor Connors, ha sido usted denunciado por abuso sexual a una menor con el agravante de incesto.

-¿Qué?- Exclamó él fingiéndose atónito.- ¡Eso es mentira! ¿Quién se lo ha dicho?

-Yo. - Escuchó la voz de Kassandra que entraba en ese momento en el cuarto, abrazando a una sollozante Nelly que se pegaba a ella con expresión aterrada.-  Y tengo pruebas.

-¡Maldita zorra mentirosa!- Aulló Edgar tratando de soltarse del agarre de la policía.-



Pero fue incapaz de conseguirlo y acabó siendo reducido y sacado de allí. La funcionaria entonces, con tono mucho más amable y hasta compadecido, le dijo a la pobre chiquilla morena que no dejaba de llorar.



-Tranquila, lo peor ha pasado. Ahora tendrás que testificar. Y posiblemente pasar a la tutela de los servicios sociales.

-Pero, yo quiero estar con Kassandra.- Pudo decir la chica entre gemidos.- No tengo a nadie más.

-Bien, si existe un grado de parentesco no habrá problema.- Concedió esa mujer.-



            Y lo había, aunque claro, no iban a decirle cual. Menos mal que Kassandra logró casarse civilmente con Edgar haría ya un año, lo que oficialmente la convertía en la madrastra de Nelly. De este modo quedó provisionalmente bajo su tutela. El juicio llegó y ante la abrumadora cantidad de pruebas, el dinero ingresado en esos años en la cuenta del acusado, y sobre todo, las grabaciones últimas de sus encuentros sexuales con su hija, (Que solamente se emitieron a puerta cerrada para el juez y el jurado, pixelando los atributos de los dos), la sentencia fue unánime.



-El acusado es declarado culpable de abusos sexuales, violación y perversión de menores, proxenetismo y malos tratos con el agravante de incesto. Se le condena a la mayor pena posible, cuarenta años.  Será confinado en la prisión de Nature en régimen de aislamiento durante los dos primeros años.

-¿Y después?- Intervino el abogado defensor.-

-Será conducido al pabellón de los condenados por estos mismos delitos.- Declaró el juez.-



            Aun así Edgar temblaba de miedo, sabía por experiencia que incluso entre violadores, se consideraba muy mal a los condenados por pederastia, más si encima era incesto. Y aunque él juró y perjuró que esa chica no era hija suya en realidad, todas las pruebas de ADN y el testimonio de ese maldito doctor Ginga le clavaron la tapa del ataúd. El propio Giaal fue a testificar mirando al acusado como si fuera a matarle en cualquier momento. Las lapidarias palabras del médico al concluir estaban cargadas de ira y malestar y fueron.



-Ese tipo va a tener suerte si le condenan y desaparece de mi vista. Porque si no, me temo que el próximo en ser juzgado iba a ser yo mismo.

-El testigo debe abstenerse de hacer juicios de valor que menoscaben su objetividad.- Le amonestó el juez.-

-Lo siento Señoría, me disculpo ante el tribunal.- Replicó Giaal asegurando.- Pero pueden comprobar todo lo que les he dicho y las pruebas que he facilitado. Científicamente hablando y sin la menor duda, la muchacha lleva el ADN del acusado.



            Y Edgar no ser atrevió a insistir en esa teoría del experimento. Su propio abogado le desanimó alegando que nadie iba a creer eso y que, lejos de beneficiarle, predispondría al jurado todavía más en su contra. Al fin, tras el veredicto, y aconsejado precisamente por su letrado, pidió el castigo del ostracismo, que, tras un acuerdo interplanetario, se había hecho extensivo a Nature. Allí nadie sabría ni quién era, ni porqué había sido condenado. De este modo, Nelly le vio salir de su vida a buen seguro que para siempre. Sin embargo, eso le costó perder a Orix. El chico quedó devastado tras aquello. Ni se atrevía a mirar al que había considerado su padre, ni tampoco a su hermana. Pese a todo, Nelly trató de hablar con él tras el juicio.



-Nunca te dije nada para no hacerte sufrir.- Alegó la joven.-

-No quiero quedarme aquí.- Pudo decir el crío, tratando de no llorar.- Hay una familia que me ha acogido en Bios y quiero estar con ellos. Y quizás también, empezar a buscar a los de mi raza…

-Orix, ¡por favor!- Sollozó Nelly ahora, llena de tristeza, alegando. - Todo lo hice por ti, quería cuidarte y protegerte como hubiera deseado mamá.

-Lo de papá es horrible, pero lo que tú hiciste también estuvo mal. Si me lo hubieras contado antes yo hubiese estado de tu parte y nos habríamos ido los dos juntos.- Lloró el chico ahora mirándola con pesar e incluso enfado para añadir.- ¿Y qué es eso de que eres un experimento?¿Qué clase de experimento?



            La aludida bajó la cabeza, no quería contestar al principio No obstante, no deseó ocultarle a su hermano la verdad por más tiempo y le contó un resumen de todo aquello. Orix quedó perplejo.



-Así que esa Nelly murió. Y entonces, ¿quién eres tú?- Quiso saber el muchacho dejándola atónita.-



            Su contertulia estaba dispuesta a decir que ella era Nelly pero no fue capaz. Quizás esa niña que vivió en el corazón de su madre Aurora no merecía ser mancillada por la persona en la que su “usurpadora” se había convertido. Al fin, suspirando entre lágrimas, la chica admitió.



-No lo sé.  Lo único que sé con certeza en mi vida es que eres al único al que de veras quiero…

-Yo también te quiero, Nelly.- Repuso el lloroso muchacho, haciendo que ella se animase,  aunque remachó haciendo que las esperanzas de la muchacha se desvanecieran.- Pero no puedo seguir contigo. No puedo pensar en ti y en papá…haciendo esas cosas.

-¡Está bien! - Gimió la chica tapándose la cara con ambas manos.- Vete.



            Orix guardó silencio, ella, a través de sus dedos entreabiertos pudo ver como el chico al fin se dio media vuelta alejándose de allí despacio, girándose para mirarla por última vez. Después siguió su camino hasta perderse por el corredor del juzgado…Ahora, tras ducharse, la joven se enjugó un par de lágrimas recordando aquello.



-Donde quiera que estés, solo deseo que seas feliz, hermanito.- Pensaba con tristeza.- Que encuentres a los tuyos y que quizás, un día, puedas perdonarme y comprender.



            Y es que Kassandra se lo advirtió. Aquello sucedería. Al menos ellas dos si eran familia en el sentido más estricto de la palabra, se tenían la una a la otra. Nelly ni tan siquiera quiso ver a su amiga Wina, quién, por cierto, al poco fue a estudiar a la Tierra. Y ella hubiese sido la única a la que podría haber estado más unida. Así pues, todos los vestigios que hubiesen podido quedar de esa niña a la que suplantó, se fueron desvaneciendo poco a poco.



-Ahora en el trabajo soy Lady Morgana.- Se dijo con una mezcla de pesar y resolución.- La ama y cortesana mejor pagada de Nature. Y en mi vida personal me conocen por otro nombre también. Debe de ser mi destino, siempre pretendiendo ser otra persona. Y ahora ya no sé quién soy realmente.



            Y así era, aunque merced a su trabajo había logrado amasar una buena suma que, unida al fondo de su difunta madre del que al final sí cobró su parte, la había dejado en una muy buena posición económica. Quizás lo bastante acomodada como para no ejercer la prostitución nunca más. Sin embargo, aquel modo de vida había llegado a ser el suyo, y ahora era ella quien elegía a sus clientes. Solo a los más ricos y sumisos. Incluso le quitaba el stress tenerles a sus pies y “ castigarles”. Aunque éste último, de quién no conocía el rostro dado que siempre estaba encapuchado, era algo excesivo. Sin embargo, tal y como Kassandra había puesto de manifiesto, pagaba muy generosamente. Debía ser alguien enormemente influyente y rico. Y no había problema. Para cuando le apetecía hacer el amor, ya se ocupaba ella de seleccionar a clientes guapos que además pagaban lo que les pidiera. Aunque eso sí, no se permitía el lujo de sentirse atraída por ninguno más allá del deseo carnal.



-Eso de acostarme con viejos barrigones nunca más.- Pensaba con cierta complacencia.-  Y menos aún el comprometerme con ningún guaperas.



            Y lo mejor es que esa peluca rubia y sus disfraces, en los que habitualmente usaba máscara o antifaz, le daban mucho anonimato. Luego, vestida discretamente y con su cabello natural no corría peligro de ser reconocida. Pese a todo Kas y ella se mudaron a la ciudad del Sur. Lo único que la mantenía con cierto temor era aquel hacker que robaba en las cuentas de las personas ricas, por muy protegidas que estuvieran.



-Ese es el único hombre que me interesa de verdad. Al menos, estoy interesada en evitar que me robe.



Así se dijo mentalmente mientras ya seca y vestida con un discreto conjunto de blusa y pantalón, rematado por zapatos de poco tacón, salía de su local con Kassandra, que llevaba a su vez un vestido asimismo poco llamativo de tono beige, con falda larga hasta las rodillas y zapatos de tacón bajo.



-Vamos a cenar, a ver la holotele y a descansar.- Le propuso su teórica madrastra.-

-A ver si dan más noticias del “Hacker Hood” - Se sonrió Nelly.-



            Y es que bajo ese apelativo, aquel misterioso ladrón se había hecho incluso popular en todo el planeta. Tal y como Nelly temía, era capaz de colarse y robar a entidades y personas ricas. Les privaba de bastantes de sus créditos y poco después mucho de lo robado reaparecía en cuentas de gente pobre o con graves dificultades financieras. Personas que podrían perder su casa o que necesitaban dinero para alguna operación muy costosa. Y eso que en Nature se intentaba cubrir todo esto, aunque tras ese ataque terrible de hacía años, también el interés privado  y no siempre legítimo se había hecho con mucho del planeta, matando muchos de los sueños de igualdad y prosperidad que una vez existieran allí. De hecho, aquel tipo no andaba muy lejos. En su ubicación secreta, estaba en plena tarea, descifrando algunos códigos de seguridad en tanto escuchaba y tarareaba una de sus canciones preferidas.



Tengo el cerebro

Tú la apariencia

Vamos a ganar mucho dinero

Tú tienes el músculo

Yo tengo el cerebro


Yo tengo el cerebro
Vamos a ganar montones de…



Ya tuve suficiente de planificar
y estar en líos con capullos
Mi coche está aparcado fuera
Me temo que no funciona



Estoy buscando por una pareja
Alguien que arregle las cosas
Pregúntate esta cuestión.
¿Quieres ser rico?



Tengo el cerebro

Tú la apariencia

Vamos a ganar mucho dinero



Tú tienes el músculo

Yo tengo el cerebro

Vamos a ganar mucho dinero



Puedes ver que estoy educado

Estudie en la Sorbona

Doctorado en matemáticas

Pude haber sido un Don



Puedo programar un ordenador

Elegir el tiempo perfecto

Si tienes la inclinación

Yo tengo el delito



¡Oh!, hay un montón de oportunidades
Si sabes donde aprovecharlas
Sabes que hay un montón de oportunidades
Si no las hay puedes crearlas
(Créalas o provócalas)



Tengo el cerebro

Tú la apariencia

Vamos a ganar mucho dinero

Tú tienes el músculo

Yo tengo el cerebro



-Sí, desde luego que lo tengo.- Musitaba en tanto programaba algunos códigos de Malware.- ¡Dinero, dinero!…- canturreaba.-



Puedes ver que soy centrado

Se que podría ser

¿Como te sentirías sobre eso?

Ven y da un paseo conmigo



Busco una pareja

Sin importarme el coste
Piénsalo seriamente

Sabes que tiene sentido



Vamos( tiene el cerebro)

Haz (tiene la apariencia)

Vamos a hacer mucho dinero (oohh dinero)

Tú tienes los  músculos

Yo el cerebro



Vamos a hacer mucho dinero (Oohh dinero)
Tengo el cerebro (tengo el cerebro)

Tú tienes la apariencia (tienes la apariencia)
Vamos a hacer mucho dinero (Oohh dinero)
Dinero


Todo el amor que tuvimos

 El amor que escondimos

¿Quién nos enterrará

Cuando muramos?


(Opportunities, Pet Shop Boys, crédito al autor)



            Y así había sido su vida en los últimos años, desde luego casi tomaba aquella canción como un himno. Pese a que no estuviera doctorado en matemáticas, u otras cosas que la letra decía, sí que manejaba los ordenadores como nadie y era capaz de aprovechar las oportunidades. Aunque sin nadie a su lado. También había aprendido a desconfiar…pero no por ello era del todo insensible a los problemas de otros. Así pues, se dijo con un suspiro cuando al fin logró su ansiado botín, tras desmontar todas las medidas de seguridad que aparecían como barreras.



-Bueno, esto me pagará las facturas por otra larga temporada. Y el resto…Me parece que hay un hospital que precisaba fondos para el pabellón infantil…No puedo dejar a esos niños a su suerte. Al menos que haya alguien que se preocupe de ayudar al próximo…



Aunque siempre había gente que trataba de hacerlo y a buen seguro que por medios más honestos. Y ahora era el turno de la siguiente generación, la de Gloria, Franklin, Fiora y otros muchos jóvenes que iban a tomar el testigo de sus padres en aquella difícil pero hermosa tarea. Debiendo enfrentarse , eso sí, a nuevos retos y amenazas.

                              
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