Al día siguiente Susan tuvo una dura
jornada. Desde por la mañana se había reunido con las Animamates al cargo de la
defensa de Nature. Acababan de regresar de Kinmoku y ninguna daba la impresión
de estar precisamente muy animada. Incluso Aluminum Siren parecía haber perdido
su proverbial apetito. Desde luego, el tema era realmente grave y angustiante.
Sentadas en una sala de juntas de la base militar principal de Sagan City, la
capitana Hunter les preguntaba.
-Entonces, ¿los informes que he leído
son veraces?
-Por desgracia, eso me temo.- Replicó
Lead Crow bajando la cabeza.-
-¿Hay algo que podamos hacer?- Quiso
saber Susan.-
-Rezar.- Contestó lacónicamente Siren.-
-Bueno, quizás el poder de los saiyajin
y de Lady Galaxia pueda anular eso.- Conjeturó la capitana, tratando de sonar
más optimista.-
-Nuestra líder nos ha dicho que,
desgraciadamente, ella no puede hacer nada. Y tampoco los saiyajin.- Declaró
Crow.- Al menos con el poder actual que tienen.
-Algo similar sucedió en la Tierra y en
todo el Universo hace años y pudo detenerse.- Esgrimió Susan inasequible al
desaliento.-
-En este caso, ni tan siquiera uniendo
todo nuestro poder seríamos capaces de frenarlo.- Suspiró Siren.-
-¡Maldita sea! ¿Entonces que se supone
que debemos hacer?- Estalló Susan dando un puñetazo a la mesa.- ¿Decirle a la
gente que se prepare para el final?
Tras
un denso y prolongado silencio durante
el cual ninguna de sus contertulias parecía atreverse a responder a eso, fue
finalmente Crow quien tomó la palabra con tono suave y considerado, realmente
bastante para lo que acostumbraba.
-No podríamos decir nada sin que
cundiera el pánico. Nature es planeta más próximo, pero Kinmoku está cerca
también. Puede ser que, pretextando otra cosa, poco a poco fuéramos capaces de
ir evacuando al menos a parte de la población.
- Esa al menos es la opinión de las
autoridades civiles.- Añadió Siren.- Aunque ya les hemos advertido a ellos
también. Sencillamente estaríamos posponiendo lo inevitable.
Susan
respiró hondo intentando calmarse, al fin pudo musitar con una mezcla de
consternación y temor.
-Sé bien lo que es eso. Pude sentirlo, y
casi… desaparecí. Fue una sensación horrible, gracias a que mi esposo pudo
salvarme. Y ahora no puedo aceptar que ese sea el destino de todos los
habitantes de este mundo.
-Nuestra única defensa es seguir
adelante.- Sentenció Crow.- Que las personas que viven en este planeta
continúen con sus quehaceres sin sospechar nada. Al menos que disfruten del
tiempo que les quede. Lo lamento, más no podemos hacer.
-Tengo muchos y buenos amigos en Bios y
en la Tierra.- Declaró la capitana Hunter sin querer dejarse vencer por
aquellas terribles noticias.- Les pediré ayuda. Al responsable de las fuerzas
de Bios, Leval Malden. Sin ir más lejos, él ha tenido experiencias similares.
Crow
y Siren se miraron significativamente pero no dijeron nada. Al fin fue la
pelirroja sailor quien repuso con tinte suave y conciliador.
-Haga lo que crea más adecuado, la
apoyaremos sea lo que sea que decida.
-Gracias. Y discúlpenme. - Asintió su
interlocutora, sonriendo débilmente pese a todo.-
-No se preocupe. Nos hacemos cargo.-
Afirmó Crow.-
Con
eso terminó su entrevista. Las dos Animamates se marcharon, ya en sus
identidades civiles, Akane le comentó a su compañera.
-Es algo muy triste. ¿Estás segura de
que no podemos hacer nada?
-Hasta donde yo sé, no hay nada que se
pueda hacer.- Convino su compañera.-
Las dos prosiguieron su conversación perdiéndose
por las calles de la ciudad. La capitana Hunter se quedó sola en su despacho y
suspiró.
-Debí haber rechazado este maldito
ascenso y vivir en la ignorancia.- Se dijo.-
Después, al acabar su
jornada volvió a casa y como si lo que tenía encima no fuera bastante, le
llegaron noticias de un caso de vampirismo.
Fue el propio Giaal, que a su vez había sido informado por Kiros, quien se lo
contó cuando Susan la vio entrar. Al menos eso parecía estar controlado.
-Bueno, comparado a con lo que tendremos
que enfrentarnos, eso suena a juego de niños.- Pensó moviendo la cabeza.-
-¿Te sucede algo?- Inquirió su marido al
verla tan pensativa.-
-Es el cargo que tengo.- Suspiró ella.-
Son tantas responsabilidades y problemas que no sé por dónde empezar. Karl
tiene suerte, en unos días se retira. Presentó una solicitud para licenciarse y
volver a la Tierra. Se la han admitido.- Le contó a su esposo admitiendo con
sincera zozobra.- Y de pronto me he convertido en la máxima responsable de la
seguridad de este planeta.
-Bueno, no ha sido tan repentino. Llevas
muchos años de magnífico servicio. No te preocupes. Lo harás bien, como todo lo
que has hecho hasta ahora.- La animó Giaal.-
-Gracias.- Sonrió ella intentando
sentirse mejor.-
Su
esposo tenía la clara sensación de que Susan le ocultaba algo, aunque lo achacó
a algún secreto típico de los militares. Por ello no preguntó.
-Espero que solucione lo que sea que
tanto le preocupa.- Pensó.-
En
otro lugar del planeta, otra reunión estaba teniendo lugar. La Congregación
estaba celebrando una sesión extraordinaria. Presidiendo el Obispo Corbin, el
Imán Zuley y el rabino Jacob. Los tres sentados en una especie de púlpito que
se enfrentaba al resto de los asistentes quienes atendían sentados a su vez en
bancos. Fue el rabino quien comentó.
-Hermanos en la fe. Hemos recibido la
petición del señor Noriega. Su caso habla por sí mismo.
-Sí.- Convino el Imán.- Los tres
coincidimos, en esta tesitura en la que se encuentra, hemos de ayudarle.
-Así es.- Remachó el obispo.- Para que
esa situación, tan antinatural como terrible, termine de una vez.
Hubo
murmullos de aprobación y, tras imponerse nuevamente el silencio, el Imán tomó
la palabra.
-Todos profesamos credos diferentes,
pero nos une la fe en Dios, Alá, o Yahvé, como cada uno le llamamos. Y lo
fundamental es que Él es el mismo. Y condena este tipo de aberraciones por
igual.
-Es cierto hermano Zuley.- Afirmó Jacob
añadiendo.- Y más en un mundo de pioneros como Nature. Algo que hubiéramos
deseado fuese el paraíso que Dios legó al hombre antes de que pecase. Por ello
esto no debe permitirse. No podemos perder el Paraíso otra vez. En esta ocasión
conocemos bien los ardides del Maligno y sabemos quiénes son sus serpientes.
-Tenéis toda la razón.- Convino el
obispo Corbin, alegando.- Además, debemos animar a las buenas gentes de este
planeta a casarse y procrear acorde a la doctrina del Altísimo. Creced y
multiplicaos, dijo. Pero habló de hombre y mujer. En otro supuesto es imposible
y antinatural.
-Así es.- Convino el Imán.- Precisamos
más habitantes que nazcan y se eduquen en los valores de la fe. Conforme a
nuestro acuerdo dejaremos que la confesión que elijan después les sea dictada
por su conciencia y sus familias. Pero siempre respetando los preceptos
básicos. Ya lo dice el Sagrado Corán.- Añadió para citar a renglón seguido.-"Su hermano Lot les dijo: ‘Tengan temor
de Dios, yo soy para ustedes un Mensajero leal. Tengan temor de Dios y síganme.
No les pido remuneración a cambio [de transmitirles el Mensaje]. Mi recompensa
me la dará el Señor del Universo. Se orientan [por elección] a los hombres
[para satisfacer sus deseos sexuales] entre toda la gente del mundo, a la vez
que se apartan de lo que su Señor creó para ustedes, su esposa [una pareja
mujer]. Ustedes son un pueblo transgresor’". (Corán 26: 161-166)
Sus
contertulios asintieron y tras más murmullos de aprobación el rabino tomó a su
vez la palabra.
-Por ello, y pese a las muchas cosas que
nos separan, hay algo que nos une por encima de todas ellas. Y es combatir a
los ateos y a los depravados. Comenzando por esos reyes Serenity y Endimión y
esa princesa Kakyuu. Junto a sus guerreras antinaturales y mutantes. ¿Acaso es
normal que haya mujeres que se transformen en hombres? ¿O que fomenten e
inciten las pasiones de los invertidos? Nuestros textos sagrados son muy claros
en esos términos. También el levítico es contundente.- Afirmó citando a su vez.- "No te
echarás con varón como con mujer; es abominación" (Levítico 18:22). Y me atrevo a
decir que tampoco siendo mujer deberás echarte con mujer como si fuese varón.
-Sí,
Concuerdo con mis hermanos, tal y como la Biblia dice. “Entonces el Señor hizo llover sobre Sodoma y
Gomorra azufre y fuego, de parte del Señor
desde los cielos; y destruyó aquellas ciudades y todo
el valle y todos los habitantes de las ciudades y todo lo que crecía en la tierra.” (Génesis 19: 24-2)Por
tanto, igualmente San Pablo condena a las desviadas. Dice claramente.- Agregó Corbin
para citar .- “ Por lo cual Dios los entregó a afectos vergonzosos;
pues aun sus mujeres mudaron el natural uso en el uso que es contra
naturaleza; y del mismo modo también los machos, dejando el uso natural
de las hembras, se encendieron en sus concupiscencias los unos con los otros,
cometiendo cosas nefandas machos con machos, y recibiendo en sí mismos la
recompensa que provino de su error. Y como a ellos no les pareció tener a
Dios en cuenta, Dios los entregó a perverso entendimiento, para que hicieran lo
que no conviene” Y Añado con esta frase de Santo Tomás.” – Recitó de
nuevo el obispo.- El uso natural es que el varón y la mujer se unan para ser
una sola carne en concúbito; y contra la naturaleza es que el varón profane a
varón, y la mujer a mujer; y lo mismo debe decirse de todo acto de coito del
que no se pueda seguir la generación. Por
eso los signos están claros. Yo os digo que el tiempo del castigo divino está
muy próximo. Se ha colmado el vaso de las maldades. Por fortuna, nuestros
seguidores son numerosos y sus votos pueden conducir a los gobiernos de este
planeta y de otros mundos a volver al camino recto.- Afirmó Corbin.- Ojalá que
estemos aun a tiempo de hacerlo.
-Así se hará. Alá el Misericordioso, las
Bendiciones sean con él, seguro que tendrá clemencia de sus leales. -Sentenció
el Imán.- Haremos su voluntad y para ello comenzaremos por prestar auxilio a
ese hombre en su justa causa. Pues tanto el liwat como el Sihaq son gravísimos
actos contra la naturaleza que nos enseña Dios.
-Es cierto. Hora es ya que todo el
planeta compruebe que Dios castigará con mano firme.- Apoyó el rabino.-
-Y lo haremos como dijo Jesús.- Declaró
Corbin.- Utilizando las leyes de los hombres, inspiradas en las de Dios.
Así
la reunión duró todavía unos minutos, tras la votación favorable de los
miembros se trazó un plan de acción y todo estuvo listo. Al poco, Rafael
Noriega, recibió una llamada de teléfono estando en su hotel. Tras oír el
mensaje sonrió con amplitud respondiendo con tono entre agradecido y humilde.
-Por supuesto, no tengan la menor duda
de que lo haré. Muchas gracias por su apoyo. Les quedo muy reconocido y me
esforzaré por seguir los sagrados preceptos.
Colgó
sintiéndose realmente complacido. Y es que después de su encuentro con Sonia hacia
años pensó que todo estaba resuelto. Tiempo atrás, unos misteriosos individuos
contactaron con él, cuando las cosas no le iban tan bien. Y eso que probó desde
el contrabando hasta la protección, pasando por ser partidario de la
independencia de su región natal. Pero eso no le reportó demasiado dinero.
Hasta que cierto día le ofrecieron volver a ver a su antigua novia. Recordaba esa
llamada telefónica y lo que contestó en un principio entre incrédulo y desmotivado.
-Ahora es una mujer famosa,
inalcanzable. No podré ni acercarme.
-Usted deje eso de nuestra cuenta y
limítese a seguir nuestras instrucciones.- Fue la respuesta de una voz
excesivamente grave como para no estar distorsionada.-
-Pero ¿Quiénes son ustedes?- Quiso
saber.-
-Es mejor por su propia seguridad que
solo ejecute los pasos del plan que hemos trazado. Si así lo hace tendrá todo
lo que ansía. -Le prometió esa voz.-
-¿Y cómo sé que esto no es una broma, o
peor aún, una trampa?- Inquirió con tinte desconfiado.-
-Compruebe el saldo de su cuenta
bancaria.- Le indicaron.-
Rafael así lo hizo entrando con la
aplicación de su móvil. Quedó perplejo. ¡Eso debía ser un error!
-¡Aquí hay el equivalente a quinientos
mil euros!- Exclamó estupefacto.- Oigan, Hacienda me va a machacar
por esto…
-No
tema por esos asuntos sin importancia y siga nuestras indicaciones. -Repuso esa
voz sin perturbarse.-
-¿Asuntos
sin importancia? ¡Ustedes no saben cómo las gasta el fisco aquí!
-No
tendrá problemas…siempre y cuando haga lo que se le indique.- Le aseguró ese
extraño interlocutor.-
¿Qué
quieren que haga?- Preguntó él.-
-A
su debido tiempo, volveremos a contactar y se lo haremos saber. - Fue la
réplica.-
Y sin darle tiempo a añadir nada la
llamada se cortó. Pasaron unos días y efectivamente fue contactado una vez más.
Le dieron explicaciones precisas, le facilitaron billetes de avión y pases vip
a los mejores eventos de moda, donde Sonia asistía en calidad de modelo o de
actriz invitada. Incluso le proporcionaron más dinero y muy buenos contactos.
Después le comentaron que debía hacer y decir. Rafael obedeció al pie de la
letra y las promesas de esas desconocidos fueron cumpliéndose, una tras otra.
Pasó de ser un tipo casi marginal y con antecedentes a un ciudadano con buena
renta y propiedades. Hasta comenzó a ser influyente en entornos de la jet set.
Pero lo mejor fue poder acostarse con Sonia otra vez. Tenerla a su merced y
dominarla como nunca pudo incluso cuando salían juntos. Por muy tortillera que
se hubiese vuelto esa zorra, él sintió que la estaba dando placer mientras la
penetraba.
-Eso
valió más que todo el dinero y la buena vida que me han dado.- Se sonrió con
gesto triunfal en tanto miraba una holo foto de su ex novia, para sentenciar.-
Y ahora el toque final. Vamos a ser una familia, cariño. No es que me importe
mucho ese mocoso, veremos primero si es realmente hijo mío. Entonces la cosa
podría cambiar. De todos modos un trato es un trato. Y después de lo que he
vivido es mucho mejor acatar todas las instrucciones sin discutir. Ya te lo advertí,
Sonia. En eso jugué limpio contigo. Hay gente muy poderosa contra la que es
mejor no enfrentarse. Querida, eso es algo que muy pronto vas a descubrir.
De modo que se puso en camino. Tenía
una cosa muy urgente que hacer. Otro que estaba muy ocupado era Franklin.
Seguía tras la pista de ese hacker. Le
tenía localizado, o al menos eso creía. Y estaba aquí mismo, en Sagan City.
-He
seguido su rastro y ¡vaya! Ha hecho un donativo a la asociación de familiares
por las víctimas del Loten.
Esa era una droga realmente
devastadora que había llegado desde Bios. Por desgracia su consumo había
aumentado mucho entre diversas capas de la población. Franklin también se
enteró de que, auspiciada por la Casa Deveraux y la fundación de esta firma
para la ayuda a personas con adicciones, Keiko Tomoe iba a celebrar una gala
benéfica a fin de recaudar fondos. Pero eso no era todo, la pelirroja artista
cantaría con Maray Malden nada menos. Y por si fuera poco, su anónimo rival, le
había hecho una interesante propuesta.
-Bien,
tendré que pensarme si la acepto o no. Aunque por ahora me centraré en ese
festival. Quizás ese tipo quiera aprovecharlo de alguna forma para sus fines. -
Se dijo meditando sobre eso.- Incluso
Stephanie va a retornar para estar presente.- Leyó ahora en una de las páginas
que aludían a ese evento, enlazada a la de Modas Deveraux en Nature.- Bueno,
además de atrapar a ese hacker no me lo perderé. Se lo diré también a mi hermana.
Hipatia es una gran fan de las artistas que van a participar, en especial de Maray.
Y desde luego que la hermana de
Franklin quedó entusiasmada cuando lo supo. Todavía recordaba con tristeza el
roce entre Gloria y su adorada cantante, pero luego la misma saiyajin le dijo
que todo estaba solucionado y que incluso sentía haberse comportado así con esa
chica. Bueno, tanto mejor. De hecho, no volvió a ver a la hija del embajador
Kiros durante un tiempo. No obstante, ahora la jovencita solo pensaba en ese
fantástico concierto. ¡Menudas dos artistas! Pero las sorpresas no acabaron
ahí. En esa gala también hicieron acto de presencia la rehabilitada Brenda
Walsh que vino acompañada de otra ilustre ex adicta, en este caso del Loten, la
periodista y cantante Katherine O´ Brian. Y por si no fuera todavía suficiente,
Kerria Malden, la tía de Maray y prima de Katherine, vino asimismo al planeta.
En un principio dijo no estar vinculada a esa gala, llegaba por asuntos
profesionales relativos a su condición de abogada. Sin embargo, aceptó la
invitación para interpretar al menos un tema junto a su sobrina, su prima y
Keiko. Ninguna defraudó. Fue una actuación memorable. Durante la misma,
alternándose con las canciones, todas se dirigían al auditorio con mensajes
positivos y llenos de ánimo hacia aquellas personas que vivían en ese infierno.
-Yo
estuve allí.- Declaraba sentidamente Kathy a la que ahora se veía bastante
recuperada. – Sé lo duro que es salir de eso. Se necesita ayuda, amor y mucho
tesón. Y por supuesto apoyo económico. En eso fui muy afortunada, lo tuve todo,
pero sé que hay personas que no tienen esa suerte. Por ello me alegra mucho
poder contribuir. Y que también lo hagáis vosotros.- Declaró dirigiéndose al
bullicioso público.- ¡Gracias, muchas gracias a todos!
Le cedió el testigo a su prima quien
sonrió algo apuradamente para tomar la palabra a su vez.
-Bien,
no tenía previsto venir, al menos para esto. Pero debo decir que cuando Kat me
lo pidió no pude negarme. Estoy muy contenta de
compartir estos momentos con vosotros. Y os mando todo mi cariño y mi
solidaridad.
Y eso que, desde muchos noticiarios
del planeta se había hablado de ella en términos despectivos, dando a entender
que personas de esa condición hacían más mal que bien. Pero temiendo una
demanda por parte de la artista que, además era una reputada abogada, no se
atrevieron a ser más explícitos. De hecho, Kerria tuvo que pensárselo mucho
para acudir, no ya a ese concierto sino a un nuevo proceso legal en Nature.
Recientemente ella misma había sufrido en carne propia un episodio muy duro y
doloroso, que afectó a su hijo Brian.
-Ahora
mi hijo está en Bios otra vez, espero que eso le ayude a recuperarse.- Pensaba
con tristeza.- Rezo por eso con todas mis fuerzas. Lo mismo que Sam y mis
padres. E incluso su padre y Rebecca.
Y motivos no le faltaban, casi le
destrozaron la vida a su hijo y por eso, entre otras cosas, cuando recibió la
petición de Sonia Calderón, aceptó el caso. Le llegó la noticia a través de
Stephanie quien iba justo a volver a Nature. La española contactó con su compañera
que conocía a su vez a la abogada. Allí estaban todas ahora, las modelos entre
bastidores, colaborando en esa gala. Al fin, Kerria dejó su puesto a Brenda
quien dijo por su parte.
-Las
adicciones son muy difíciles de superar, y llegan por muchos motivos. También
yo sé lo que es eso. Pero gracias a la ayuda y la confianza de personas como
Madame Deveraux, la abuela de esta maravillosa artista.- Sonrió tomando una
mano de la ahora ruborizada Maray para elevarla ante la ovación del público.-
Pude salir de ellas. Solamente os pido comprensión, paciencia y ayuda para
quien lo necesite.
Maray tomó la palabra a su vez,
sonriente. Declaró ahora, con tinte algo triste esta vez.
-Dentro
de poco regresaré a la Tierra. He disfrutado mucho aquí, conociendo y
trabajando con profesionales maravillosos. Pero ahora otras tareas me reclaman.
Sin embargo, no quería perderme este concierto. Es un honor para mí el haber
tenido la oportunidad de aportar un pequeño grano de arena para que muchas
personas tengan más fácil recuperar su vida y sus ilusiones. Muchas gracias a
todos por vuestro cariño y aliento. Me habéis hecho mejorar muchísimo en todos
los sentidos y os llevaré para siempre en el corazón.- Concluyó a punto de
emocionarse.-
Se apartó para dejar que Keiko se
dirigiera al público. La pelirroja sonrió aplaudiendo al respetable y
afirmando.
-Habéis
llenado el estadio de Sagan City, es para sentirse muy orgullosos de los
habitantes de esta ciudad y de todo el planeta. Sois un ejemplo para todos.
¡Enhorabuena!
Se oían muchos gritos y aplausos,
aunque por desgracia no faltaban algunos que aisladamente reprobaban o incluso
insultaban a la cantante. Si Keiko los escuchó desde luego que no lo hizo
notar. Tras su alocución las cuatro intérpretes cantaron entonces una hermosa
canción que puso colofón a ese memorable concierto. Aunque algunas como Maray
lo hicieron con muchísimo más sentimiento incluso del que podía esperarse en
esa ocasión tan especial. Concluyeron con grandes aplausos. Y tras retirarse al
backstage, Maray suspiró mirando hacia ningún lugar en particular.
-¿Te
encuentras bien?- Quiso saber su tía.-
-Sí,
es que tengo muchas cosas en la cabeza, disculpa.- Repuso ésta que sonrió
débilmente.-
-Has
estado fantástica, cariño.- La animó Kerria, quizás creyendo que se debía a
eso, su sobrina siempre le confesaba que tenía algo de miedo cuando iba a
actuar, y eso la llevó a pensar en su propia situación, por ello le comentó.-
Cuando vayas por casa, por favor, dale un beso muy grande a mi hijo de mi
parte, y dile que le quiero mucho.
-Claro, se lo diré al primo.- Asintió la jovencita
sonriendo más ampliamente ahora.-
-Y
a tus padres también.- Se apresuró a añadir Kerria.-
-No
te preocupes tía, lo haré.- Contestó la chica queriendo saber por su parte.-
¿Te vas a quedar mucho en Nature?
-No
lo sé, tengo un juicio que podría alargarse.- Respondió sinceramente la
interpelada.-
-Ya
veo.- Asintió la jovencita.- Te deseo mucha suerte, seguro que lo ganarás…
-¡Ojalá
tuviera tu optimismo! Yo no estaría tan segura.- Suspiró su tía.-
La conversación quedó interrumpida
por la aproximación de Katherine y Brenda. Ambas venían intercambiando
impresiones y al llegarse hasta ellas las saludaron con afabilidad.
-Ha
sido realmente maravilloso. Se lo estaba diciendo a Kathy.- Comentó Brenda.-
-Gracias
otras vez por unirte a nosotras, primita Ky.- Sonrió la periodista.-
-Somos
las Ky-Kat, ¿recuerdas?- Se rio Kerria restándole importancia para permitirse
incluso el lujo de bromear.- ¿Cómo te iba a dejar sola? Bueno, aunque hubieras
estado muy bien arropada por mi sobrina y Keiko.
Su contertulia asintió. Brenda
comentó entonces a Katherine.
-Me
lo dijo tu madrina, la princesa de Venus en persona, cuando coincidimos con
ella en esa visita al hogar de madres jóvenes. Tu prima y tú sois un dúo
espectacular, lástima que la madre de Maray y vuestra otra prima no pudieran
estar aquí.
-Hace
mucho que la prima Idina y que Amatista se retiraron del mundo de la música.-
Repuso Kathy.-
La periodista recordaba también esa
visita, por desgracia fanáticos había en todos los sitios y su pobre madrina
hasta recibió un tomatazo de un grupo que la acusaba de lunática, es decir, de
miembro de la realeza del Milenario de Plata, al que muchos de esos chalados
denunciaban por su antinatural esperanza de vida y querer esclavizar a la raza
humana, y por si fuera poco, la tildaban
de defensora de los depravados. Pero supo salir de allí con dignidad, incluso
avergonzando a los agresores. Bueno, prefería no recordarles eso al resto de
sus contertulias. De modo que sonrió
añadiendo con nostalgia.
-Muchas
veces echo de menos esos años. Éramos tan jovencitas e ingenuas.
-¡Algunas
más que otras! - Se rio Kerria haciendo que su prima sonriese a su vez.-
Hubo más sonrisas de todas, y al poco también
Sonia y Steph se unieron al grupo.
-Muchas
gracias por vuestro apoyo.- Les dijo Stephanie.- A todas. En cuanto le propuse
la idea a la señora Deveraux de patrocinar este concierto me dijo que seguro
que podría contar con todas vosotras.
-Esmeralda
nos conoce muy bien.- Admitió Kerria.- Es una vieja amiga de nuestras madres.
-Sí,
es verdad.- Convino Kathy.-
Sonia permanecía en un discreto
segundo plano, pese a estar contenta y satisfecha por como se había
desarrollado el concierto tenía sus propias preocupaciones. Estaba deseando
poder hablar con Kerria para contarle, ya en modo serio, la situación. Apenas
si pudieron saludarse, fue llegar la abogada a Nature y encontrarse con el
mensaje de su prima pidiéndole participar en ese concierto.
-En
vista de algo tan importante y tan hermoso, era mejor esperar. En cuanto
podamos ya hablaremos con más calma.- Pensaba la española.-
Por su parte Maray se despidió de todas. Volvía
a su residencia para descansar y comenzar a preparar el equipaje en apenas dos
días. La chica se marchó tras abrazar y besar al resto. Salió de allí por un
acceso restringido que evitase a la multitud de fans que todavía quedaban en
las inmediaciones del estadio, a buen seguro aguardando la oportunidad de pedir
algún holo autógrafo. Todo salió como estaba previsto y la joven fue llevada
sin novedad hasta su apartamento. Aunque poco tardó en entrar, cambiarse y
asomarse a la terraza que tenía con vistas a un gran parque. En esa parte
tranquila de la ciudad. Al poco sonrió, cuando percibió una presencia.
-Veo
que ya has llegado.- Comentó agregando con tono amable.- ¿Te ha gustado el
concierto... Gloria?
Y la saiyajin asintió, estaba
levitando en el aire a pocos metros sobre Maray. Enseguida se posó a su lado,
tras mirarla fijamente a los ojos asintió para replicar con voz queda.
-Al
fin lo he comprendido. Y sé lo que debo hacer.
-Nunca
dude de que así sería.- Le sonrió afablemente Maray.- Ahora puedo irme tranquila.
Sé qué harás todo lo que puedas.
-Quizás
no baste.- Musitó la saiyajin.-
-Eso
no está ni en tus manos, ni en las mías. También yo tendré que partir en breve.
Hacia una misión que no sé cómo acabará.- Le reveló la joven.-
-¿Esa
trascendental misión?- Inquirió su interlocutora.-
-Sí,
recuerda que te hable de que tendría unos compañeros, seremos nueve en total.-
Le contó Maray.-
-Incluyendo
a esa sosa de Fiora.- Sonrió Gloria, pero ahora con un gesto más jovial.-
-Sí,
incluyéndola a ella también.- Admitió su divertida contertulia.-
-Buena
suerte.- Le deseó su interlocutora tendiéndole la mano.- Todos dependeremos de
ello, lo presiento. Y no te preocupes, os daré todo el tiempo que pueda y mientras
salvaré este mundo. Al menos durante unos años. Aun a costa de mi vida.
Maray se la estrechó, Gloria no dijo
más y se elevó en el aire. Aunque antes de partir la saiyajin se dirigió a ella una vez más y, con una leve sonrisa, le
preguntó.
-¿Así
que titanio, eh?
-Así
es.- Confirmó Maray.- Mi madre me enseñó esa canción. Ella la cantó una vez en
la SSP-1 para inspirar a todos. Y yo lo volveré a hacer algún día ante esa gran
prueba que me aguarda. Por tu parte, tenlo presente cuando llegue el momento..
-Lo
haré. En eso me convertiré. - Le prometió Gloria.-
-Pediré
por ti y por todos. Recuérdalo, no puedes hacerlo sola. Cuando llegue la hora
pide ayuda y se te dará.- Declaró Maray.-
-Descuida.
No te fallaré. Para eso vine a este mundo. ¿Verdad? - Sonrió débilmente la
saiyajin.-
Y acto seguido, sin esperar una respuesta que
ya conocía, remontó el vuelo para alejarse a gran velocidad de allí.
-Bien,
dentro de poco llegará su hora, la nuestra aún deberá esperar un poco más.- Se
dijo la joven modelo con semblante entristecido, antes de volver a meterse
dentro de su piso.-
Entre tanto Katherine se despidió
asimismo de su prima. La rehabilitada periodista quería retornar a Bios y de
allí, a la Tierra cuanto antes, junto a Brenda.
-He
oído que tienes un caso muy importante.- Le comentó a Kerria.-
-Así
es, uno que te encantaría cubrir con uno de tus reportajes.- Repuso ésta.-
-No,
ya no.- Suspiró la mujer moviendo la cabeza.- Eso se terminó para mí. Ahora
solo quiero vivir tranquila, junto a mis padres y mis sobrinas. Ya sabes, soy
la tía pesada que las visita de vez en cuando.
-No
digas tonterías. Alusa y Minara te adoran.- Contestó Kerria sonriendo
ligeramente.- Has ayudado mucho a tu hermano Mazoui y a Satory a cuidarlas
cuando eran pequeñas.
-Lo
más cercano a unas hijas que jamás tendré.- Afirmó su prima con un regusto
agridulce al agregar.- Y ahora ya son
adultas, están terminando sus carreras universitarias. Por desgracia las veo
bastante menos. Ya no me necesitan. Y mis padres... bueno. Mi padre está
delicado de salud, tiene que ir mucho tiempo en silla de ruedas. Esa
enfermedad...
-¿Cómo
está?- Quiso saber una apenada Kerria.-
Y es que a Mathew le había
diagnosticado hacía tiempo una terrible enfermedad degenerativa que le estaba
postrando en una silla de ruedas. Katherine sufría mucho por esa causa. Y pese
a los altos contactos que tenían, incluyendo a su propia cuñada, que era la
propietaria de las industrias Masters tras la muerte del magnate años atrás. Ninguna
cura se había podido desarrollar. Así se lo dijo a su prima.
-No
sé, delante de ellos no pierdo la esperanza.- Suspiró Kathy, afirmando con pesar.-
Y lejos de brindarles ayudas les di más problemas cuando se supo lo de mi
drogodependencia. Menos mal que mis padres están juntos y tienen a mi hermano,
a Satory y a mis sobrinas. A mí no me necesitaban, ni entonces, ni ahora.
-
Claro que te necesitan. Todos ellos. Estando tú a su lado, y habiéndoles
demostrado que las personas pueden curarse de enfermedades graves, seguro que
se sentirán muy felices y tendrán más esperanza.- Trató de animarla su
interlocutora, tomando cariñosamente ambas manos de Katherine entre las suyas.-
-Gracias
Ky. Al menos mi madre sigue tan llena de vitalidad como de costumbre. ¡Está
mucho más joven que yo!- Quiso reír ahora para mejorar ese talante que
amenazaba con volverse melancólico, preguntando a su vez.- ¿Y tus padres, Brian
y Sam, siguen bien?
-Papá
tan cabezota como siempre. ¡Mira que le tienen dicho que no haga esfuerzos
innecesarios! – Exclamó para explicarle a su interlocutora, no sin cierta
irritación.- Le detectaron una arritmia hace tiempo. ¡Pues se empeña en seguir
entrenando! Y ya te puedes imaginar a qué clase de entrenamientos me
refiero. -Añadió con tinte de
complicidad, para relatar entre resignada y concernida.- Cada vez que mi hijo
va a verle a él y a mi madre, los dos practican juntos. Le tengo dicho a Brian
que no fuerce a su abuelo, que él es muy joven y no se da cuenta de su fuerza y
que mi padre se piensa que todavía lo es también. Ya sabes, ¡los saiyajin son
así! A mi pobre madre la lleva de cabeza, mira que le echa broncas a todas
horas por eso, pero él, ni caso. Sam también pasa apuro, pero ya la conoces, no
se atreve a decirle nada. - Suspiró con resignación comentando ahora con más
tristeza.- En cuanto a lo que pasó con Cindy, Brian todavía lo está superando. Samantha
y yo pensamos que era mejor que se alejase lo más posible. Que volviera a sus
estudios en Bios. Por suerte Amatista y mi hermano Leval cuidan bien de él.
Antes de empezar la actuación, Maray me dijo que tenía muchas ganas de volver a
ver a su primo.
-Todo
se resolverá.- Aseveró Kathy animando a su vez a su prima.- Me alegra mucho que
hayamos podido vernos, Ky. Cuídate. Y suerte con ese juicio. - Remachó
despidiéndose cariñosamente de ella.-
-
Tú también. Gracias. - Replicó con mucho afecto a su vez Kerria.-
Y Kathy, junto con Brenda, se alejó
para hablar con Stephanie. A su vez, Sonia aprovechó para acercarse a la
abogada, quien ya se estaba retirando del backstage, lista para ir a su hotel.
-¿Tienes
un momento?- Le pidió tímidamente.-
-Claro
que sí, perdona. Vine a ocuparme de tu caso y es de lo único de lo que no me he
podido encargar desde que llegué.- Sonrió apuradamente la aludida.-
-No
tienes que disculparte. Ha sido estupendo que te unieras a las demás.- Sonrió
Sonia que le propuso.- Mira, sé que estarás agotada pero si tuvieras ganas,
cuando descanses un poco en el hotel, a mi esposa y a mí nos encantaría
invitarte a cenar a casa.
-Será
un placer. Allí estaré.- Convino Kerria animando su expresión.-
-Así
conoces a nuestro hijo y te contamos con más calma lo que ha pasado.- Añadió la
española, más cariacontecida ahora.-
-No
te preocupes, sé perfectamente por lo que estás pasando. Me sucedió exactamente
lo mismo. Hace ya bastantes años tuve que ir a juicio para defender mi derecho
a criar a Brian junto con Sam.
-Recuerdo
que se habló mucho de eso, aunque, corrígeme si me equivoco. El padre de tu
hijo estuvo a tu favor y no en tu contra como demandante ¿no es así?
-Así
fue.- Tuvo que reconocer Kerria, que matizó.- En realidad Brian, bueno, mi hijo
lleva el nombre de su padre, con eso podrás imaginar cual es nuestra relación.
-Le contó con tono confidencial a la española que asintió al comprender, en
tanto su contertulia continuaba con su relato.-
Pues, Brian padre ni tan siquiera hizo acto de presencia. Fue algo
totalmente ajeno a él. Y no quise llamarle pese a estar segura de que
testificaría en mi favor, porque tenía otra vida y una nueva familia. De hecho,
lo he pasado muy mal últimamente debido a eso. Todos hemos sufrido, él, nuestro
hijo, mi esposa, hasta su hija y su mujer también, es una larga historia. Pero
ahora no se trata de mi vida, sino de la tuya, la de tu mujer y la de vuestro
hijo. Centrémonos en ello.- Remachó con un tinte más profesional y enfocado.-
-Claro.-
Convino Sonia quien, pese a todo, hubiese estado bastante interesada en oír aquello.
Pero no deseando invadir la intimidad de su abogada, se limitó a recordarle. -
Entonces te esperamos a cenar a eso de las ocho, si te viene bien.
-Allí
estaré.- Le prometió Kerria.-
Dicho esto se despidieron. Por su parte
Stephanie también les dijo adiós, tenía muchas ganas de ver a Trent. Su novio
no pudo ir al concierto pero le envió un mensaje para quedar a cenar. Aunque
antes la modelo quiso pasarse a ver a su hermana y a sus sobrinos. Al llegar
sonrió cuando David le abrió la puerta.
-Hola
tía Steph. - La saludó el crio.-
-¿Qué
tal, cariño?- Replicó jovialmente ella abrazando al niño.- Oye, ¡cómo has
crecido!- Exclamó siendo sincera, dado que le recordaba bastante más bajito.-
La modelo entró junto con el niño de
la mano para descubrir a su hermana que estaba acunando a la pequeña Leah. Las
dos se saludaron con besos en las mejillas.
-Me
alegra verte. - Sonrió Daphne.- ¿Cuándo has llegado?
-Pues
apenas salí de la lanzadera tuve que ir al concierto benéfico.- Le contó su
hermana que ahora dedicó una gran sonrisa a su pequeña sobrina, que estaba ya
medio dormida.- Está hecha toda una monada.- Alabó con visible cariño.-
-Mis
hijos son lo mejor que me ha pasado en la vida.- Sonrió Daphne a su vez,
sugiriéndole a su contertulia.- Y tú deberías planteártelo algún día.
-Bueno,
todavía soy joven.- Valoró Stephanie.- Ya sabes, con el trabajo es difícil.
Trent y yo no hemos hablado mucho sobre el tema todavía.- Admitió pasando a
preguntar.- ¿Martin no está?
-Salió
a hacer unas cosas. Volverá enseguida.- Le respondió su interlocutora.-
Esperaron un rato durante el que charlaron.
Steph jugó un poco con sus sobrinos y le hizo muchas carantoñas y mimos a la
pequeña Leah, que respondió con algunos grititos y balbuceos. Desde luego que
estaba realmente monísima. A la modelo se le caía la baba con su sobrinita. Al
fin, una media hora más tarde, Martin llegó.
-Hola
cuñada.- Saludó sonriente.-
-Me
alegra verte.- Replicó ella dándole un sentido abrazo.- ¿Qué tal todo por aquí?
-Tranquilo,
ya sabes, los niños con sus cosas.- Replicó desenfadadamente él interesándose
de seguido.- ¿Y tú qué tal por la Tierra?
-Mucho
trabajo, promociones y desfiles. Al menos pude llegar para este concierto.- Le
contó Stephanie.- Costó mucho tiempo y esfuerzo organizarlo pero ha salido de
maravilla.
-Los
afectados y sus familiares a buen seguro que lo agradecerán.- Terció Daphne
tomando en brazos a su hija a la que susurró con dulzura.- Hala cariño, a
dormir…
Su hermana menor y su esposo la
vieron llevarse a la pequeña Leah al dormitorio. David por su parte fue a su
habitación a jugar. Aprovechando ese momento a solas, Martin le preguntó a su
cuñada.
-¿Te
quedarás a cenar?
-No,
muchas gracias, he quedado dentro de un rato con Trent.
-Es
un gran chico, te ha echado muchísimo de menos.- Le comentó su interlocutor.-
-Sí,
lo sé, y yo a también a él.
-¿Tenéis
planes de futuro?- Quiso saber Martin.-
-¿Te
refieres a casarnos, vivir juntos o algo así?- Inquirió a su vez la modelo.-
-Sí,
eso mismo.- Dijo él.-
-Si
te soy sincera, no sé qué quiero hacer de aquí a unos años. Me gusta mi
trabajo, pero la señora Deveraux tenía mucha razón. Tanto desfile, viaje, y
ajetreo, termina por desgastar. Mentiría si dijese que tengo el mismo
entusiasmo que cuando comencé, pero tampoco veo que sea hora de dejarlo. Puede que
unos cinco años más y luego me vaya retirando de las pasarelas y me enfoque en
publicidad o eventos.- Le explicó ella que tenía en mente una reciente
propuesta de su jefa que todavía no quería desvelar.-
-¿Y
qué hay de tener familia?- Inquirió Martin.-
Steph sonrió, moviendo levemente la
cabeza para contestar divertida.
-Dap
me ha preguntado exactamente lo mismo. Y sé que By estaría de acuerdo con ella.
Lleva tiempo diciéndome que está deseoso de echarnos el lazo a mí y a Trent en
su iglesia. A mis padres les parecería maravilloso, claro está.
Aunque la modelo, mudó su gesto en
otro más serio, para preguntar a su vez.
-¿Qué
tal estáis Dap y tú?
-Bien,
ya sabes, tu hermana se desvive por los niños y trabaja mucho. Trato de
ayudarla cuanto puedo.- Comentó él.-
-Me
preocupa que no se cuide. Ha engordado demasiado.- Suspiró Steph.- Quiero
pedirle que venga al gimnasio conmigo. Tengo nutricionistas y entrenadores
personales que trabajan para la casa Deveraux. Nos mantienen en forma a todas
las modelos. Seguro que Daphne volvería a estar genial con solo unos pocos
meses de trabajo…
-Por
mí no hay inconveniente, pero es ella quien decide.- Aseveró su cuñado
encogiéndose de hombros.-
-Sé
lo que va a decir, que con los críos no tiene tiempo. Pues también hay
guarderías .- Afirmó Steph.- Lo tenemos todo organizado. Si hasta Sonia llevaba
a su hijo a la que hay en la sede de aquí, antes de que empezara en vuestro
colegio.
Fue Martin quien suspiró ahora
poniéndose más serio para confesar a la atónita Stephanie.
-Lo
único que quiero es que Daphne sea feliz. Muchas veces me siento culpable por
robarle esa felicidad. Pienso que, tal y como ella es, hubiera preferido estar
con otra persona. Ya me comprendes. Y que las circunstancias, de uno u otro
modo, se conjuraron en su contra. Y sobre todo, que yo tuve mucho que ver en
eso…
-También
yo tuve que ver en eso. Y lo lamento mucho.- Afirmó su interlocutora, eso sí,
tratando de mostrarse más optimista al añadir.- Aunque ahora la veo dichosa
junto a vuestros hijos y contigo. Estoy convencida de que no cambiaría eso por
nada.
-No,
Steph, tú no te puedes hace una idea de hasta qué punto cambié las cosas.-
Susurró Martin con tinte entre culpable y consternado.- Es más. Quizás nada de
esto debió de ocurrir...
Su cuñada le dedicó una mirada de extrañeza
e incredulidad, aunque él no pudo explicarse, Daphne reapareció tras dejar
dormida a su hija y a David jugando en su cuarto.
-Bueno,
ya estoy aquí.- Sonrió la recién llegada. –
-Pues
yo tengo que irme ya.- Pudo decir Steph forzando una sonrisa.- Trent me estará
esperando, y el pobre ya lleva mucho tiempo sin verme.
-Claro,
dale recuerdos y divertíos.- Repuso su hermana mayor.-
Stephanie se fue tras abrazarse a
ambos y una vez a solas el matrimonio tomó asiento en el sofá, con Martin
pasándole un brazo a su mujer por los hombros. Fue Daphne la que, suspirando,
comentó con una mezcla de ligera tristeza y orgullo.
-Mi
hermanita se ha convertido en una gran mujer. Es una versión mejorada de mí.
Más alta, más guapa y más delgadita.
-No
digas tonterías.- Le susurró Martin.- Para mí eres la chica más guapa del
mundo, Daphne. Recuerda que te lo vengo diciendo desde que nos conocimos.
Su esposa no contestó, guardando un
significativo silencio, al menos eso creyó él que añadió.
-Y
puedes hablar conmigo de cualquier cosa…
-No
temas, hace bastante tiempo que sé cuál es mi camino.- Repuso ella al fin.-
-No
se trata de un camino, se trata de tu felicidad.- Insistió Martin mirándola
ahora a los ojos.-
Daphne apartó su mirada bajando la
cabeza, se sentía mal, avergonzada incluso. ¿Qué podía decir? Su esposo le
había perdonado todo, le había ofrecido su amor incondicional e incluso la
libertad. Pero no era tan sencillo, a esas alturas ya no. La cuestión no
solamente dependía de ellos dos. Ella pese a todo seguía atrapada. Ni podía
aspirar a ser realmente como se sentía, ni deseaba destruir lo que tenía. Eso
sería hacer mucho daño a inocentes, comenzando por su marido y sus propios
hijos.
-Tú
siempre has hecho todo a tu alcance para hacerme feliz. Jamás podría pedirte
nada más de lo que me has dado.- Le contestó con total sinceridad.- ¡Y te
quiero, te quiero muchísimo por ello, Martin! Para mí es muy importante saber
que te tengo a mi lado.
Él pareció sentirse satisfecho con
eso y la abrazó, ella se dejó hacer, y su esposo le susurró entonces.
-Pues
Steph me ha comentado…
-Ya.-
Le cortó a desgana su mujer.- Que me ponga a dieta y haga ejercicio. Cuando se
refiere a mí, mi hermana no dice otra cosa.
-Se
preocupa por tu salud.- Musitó afectuosamente él en tanto mantenía la mejilla
de ella contra su pecho para agregar.- De veras Dap, los niños no son problema,
acepta y siéntete mejor contigo misma.
Ahora ella se separó de su lado y
casi a modo de reivindicación le contestó, con un tinte más cortante.
-Los
hombres siempre pensáis que las mujeres solo nos sentimos bien cuando estamos
guapas y delgadas. Pues no es así. Tenemos otras mil maneras de estar a gusto
con nosotras mismas. No todo gira en que nos valoréis con la vista.
-Tú
sigues siendo muy guapa, cariño. Y no me refería a eso. - Se apresuró a
responder él.- Disculpa si me he expresado mal. Quería decir, en el sentido de
que salgas más, hagas vida social. Siempre vas de casa al trabajo y vuelta. O
estás con los críos del colegio o con nuestros hijos. De verdad, sería bueno
que compartieras más tiempo con tu hermana, como antes.
-Stephanie
ya no me necesita a su lado.- Suspiró Daphne con voz más suave, quizás
arrepintiéndose de ese arrebato.- Ya no es una niña, sino una mujer adulta que
lleva muy bien las riendas de su vida.
A punto estuvo de añadir, “ bastante
mejor que yo”, sin embargo se mordió la lengua. Pero era muy cierto, Steph
había madurado mucho y se había convertido en una gran mujer, en todos los
terrenos, y el menos importante era el de su apariencia, pese a ser de las
modelos más atractivas y deslumbrantes de Nature o de la Tierra. Daphne en
cambio la veía con orgullo como una persona trabajadora, entregada, que había
aprendido y ganado experiencia,
convirtiéndose en alguien tolerante y de mente abierta. Su relación con la casa
Deveraux la había impulsado en gran medida, pero su constancia y esfuerzo
fueron fundamentales para llegar hasta ahí y medrar. Quería creer que ella
misma tuvo que ver en eso, aunque fuese un poquito.
-Siempre
serás su hermana mayor y además te quiere muchísimo.- Expuso Martin sacándola
de esa reflexión.- Mira, hemos charlado un poco antes de que volvieras de
acostar a Leah, y no únicamente de ti.- Se anticipó él por si acaso,
añadiendo.- Le he preguntado por sus planes de futuro y no parece estar por la
labor de casarse todavía.
-Me
parece bien, es muy joven aun.- Replicó Dap.-
-Sí,
eso es cierto.- Convino su esposo.- De todos modos, creo que le vendría bien
tener algunas conversaciones con su hermana…
-No
veo qué podría decirle yo que ella no sepa ya.- Sonrió levemente su
contertulia.-
-Supongo
que algo se te ocurrirá.- Sonrió Martin.-
-Lo
de leerle cuentos como cuando era pequeña, ya no creo que funciones.- Suspiró
ella.-
-Nunca
se sabe.- Musitó él.-
De este modos los esposos quedaron
abrazados sobre el sofá, una vez más. En otra parte de Nature, eran Naya y su
marido los que charlaban tras la cena.
-Espero
que Fiora venga pronto a vernos. - Deseó ella, añadiendo con algo de pesar.-Se
pasa la vida de prácticas.
-Es
lo que más le gusta.- Afirmó Alan.- Sabes que adora ir al bosque a ver a su
lobito.
-Bueno,
eso de lobito ya es historia.- Declaró Naya.- ¡Ese animal está enorme!
Y es que se referían al cachorro de
lobo que salvaron de un hoyo, junto con su hija, cuando ésta era muy pequeña.
Esa cría y Fiora forjaron un lazo de amistad y cariño mutuo y desde entonces la
niña había acudido año tras año a esa parte del planeta, reserva de la
naturaleza, para ver a su amigo de cuatro patas. Ahora, siendo casi ya una licenciada
en ciencias ambientales y fiel a su costumbre, la joven acudía a visitar a ese
lobo y también a estudiar el resto de la fauna y la flora del lugar. Por ello,
Alan le propuso a su mujer.
-Quizás
el próximo año podríamos pedir unos días libres e ir con ella cuando lleguen
estas fechas.
-Es
una estupenda idea.- Sonrió Naya.- A este paso casi a va a ser la única manera
de ver a nuestra hija. Cualquiera diría que es una versión moderna de Tarzán, o
de Sheera. Prefiere los animales a las
personas.
-Teniendo
en cuenta como son algunas personas que hay por aquí, la entiendo muy bien.-
Suspiró Alan, dedicando su atención a temas menos agradables cuando comentó con
tintes más serios. - Esos fanáticos siguen haciendo de las suyas. Estoy
preocupado por nosotros y por la familia de tu hermano.
-No
tengas miedo. Nosotros hace mucho que no adoptamos nuestra apariencia real.- Le
tranquilizó su esposa.-
Y es que ni tan siquiera en la
intimidad de casa se lo permitía a sí misma. Naya no tomaba su aspecto original
de alien desde hacía mucho tiempo. Muchas veces, al mirarse al espejo, casi
llegaba a pensar que era una humana más. Y eso que a su marido le encantaba
verla en esa forma, sobre todo cuando estaban en la alcoba.
-Ya,
pero esos dementes no solamente están contra los alien. - Suspiró su esposo.- Incluso
en el concierto que han dado a favor de las personas con enfermedades y
adicciones algunos han abucheado. Por ejemplo a mis primas, a Kerria por ser
homosexual y a Kathy por ser ex adicta al Loten. No comprendo a esa clase de
gente. ¿Es que no ven el sufrimiento de otras personas?
-Tienen
sus mentes llenas de odio y de prejuicios.- Se lamentó Naya.- Y temen lo que no
es como ellos. Muchos han sido manipulados por desalmados que se han
aprovechado de ello.
-Mi
padre ya nos lo advirtió.- Comentó reflexivamente él.- Dedicó su vida a luchar
contra eso, nos educó para ser abiertos y tolerantes y para que advirtiéramos
este tipo de cosas.
-Hizo
un magnífico trabajo, junto con tu madre.- Le alabó Naya dándole a su
interlocutor un beso en la mejilla.-
Su esposo asintió, aunque ahora,
pensando en su familia, comentó.
-Hace
tiempo que no veo a Idina, y de Lance apenas sé nada, como de costumbre. Mi
hermana ha sufrido mucho recientemente con la enfermedad de su hijo Andrew. Creo
que mi hermano ha estado muy pendiente de Loren, mientras Idina y Michael se
ocupaban de nuestro sobrino.
-Lance
siempre fue un buen hombre. Pero muy metido en sus cosas.- Comentó Naya.- Sin
embargo, desde hace un par de años sí
que ha estado más tiempo con tu madre y con el resto de la familia.
-Bueno,
ya hace mucho que no viene por Nature, pero lo comprendo. Estamos muy lejos de
cualquier parte.- Sonrió Alan ahora.- De todos modos, mi madre sí que vendrá
dentro de poco. Eso seguro que hace que Fiora se pase más por aquí.- Afirmó con
ilusión y realmente convencido al sentenciar.- Nuestra hija adora a su abuela
por parte de padre. Y también a sus otros abuelos, claro está.- Se apresuró a
añadir.-
-Sí,
mis padres también vendrán, al menos eso espero, a vernos pronto. Tanto Giaal
como yo tenemos muchas ganas de saber de ellos.- Admitió su esposa.- También han
ido mucho últimamente a visitar a tu madre y al resto de sus viejos amigos de
la Tierra.
Y ambos prosiguieron esa
conversación hasta irse a la cama. Esa misma noche, Kerria acudió en efecto a
casa de Sonia y de Mei Ling. Fue
recibida con tremenda simpatía por ambas y se deleitó jugueteando un poco con
el pequeño Richard.
-Es
un crío monísimo, y lleno de energía.- Alabó en tanto intentaba atraparle
jugando al pilla, pilla.-
Mei Ling y Sonia se rieron. Era bastante cómico
ver a esa mujer, tan bien vestida, intentando pillar al pequeño que iba
gateando en pijama y sin parar de reír. Al fin tuvieron ya bastante de juegos y
permitieron que el niño se fuera tranquilizando antes de acostarle. Tras un
rato metieron a Richard en la cama, y le leyeron un cuento. Al fin el pequeño
se durmió y las tres mujeres pudieron cenar con calma y el matrimonio puso a
Kerria al tanto de su situación.
-Así
ha sido. Primero vino al colegio, habló con el director del centro. Por fortuna,
el padre Michael me lo comentó. Pero después recibí una citación. Me ha puesto
una denuncia por privación de derechos paternos.- Le contó Sonia con visible
zozobra en tanto le mostraba una copia que le había sido enviada por holo mail.-
-Bueno,
esa denuncia tiene que ser admitida a trámite primero.- Quiso calmarla Kerria
tras leerla.-
-Por
desgracia, con el creciente poder de los Neoreligiosos eso no será difícil.-
Intervino Mei Ling, sentenciando asimismo preocupada.- Esos tipos nos tienen en
el punto de mira.
Desde luego que, pese a no ser
agredidas ni atacadas de modo directo, las dos mujeres sí que sentían a veces
miradas que se les clavaban como puñales, o gentes que murmuraban al verla
pasear juntas por la calle. No digamos ya cuando iban con Richard.
-Es
una situación muy incómoda.- Suspiró Mei Ling quién pese a todo no gustaba de
exponerlo claramente ante su pareja, aunque ahora, teniendo a Kerria allí, sí
que se atrevió a confesar.- Y a veces tengo miedo, no solo por nosotras sino, sobre
todo, por el niño.
Sonia la miró ahora con pesar e
incluso sorpresa. Sabía que a su esposa le incomodaba aquello, pero su tono
había sonado desde luego lleno de tristeza e incluso temor.
-Lo
lamento mucho, cariño. No pensé que te afectase tanto.- Musitó llena de pesar.
-
-No
te preocupes, no es culpa tuya.- Se apresuró a replicar Mei Ling sujetándole
una mano entre las suyas.-
Las dos se dieron un beso en los
labios y se abrazaron. Kerria sonrió y no tardó en tomar la palabra.
-No
os preocupéis, no estáis solas. Y puedo aseguraros que os comprendo muy bien.
He sufrido el odio en carne propia. Y he visto como desquicia la mente incluso
de chicas que apenas sí son todavía unas niñas.
Y para horror y perplejidad de sus
contertulias les narró una de sus pasadas experiencias. Incluso Mei Ling,
acostumbrada a ver y vivir tantas cosas increíbles, quedó sin habla. Finalmente
pudo decir.
-¿Qué
esa chica intentó matarte en tu camerino?
-Me
culpaba de la ruptura de sus padres. Me quedé helada cuando me dijo que estaba
saliendo con mi hijo por venganza contra mí, y que le iba a destrozar la vida.
Pero ni lo que ella misma sabía era que Brian era hijo también de su propio
padre. ¡Su propio hermano!- Suspiró Kerria.- ¡Fue terrible!, por fortuna no me
hizo nada, y entre todos pudimos hacerla ver lo equivocada que estaba. Pero
cuando todo se descubrió y mi hijo se enteró de que eran hermanos. ¡Él, que se
había enamorado de ella!
Recordar eso todavía le hacía
llorar, tuvo que enjugarse algunas lágrimas en tanto bajaba la cabeza. Sonia
posó una mano en el hombro izquierdo de Kerria declarando entre compadecida y
solidariamente.
-Lo
lamento mucho. No quiero ni imaginar que eso le pasara a mi hijo. Ojalá que el
tuyo sea capaz de superarlo.
-Fue
a terapia con una psicóloga muy buena, en París.- Les contó la abogada una vez
se rehízo de ese momento de debilidad.- Una antigua compañera de colegio de mi
cuñada, es como nosotras y pasó por momentos muy duros en su vida también. Por
eso comprendía bien la situación.
-Si
nos escucharan los neoreligiosos nos acusarían de formar un lobbie.- Terció Mei
Ling en un intento por suavizar ese ambiente tan cargado de tristeza y malos
recuerdos.-
-
¡Ojalá fuera así!- Replicó Kerria.- Por desgracia no somos como los de su
calaña. No conspiramos en la oscuridad para llenar de odio a la gente. Creedme,
les conozco muy bien. Mis padres y sus
amigos lucharon contra ellos hace ya muchos años. Y nosotros tomamos el relevo.
Esos individuos son malvados, crueles y despiadados. Pese a sufrir tantas
derrotas son perseverantes. Cambian de tácticas y no se detendrán ante nada para
lograr sus fines. Son implacables y crueles sin es preciso. Pero también son
muy astutos y tienen muchas maneras de actuar. Justo cuando lo que os he
contado pasó, yo había debatido con el reverendo Waters y Carter Lench entre
otros.
-Esos
tipos son unos fanáticos, sobre todo el tal Lench.- Afirmó Sonia con un
evidente disgusto.- Tuve ocasión de sufrirle en la Tierra. Fue uno de los que
más se ensañó con el pobre Ben. Waters es más comedido, pero también un
intransigente.
-Sí,
coincido contigo. Waters al menos parece creer que de veras estamos en pecado
mortal y quiere salvarnos.- Se sonrió Kerria comentando con ironía.- Ha
intentado predicarme en varias ocasiones. Pero en el fondo, quizás se pueda
razonar con él. No le creo capaz de llegar a según qué extremos.
-Aquí
tenemos al obispo Corbin, uno de sus más aventajados discípulos.- Le contó Mei
Ling.- Aunque creo que es incluso peor que su mentor, está más en la línea de
Lench. Pero no es un botarate como él, por desgracia es mucho más inteligente
que ese viejo machista y asqueroso.
Kerria escuchó esas palabras con
interés ya más profesional. Deseaba dejar a un lado sus propias tribulaciones y
centrarse en el caso que les ocupaba. Atendiendo pues a esas referencias sobre
el aludido obispo, finalmente declaró.
-Si
es como he escuchado, es el arquetipo de esos canallas. Tanto él como sus
acólitos quieren aprovechar cualquier debilidad que mostremos para dañarnos.
Por eso, en cuanto recibí tu petición a través de Stephanie no lo dudé. –
Sentenció la letrada.- Ese tipo está cortado por el mismo patrón que los
cabecillas de su congregación en la Tierra, es un hábil manipulador y muy
peligroso. Tengo algunos informes de sus andanzas en la Tierra. Antes de que
viniese aquí. Se dicen cosas terribles, pero lo peor de todo es que nunca ha dejado
evidencias directas de lo que hace. Ni se le ha podido relacionar personalmente
a él. Se rumorea que también simpatiza
con el grupo de la Luna Negra, los que se oponen frontalmente a los soberanos
Serenity y Endimión.
Sonia y Mei Ling se miraron
atónitas. Al oír hablar a su invitada todo parecía formar parte de una amplia
conjura. Tan enorme que jamás lo hubieran podido ni tan siquiera imaginar.
-¿Estás
insinuando que Rafa es un simple peón de esa gente?- Inquirió la española entre
perpleja y atemorizada.-
-No
estoy segura de eso, pero no me sorprendería.- Contestó la abogada.-
Para Sonia cobraron sentido entonces
algunas cosas que su ex novio le dijo cuando se vieron en aquella habitación de
hotel en Barcelona, años atrás. Cuando le habló de personajes muy poderosos con
los que era mejor no enfrentarse. Eso le provocó un escalofrío. ¡Ojalá que
Kerria se equivocase y fuera simplemente
un intento de ese sinvergüenza por sacarle dinero! O incluso tuvo el deseo de
que, por una vez, su ex fuera alguien con responsabilidades y quisiera
saber del que podría ser su hijo. Pensando en eso, comentó no sin inquietud y
pesar.
-Desde
que Richard nació me aferré a la esperanza y al deseo de que fuese hijo de Ben.
Por desgracia, según pasan los años, veo que físicamente se parece cada vez menos
a él y más a mi ex novio.
-En
tal caso, la reclamación de ese tal Rafa tendría una base.- Declaró Kerria
moviendo la cabeza.- Podría pedir una prueba de ADN. Y si nos negamos eso sería
visto por el juez como un intento de obstaculizar las legítimas aspiraciones de
un padre a estar junto a su hijo.
-¿Debemos
permitirlo entonces?- Intervino Mei Ling con zozobra.-
-Nos
conviene mostrarnos colaboradoras con la justicia para esclarecer cualquier
tipo de duda.- Le contestó la abogada.- Debemos abstenernos de cualquier
conducta que le pudiera hacer ganar puntos. Y si hay suerte y resulta no ser el
padre, todo habría concluido antes de comenzar.
-Eso
espero.- Musitó la española.- Solamente quiero que mi esposa y yo podamos vivir
tranquilas con nuestro hijo. No creo que sea mucho pedir. Que Richard tenga una
infancia segura y tranquila, que sea feliz sin que nadie le señale.
-Te
comprendo muy bien.- Convino solidariamente Kerria.- Sam y yo siempre quisimos
eso para nuestro hijo Brian. Nos esforzamos para que nunca se sintiera distinto
por el hecho de tener dos madres. – Entonces sonrió con nostalgia para
rememorar con voz queda.- Me acuerdo que hacíamos fiestas invitando a sus
amigos. Y la mayoría de los padres de esos niños eran personas cordiales, que
nunca tuvieron el menor problema en venir con sus hijos a nuestra casa. Sin
embargo, debo admitir también que somos de la clase privilegiada, tenemos
dinero y posición. Eso siempre ayuda a que te miren con mayor benevolencia.
-Es
verdad. En ese aspecto somos muy afortunadas.- Terció Mei Ling, agregando con
admiración.- Y viendo como lo habéis hecho tu mujer y tú, nos gustaría tomar
ejemplo.
-Cuando
tuve la oportunidad de conocer a tu sobrina Maray y charlar con ella, me habló
muy bien de ti, de tu esposa y de su primo. ¡Os adora!- Sonrió la española
dirigiéndose a la abogada.-
-Gracias.
Maray es una chica fantástica, la quiero mucho. Igual que a su hermano, mi
sobrino Asthel.- Afirmó Kerria aseverando con mayor tinte de optimismo.- Cuando
veo que existen personas como ellos entre los jóvenes, eso me hace volver a
tener esperanza en la humanidad. Todo por lo que hemos luchado durante tanto
tiempo ha merecido la pena. Por eso ahora toca pelear por vosotras y por el
futuro de vuestro hijo.
Así lo convinieron y, tras un par de
horas más hablando sobre cómo abordar el caso, Kerria se despidió retornando a
su hotel. Por su parte Stephanie se reunió con su novio y los dos fueron a un
restaurante cercano a la casa de Trent. Era un lugar tranquilo. Lejos del
glamour y de los cinco tenedores. No obstante, se comía bien y podía tener
intimidad, alejados de los focos, de paparazis y de admiradores de la modelo.
-Me
encanta venir aquí.- Sonrió ella.- Un sitio apacible donde me puedo relajar.
-Así
es, por eso te lo propuse.- Convino el muchacho con tono algo apagado sin
embargo.-
Steph se percató de ello y no tardó
en preguntarle con interés.
-¿Te
ocurre algo?
-Bueno,
solo estoy cansado, el trabajo, ya sabes.- Suspiró él.-
Trent había concluido con éxito su
carrera de derecho, como abogado novato, eso sí, había entrado a trabajar en el
mejor bufete de Nature. Al principio su tarea consistía sobre todo en copiar
archivos, repasar casos antiguos, ordenar cosas y llevar y traer bebidas a los
veteranos. Aunque al fin le habían dado una oportunidad, para actuar como
ayudante de Isaías Mendel, uno de los mejores letrados de la firma. Sin embargo,
le contó ambiguamente a su novia.
-Al
fin tendré la oportunidad de asistir a un juicio como letrado ayudante, pero
debo preparar muchas cosas.
-Últimamente
estoy rodeada de gente que tiene que ir al juzgado.- Sonrió Stephanie para
comentarle.- Mi compañera Sonia tendrá que ir por un pleito que le ha
interpuesto su ex novio.
-Vaya,
espero que no sea nada serio.- Repuso Trent.-
-
Por desgracia creo que sí lo es. Relativo al hijo de ella. Ese hombre reclama
ser el padre. - Le desveló la joven.-
-Pues
es desde luego algo importante.- Admitió su interlocutor.-
-Bueno,
contacté con Kerria, ya sabes, Kerria Malden, la ex miembro de las Justices,
que también es muy buena abogada. Se especializa en casos de discriminación
contra el colectivo LGTBI y en la defensa de mujeres maltratadas. Ha venido
aquí a llevar el caso. Espero poder saludarla.
-Esa
mujer tiene fama de polémica. ¿No es así?. Hace poco tuvo un debate muy
encendido en la Tierra.- Comentó el chico.-
-Su
fama le viene por no callarse ante los abusos y las tropelías de esos tipos, ya
sabes.- Musitó la chica ahora.- Los neoreligiosos.
Y es que, pese a estar en un local
muy íntimo y con poca gente en ese momento, uno nunca sabía quién pudiera estar
escuchando. Stephanie ya había tenido malas experiencias con ese tipo de gente
y no deseaba mayores complicaciones. Con que le pintaran las fachadas de Modas
Deveraux o la insultasen cuando fue a la boda de Sonia y Mei Ling, ya tuvo
suficiente.
-Bueno,
no todo el mundo que es creyente en algo comete ese tipo de abusos. Como tú
dices.- Repuso su novio a quién no pareció caerle demasiado bien ese
comentario.-
-Ya
lo sé.- Sonrió ella de modo conciliador para matizar.- Yo misma soy creyente,
pero respeto a otros que piensen diferente. Lo mismo que haces tú.
Trent asintió despacio, aunque
enseguida quiso cambiar de tema.
-Bueno,
eso no nos afecta. Prefiero que hablemos de nosotros.- Afirmó devolviéndole la
sonrisa a su pareja.-
-Sí,
espero que podamos vernos más a menudo.- Deseó ella.- Me quedaré en Nature
durante un tiempo bastante prolongado. La Señora Deveraux me ha pedido que
dirija la Casa de aquí, junto con Sonia.
Recordó esa conversación con
Esmeralda que la hizo reflexionar. La dueña estaba ya mayor, aunque mantenía
esa energía suya y ese empuje. De todos modos, cada vez se prodigaba menos en
actos sociales de representación de la empresa. Lo que sí le comentó a
Stephanie, estando ambas en su despacho, fue…
-Niña,
ya has adquirido experiencia y eres una estupenda modelo. Sin embargo, tienes
que pensar en tu futuro a largo plazo.
-Sí,
Madame Deveraux.- Repuso la chica.- Lo he pensado, me gustaría seguir
desfilando durante unos años más y después centrarme en otras posibilidades.
En ese momento tocaron a la puerta.
Esmeralda dio permiso para que abrieran. Al instante, una chica de pelo rubio
ceniza cortado hasta la base del cuello entró preguntando con prevención.
-¿Da
su permiso Madame Deveraux?
-Estoy
reunida, Crista. ¿Es algo importante?- Quiso saber Esmeralda.-
-Solo
quería pedirle permiso para salir. – Pudo replicar la apurada jovencita al
percatarse de la presencia de Stephanie.-
-Si
has terminado todos tus cometidos por hoy, no hay problema.- Concedió la jefa.-
-Sí,
señora, ya está todo.- Afirmó la muchacha.-
-Muy
bien, entonces hasta mañana.- Sonrió Esmeralda.-
-Hasta
mañana, señora Deveraux. Hasta mañana, Steph.- Se despidió la chica. -
-Hasta
mañana, Crista.- Sonrió Stephanie devolviéndole el saludo.-
Esa joven se marchó cerrando la
puerta tras de sí, la señora Deveraux suspiró con una media sonrisa.
-Crista
es muy buena chica. Es voluntariosa, trabaja duro y quiere llegar lejos. No lo
hace mal pero no tiene nivel de top model.
Stephanie asintió despacio, era una
pena pero una vez más, en lo relativo a esos asuntos su jefa tenía toda la
razón. Sin embargo, esa chica le caía muy bien. Era exactamente como Madame Deveraux
la había descrito. Y ahora tuvo que oír a la propietaria proseguir dirigiéndose
a ella.
-Tú
también eres muy trabajadora, además tienes talento y sabes estar en la
pasarela con muchísima elegancia y sensualidad. Eres de las mejores. En cambio,
pese a sus, llamémoslas carencias, Crista todavía es joven y tiene algunos años
más para darse cuenta de que debe reorientar su futuro. Tú no es que seas
demasiado mayor tampoco, pero generalmente la vida de las modelos es muy corta
en términos de pasarela. Aun no tienes los treinta y sé que podrías estar más
de diez años todavía al mejor nivel. Sin embargo, si quieres un consejo,
deberías empezar a prepararte para otras funciones.
-Sí,
señora.- Convino Steph, confesando entonces.- Si le soy sincera lo llevo pensando
desde hace ya un tiempo.
-Por
eso es muy importante que te prepares, niña.- Repuso su interlocutora,
añadiendo.- Sé que hablas varios idiomas y que has ido haciendo algún master de
los que oferta la Casa.
-Así
es, hice uno en administración de empresas y otros en relaciones públicas.-
Matizó la joven.-
Esmeralda asintió con aprobación.
Así pasó a decirle con tono entre confidencial y más serio.
-También
lo sé. Y me alegra mucho que así lo decidieras. Verás. Tengo pocas modelos con
las que realmente pueda contar para dirigir la Casa Deveraux en el futuro.
Tanto tú como Crista estáis en esa reducida lista.
La muchacha abrió la boca sin
poderlo evitar. Que Madame Deveraux le hubiera dicho que la consideraba como
una posible sucesora era algo que jamás se le habría pasado por la cabeza. Sin
embargo, enseguida pudo replicar, asaltada por el temor.
-Señora
Deveraux, le ruego que no se ofenda, pero… yo… es que no creo que fuese capaz
de dirigir algo tan grande y que me exigiría tanta responsabilidad.
Esmeralda no contestó al principio y
Steph comenzó a temer que su anciana jefa se hubiera realmente sentido
ofendida. Al fin y para su alivio, una gran sonrisa emergió entre los labios de
la veterana diseñadora.
-Querida
mía, por eso mismo estás en mi reducida lista. Hay que ser valiente y tener
conciencia de las propias limitaciones. Así es como se aprende, no solamente a
dirigir sino también a delegar. Verás, de
hecho te confesaré algo. La lista es tan reducida que, solamente tú y Crista
estáis en ella.
-Pero.
¿Y su nieta?- Pudo decir la perpleja modelo sin poderse creer lo que oía,
aseverando con total sinceridad.- Es una muchacha realmente inteligente y que
adora la profesión.
Aquí el gesto de su jefa se
oscureció por la tristeza, tras suspirar simplemente musitó.
-Lo
sé muy bien. Yo misma le ayudé a preparar su primer book profesional y le di
clases para desfilar cuando se presentó
a Miss Bios. Pero Maray tendrá otras cosas de las que ocuparse en el futuro. Al
igual que pasó con mi hija, el destino de mi nieta no le va a llevar a
sucederme.
Steph no quiso ser indiscreta, no
tenía ni idea de qué otras cosas pudieran apartar a Maray del legado de su
abuela, aunque creyó intuir que sería su amor por la música. Esa atractiva
jovencita tenía mucho talento para la canción y se había convertido en una
célebre intérprete por derecho propio. Quizás prefiriese eso a la dura tarea llena
de responsabilidades que la señora Deveraux pudiera encomendarle. En cualquier
caso ese no era asunto suyo. De hecho, dejó de referirse a ella y añadió.
-¿Y
Mirna?¿O Debra o Keisha?. Ellas también son muy buenas modelos.
-No
te falta razón, pero Keisha está volcada en su país, ella aspira a ser
presidenta. Y me parece muy bien. Ya me lo dijo en su día. Cuando la conocí en
Nature. En cuanto a Debra, solo desea ser una buena modelo, retirarse pronto y
atender bien las necesidades de su familia. También fue sincera conmigo y se lo
agradecí, pero sé que, fuera de la pasarela, no se involucrará con la firma. En el caso de Mirna, sencillamente no la creo
tan dotada para los negocios y el trabajo de oficina como para los desfiles.-
Fue la respuesta de su interlocutora, que agregó con voz ahora teñida de
nostalgia.- Cuando la mítica fundadora de esta casa, Madame Alexandra Anette
Deveraux, me confió a mí la dirección, reaccioné exactamente igual que tú.
Sentí todo el peso sobre mis hombros. Un peso que amenazaba con aplastarme. Sé
que es una tremenda carga. Y entiendo el por qué no la deseas. Aunque espero
que sí aceptarías ayudar a Crista, igual que me has ayudado a mí, cuando llegue
su momento. Como ya te he dicho, ella es muy joven todavía, pero muy
trabajadora y constante, no se arredra fácilmente. Por ello, además de su
formación como modelo, la he insistido para que se matricule y estudie derecho.
La pobre cree que me he puesto de acuerdo con sus padres.- Sonrió Esmeralda
añadiendo con recobrada seriedad.- En realidad quiero prepararla bien y con
tiempo suficiente. Además de las cualidades que te expuesto de ella, lo que más
me inclina a elegirla es que es muy buena persona, como tú, Steph. Y estoy
segura de que se dejará aconsejar y guiar por gente igualmente válida como tú
misma has hecho durante estos años. Sin embargo, Crista todavía debe adquirir
experiencia para no fiar en los falsos halagos de los hipócritas o las gentes
que solamente vayan a su propio interés. Ese consejo también vale para ti, ten
siempre mucho cuidado. Te lo digo yo que he visto muchas cosas y conocido a
muchos tipos de personas. Y a día de hoy, pese a mi edad, aun puedo equivocarme
en ese sentido.
-Sí,
señora, lo tendré.- Le prometió la chica.- Intentaré no decepcionarla.
-Niña,
ya no es una cuestión de sí me decepcionas o no a mí. Lo importante es que no
lo hagas contigo misma. Verás, sé que te lo habré dicho alguna vez, pero por si
acaso lo diré de nuevo. La única cosa que Alexandra Deveraux jamás perdonó a
nadie fue la traición. Pero más que la de otros, lo que más la horrorizaba era haber
podido traicionarse a sí misma. Yo he seguido esa línea y en el futuro te
recomiendo que hagas lo mismo…Sobre todo ahora que quiero encomendarte una
tarea muy importante.
-¿Una
tarea?- Inquirió ella con estupor.-
-Sí,
una con mucha responsabilidad.- Declaró su jefa, pasando de desvelar.- Deseo
que te encargues de dirigir Modas Deveraux en Nature. Con el cargo de subdirectora
.- Le pidió Esmeralda.- Ayudarás a Sonia que será la directora. He creado esos
puestos en todos los planetas en donde tenemos representación. Son cargos que
responden únicamente ante mí, la directora general.
-¿Y
podría decirme que funciones deberé desempeñar?- Quiso saber la chica.-
-Eso
será Sonia quién te lo dirá.- Repuso Esmeralda.- Supongo que te ocuparás sobre
todo de la sede de Sagan City en tanto ella coordina la central de Nature con todas
las subsedes del resto de ciudades de ese planeta. En cualquier caso. Espero
que aceptes.
-Sí,
acepto encantada y le agradezco de todo corazón la confianza que deposita usted
en mí.- Afirmó la emocionada muchacha.-
No agregó eso tan manido de “no la defraudaré”
y, al parecer, la veterana dueña asintió satisfecha por ello, para sentenciar,
antes de dar por concluida esa reunión.
-Bien
querida, en ese caso nunca olvides mi consejo. Asegúrate de rodearte de
personas leales, y no solamente en el trabajo, sino en todos los ámbitos de la
vida…
Stephanie todavía pensaba en esas
sabias palabras de su jefa y mentora cuando la voz de Trent la sacó de esos
recuerdos.
-Steph.-
Sonrió él.- Te has quedado muy pensativa. ¿Ocurre algo?
-No.-
Se apresuró a contestar ella.- Estaba repasando las cosas que tengo por hacer.
-Pues
olvídate de todo eso ahora.- Le pidió él tomándola de ambas manos.- Este es
nuestro momento.
Y eso la animó, su novio tenía toda
la razón. Por un par de horas al menos le haría bien dejar a un lado las
preocupaciones familiares y profesionales y centrarse en su vida amorosa que
tanto había descuidado en ese tiempo. Se alegraba de tener un muchacho tan comprometido
y paciente como Trent a su lado. Otro quizás no la hubiera aguardado tanto.
-Sí,
soy afortunada en eso también. Además de cumplir mis sueños como modelo y tener
la confianza de mi jefa, tengo una familia estupenda y un novio que me quiere.
Y debo cuidar de todo ello. - Pensó agradecida.-
Y en
otro lugar de Nature, Franklin pensaba en esa interesante invitación que
recibiera. A un desafío que le planteó él primero.
-Vigilaré
para que no hackees el festival.- Le dijo.-
Y la réplica que entonces le llegó
fue bastante interesante.
-Nunca
haría eso con un evento que busca ayudar a los desfavorecidos. No robo a los
que de verdad tienen necesidad. No es mi estilo. Puedes olvidarte de eso. Pero
hay cosas que sí habrán de merecer tu preocupación.
Y
ese hacker parecía querer poner las cartas boca arriba, puesto que más tarde le
envió otro mensaje, proponiéndole.
-Tú
y yo, cara a cara tras el ordenador, ve mañana al Clargin. Te aseguro que te
merecerá la pena. Voy a darte una información sorprendente. Proyecto Stella. Si
te interesa, házmelo saber y te daré instrucciones.
Y el joven informático quedó
perplejo tras leer aquello. De hecho, había estudiado ya algunos de los
archivos que ese tipo le enviara, a cual más jugoso y alarmante. Desde luego,
ese pirata informático no dejaba de sorprenderle, de actuar como una especie de
Robin Hood de internet había pasado a querer parecerse a aquel WikiLeaks de
hacía décadas. De modo que no podía evitar preguntarse. ¿Qué nuevo secreto le
querría desvelar?
-Acepto.
- Se dijo el chico.- Aunque no será tonto y supondrá que alertaré a la policía.
Veremos si es cierto que finalmente da la cara.
Así que contestó afirmativamente,
esperando con interés las indicaciones que ese misterioso hacker quisiera
enviarle.
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