martes, 21 de noviembre de 2017

GWTN42 Momentos trascendentales

Al día siguiente Susan tuvo una dura jornada. Desde por la mañana se había reunido con las Animamates al cargo de la defensa de Nature. Acababan de regresar de Kinmoku y ninguna daba la impresión de estar precisamente muy animada. Incluso Aluminum Siren parecía haber perdido su proverbial apetito. Desde luego, el tema era realmente grave y angustiante. Sentadas en una sala de juntas de la base militar principal de Sagan City, la capitana Hunter les preguntaba.



-Entonces, ¿los informes que he leído son veraces?

-Por desgracia, eso me temo.- Replicó Lead Crow bajando la cabeza.-

-¿Hay algo que podamos hacer?- Quiso saber Susan.-

-Rezar.- Contestó lacónicamente Siren.-

-Bueno, quizás el poder de los saiyajin y de Lady Galaxia pueda anular eso.- Conjeturó la capitana, tratando de sonar más optimista.-

-Nuestra líder nos ha dicho que, desgraciadamente, ella no puede hacer nada. Y tampoco los saiyajin.- Declaró Crow.- Al menos con el poder actual que tienen.

-Algo similar sucedió en la Tierra y en todo el Universo hace años y pudo detenerse.- Esgrimió Susan inasequible al desaliento.-

-En este caso, ni tan siquiera uniendo todo nuestro poder seríamos capaces de frenarlo.- Suspiró Siren.-

-¡Maldita sea! ¿Entonces que se supone que debemos hacer?- Estalló Susan dando un puñetazo a la mesa.- ¿Decirle a la gente que se prepare para el final?



            Tras un denso y prolongado silencio  durante el cual ninguna de sus contertulias parecía atreverse a responder a eso, fue finalmente Crow quien tomó la palabra con tono suave y considerado, realmente bastante para lo que acostumbraba.



-No podríamos decir nada sin que cundiera el pánico. Nature es planeta más próximo, pero Kinmoku está cerca también. Puede ser que, pretextando otra cosa, poco a poco fuéramos capaces de ir evacuando al menos a parte de la población.

- Esa al menos es la opinión de las autoridades civiles.- Añadió Siren.- Aunque ya les hemos advertido a ellos también. Sencillamente estaríamos posponiendo lo inevitable.



            Susan respiró hondo intentando calmarse, al fin pudo musitar con una mezcla de consternación y temor.



-Sé bien lo que es eso. Pude sentirlo, y casi… desaparecí. Fue una sensación horrible, gracias a que mi esposo pudo salvarme. Y ahora no puedo aceptar que ese sea el destino de todos los habitantes de este mundo.

-Nuestra única defensa es seguir adelante.- Sentenció Crow.- Que las personas que viven en este planeta continúen con sus quehaceres sin sospechar nada. Al menos que disfruten del tiempo que les quede. Lo lamento, más no podemos hacer.

-Tengo muchos y buenos amigos en Bios y en la Tierra.- Declaró la capitana Hunter sin querer dejarse vencer por aquellas terribles noticias.- Les pediré ayuda. Al responsable de las fuerzas de Bios, Leval Malden. Sin ir más lejos, él ha tenido experiencias similares.



            Crow y Siren se miraron significativamente pero no dijeron nada. Al fin fue la pelirroja sailor quien repuso con tinte suave y conciliador.



-Haga lo que crea más adecuado, la apoyaremos sea lo que sea que decida.

-Gracias. Y discúlpenme. - Asintió su interlocutora, sonriendo débilmente pese a todo.-

-No se preocupe. Nos hacemos cargo.- Afirmó Crow.-



            Con eso terminó su entrevista. Las dos Animamates se marcharon, ya en sus identidades civiles, Akane le comentó a su compañera.



-Es algo muy triste. ¿Estás segura de que no podemos hacer nada?

-Hasta donde yo sé, no hay nada que se pueda hacer.- Convino su compañera.-



            Las dos prosiguieron su conversación perdiéndose por las calles de la ciudad. La capitana Hunter se quedó sola en su despacho y suspiró.



-Debí haber rechazado este maldito ascenso y vivir en la ignorancia.- Se dijo.-



Después, al acabar su jornada volvió a casa y como si lo que tenía encima no fuera bastante, le llegaron  noticias de un caso de vampirismo. Fue el propio Giaal, que a su vez había sido informado por Kiros, quien se lo contó cuando Susan la vio entrar. Al menos eso parecía estar controlado.



-Bueno, comparado a con lo que tendremos que enfrentarnos, eso suena a juego de niños.- Pensó moviendo la cabeza.-

-¿Te sucede algo?- Inquirió su marido al verla tan pensativa.-

-Es el cargo que tengo.- Suspiró ella.- Son tantas responsabilidades y problemas que no sé por dónde empezar. Karl tiene suerte, en unos días se retira. Presentó una solicitud para licenciarse y volver a la Tierra. Se la han admitido.- Le contó a su esposo admitiendo con sincera zozobra.- Y de pronto me he convertido en la máxima responsable de la seguridad de este planeta.

-Bueno, no ha sido tan repentino. Llevas muchos años de magnífico servicio. No te preocupes. Lo harás bien, como todo lo que has hecho hasta ahora.- La animó Giaal.-  

-Gracias.- Sonrió ella intentando sentirse mejor.-



            Su esposo tenía la clara sensación de que Susan le ocultaba algo, aunque lo achacó a algún secreto típico de los militares. Por ello no preguntó.



-Espero que solucione lo que sea que tanto le preocupa.- Pensó.-



            En otro lugar del planeta, otra reunión estaba teniendo lugar. La Congregación estaba celebrando una sesión extraordinaria. Presidiendo el Obispo Corbin, el Imán Zuley y el rabino Jacob. Los tres sentados en una especie de púlpito que se enfrentaba al resto de los asistentes quienes atendían sentados a su vez en bancos. Fue el rabino quien comentó.



-Hermanos en la fe. Hemos recibido la petición del señor Noriega. Su caso habla por sí mismo.

-Sí.- Convino el Imán.- Los tres coincidimos, en esta tesitura en la que se encuentra,  hemos de ayudarle.

-Así es.- Remachó el obispo.- Para que esa situación, tan antinatural como terrible, termine de una vez.



            Hubo murmullos de aprobación y, tras imponerse nuevamente el silencio, el Imán tomó la palabra.



-Todos profesamos credos diferentes, pero nos une la fe en Dios, Alá, o Yahvé, como cada uno le llamamos. Y lo fundamental es que Él es el mismo. Y condena este tipo de aberraciones por igual.

-Es cierto hermano Zuley.- Afirmó Jacob añadiendo.- Y más en un mundo de pioneros como Nature. Algo que hubiéramos deseado fuese el paraíso que Dios legó al hombre antes de que pecase. Por ello esto no debe permitirse. No podemos perder el Paraíso otra vez. En esta ocasión conocemos bien los ardides del Maligno y sabemos quiénes son sus serpientes.

-Tenéis toda la razón.- Convino el obispo Corbin, alegando.- Además, debemos animar a las buenas gentes de este planeta a casarse y procrear acorde a la doctrina del Altísimo. Creced y multiplicaos, dijo. Pero habló de hombre y mujer. En otro supuesto es imposible y antinatural.

-Así es.- Convino el Imán.- Precisamos más habitantes que nazcan y se eduquen en los valores de la fe. Conforme a nuestro acuerdo dejaremos que la confesión que elijan después les sea dictada por su conciencia y sus familias. Pero siempre respetando los preceptos básicos. Ya lo dice el Sagrado Corán.- Añadió para citar a renglón seguido.-"Su hermano Lot les dijo: ‘Tengan temor de Dios, yo soy para ustedes un Mensajero leal. Tengan temor de Dios y síganme. No les pido remuneración a cambio [de transmitirles el Mensaje]. Mi recompensa me la dará el Señor del Universo. Se orientan [por elección] a los hombres [para satisfacer sus deseos sexuales] entre toda la gente del mundo, a la vez que se apartan de lo que su Señor creó para ustedes, su esposa [una pareja mujer]. Ustedes son un pueblo transgresor’". (Corán 26: 161-166)





                    Sus contertulios asintieron y tras más murmullos de aprobación el rabino tomó a su vez la palabra.



-Por ello, y pese a las muchas cosas que nos separan, hay algo que nos une por encima de todas ellas. Y es combatir a los ateos y a los depravados. Comenzando por esos reyes Serenity y Endimión y esa princesa Kakyuu. Junto a sus guerreras antinaturales y mutantes. ¿Acaso es normal que haya mujeres que se transformen en hombres? ¿O que fomenten e inciten las pasiones de los invertidos? Nuestros textos sagrados son muy claros en esos términos. También el levítico es contundente.- Afirmó citando a su vez.- "No te echarás con varón como con mujer; es abominación" (Levítico 18:22). Y me atrevo a decir que tampoco siendo mujer deberás echarte con mujer como si fuese varón.



-Sí, Concuerdo con mis hermanos, tal y como la Biblia dice. “Entonces el Señor hizo llover sobre Sodoma y Gomorra azufre y fuego, de parte del Señor desde los cielos; y destruyó aquellas ciudades y todo el valle y todos los habitantes de las ciudades y todo lo que crecía en la tierra.” (Génesis 19: 24-2)Por tanto, igualmente San Pablo condena a las desviadas. Dice claramente.- Agregó Corbin para citar .- “ Por lo cual Dios los entregó a afectos vergonzosos; pues aun sus mujeres mudaron el natural uso en el uso que es contra naturaleza;  y del mismo modo también los machos, dejando el uso natural de las hembras, se encendieron en sus concupiscencias los unos con los otros, cometiendo cosas nefandas machos con machos, y recibiendo en sí mismos la recompensa que provino de su error.  Y como a ellos no les pareció tener a Dios en cuenta, Dios los entregó a perverso entendimiento, para que hicieran lo que no conviene Y Añado con esta frase de Santo Tomás.” – Recitó de nuevo el obispo.- El uso natural es que el varón y la mujer se unan para ser una sola carne en concúbito; y contra la naturaleza es que el varón profane a varón, y la mujer a mujer; y lo mismo debe decirse de todo acto de coito del que no se pueda seguir la generación. Por eso los signos están claros. Yo os digo que el tiempo del castigo divino está muy próximo. Se ha colmado el vaso de las maldades. Por fortuna, nuestros seguidores son numerosos y sus votos pueden conducir a los gobiernos de este planeta y de otros mundos a volver al camino recto.- Afirmó Corbin.- Ojalá que estemos aun a tiempo de hacerlo.

-Así se hará. Alá el Misericordioso, las Bendiciones sean con él, seguro que tendrá clemencia de sus leales. -Sentenció el Imán.- Haremos su voluntad y para ello comenzaremos por prestar auxilio a ese hombre en su justa causa. Pues tanto el liwat como el Sihaq son gravísimos actos contra la naturaleza que nos enseña Dios.

-Es cierto. Hora es ya que todo el planeta compruebe que Dios castigará con mano firme.- Apoyó el rabino.-

-Y lo haremos como dijo Jesús.- Declaró Corbin.- Utilizando las leyes de los hombres, inspiradas en las de Dios.



            Así la reunión duró todavía unos minutos, tras la votación favorable de los miembros se trazó un plan de acción y todo estuvo listo. Al poco, Rafael Noriega, recibió una llamada de teléfono estando en su hotel. Tras oír el mensaje sonrió con amplitud respondiendo con tono entre agradecido y humilde.



-Por supuesto, no tengan la menor duda de que lo haré. Muchas gracias por su apoyo. Les quedo muy reconocido y me esforzaré por seguir los sagrados preceptos.



            Colgó sintiéndose realmente complacido. Y es que después de su encuentro con Sonia hacia años pensó que todo estaba resuelto. Tiempo atrás, unos misteriosos individuos contactaron con él, cuando las cosas no le iban tan bien. Y eso que probó desde el contrabando hasta la protección, pasando por ser partidario de la independencia de su región natal. Pero eso no le reportó demasiado dinero. Hasta que cierto día le ofrecieron volver a ver a su antigua novia. Recordaba esa llamada telefónica y lo que contestó en un principio entre incrédulo y desmotivado.



-Ahora es una mujer famosa, inalcanzable. No podré ni acercarme.

-Usted deje eso de nuestra cuenta y limítese a seguir nuestras instrucciones.- Fue la respuesta de una voz excesivamente grave como para no estar distorsionada.-

-Pero ¿Quiénes son ustedes?- Quiso saber.-

-Es mejor por su propia seguridad que solo ejecute los pasos del plan que hemos trazado. Si así lo hace tendrá todo lo que ansía. -Le prometió esa voz.-

-¿Y cómo sé que esto no es una broma, o peor aún, una trampa?- Inquirió con tinte desconfiado.-

-Compruebe el saldo de su cuenta bancaria.- Le indicaron.-



            Rafael así lo hizo entrando con la aplicación de su móvil. Quedó perplejo. ¡Eso debía ser un error!



-¡Aquí hay el equivalente a quinientos mil euros!- Exclamó estupefacto.- Oigan, Hacienda me va a machacar por esto…

-No tema por esos asuntos sin importancia y siga nuestras indicaciones. -Repuso esa voz sin perturbarse.-

-¿Asuntos sin importancia? ¡Ustedes no saben cómo las gasta el fisco aquí!

-No tendrá problemas…siempre y cuando haga lo que se le indique.- Le aseguró ese extraño interlocutor.-

¿Qué quieren que haga?- Preguntó él.-

-A su debido tiempo, volveremos a contactar y se lo haremos saber. - Fue la réplica.-



            Y sin darle tiempo a añadir nada la llamada se cortó. Pasaron unos días y efectivamente fue contactado una vez más. Le dieron explicaciones precisas, le facilitaron billetes de avión y pases vip a los mejores eventos de moda, donde Sonia asistía en calidad de modelo o de actriz invitada. Incluso le proporcionaron más dinero y muy buenos contactos. Después le comentaron que debía hacer y decir. Rafael obedeció al pie de la letra y las promesas de esas desconocidos fueron cumpliéndose, una tras otra. Pasó de ser un tipo casi marginal y con antecedentes a un ciudadano con buena renta y propiedades. Hasta comenzó a ser influyente en entornos de la jet set. Pero lo mejor fue poder acostarse con Sonia otra vez. Tenerla a su merced y dominarla como nunca pudo incluso cuando salían juntos. Por muy tortillera que se hubiese vuelto esa zorra, él sintió que la estaba dando placer mientras la penetraba.



-Eso valió más que todo el dinero y la buena vida que me han dado.- Se sonrió con gesto triunfal en tanto miraba una holo foto de su ex novia, para sentenciar.- Y ahora el toque final. Vamos a ser una familia, cariño. No es que me importe mucho ese mocoso, veremos primero si es realmente hijo mío. Entonces la cosa podría cambiar. De todos modos un trato es un trato. Y después de lo que he vivido es mucho mejor acatar todas las instrucciones sin discutir. Ya te lo advertí, Sonia. En eso jugué limpio contigo. Hay gente muy poderosa contra la que es mejor no enfrentarse. Querida, eso es algo que muy pronto vas a descubrir.



            De modo que se puso en camino. Tenía una cosa muy urgente que hacer. Otro que estaba muy ocupado era Franklin. Seguía tras la pista de ese hacker.  Le tenía localizado, o al menos eso creía. Y estaba aquí mismo, en Sagan City.



-He seguido su rastro y ¡vaya! Ha hecho un donativo a la asociación de familiares por las víctimas del Loten.



            Esa era una droga realmente devastadora que había llegado desde Bios. Por desgracia su consumo había aumentado mucho entre diversas capas de la población. Franklin también se enteró de que, auspiciada por la Casa Deveraux y la fundación de esta firma para la ayuda a personas con adicciones, Keiko Tomoe iba a celebrar una gala benéfica a fin de recaudar fondos. Pero eso no era todo, la pelirroja artista cantaría con Maray Malden nada menos. Y por si fuera poco, su anónimo rival, le había hecho una interesante propuesta.



-Bien, tendré que pensarme si la acepto o no. Aunque por ahora me centraré en ese festival. Quizás ese tipo quiera aprovecharlo de alguna forma para sus fines. - Se dijo meditando sobre eso.-  Incluso Stephanie va a retornar para estar presente.- Leyó ahora en una de las páginas que aludían a ese evento, enlazada a la de Modas Deveraux en Nature.- Bueno, además de atrapar a ese hacker no me lo perderé. Se lo diré también a mi hermana. Hipatia es una gran fan de las artistas que van a participar, en especial de Maray.





            Y desde luego que la hermana de Franklin quedó entusiasmada cuando lo supo. Todavía recordaba con tristeza el roce entre Gloria y su adorada cantante, pero luego la misma saiyajin le dijo que todo estaba solucionado y que incluso sentía haberse comportado así con esa chica. Bueno, tanto mejor. De hecho, no volvió a ver a la hija del embajador Kiros durante un tiempo. No obstante, ahora la jovencita solo pensaba en ese fantástico concierto. ¡Menudas dos artistas! Pero las sorpresas no acabaron ahí. En esa gala también hicieron acto de presencia la rehabilitada Brenda Walsh que vino acompañada de otra ilustre ex adicta, en este caso del Loten, la periodista y cantante Katherine O´ Brian. Y por si no fuera todavía suficiente, Kerria Malden, la tía de Maray y prima de Katherine, vino asimismo al planeta. En un principio dijo no estar vinculada a esa gala, llegaba por asuntos profesionales relativos a su condición de abogada. Sin embargo, aceptó la invitación para interpretar al menos un tema junto a su sobrina, su prima y Keiko. Ninguna defraudó. Fue una actuación memorable. Durante la misma, alternándose con las canciones, todas se dirigían al auditorio con mensajes positivos y llenos de ánimo hacia aquellas personas que vivían en ese infierno.



-Yo estuve allí.- Declaraba sentidamente Kathy a la que ahora se veía bastante recuperada. – Sé lo duro que es salir de eso. Se necesita ayuda, amor y mucho tesón. Y por supuesto apoyo económico. En eso fui muy afortunada, lo tuve todo, pero sé que hay personas que no tienen esa suerte. Por ello me alegra mucho poder contribuir. Y que también lo hagáis vosotros.- Declaró dirigiéndose al bullicioso público.- ¡Gracias, muchas gracias a todos!



            Le cedió el testigo a su prima quien sonrió algo apuradamente para tomar la palabra a su vez.



-Bien, no tenía previsto venir, al menos para esto. Pero debo decir que cuando Kat me lo pidió no pude negarme. Estoy muy contenta de  compartir estos momentos con vosotros. Y os mando todo mi cariño y mi solidaridad.



            Y eso que, desde muchos noticiarios del planeta se había hablado de ella en términos despectivos, dando a entender que personas de esa condición hacían más mal que bien. Pero temiendo una demanda por parte de la artista que, además era una reputada abogada, no se atrevieron a ser más explícitos. De hecho, Kerria tuvo que pensárselo mucho para acudir, no ya a ese concierto sino a un nuevo proceso legal en Nature. Recientemente ella misma había sufrido en carne propia un episodio muy duro y doloroso, que afectó a su hijo Brian.



-Ahora mi hijo está en Bios otra vez, espero que eso le ayude a recuperarse.- Pensaba con tristeza.- Rezo por eso con todas mis fuerzas. Lo mismo que Sam y mis padres. E incluso su padre y Rebecca.



            Y motivos no le faltaban, casi le destrozaron la vida a su hijo y por eso, entre otras cosas, cuando recibió la petición de Sonia Calderón, aceptó el caso. Le llegó la noticia a través de Stephanie quien iba justo a volver a Nature. La española contactó con su compañera que conocía a su vez a la abogada. Allí estaban todas ahora, las modelos entre bastidores, colaborando en esa gala. Al fin, Kerria dejó su puesto a Brenda quien dijo por su parte.



-Las adicciones son muy difíciles de superar, y llegan por muchos motivos. También yo sé lo que es eso. Pero gracias a la ayuda y la confianza de personas como Madame Deveraux, la abuela de esta maravillosa artista.- Sonrió tomando una mano de la ahora ruborizada Maray para elevarla ante la ovación del público.- Pude salir de ellas. Solamente os pido comprensión, paciencia y ayuda para quien lo necesite.



            Maray tomó la palabra a su vez, sonriente. Declaró ahora, con tinte algo triste esta vez.



-Dentro de poco regresaré a la Tierra. He disfrutado mucho aquí, conociendo y trabajando con profesionales maravillosos. Pero ahora otras tareas me reclaman. Sin embargo, no quería perderme este concierto. Es un honor para mí el haber tenido la oportunidad de aportar un pequeño grano de arena para que muchas personas tengan más fácil recuperar su vida y sus ilusiones. Muchas gracias a todos por vuestro cariño y aliento. Me habéis hecho mejorar muchísimo en todos los sentidos y os llevaré para siempre en el corazón.- Concluyó a punto de emocionarse.-





            Se apartó para dejar que Keiko se dirigiera al público. La pelirroja sonrió aplaudiendo al respetable y afirmando.



-Habéis llenado el estadio de Sagan City, es para sentirse muy orgullosos de los habitantes de esta ciudad y de todo el planeta. Sois un ejemplo para todos. ¡Enhorabuena!



            Se oían muchos gritos y aplausos, aunque por desgracia no faltaban algunos que aisladamente reprobaban o incluso insultaban a la cantante. Si Keiko los escuchó desde luego que no lo hizo notar. Tras su alocución las cuatro intérpretes cantaron entonces una hermosa canción que puso colofón a ese memorable concierto. Aunque algunas como Maray lo hicieron con muchísimo más sentimiento incluso del que podía esperarse en esa ocasión tan especial. Concluyeron con grandes aplausos. Y tras retirarse al backstage, Maray suspiró mirando hacia ningún lugar en particular.



-¿Te encuentras bien?- Quiso saber su tía.-

-Sí, es que tengo muchas cosas en la cabeza, disculpa.- Repuso ésta que sonrió débilmente.-

-Has estado fantástica, cariño.- La animó Kerria, quizás creyendo que se debía a eso, su sobrina siempre le confesaba que tenía algo de miedo cuando iba a actuar, y eso la llevó a pensar en su propia situación, por ello le comentó.- Cuando vayas por casa, por favor, dale un beso muy grande a mi hijo de mi parte, y dile que le quiero mucho.

-Claro,  se lo diré al primo.- Asintió la jovencita sonriendo más ampliamente ahora.-

-Y a tus padres también.- Se apresuró a añadir Kerria.-

-No te preocupes tía, lo haré.- Contestó la chica queriendo saber por su parte.- ¿Te vas a quedar mucho en Nature?

-No lo sé, tengo un juicio que podría alargarse.- Respondió sinceramente la interpelada.-

-Ya veo.- Asintió la jovencita.- Te deseo mucha suerte, seguro que lo ganarás…

-¡Ojalá tuviera tu optimismo! Yo no estaría tan segura.- Suspiró su tía.-



            La conversación quedó interrumpida por la aproximación de Katherine y Brenda. Ambas venían intercambiando impresiones y al llegarse hasta ellas las saludaron con afabilidad.



-Ha sido realmente maravilloso. Se lo estaba diciendo a Kathy.- Comentó Brenda.-

-Gracias otras vez por unirte a nosotras, primita Ky.- Sonrió la periodista.-

-Somos las Ky-Kat, ¿recuerdas?- Se rio Kerria restándole importancia para permitirse incluso el lujo de bromear.- ¿Cómo te iba a dejar sola? Bueno, aunque hubieras estado muy bien arropada por mi sobrina y Keiko.



            Su contertulia asintió. Brenda comentó entonces a Katherine.



-Me lo dijo tu madrina, la princesa de Venus en persona, cuando coincidimos con ella en esa visita al hogar de madres jóvenes. Tu prima y tú sois un dúo espectacular, lástima que la madre de Maray y vuestra otra prima no pudieran estar aquí.

-Hace mucho que la prima Idina y que Amatista se retiraron del mundo de la música.- Repuso Kathy.-



            La periodista recordaba también esa visita, por desgracia fanáticos había en todos los sitios y su pobre madrina hasta recibió un tomatazo de un grupo que la acusaba de lunática, es decir, de miembro de la realeza del Milenario de Plata, al que muchos de esos chalados denunciaban por su antinatural esperanza de vida y querer esclavizar a la raza humana, y  por si fuera poco, la tildaban de defensora de los depravados. Pero supo salir de allí con dignidad, incluso avergonzando a los agresores. Bueno, prefería no recordarles eso al resto de sus contertulias.  De modo que sonrió añadiendo con nostalgia.



-Muchas veces echo de menos esos años. Éramos tan jovencitas e ingenuas.

-¡Algunas más que otras! - Se rio Kerria haciendo que su prima sonriese a su vez.-



Hubo más sonrisas de todas, y al poco también Sonia y Steph se unieron al grupo.



-Muchas gracias por vuestro apoyo.- Les dijo Stephanie.- A todas. En cuanto le propuse la idea a la señora Deveraux de patrocinar este concierto me dijo que seguro que podría contar con todas vosotras.

-Esmeralda nos conoce muy bien.- Admitió Kerria.- Es una vieja amiga de nuestras madres.

-Sí, es verdad.- Convino Kathy.-



            Sonia permanecía en un discreto segundo plano, pese a estar contenta y satisfecha por como se había desarrollado el concierto tenía sus propias preocupaciones. Estaba deseando poder hablar con Kerria para contarle, ya en modo serio, la situación. Apenas si pudieron saludarse, fue llegar la abogada a Nature y encontrarse con el mensaje de su prima pidiéndole participar en ese concierto.



-En vista de algo tan importante y tan hermoso, era mejor esperar. En cuanto podamos ya hablaremos con más calma.- Pensaba la española.-



Por su parte Maray se despidió de todas. Volvía a su residencia para descansar y comenzar a preparar el equipaje en apenas dos días. La chica se marchó tras abrazar y besar al resto. Salió de allí por un acceso restringido que evitase a la multitud de fans que todavía quedaban en las inmediaciones del estadio, a buen seguro aguardando la oportunidad de pedir algún holo autógrafo. Todo salió como estaba previsto y la joven fue llevada sin novedad hasta su apartamento. Aunque poco tardó en entrar, cambiarse y asomarse a la terraza que tenía con vistas a un gran parque. En esa parte tranquila de la ciudad. Al poco sonrió, cuando percibió una presencia.



-Veo que ya has llegado.- Comentó agregando con tono amable.- ¿Te ha gustado el concierto... Gloria?



            Y la saiyajin asintió, estaba levitando en el aire a pocos metros sobre Maray. Enseguida se posó a su lado, tras mirarla fijamente a los ojos asintió para replicar con voz queda.



-Al fin lo he comprendido. Y sé lo que debo hacer.

-Nunca dude de que así sería.- Le sonrió afablemente Maray.- Ahora puedo irme tranquila. Sé qué harás todo lo que puedas.

-Quizás no baste.- Musitó la saiyajin.-

-Eso no está ni en tus manos, ni en las mías. También yo tendré que partir en breve. Hacia una misión que no sé cómo acabará.- Le reveló la joven.-

-¿Esa trascendental misión?- Inquirió su interlocutora.-

-Sí, recuerda que te hable de que tendría unos compañeros, seremos nueve en total.- Le contó Maray.-

-Incluyendo a esa sosa de Fiora.- Sonrió Gloria, pero ahora con un gesto más jovial.-

-Sí, incluyéndola a ella también.- Admitió su divertida contertulia.-

-Buena suerte.- Le deseó su interlocutora tendiéndole la mano.- Todos dependeremos de ello, lo presiento. Y no te preocupes, os daré todo el tiempo que pueda y mientras salvaré este mundo. Al menos durante unos años. Aun a  costa de mi vida.



            Maray se la estrechó, Gloria no dijo más y se elevó en el aire. Aunque antes de partir la saiyajin se dirigió a  ella una vez más y, con una leve sonrisa, le preguntó.



-¿Así que titanio, eh?

-Así es.- Confirmó Maray.- Mi madre me enseñó esa canción. Ella la cantó una vez en la SSP-1 para inspirar a todos. Y yo lo volveré a hacer algún día ante esa gran prueba que me aguarda. Por tu parte, tenlo presente cuando llegue el momento..

-Lo haré. En eso me convertiré. - Le prometió Gloria.-

-Pediré por ti y por todos. Recuérdalo, no puedes hacerlo sola. Cuando llegue la hora pide ayuda y se te dará.- Declaró Maray.-

-Descuida. No te fallaré. Para eso vine a este mundo. ¿Verdad? - Sonrió débilmente la saiyajin.-



Y acto seguido, sin esperar una respuesta que ya conocía, remontó el vuelo para alejarse a gran velocidad de allí.



-Bien, dentro de poco llegará su hora, la nuestra aún deberá esperar un poco más.- Se dijo la joven modelo con semblante entristecido, antes de volver a meterse dentro de su piso.-



            Entre tanto Katherine se despidió asimismo de su prima. La rehabilitada periodista quería retornar a Bios y de allí, a la Tierra cuanto antes, junto a Brenda.



-He oído que tienes un caso muy importante.- Le comentó a Kerria.-

-Así es, uno que te encantaría cubrir con uno de tus reportajes.- Repuso ésta.-

-No, ya no.- Suspiró la mujer moviendo la cabeza.- Eso se terminó para mí. Ahora solo quiero vivir tranquila, junto a mis padres y mis sobrinas. Ya sabes, soy la tía pesada que las visita de vez en cuando.

-No digas tonterías. Alusa y Minara te adoran.- Contestó Kerria sonriendo ligeramente.- Has ayudado mucho a tu hermano Mazoui y a Satory a cuidarlas cuando eran pequeñas.

-Lo más cercano a unas hijas que jamás tendré.- Afirmó su prima con un regusto agridulce al agregar.-  Y ahora ya son adultas, están terminando sus carreras universitarias. Por desgracia las veo bastante menos. Ya no me necesitan. Y mis padres... bueno. Mi padre está delicado de salud, tiene que ir mucho tiempo en silla de ruedas. Esa enfermedad...

-¿Cómo está?- Quiso saber una apenada Kerria.-



            Y es que a Mathew le había diagnosticado hacía tiempo una terrible enfermedad degenerativa que le estaba postrando en una silla de ruedas. Katherine sufría mucho por esa causa. Y pese a los altos contactos que tenían, incluyendo a su propia cuñada, que era la propietaria de las industrias Masters tras la muerte del magnate años atrás. Ninguna cura se había podido desarrollar. Así se lo dijo a su prima.



-No sé, delante de ellos no pierdo la esperanza.- Suspiró Kathy, afirmando con pesar.- Y lejos de brindarles ayudas les di más problemas cuando se supo lo de mi drogodependencia. Menos mal que mis padres están juntos y tienen a mi hermano, a Satory y a mis sobrinas. A mí no me necesitaban, ni entonces, ni ahora.

- Claro que te necesitan. Todos ellos. Estando tú a su lado, y habiéndoles demostrado que las personas pueden curarse de enfermedades graves, seguro que se sentirán muy felices y tendrán más esperanza.- Trató de animarla su interlocutora, tomando cariñosamente ambas manos de Katherine entre las suyas.-

-Gracias Ky. Al menos mi madre sigue tan llena de vitalidad como de costumbre. ¡Está mucho más joven que yo!- Quiso reír ahora para mejorar ese talante que amenazaba con volverse melancólico, preguntando a su vez.- ¿Y tus padres, Brian y Sam, siguen bien?

-Papá tan cabezota como siempre. ¡Mira que le tienen dicho que no haga esfuerzos innecesarios! – Exclamó para explicarle a su interlocutora, no sin cierta irritación.- Le detectaron una arritmia hace tiempo. ¡Pues se empeña en seguir entrenando! Y ya te puedes imaginar a qué clase de entrenamientos me refiero.  -Añadió con tinte de complicidad, para relatar entre resignada y concernida.- Cada vez que mi hijo va a verle a él y a mi madre, los dos practican juntos. Le tengo dicho a Brian que no fuerce a su abuelo, que él es muy joven y no se da cuenta de su fuerza y que mi padre se piensa que todavía lo es también. Ya sabes, ¡los saiyajin son así! A mi pobre madre la lleva de cabeza, mira que le echa broncas a todas horas por eso, pero él, ni caso. Sam también pasa apuro, pero ya la conoces, no se atreve a decirle nada. - Suspiró con resignación comentando ahora con más tristeza.- En cuanto a lo que pasó con Cindy, Brian todavía lo está superando. Samantha y yo pensamos que era mejor que se alejase lo más posible. Que volviera a sus estudios en Bios. Por suerte Amatista y mi hermano Leval cuidan bien de él. Antes de empezar la actuación, Maray me dijo que tenía muchas ganas de volver a ver a su primo.

-Todo se resolverá.- Aseveró Kathy animando a su vez a su prima.- Me alegra mucho que hayamos podido vernos, Ky. Cuídate. Y suerte con ese juicio. - Remachó despidiéndose cariñosamente de ella.-

- Tú también. Gracias. - Replicó con mucho afecto a su vez Kerria.-



            Y Kathy, junto con Brenda, se alejó para hablar con Stephanie. A su vez, Sonia aprovechó para acercarse a la abogada, quien ya se estaba retirando del backstage, lista para ir a su hotel.



-¿Tienes un momento?- Le pidió tímidamente.-

-Claro que sí, perdona. Vine a ocuparme de tu caso y es de lo único de lo que no me he podido encargar desde que llegué.- Sonrió apuradamente la aludida.-

-No tienes que disculparte. Ha sido estupendo que te unieras a las demás.- Sonrió Sonia que le propuso.- Mira, sé que estarás agotada pero si tuvieras ganas, cuando descanses un poco en el hotel, a mi esposa y a mí nos encantaría invitarte a cenar a casa.

-Será un placer. Allí estaré.- Convino Kerria animando su expresión.-

-Así conoces a nuestro hijo y te contamos con más calma lo que ha pasado.- Añadió la española, más cariacontecida ahora.-

-No te preocupes, sé perfectamente por lo que estás pasando. Me sucedió exactamente lo mismo. Hace ya bastantes años tuve que ir a juicio para defender mi derecho a criar a Brian junto con Sam.

-Recuerdo que se habló mucho de eso, aunque, corrígeme si me equivoco. El padre de tu hijo estuvo a tu favor y no en tu contra como demandante ¿no es así?

-Así fue.- Tuvo que reconocer Kerria, que matizó.- En realidad Brian, bueno, mi hijo lleva el nombre de su padre, con eso podrás imaginar cual es nuestra relación. -Le contó con tono confidencial a la española que asintió al comprender, en tanto su contertulia continuaba con su relato.-  Pues, Brian padre ni tan siquiera hizo acto de presencia. Fue algo totalmente ajeno a él. Y no quise llamarle pese a estar segura de que testificaría en mi favor, porque tenía otra vida y una nueva familia. De hecho, lo he pasado muy mal últimamente debido a eso. Todos hemos sufrido, él, nuestro hijo, mi esposa, hasta su hija y su mujer también, es una larga historia. Pero ahora no se trata de mi vida, sino de la tuya, la de tu mujer y la de vuestro hijo. Centrémonos en ello.- Remachó con un tinte más profesional y enfocado.-

-Claro.- Convino Sonia quien, pese a todo, hubiese estado bastante interesada en oír aquello. Pero no deseando invadir la intimidad de su abogada, se limitó a recordarle. - Entonces te esperamos a cenar a eso de las ocho, si te viene bien.

-Allí estaré.- Le prometió Kerria.-



            Dicho esto se despidieron. Por su parte Stephanie también les dijo adiós, tenía muchas ganas de ver a Trent. Su novio no pudo ir al concierto pero le envió un mensaje para quedar a cenar. Aunque antes la modelo quiso pasarse a ver a su hermana y a sus sobrinos. Al llegar sonrió cuando David le abrió la puerta.



-Hola tía Steph. - La saludó el crio.-

-¿Qué tal, cariño?- Replicó jovialmente ella abrazando al niño.- Oye, ¡cómo has crecido!- Exclamó siendo sincera, dado que le recordaba bastante más bajito.-



            La modelo entró junto con el niño de la mano para descubrir a su hermana que estaba acunando a la pequeña Leah. Las dos se saludaron con besos en las mejillas.



-Me alegra verte. - Sonrió Daphne.- ¿Cuándo has llegado?

-Pues apenas salí de la lanzadera tuve que ir al concierto benéfico.- Le contó su hermana que ahora dedicó una gran sonrisa a su pequeña sobrina, que estaba ya medio dormida.- Está hecha toda una monada.- Alabó con visible cariño.-

-Mis hijos son lo mejor que me ha pasado en la vida.- Sonrió Daphne a su vez, sugiriéndole a su contertulia.- Y tú deberías planteártelo algún día.

-Bueno, todavía soy joven.- Valoró Stephanie.- Ya sabes, con el trabajo es difícil. Trent y yo no hemos hablado mucho sobre el tema todavía.- Admitió pasando a preguntar.- ¿Martin no está?

-Salió a hacer unas cosas. Volverá enseguida.- Le respondió su interlocutora.-



            Esperaron un rato durante el que charlaron. Steph jugó un poco con sus sobrinos y le hizo muchas carantoñas y mimos a la pequeña Leah, que respondió con algunos grititos y balbuceos. Desde luego que estaba realmente monísima. A la modelo se le caía la baba con su sobrinita. Al fin, una media hora más tarde, Martin llegó.



-Hola cuñada.- Saludó sonriente.-

-Me alegra verte.- Replicó ella dándole un sentido abrazo.- ¿Qué tal todo por aquí?

-Tranquilo, ya sabes, los niños con sus cosas.- Replicó desenfadadamente él interesándose de seguido.- ¿Y tú qué tal por la Tierra?

-Mucho trabajo, promociones y desfiles. Al menos pude llegar para este concierto.- Le contó Stephanie.- Costó mucho tiempo y esfuerzo organizarlo pero ha salido de maravilla.

-Los afectados y sus familiares a buen seguro que lo agradecerán.- Terció Daphne tomando en brazos a su hija a la que susurró con dulzura.- Hala cariño, a dormir…



            Su hermana menor y su esposo la vieron llevarse a la pequeña Leah al dormitorio. David por su parte fue a su habitación a jugar. Aprovechando ese momento a solas, Martin le preguntó a su cuñada.



-¿Te quedarás a cenar?

-No, muchas gracias, he quedado dentro de un rato con Trent.

-Es un gran chico, te ha echado muchísimo de menos.- Le comentó su interlocutor.-

-Sí, lo sé, y yo a también a él.

-¿Tenéis planes de futuro?- Quiso saber Martin.-

-¿Te refieres a casarnos, vivir juntos o algo así?- Inquirió a su vez la modelo.-

-Sí, eso mismo.- Dijo él.-

-Si te soy sincera, no sé qué quiero hacer de aquí a unos años. Me gusta mi trabajo, pero la señora Deveraux tenía mucha razón. Tanto desfile, viaje, y ajetreo, termina por desgastar. Mentiría si dijese que tengo el mismo entusiasmo que cuando comencé, pero tampoco veo que sea hora de dejarlo. Puede que unos cinco años más y luego me vaya retirando de las pasarelas y me enfoque en publicidad o eventos.- Le explicó ella que tenía en mente una reciente propuesta de su jefa que todavía no quería desvelar.-

-¿Y qué hay de tener familia?- Inquirió Martin.-



            Steph sonrió, moviendo levemente la cabeza para contestar divertida.



-Dap me ha preguntado exactamente lo mismo. Y sé que By estaría de acuerdo con ella. Lleva tiempo diciéndome que está deseoso de echarnos el lazo a mí y a Trent en su iglesia. A mis padres les parecería maravilloso, claro está.

           

            Aunque la modelo, mudó su gesto en otro más serio, para preguntar a su vez.



-¿Qué tal estáis Dap y tú?

-Bien, ya sabes, tu hermana se desvive por los niños y trabaja mucho. Trato de ayudarla cuanto puedo.- Comentó él.-

-Me preocupa que no se cuide. Ha engordado demasiado.- Suspiró Steph.- Quiero pedirle que venga al gimnasio conmigo. Tengo nutricionistas y entrenadores personales que trabajan para la casa Deveraux. Nos mantienen en forma a todas las modelos. Seguro que Daphne volvería a estar genial con solo unos pocos meses de trabajo…

-Por mí no hay inconveniente, pero es ella quien decide.- Aseveró su cuñado encogiéndose de hombros.-

-Sé lo que va a decir, que con los críos no tiene tiempo. Pues también hay guarderías .- Afirmó Steph.- Lo tenemos todo organizado. Si hasta Sonia llevaba a su hijo a la que hay en la sede de aquí, antes de que empezara en vuestro colegio.



            Fue Martin quien suspiró ahora poniéndose más serio para confesar a la atónita Stephanie.



-Lo único que quiero es que Daphne sea feliz. Muchas veces me siento culpable por robarle esa felicidad. Pienso que, tal y como ella es, hubiera preferido estar con otra persona. Ya me comprendes. Y que las circunstancias, de uno u otro modo, se conjuraron en su contra. Y sobre todo, que yo tuve mucho que ver en eso…

-También yo tuve que ver en eso. Y lo lamento mucho.- Afirmó su interlocutora, eso sí, tratando de mostrarse más optimista al añadir.- Aunque ahora la veo dichosa junto a vuestros hijos y contigo. Estoy convencida de que no cambiaría eso por nada.

-No, Steph, tú no te puedes hace una idea de hasta qué punto cambié las cosas.- Susurró Martin con tinte entre culpable y consternado.- Es más. Quizás nada de esto debió de ocurrir...



            Su cuñada le dedicó una mirada de extrañeza e incredulidad, aunque él no pudo explicarse, Daphne reapareció tras dejar dormida a su hija y a David jugando en su cuarto.



-Bueno, ya estoy aquí.- Sonrió la recién llegada. –

-Pues yo tengo que irme ya.- Pudo decir Steph forzando una sonrisa.- Trent me estará esperando, y el pobre ya lleva mucho tiempo sin verme.

-Claro, dale recuerdos y divertíos.- Repuso su hermana mayor.-



            Stephanie se fue tras abrazarse a ambos y una vez a solas el matrimonio tomó asiento en el sofá, con Martin pasándole un brazo a su mujer por los hombros. Fue Daphne la que, suspirando, comentó con una mezcla de ligera tristeza y orgullo.



-Mi hermanita se ha convertido en una gran mujer. Es una versión mejorada de mí. Más alta, más guapa y más delgadita.

-No digas tonterías.- Le susurró Martin.- Para mí eres la chica más guapa del mundo, Daphne. Recuerda que te lo vengo diciendo desde que nos conocimos.



            Su esposa no contestó, guardando un significativo silencio, al menos eso creyó él que añadió.



-Y puedes hablar conmigo de cualquier cosa…

-No temas, hace bastante tiempo que sé cuál es mi camino.- Repuso ella al fin.-

-No se trata de un camino, se trata de tu felicidad.- Insistió Martin mirándola ahora a los ojos.-



            Daphne apartó su mirada bajando la cabeza, se sentía mal, avergonzada incluso. ¿Qué podía decir? Su esposo le había perdonado todo, le había ofrecido su amor incondicional e incluso la libertad. Pero no era tan sencillo, a esas alturas ya no. La cuestión no solamente dependía de ellos dos. Ella pese a todo seguía atrapada. Ni podía aspirar a ser realmente como se sentía, ni deseaba destruir lo que tenía. Eso sería hacer mucho daño a inocentes, comenzando por su marido y sus propios hijos.



-Tú siempre has hecho todo a tu alcance para hacerme feliz. Jamás podría pedirte nada más de lo que me has dado.- Le contestó con total sinceridad.- ¡Y te quiero, te quiero muchísimo por ello, Martin! Para mí es muy importante saber que te tengo a mi lado.



            Él pareció sentirse satisfecho con eso y la abrazó, ella se dejó hacer, y su esposo le susurró entonces.



-Pues Steph me ha comentado…

-Ya.- Le cortó a desgana su mujer.- Que me ponga a dieta y haga ejercicio. Cuando se refiere a mí, mi hermana no dice otra cosa.

-Se preocupa por tu salud.- Musitó afectuosamente él en tanto mantenía la mejilla de ella contra su pecho para agregar.- De veras Dap, los niños no son problema, acepta y siéntete mejor contigo misma.



            Ahora ella se separó de su lado y casi a modo de reivindicación le contestó, con un tinte más cortante.



-Los hombres siempre pensáis que las mujeres solo nos sentimos bien cuando estamos guapas y delgadas. Pues no es así. Tenemos otras mil maneras de estar a gusto con nosotras mismas. No todo gira en que nos valoréis con la vista.

-Tú sigues siendo muy guapa, cariño. Y no me refería a eso. - Se apresuró a responder él.- Disculpa si me he expresado mal. Quería decir, en el sentido de que salgas más, hagas vida social. Siempre vas de casa al trabajo y vuelta. O estás con los críos del colegio o con nuestros hijos. De verdad, sería bueno que compartieras más tiempo con tu hermana, como antes.

-Stephanie ya no me necesita a su lado.- Suspiró Daphne con voz más suave, quizás arrepintiéndose de ese arrebato.- Ya no es una niña, sino una mujer adulta que lleva muy bien las riendas de su vida.



            A punto estuvo de añadir, “ bastante mejor que yo”, sin embargo se mordió la lengua. Pero era muy cierto, Steph había madurado mucho y se había convertido en una gran mujer, en todos los terrenos, y el menos importante era el de su apariencia, pese a ser de las modelos más atractivas y deslumbrantes de Nature o de la Tierra. Daphne en cambio la veía con orgullo como una persona trabajadora, entregada, que había aprendido y  ganado experiencia, convirtiéndose en alguien tolerante y de mente abierta. Su relación con la casa Deveraux la había impulsado en gran medida, pero su constancia y esfuerzo fueron fundamentales para llegar hasta ahí y medrar. Quería creer que ella misma tuvo que ver en eso, aunque fuese un poquito.



-Siempre serás su hermana mayor y además te quiere muchísimo.- Expuso Martin sacándola de esa reflexión.- Mira, hemos charlado un poco antes de que volvieras de acostar a Leah, y no únicamente de ti.- Se anticipó él por si acaso, añadiendo.- Le he preguntado por sus planes de futuro y no parece estar por la labor de casarse todavía.

-Me parece bien, es muy joven aun.- Replicó Dap.-

-Sí, eso es cierto.- Convino su esposo.- De todos modos, creo que le vendría bien tener algunas conversaciones con su hermana…

-No veo qué podría decirle yo que ella no sepa ya.- Sonrió levemente su contertulia.-

-Supongo que algo se te ocurrirá.- Sonrió Martin.-

-Lo de leerle cuentos como cuando era pequeña, ya no creo que funciones.- Suspiró ella.-

-Nunca se sabe.- Musitó él.-



            De este modos los esposos quedaron abrazados sobre el sofá, una vez más. En otra parte de Nature, eran Naya y su marido los que charlaban tras la cena.



-Espero que Fiora venga pronto a vernos. - Deseó ella, añadiendo con algo de pesar.-Se pasa la vida de prácticas.

-Es lo que más le gusta.- Afirmó Alan.- Sabes que adora ir al bosque a ver a su lobito.

-Bueno, eso de lobito ya es historia.- Declaró Naya.- ¡Ese animal está enorme!



            Y es que se referían al cachorro de lobo que salvaron de un hoyo, junto con su hija, cuando ésta era muy pequeña. Esa cría y Fiora forjaron un lazo de amistad y cariño mutuo y desde entonces la niña había acudido año tras año a esa parte del planeta, reserva de la naturaleza, para ver a su amigo de cuatro patas. Ahora, siendo casi ya una licenciada en ciencias ambientales y fiel a su costumbre, la joven acudía a visitar a ese lobo y también a estudiar el resto de la fauna y la flora del lugar. Por ello, Alan le propuso a su mujer.



-Quizás el próximo año podríamos pedir unos días libres e ir con ella cuando lleguen estas fechas.

-Es una estupenda idea.- Sonrió Naya.- A este paso casi a va a ser la única manera de ver a nuestra hija. Cualquiera diría que es una versión moderna de Tarzán, o de Sheera.  Prefiere los animales a las personas.

-Teniendo en cuenta como son algunas personas que hay por aquí, la entiendo muy bien.- Suspiró Alan, dedicando su atención a temas menos agradables cuando comentó con tintes más serios. - Esos fanáticos siguen haciendo de las suyas. Estoy preocupado por nosotros y por la familia de tu hermano.

-No tengas miedo. Nosotros hace mucho que no adoptamos nuestra apariencia real.- Le tranquilizó su esposa.-



            Y es que ni tan siquiera en la intimidad de casa se lo permitía a sí misma. Naya no tomaba su aspecto original de alien desde hacía mucho tiempo. Muchas veces, al mirarse al espejo, casi llegaba a pensar que era una humana más. Y eso que a su marido le encantaba verla en esa forma, sobre todo cuando estaban en la alcoba.



-Ya, pero esos dementes no solamente están contra los alien. - Suspiró su esposo.- Incluso en el concierto que han dado a favor de las personas con enfermedades y adicciones algunos han abucheado. Por ejemplo a mis primas, a Kerria por ser homosexual y a Kathy por ser ex adicta al Loten. No comprendo a esa clase de gente. ¿Es que no ven el sufrimiento de otras personas?

-Tienen sus mentes llenas de odio y de prejuicios.- Se lamentó Naya.- Y temen lo que no es como ellos. Muchos han sido manipulados por desalmados que se han aprovechado de ello.

-Mi padre ya nos lo advirtió.- Comentó reflexivamente él.- Dedicó su vida a luchar contra eso, nos educó para ser abiertos y tolerantes y para que advirtiéramos este tipo de cosas.

-Hizo un magnífico trabajo, junto con tu madre.- Le alabó Naya dándole a su interlocutor un beso en la mejilla.-





            Su esposo asintió, aunque ahora, pensando en su familia, comentó.



-Hace tiempo que no veo a Idina, y de Lance apenas sé nada, como de costumbre. Mi hermana ha sufrido mucho recientemente con la enfermedad de su hijo Andrew. Creo que mi hermano ha estado muy pendiente de Loren, mientras Idina y Michael se ocupaban de nuestro sobrino.

-Lance siempre fue un buen hombre. Pero muy metido en sus cosas.- Comentó Naya.- Sin embargo, desde  hace un par de años sí que ha estado más tiempo con tu madre y con el resto de la familia.

-Bueno, ya hace mucho que no viene por Nature, pero lo comprendo. Estamos muy lejos de cualquier parte.- Sonrió Alan ahora.- De todos modos, mi madre sí que vendrá dentro de poco. Eso seguro que hace que Fiora se pase más por aquí.- Afirmó con ilusión y realmente convencido al sentenciar.- Nuestra hija adora a su abuela por parte de padre. Y también a sus otros abuelos, claro está.- Se apresuró a añadir.-

-Sí, mis padres también vendrán, al menos eso espero, a vernos pronto. Tanto Giaal como yo tenemos muchas ganas de saber de ellos.- Admitió su esposa.- También han ido mucho últimamente a visitar a tu madre y al resto de sus viejos amigos de la Tierra.



            Y ambos prosiguieron esa conversación hasta irse a la cama. Esa misma noche, Kerria acudió en efecto a casa de Sonia y de Mei Ling.  Fue recibida con tremenda simpatía por ambas y se deleitó jugueteando un poco con el pequeño Richard.



-Es un crío monísimo, y lleno de energía.- Alabó en tanto intentaba atraparle jugando al pilla, pilla.-



Mei Ling y Sonia se rieron. Era bastante cómico ver a esa mujer, tan bien vestida, intentando pillar al pequeño que iba gateando en pijama y sin parar de reír. Al fin tuvieron ya bastante de juegos y permitieron que el niño se fuera tranquilizando antes de acostarle. Tras un rato metieron a Richard en la cama, y le leyeron un cuento. Al fin el pequeño se durmió y las tres mujeres pudieron cenar con calma y el matrimonio puso a Kerria al tanto de su situación.



-Así ha sido. Primero vino al colegio, habló con el director del centro. Por fortuna, el padre Michael me lo comentó. Pero después recibí una citación. Me ha puesto una denuncia por privación de derechos paternos.- Le contó Sonia con visible zozobra en tanto le mostraba una copia que le había sido enviada por holo mail.-

-Bueno, esa denuncia tiene que ser admitida a trámite primero.- Quiso calmarla Kerria tras leerla.-

-Por desgracia, con el creciente poder de los Neoreligiosos eso no será difícil.- Intervino Mei Ling, sentenciando asimismo preocupada.- Esos tipos nos tienen en el punto de mira.



            Desde luego que, pese a no ser agredidas ni atacadas de modo directo, las dos mujeres sí que sentían a veces miradas que se les clavaban como puñales, o gentes que murmuraban al verla pasear juntas por la calle. No digamos ya cuando iban con Richard.



-Es una situación muy incómoda.- Suspiró Mei Ling quién pese a todo no gustaba de exponerlo claramente ante su pareja, aunque ahora, teniendo a Kerria allí, sí que se atrevió a confesar.- Y a veces tengo miedo, no solo por nosotras sino, sobre todo, por el niño.



            Sonia la miró ahora con pesar e incluso sorpresa. Sabía que a su esposa le incomodaba aquello, pero su tono había sonado desde luego lleno de tristeza e incluso temor.



-Lo lamento mucho, cariño. No pensé que te afectase tanto.- Musitó llena de pesar. -

-No te preocupes, no es culpa tuya.- Se apresuró a replicar Mei Ling sujetándole una mano entre las suyas.-



            Las dos se dieron un beso en los labios y se abrazaron. Kerria sonrió y no tardó en tomar la palabra.



-No os preocupéis, no estáis solas. Y puedo aseguraros que os comprendo muy bien. He sufrido el odio en carne propia. Y he visto como desquicia la mente incluso de chicas que apenas sí son todavía unas niñas.





            Y para horror y perplejidad de sus contertulias les narró una de sus pasadas experiencias. Incluso Mei Ling, acostumbrada a ver y vivir tantas cosas increíbles, quedó sin habla. Finalmente pudo decir.



-¿Qué esa chica intentó matarte en tu camerino?

-Me culpaba de la ruptura de sus padres. Me quedé helada cuando me dijo que estaba saliendo con mi hijo por venganza contra mí, y que le iba a destrozar la vida. Pero ni lo que ella misma sabía era que Brian era hijo también de su propio padre. ¡Su propio hermano!- Suspiró Kerria.- ¡Fue terrible!, por fortuna no me hizo nada, y entre todos pudimos hacerla ver lo equivocada que estaba. Pero cuando todo se descubrió y mi hijo se enteró de que eran hermanos. ¡Él, que se había enamorado de ella!



            Recordar eso todavía le hacía llorar, tuvo que enjugarse algunas lágrimas en tanto bajaba la cabeza. Sonia posó una mano en el hombro izquierdo de Kerria declarando entre compadecida y solidariamente.



-Lo lamento mucho. No quiero ni imaginar que eso le pasara a mi hijo. Ojalá que el tuyo sea capaz de superarlo.

-Fue a terapia con una psicóloga muy buena, en París.- Les contó la abogada una vez se rehízo de ese momento de debilidad.- Una antigua compañera de colegio de mi cuñada, es como nosotras y pasó por momentos muy duros en su vida también. Por eso comprendía bien la situación.

-Si nos escucharan los neoreligiosos nos acusarían de formar un lobbie.- Terció Mei Ling en un intento por suavizar ese ambiente tan cargado de tristeza y malos recuerdos.-

- ¡Ojalá fuera así!- Replicó Kerria.- Por desgracia no somos como los de su calaña. No conspiramos en la oscuridad para llenar de odio a la gente. Creedme, les conozco muy bien. Mis padres  y sus amigos lucharon contra ellos hace ya muchos años. Y nosotros tomamos el relevo. Esos individuos son malvados, crueles y despiadados. Pese a sufrir tantas derrotas son perseverantes. Cambian de tácticas y no se detendrán ante nada para lograr sus fines. Son implacables y crueles sin es preciso. Pero también son muy astutos y tienen muchas maneras de actuar. Justo cuando lo que os he contado pasó, yo había debatido con el reverendo Waters y Carter Lench entre otros.

-Esos tipos son unos fanáticos, sobre todo el tal Lench.- Afirmó Sonia con un evidente disgusto.- Tuve ocasión de sufrirle en la Tierra. Fue uno de los que más se ensañó con el pobre Ben. Waters es más comedido, pero también un intransigente.

-Sí, coincido contigo. Waters al menos parece creer que de veras estamos en pecado mortal y quiere salvarnos.- Se sonrió Kerria comentando con ironía.- Ha intentado predicarme en varias ocasiones. Pero en el fondo, quizás se pueda razonar con él. No le creo capaz de llegar a según qué extremos.

-Aquí tenemos al obispo Corbin, uno de sus más aventajados discípulos.- Le contó Mei Ling.- Aunque creo que es incluso peor que su mentor, está más en la línea de Lench. Pero no es un botarate como él, por desgracia es mucho más inteligente que ese viejo machista y asqueroso.



            Kerria escuchó esas palabras con interés ya más profesional. Deseaba dejar a un lado sus propias tribulaciones y centrarse en el caso que les ocupaba. Atendiendo pues a esas referencias sobre el aludido obispo, finalmente declaró.



-Si es como he escuchado, es el arquetipo de esos canallas. Tanto él como sus acólitos quieren aprovechar cualquier debilidad que mostremos para dañarnos. Por eso, en cuanto recibí tu petición a través de Stephanie no lo dudé. – Sentenció la letrada.- Ese tipo está cortado por el mismo patrón que los cabecillas de su congregación en la Tierra, es un hábil manipulador y muy peligroso. Tengo algunos informes de sus andanzas en la Tierra. Antes de que viniese aquí. Se dicen cosas terribles, pero  lo peor de todo es que nunca ha dejado evidencias directas de lo que hace. Ni se le ha podido relacionar personalmente a él.  Se rumorea que también simpatiza con el grupo de la Luna Negra, los que se oponen frontalmente a los soberanos Serenity y Endimión.



            Sonia y Mei Ling se miraron atónitas. Al oír hablar a su invitada todo parecía formar parte de una amplia conjura. Tan enorme que jamás lo hubieran podido ni tan siquiera imaginar.



-¿Estás insinuando que Rafa es un simple peón de esa gente?- Inquirió la española entre perpleja y atemorizada.-

-No estoy segura de eso, pero no me sorprendería.- Contestó la abogada.-



            Para Sonia cobraron sentido entonces algunas cosas que su ex novio le dijo cuando se vieron en aquella habitación de hotel en Barcelona, años atrás. Cuando le habló de personajes muy poderosos con los que era mejor no enfrentarse. Eso le provocó un escalofrío. ¡Ojalá que Kerria se  equivocase y fuera simplemente un intento de ese sinvergüenza por sacarle dinero! O incluso tuvo el deseo de que, por una vez,  su ex  fuera alguien con responsabilidades y quisiera saber del que podría ser su hijo. Pensando en eso, comentó no sin inquietud y pesar.



-Desde que Richard nació me aferré a la esperanza y al deseo de que fuese hijo de Ben. Por desgracia, según pasan los años, veo que físicamente se parece cada vez menos a él y más a mi ex novio.

-En tal caso, la reclamación de ese tal Rafa tendría una base.- Declaró Kerria moviendo la cabeza.- Podría pedir una prueba de ADN. Y si nos negamos eso sería visto por el juez como un intento de obstaculizar las legítimas aspiraciones de un padre a estar junto a su hijo.

-¿Debemos permitirlo entonces?- Intervino Mei Ling con zozobra.-

-Nos conviene mostrarnos colaboradoras con la justicia para esclarecer cualquier tipo de duda.- Le contestó la abogada.- Debemos abstenernos de cualquier conducta que le pudiera hacer ganar puntos. Y si hay suerte y resulta no ser el padre, todo habría concluido antes de comenzar.

-Eso espero.- Musitó la española.- Solamente quiero que mi esposa y yo podamos vivir tranquilas con nuestro hijo. No creo que sea mucho pedir. Que Richard tenga una infancia segura y tranquila, que sea feliz sin que nadie le señale.

-Te comprendo muy bien.- Convino solidariamente Kerria.- Sam y yo siempre quisimos eso para nuestro hijo Brian. Nos esforzamos para que nunca se sintiera distinto por el hecho de tener dos madres. – Entonces sonrió con nostalgia para rememorar con voz queda.- Me acuerdo que hacíamos fiestas invitando a sus amigos. Y la mayoría de los padres de esos niños eran personas cordiales, que nunca tuvieron el menor problema en venir con sus hijos a nuestra casa. Sin embargo, debo admitir también que somos de la clase privilegiada, tenemos dinero y posición. Eso siempre ayuda a que te miren con mayor benevolencia.

-Es verdad. En ese aspecto somos muy afortunadas.- Terció Mei Ling, agregando con admiración.- Y viendo como lo habéis hecho tu mujer y tú, nos gustaría tomar ejemplo.

-Cuando tuve la oportunidad de conocer a tu sobrina Maray y charlar con ella, me habló muy bien de ti, de tu esposa y de su primo. ¡Os adora!- Sonrió la española dirigiéndose a la abogada.-

-Gracias. Maray es una chica fantástica, la quiero mucho. Igual que a su hermano, mi sobrino Asthel.- Afirmó Kerria aseverando con mayor tinte de optimismo.- Cuando veo que existen personas como ellos entre los jóvenes, eso me hace volver a tener esperanza en la humanidad. Todo por lo que hemos luchado durante tanto tiempo ha merecido la pena. Por eso ahora toca pelear por vosotras y por el futuro de vuestro hijo.



            Así lo convinieron y, tras un par de horas más hablando sobre cómo abordar el caso, Kerria se despidió retornando a su hotel. Por su parte Stephanie se reunió con su novio y los dos fueron a un restaurante cercano a la casa de Trent. Era un lugar tranquilo. Lejos del glamour y de los cinco tenedores. No obstante, se comía bien y podía tener intimidad, alejados de los focos, de paparazis y de admiradores de la modelo.



-Me encanta venir aquí.- Sonrió ella.- Un sitio apacible donde me puedo relajar.

-Así es, por eso te lo propuse.- Convino el muchacho con tono algo apagado sin embargo.-



            Steph se percató de ello y no tardó en preguntarle con interés.



-¿Te ocurre algo?

-Bueno, solo estoy cansado, el trabajo, ya sabes.- Suspiró él.-



            Trent había concluido con éxito su carrera de derecho, como abogado novato, eso sí, había entrado a trabajar en el mejor bufete de Nature. Al principio su tarea consistía sobre todo en copiar archivos, repasar casos antiguos, ordenar cosas y llevar y traer bebidas a los veteranos. Aunque al fin le habían dado una oportunidad, para actuar como ayudante de Isaías Mendel, uno de los mejores letrados de la firma. Sin embargo, le contó ambiguamente a su novia.



-Al fin tendré la oportunidad de asistir a un juicio como letrado ayudante, pero debo preparar muchas cosas.

-Últimamente estoy rodeada de gente que tiene que ir al juzgado.- Sonrió Stephanie para comentarle.- Mi compañera Sonia tendrá que ir por un pleito que le ha interpuesto su ex novio.

-Vaya, espero que no sea nada serio.- Repuso Trent.-

- Por desgracia creo que sí lo es. Relativo al hijo de ella. Ese hombre reclama ser el padre. - Le desveló la joven.-

-Pues es desde luego algo importante.- Admitió su interlocutor.-

-Bueno, contacté con Kerria, ya sabes, Kerria Malden, la ex miembro de las Justices, que también es muy buena abogada. Se especializa en casos de discriminación contra el colectivo LGTBI y en la defensa de mujeres maltratadas. Ha venido aquí a llevar el caso. Espero poder saludarla.

-Esa mujer tiene fama de polémica. ¿No es así?. Hace poco tuvo un debate muy encendido en la Tierra.- Comentó el chico.-

-Su fama le viene por no callarse ante los abusos y las tropelías de esos tipos, ya sabes.- Musitó la chica ahora.- Los neoreligiosos.



            Y es que, pese a estar en un local muy íntimo y con poca gente en ese momento, uno nunca sabía quién pudiera estar escuchando. Stephanie ya había tenido malas experiencias con ese tipo de gente y no deseaba mayores complicaciones. Con que le pintaran las fachadas de Modas Deveraux o la insultasen cuando fue a la boda de Sonia y Mei Ling, ya tuvo suficiente.



-Bueno, no todo el mundo que es creyente en algo comete ese tipo de abusos. Como tú dices.- Repuso su novio a quién no pareció caerle demasiado bien ese comentario.-

-Ya lo sé.- Sonrió ella de modo conciliador para matizar.- Yo misma soy creyente, pero respeto a otros que piensen diferente. Lo mismo que haces tú.



            Trent asintió despacio, aunque enseguida quiso cambiar de tema.



-Bueno, eso no nos afecta. Prefiero que hablemos de nosotros.- Afirmó devolviéndole la sonrisa a su pareja.-

-Sí, espero que podamos vernos más a menudo.- Deseó ella.- Me quedaré en Nature durante un tiempo bastante prolongado. La Señora Deveraux me ha pedido que dirija la Casa de aquí, junto con Sonia.



            Recordó esa conversación con Esmeralda que la hizo reflexionar. La dueña estaba ya mayor, aunque mantenía esa energía suya y ese empuje. De todos modos, cada vez se prodigaba menos en actos sociales de representación de la empresa. Lo que sí le comentó a Stephanie, estando ambas en su despacho, fue…



-Niña, ya has adquirido experiencia y eres una estupenda modelo. Sin embargo, tienes que pensar en tu futuro a largo plazo.

-Sí, Madame Deveraux.- Repuso la chica.- Lo he pensado, me gustaría seguir desfilando durante unos años más y después centrarme en otras posibilidades.



            En ese momento tocaron a la puerta. Esmeralda dio permiso para que abrieran. Al instante, una chica de pelo rubio ceniza cortado hasta la base del cuello entró preguntando con prevención.



-¿Da su permiso Madame Deveraux?

-Estoy reunida, Crista. ¿Es algo importante?- Quiso saber Esmeralda.-

-Solo quería pedirle permiso para salir. – Pudo replicar la apurada jovencita al percatarse de la presencia de Stephanie.-

-Si has terminado todos tus cometidos por hoy, no hay problema.- Concedió la jefa.-

-Sí, señora, ya está todo.- Afirmó la muchacha.-

-Muy bien, entonces hasta mañana.- Sonrió Esmeralda.-

-Hasta mañana, señora Deveraux. Hasta mañana, Steph.- Se despidió la chica. -

-Hasta mañana, Crista.- Sonrió Stephanie devolviéndole el saludo.-





            Esa joven se marchó cerrando la puerta tras de sí, la señora Deveraux suspiró con una media sonrisa.



-Crista es muy buena chica. Es voluntariosa, trabaja duro y quiere llegar lejos. No lo hace mal pero no tiene nivel de top model.



            Stephanie asintió despacio, era una pena pero una vez más, en lo relativo a esos asuntos su jefa tenía toda la razón. Sin embargo, esa chica le caía muy bien. Era exactamente como Madame Deveraux la había descrito. Y ahora tuvo que oír a la propietaria proseguir dirigiéndose a ella.



-Tú también eres muy trabajadora, además tienes talento y sabes estar en la pasarela con muchísima elegancia y sensualidad. Eres de las mejores. En cambio, pese a sus, llamémoslas carencias, Crista todavía es joven y tiene algunos años más para darse cuenta de que debe reorientar su futuro. Tú no es que seas demasiado mayor tampoco, pero generalmente la vida de las modelos es muy corta en términos de pasarela. Aun no tienes los treinta y sé que podrías estar más de diez años todavía al mejor nivel. Sin embargo, si quieres un consejo, deberías empezar a prepararte para otras funciones.

-Sí, señora.- Convino Steph, confesando entonces.- Si le soy sincera lo llevo pensando desde hace ya un tiempo.

-Por eso es muy importante que te prepares, niña.- Repuso su interlocutora, añadiendo.- Sé que hablas varios idiomas y que has ido haciendo algún master de los que oferta la Casa.

-Así es, hice uno en administración de empresas y otros en relaciones públicas.- Matizó la joven.-



            Esmeralda asintió con aprobación. Así pasó a decirle con tono entre confidencial y más serio.



-También lo sé. Y me alegra mucho que así lo decidieras. Verás. Tengo pocas modelos con las que realmente pueda contar para dirigir la Casa Deveraux en el futuro. Tanto tú como Crista estáis en esa reducida lista.



            La muchacha abrió la boca sin poderlo evitar. Que Madame Deveraux le hubiera dicho que la consideraba como una posible sucesora era algo que jamás se le habría pasado por la cabeza. Sin embargo, enseguida pudo replicar, asaltada por el temor.



-Señora Deveraux, le ruego que no se ofenda, pero… yo… es que no creo que fuese capaz de dirigir algo tan grande y que me exigiría tanta responsabilidad.



            Esmeralda no contestó al principio y Steph comenzó a temer que su anciana jefa se hubiera realmente sentido ofendida. Al fin y para su alivio, una gran sonrisa emergió entre los labios de la veterana diseñadora.



-Querida mía, por eso mismo estás en mi reducida lista. Hay que ser valiente y tener conciencia de las propias limitaciones. Así es como se aprende, no solamente a dirigir sino también a delegar.  Verás, de hecho te confesaré algo. La lista es tan reducida que, solamente tú y Crista estáis en ella.

-Pero. ¿Y su nieta?- Pudo decir la perpleja modelo sin poderse creer lo que oía, aseverando con total sinceridad.- Es una muchacha realmente inteligente y que adora la profesión.



            Aquí el gesto de su jefa se oscureció por la tristeza, tras suspirar simplemente musitó.



-Lo sé muy bien. Yo misma le ayudé a preparar su primer book profesional y le di clases para  desfilar cuando se presentó a Miss Bios. Pero Maray tendrá otras cosas de las que ocuparse en el futuro. Al igual que pasó con mi hija, el destino de mi nieta no le va a llevar a sucederme.



            Steph no quiso ser indiscreta, no tenía ni idea de qué otras cosas pudieran apartar a Maray del legado de su abuela, aunque creyó intuir que sería su amor por la música. Esa atractiva jovencita tenía mucho talento para la canción y se había convertido en una célebre intérprete por derecho propio. Quizás prefiriese eso a la dura tarea llena de responsabilidades que la señora Deveraux pudiera encomendarle. En cualquier caso ese no era asunto suyo. De hecho, dejó de referirse a ella y añadió.



-¿Y Mirna?¿O Debra o Keisha?. Ellas también son muy buenas modelos.

-No te falta razón, pero Keisha está volcada en su país, ella aspira a ser presidenta. Y me parece muy bien. Ya me lo dijo en su día. Cuando la conocí en Nature. En cuanto a Debra, solo desea ser una buena modelo, retirarse pronto y atender bien las necesidades de su familia. También fue sincera conmigo y se lo agradecí, pero sé que, fuera de la pasarela, no se involucrará con la firma.  En el caso de Mirna, sencillamente no la creo tan dotada para los negocios y el trabajo de oficina como para los desfiles.- Fue la respuesta de su interlocutora, que agregó con voz ahora teñida de nostalgia.- Cuando la mítica fundadora de esta casa, Madame Alexandra Anette Deveraux, me confió a mí la dirección, reaccioné exactamente igual que tú. Sentí todo el peso sobre mis hombros. Un peso que amenazaba con aplastarme. Sé que es una tremenda carga. Y entiendo el por qué no la deseas. Aunque espero que sí aceptarías ayudar a Crista, igual que me has ayudado a mí, cuando llegue su momento. Como ya te he dicho, ella es muy joven todavía, pero muy trabajadora y constante, no se arredra fácilmente. Por ello, además de su formación como modelo, la he insistido para que se matricule y estudie derecho. La pobre cree que me he puesto de acuerdo con sus padres.- Sonrió Esmeralda añadiendo con recobrada seriedad.- En realidad quiero prepararla bien y con tiempo suficiente. Además de las cualidades que te expuesto de ella, lo que más me inclina a elegirla es que es muy buena persona, como tú, Steph. Y estoy segura de que se dejará aconsejar y guiar por gente igualmente válida como tú misma has hecho durante estos años. Sin embargo, Crista todavía debe adquirir experiencia para no fiar en los falsos halagos de los hipócritas o las gentes que solamente vayan a su propio interés. Ese consejo también vale para ti, ten siempre mucho cuidado. Te lo digo yo que he visto muchas cosas y conocido a muchos tipos de personas. Y a día de hoy, pese a mi edad, aun puedo equivocarme en ese sentido.

-Sí, señora, lo tendré.- Le prometió la chica.-  Intentaré no decepcionarla.

-Niña, ya no es una cuestión de sí me decepcionas o no a mí. Lo importante es que no lo hagas contigo misma. Verás, sé que te lo habré dicho alguna vez, pero por si acaso lo diré de nuevo. La única cosa que Alexandra Deveraux jamás perdonó a nadie fue la traición. Pero más que la de otros, lo que más la horrorizaba era haber podido traicionarse a sí misma. Yo he seguido esa línea y en el futuro te recomiendo que hagas lo mismo…Sobre todo ahora que quiero encomendarte una tarea muy importante.

-¿Una tarea?- Inquirió ella con estupor.-

-Sí, una con mucha responsabilidad.- Declaró su jefa, pasando de desvelar.- Deseo que te encargues de dirigir Modas Deveraux en Nature. Con el cargo de subdirectora .- Le pidió Esmeralda.- Ayudarás a Sonia que será la directora. He creado esos puestos en todos los planetas en donde tenemos representación. Son cargos que responden únicamente ante mí, la directora general.

-¿Y podría decirme que funciones deberé desempeñar?- Quiso saber la chica.-

-Eso será Sonia quién te lo dirá.- Repuso Esmeralda.- Supongo que te ocuparás sobre todo de la sede de Sagan City en tanto ella coordina la central de Nature con todas las subsedes del resto de ciudades de ese planeta. En cualquier caso. Espero que aceptes.

-Sí, acepto encantada y le agradezco de todo corazón la confianza que deposita usted en mí.- Afirmó la emocionada muchacha.-



            No agregó eso tan manido de “no la defraudaré” y, al parecer, la veterana dueña asintió satisfecha por ello, para sentenciar, antes de dar por concluida esa reunión.



-Bien querida, en ese caso nunca olvides mi consejo. Asegúrate de rodearte de personas leales, y no solamente en el trabajo, sino en todos los ámbitos de la vida…



            Stephanie todavía pensaba en esas sabias palabras de su jefa y mentora cuando la voz de Trent la sacó de esos recuerdos.



-Steph.- Sonrió él.- Te has quedado muy pensativa. ¿Ocurre algo?

-No.- Se apresuró a contestar ella.- Estaba repasando las cosas que tengo por hacer.

-Pues olvídate de todo eso ahora.- Le pidió él tomándola de ambas manos.- Este es nuestro momento.





            Y eso la animó, su novio tenía toda la razón. Por un par de horas al menos le haría bien dejar a un lado las preocupaciones familiares y profesionales y centrarse en su vida amorosa que tanto había descuidado en ese tiempo. Se alegraba de tener un muchacho tan comprometido y paciente como Trent a su lado. Otro quizás no la hubiera aguardado tanto.



-Sí, soy afortunada en eso también. Además de cumplir mis sueños como modelo y tener la confianza de mi jefa, tengo una familia estupenda y un novio que me quiere. Y debo cuidar de todo ello. - Pensó agradecida.-



            Y en  otro lugar de Nature, Franklin pensaba en esa interesante invitación que recibiera. A un desafío que le planteó él primero.



-Vigilaré para que no hackees el festival.- Le dijo.-



            Y la réplica que entonces le llegó fue bastante interesante.



-Nunca haría eso con un evento que busca ayudar a los desfavorecidos. No robo a los que de verdad tienen necesidad. No es mi estilo. Puedes olvidarte de eso. Pero hay cosas que sí habrán de merecer tu preocupación.



            Y ese hacker parecía querer poner las cartas boca arriba, puesto que más tarde le envió otro mensaje, proponiéndole.



-Tú y yo, cara a cara tras el ordenador, ve mañana al Clargin. Te aseguro que te merecerá la pena. Voy a darte una información sorprendente. Proyecto Stella. Si te interesa, házmelo saber y te daré instrucciones.



            Y el joven informático quedó perplejo tras leer aquello. De hecho, había estudiado ya algunos de los archivos que ese tipo le enviara, a cual más jugoso y alarmante. Desde luego, ese pirata informático no dejaba de sorprenderle, de actuar como una especie de Robin Hood de internet había pasado a querer parecerse a aquel WikiLeaks de hacía décadas. De modo que no podía evitar preguntarse. ¿Qué nuevo secreto le querría desvelar?



-Acepto. - Se dijo el chico.- Aunque no será tonto y supondrá que alertaré a la policía. Veremos si es cierto que finalmente da la cara.



            Así que contestó afirmativamente, esperando con interés las indicaciones que ese misterioso hacker quisiera enviarle.



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